La Ruta del Vino de Arribes transcurre entre pueblos, montes, ríos y vides, cepas pequeñitas que parecen decir al pasar: “eh, que estoy aquí”. Y eso es lo que os queremos contar… que están allí y que son mimadas por viticultores que se afanan cada día en mejorar el presente de este territorio zamorano y salmantino. Entre bodegas y buenos restaurantes también hay un buen abanico de visitas que os queremos recomendar para completar esta agradable escapada.
Ruta del Vino de Arribes. © Etheria M. En esa esquinita en la que Zamora y Salamanca se dan la mano mientras saludan a Portugal se sitúa una tierra forjadora de carácter, de paisajes desafiantes, de naturaleza abrumadora y de grandes obras de ingeniería. También es tierra de viñedos, donde brotan más de una decena de variedades, y de bodegas, unas históricas y otras dispuestas a hacer historia. En Etheria Magazine la hemos recorrido y os proponemos descubrir la Ruta del Vino de Arribes , escuchar sus secretos y sentir la energía que transmite sin pretenderlo.
Y todo ello de una forma privilegiada y alejada de multitudes porque vayas donde vayas serás tratada como una reina. Un protagonismo compartido por las personas locales que insuflan vida allá donde pisan. De las mujeres emprendedoras de esta tierra ya os hemos hablado (puedes leer el artículo: Ruta del Vino de Arribes, energía femenina de alto voltaje ) por lo que ahora nos centraremos en las visitas de la Ruta del Vino de Arribes. ¿Nos acompañas?
1. Fermoselle (Zamora) Comenzamos este recorrido en coche en Fermoselle, un pueblo de algo más de mil habitantes y una fisonomía marcada por sus calles empinadas, sus casas de piedra y sus bodegas subterráneas. En este rincón de Zamora cobra tanta importancia lo que ves como lo que no ves porque bajo sus casas y calles se ocultan antiguas bodegas conectadas por galerías. Algunas de ellas se siguen usando y otras han pasado a constituir un patrimonio histórico y turístico que merece la pena mostrar al viajero. No os perdáis las visitas guiadas de Olvido Peños que conoce todos sus secretos. Al igual que tampoco hay que dejar de pasar por la Tienda de Antaño en la que la simpática Julia Sendín atiende, rodeada de género por todas partes, tras un robusto mostrador. Entrar en este ultramarino es como hacerlo en un libro de historia pero con la ventaja de poder llevarte artesanías, vinos, pasteles o incluso una olla ferroviaria. Tiene de todo.
Bodega subterránea de Fermoselle. © Etheria M. 2. Dos bodegas de Fermoselle Sin salir de Fermoselle se puede visitar la Bodega Pastrana (bodegaspastrana.es), un sueño que comenzó en 2009 pero cuyas raíces se hunden en la historia, ya que esta bodega rezuma tradición. Para empezar por su decisión de centrarse en la uva Juan García, autóctona de la zona, con cepas de más de cien años y, también, porque sus instalaciones se asemejan a las de un antiguo templo subterráneo. Pasad por sus cavas, realizad una visita guiada con cata en su interior y no dejéis de curiosear en su tienda (Rumia, 62).
Otra bodega interesante es Frontío , el proyecto más atrevido de Thyge Benned, un danés que dejó una vida acomodada para instalarse aquí en 2016 e intentar elaborar vinos únicos con una mínima intervención. Su forma alternativa de cultivar y sus procesos en el campo causan expectación entre los vecinos, pero sus vinos triunfan. La encontrarás en calle Requejo, 170.
Bodegas Pastrana, en Fermoselle. © Etheria M. 3. Crucero Ambiental Europarques por los cañones del Duero Una de las experiencias más bonitas y didácticas de esta ruta se desarrolla a ras de agua, en el Crucero Ambiental de Arribes del Duero . Instalados cómodamente en esta embarcación solar, escucharéis a los técnicos de la Estación Biológica del Duero Internacional desentrañar los secretos del paisaje que se abre ante vuestros ojos. Os iréis familiarizando con los recursos etnográficos, la flora, la fauna y la geología de los acantilados que se elevan verticales en ambos márgenes del río Duero, en el límite de Zamora con Miranda do Douro (Portugal). Al regresar a la estación os ofrecerán una degustación de vinos generosos de Oporto, podréis ver cómo nadan las nutrias e incluso comprar algún recuerdo en la tienda, donde existen productos de ambos lados de la frontera.
