Las cataratas Victoria son uno de los lugares más visitados de África, así que no podía faltar esta etapa en el viaje de Sania Jelic sola por este continente. En este artículo nos cuenta cómo visitar las cataratas Victoria tanto desde el lado de Zimbabue como desde Zambia y nos relata su trepidante aventura haciendo rafting por el río Zambezi. ¿Te atreverías?
Sania en su paso por las cataratas Victoria. © Sania Jelic. Había escuchado de la ciudad de Victoria Falls que era un lugar bastante peligroso, con una calle principal y poco más que ver aparte de las cataratas. Sin embargo, me encontré un panorama muy diferente y mucho más de lo que esperaba. Es más, es un lugar que ofrece una experiencia africana muy completa, con muchas opciones de excursiones y actividades. Viajando sola siempre se conoce a personas en las actividades y en el alojamiento, lo que permite compartir experiencias y, en ocasiones, incluso los gastos en temas como los traslados. Eso sí, conviene no pasear sola por las calles al anochecer por la escasa iluminación, a partir de esa hora es mejor moverse en taxi.
Las cataratas en sí son un fenómeno natural, reconocido como una de las Siete Maravillas del Mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fueron descubiertas por David Livingstone en 1855, tienen 1,7 kilómetros de anchura y caen desde una altura de 108 metros. ¡Todo un espectáculo! El río Zambezi forma una garganta estrecha y el agua se precipita con una enorme fuerza, creando una cortina de gotas de agua. La época de más caudal es entre febrero y abril. En el lado de Zambia se denominan Mosi-oa-Tunya , “El humo que truena” y, en el lado de Zimbabue, las cataratas de Victoria.
Las cataratas Victoria. © Sania Jelic. Cómo visitar las cataratas Victoria Como hemos comentado, las cataratas se pueden visitar de los dos lados y proporcionan por tanto dos experiencias diferentes:
• Desde Zimbabue. La entrada única cuesta 50 $, hay 16 miradores y tanto el frondoso bosque como las pasarelas están muy bien cuidados.
• Desde Zambia. La entrada al parque en Zambia son 20 $. Las cataratas en el lado de Zambia son conocidas por el denominado “Devil’s pool” (Piscina de Diablo), una piscina natural donde es posible entrar y acercarse casi al borde de la catarata. La experiencia, según cuentan, es única (no lo he probado). Estar 15 minutos al borde de las cataratas cuesta a partir de 120 $ (hay diferentes tipos de paquetes turísticos). Cuando estés en Zambia, también puedes visitar la ciudad de Livingstone, donde el Museo de Livingstone es una visita que vale la pena. En este museo, encontrarás una extensa exposición sobre la historia de la esclavitud en la región.
• Cómo cruzar la frontera entre países. Hay que pasar la frontera desde Zimbabue y pagar el visado correspondiente (a partir de 30 $ o en la entrada a uno de los países comprar el visado KAZI, válido para los dos países durante 30 días).
• Cómo ir de un lado a otro de las cataratas. Para ir de un lado al otro, lo mejor es usar un taxi, que se puede contratar en cualquiera de los puntos. En ese trayecto hay que cruzar el puente de Victoria Falls , una estructura interesante que cruza la frontera y acoge tráfico de trenes y coches, y también el paso de