Crucero ambiental Arribes. © Etheria M. 4. Bodega El Hato y el Garabato En el pueblo zamorano de Formariz de Sayago se sitúa El Hato y el Garabato . Esta bodega nació en 2015 como un proyecto común que surgía de las inquietudes de Liliana Fernández y José Manuel Beneitez que, tras haber trabajado en bodegas de varios países, decidieron instalarse aquí para cultivar y elaborar su propio vino. El desafío estaba servido. Ya han pasado algunos años de aquellos comienzos y siguen disfrutando, aún más si cabe, de sus viñedos, algunos ecológicos, y de unos vinos que hablan de ellos mismos y de esta tierra recia. Os proponemos reservar una visita a sus instalaciones y hacer una cata dirigida donde no falten Otro Cuento , Sin Blanca , Ecléctico y Buena Jera .
Vinos de la bodega El Hato y el Garabato. © Etheria M. 5. Presa de la Almendra Los amantes de las obras de ingeniería –y los curiosos, en general– no deberían perderse la Presa de la Almendra (o Salto de Villarino) situada en el curso bajo del río Tormes. Siguiendo un proyecto de Pedro Guinea, esta presa fue construida entre 1964 y 1970 e inaugurada por el “Generalísimo”, como informaba el periódico ABC en su día.
Por sus dimensiones, parece salida de una película de ciencia ficción: con una altura de 202 metros desde los cimientos es la presa más alta de España , su muro se extiende 3.036 metros, la superficie del embalse (parece el mar) sobrepasa las 8.000 hectáreas y tiene una capacidad de 2.648 hm3. Si la queréis visitar, se encuentra a 5 kilómetros de Almendra (Salamanca) y a 7 de Cibanal (Zamora) y dispone de varios miradores desde donde observarla con calma. Más información en este artículo de El Español .
Presa de la Almendra. © Etheria M. 6. Villarino de los Aires y Ambasaguas (Salamanca) Con apenas ochocientos habitantes, el pueblo de Villarino de los Aires es otra interesante parada en ruta por varios motivos. Uno de ellos, muy obvio por la ruta en la que nos encontramos, es por sus bodegas pero igual de importante resulta su entorno natural y las caminatas senderistas que se pueden realizar alrededor. Una ruta circular que debéis llevar apuntada es la de Piconitos-Ambasaguas , que tiene una extensión de 7,25 kilómetros y desciende entre bancales hasta el encuentro del Tormes con el Duero. El punto de encuentro de Ambasaguas es interesante tanto a nivel natural como geológico o etnográfico, ya que allí se sitúan antiguos molinos de agua, restos de cabañas de pastores… Es un excelente lugar para hacer una parada y tomar un pícnic a base de productos locales.
Un itinerario para todos los públicos es la “ruta turística autoguiada por el pueblo de Villarinos” que se puede hacer en varios idiomas (incluso tiene una versión para niños). En la web del ayuntamiento (villarinodelosaires.es) encontraréis más opciones de itinerarios.
7. Bodega Viña Romana Como os comentábamos, Villarino de los Aires también es de visita obligada porque allí se sitúa la Bodega Viña Romana (vinaromana.com), que está integrada en la Ruta del Vino de Arribes que estamos recorriendo. En esta bodega, que nació como cooperativa allá por 1962, la ilusión y la elaboración de buenos vinos siguen siendo una constante. Con una estructura familiar y el propósito de recuperar uvas autóctonas como la Juan García y la Bruñal, la elaboración de sus vinos se hace acorde a su propia filosofía. Allí podréis hacer una visita guiada con José Luis Flores para conocer algunos de sus vinos, desde los crianzas hasta los reservas, algunos con hasta 24 meses en barrica. Os llamará la atención el vino Botón Real reserva que cuenta con algunas ediciones de lujo de las que os enamoraréis al instante.
José Luis Flores, al frente de Viña Romana. © Etheria M. 8. Pozo de los Humos (Salamanca) Entre las localidades de Pereña de la Ribera y Masueco se sitúa una cascada que despierta admiración, sobre todo cuando se visita en primavera y el agua se precipita de forma generosa desde una altura de 50 metros. Ese caudal procede del río Uces y al caer origina unas brumas que le han valido el nombre de Pozo de los Humos . La cascada se puede observar desde dos lugares, desde uno se se admiraría desde el propio salto de agua (por lo que se vería de manera cenital) y desde el otro se obtendría una panorámica frontal. A nivel fotográfico, os recomendamos la segunda porque el acceso es muy sencillo –el aparcamiento está a diez minutos a pie– y la panorámica es más impactante.
Pozo de los Humos. © Etheria M. 9. El “Uluru” de Arribes (Salamanca) Entre las rarezas y curiosidades de la Ruta del Vino de Arribes destaca una mole de piedra llamada Peña Grande o Peña Gorda a la que los vecinos apodan “el Uluru” por su forma y relación con rituales sagrados. Con sus 45 metros de piedra sienita se alza imponente en el Parque Natural Arribes del Duero . Se encuentra en el término municipal de La Peña, localidad que toma su nombre de este fenómeno geológico. Aunque tres paredes se elevan verticales, hay una que los amantes de los deportes activos suelen aprovechar para ascender y llegar hasta la cima desde donde la panorámica del entorno es magnífica. En lo más alto se pueden apreciar algunas hendiduras en las que antaño se colocaba la cruz de mayo con la que se bendecían los campos y los pozos.
Peña Gorda, en la Ruta del Vino de Arribes. © Etheria M. 10. Mirador del Fraile en Aldeadávila La presa de Aldeadávila y el mirador del Fraile han saltado recientemente a la actualidad porque allí se grabaron escenas de la película “Fast and Furious X” y seguro que pronto estará muy solicitado… Sin embargo, este no es el primer filme que se graba allí, antes ya había salido en Doctor Zhivago (1965), La Cabina (1972), Terminator , Dark Fate o la serie ‘30 monedas’ . La panorámica desde este mirador, que sobresale de los acantilados y que cuenta con una parte de suelo transparente, es asombrosa. No sólo por la altura, éste es el punto más alto del Parque Natural, o por la dimensión de los farallones de granito, sino por la propia presa, una obra de ingeniería que comenzó a construirse en 1956 y cuyo complejo hidroeléctrico está funcionando desde 1963. Tiene una altura desde los cimientos de 140 metros y una anchura de 250 metros.
El acceso hasta el mirador del Fraile se puede hacer en coche pero en ocasiones, si las condiciones meteorológicas son adversas, se impide el paso y hay que hacerlo a pie. No es más de 1,2 kilómetros pero con una pendiente pronunciada. Por si lo dudabas, es gratuito.
Desde el Mirador del Fraile se observa la presa de Aldeadávila y los cañones del río Duero. © Etheria M. 11. San Felices de los Gallegos (Salamanca) Cada piedra de esta localidad podría contar una historia que desentrañara los secretos de la misma. Basta pasear por sus calles para percibir que, pese a no llegar ni a quinientos habitantes, ha sido amada por el clero y por la nobleza como atestiguan sus templos y su castillo. También deseada por el país vecino, a quien ha pertenecido en varios periodos. Hoy día es una preciosa villa que invita a pasear, a seguir las rutas turísticas que recorren su casco urbano y a dejarse llevar más allá para conocer su bello entorno natural. Además de una altiva torre, a la que hay que subir para profundizar sobre la historia del castillo y para admirar la vista desde sus almenas, es obligatorio conocer el Museo del Aceite “El lagar del mudo” (calle Cuesta, 50), un centro de interpretación de la cultura del olivo y del aceite situado en una antigua almazara cuya restauración obtuvo el premio Europa Nostra. A través de sus distintas estancias se profundiza en la historia del olivar de las Arribes del Águeda, desde la Prehistoria hasta la actualidad, además de exhibir una serie de objetos e instrumentos necesarios para la obtención de aceite. Consulta horarios en www.ellagardelmudo.com
Apuntad también la Ruta de las Fortificaciones que llega hasta la señorial Ciudad Rodrigo y el Fuerte de la Concepción e incluso traspasa la frontera para llegar a la amurallada villa de Almeida y otras aldeas históricas.
San Felices de los Gallegos. © Etheria M. 12. Oleoturismo en Ahigal de los Aceiteros (Salamanca) La presencia de olivos en tierras salmantinas es una de las sorpresas que os invitamos a descubrir en la Almazara ecológica Aceiteros del Águeda . Allí, Loli Sánchez realiza una didáctica visita guiada en la que incluso se pueden observar las variedades de aceitunas de los olivos y la maquinaria empleada para la extracción. La actividad finaliza con una cata degustación en la que se puede probar aceite elaborado con una variedad única: la Zorzal. La visita tiene un precio de 7 euros, gratuita para los niños menores de 10 años, y se puede reservar en Terra Nostrum .
Guía práctica de la Ruta del Vino de Arribes Cómo llegar La forma más cómoda de acceder a Zamora desde el centro del país es en tren. Una vez en la capital zamorana se puede alquilar un vehículo y en menos de una hora habréis llegado a las localidades que integran la ruta.
Dónde dormir En la Ruta del Vino hay hotelitos y viviendas rurales como las de la Casa de los Arribes (lacasadelosarribes.es), que está en Fornillos y que alberga cuatro viviendas de piedra que ofrecen todas las comodidades para pasar una agradable estancia. Si preferís un hotel, os gustará la Posada de Doña Urraca (posadadonaurraca.es) que se encuentra en Fermoselle y ofrece bonitas habitaciones y un restaurante gastronómico.
Dónde comer Restaurante España . Un lugar imprescindible donde darse un homenaje mientras se conoce la cocina típica de la zona. Su chef y propietaria, Mar Marcos, no sólo ofrece la cocina de sus abuelos sino también creaciones propias. Déjate aconsejar. Requejo, 16. Fermoselle. Más inf. en www.restaurantespana.es
Hostal restaurante Santa Cruz . Si visitáis el Pozo de los Humos, este es el lugar ideal para hacer una parada y degustar un rico asado con vinos arribeños. Además, a muy buen precio. Carretera SA-314 km. 28, Masueco. Más inf. en www.hostalsantacruz.es
Restaurante de la Posada de Doña Urraca . Si sois amantes de la carne, su carta os encantará. También cuenta con otros platos tradicionales. Tel. 679 995 602. Requejo, 272. Fermoselle.
Restaurante La Tinaja . Cocina tradicional, casera y deliciosa. Consultad sus jornadas especiales, como la cena a ciegas, porque están llenas de originalidad. Tel. 626 433 509. Plaza Castillo, s/n. Sobradillo.
Teresa Cotorruelo, propietaria de la mermeladería Oh, saúco! Talleres y recuerdos gastronómicos Mermeladería Oh Saúco! Ricas confituras caseras (las de naranja y kiwi con jengibre son una delicia), miel de roble, licores y otros productos locales. Allí mismo también podéis hacer los cursos y talleres que imparte su dueña, Teresa Cotorruelo. Perfectos para realizar una actividad en familia. Fornillos. Más inf. en www.mermeladeriaohsauco.com
Quesería La Faya (Fariza). En esta quesería se pueden realizar visitas guiadas, además de adquirir sus productos en la tienda. La crema de queso y los quesos de leche cruda de oveja, con distintas maduraciones, son muy recomendables. Fariza. Más inf. en www.lafaya.es
Más información
Ruta del Vino de Arribes .
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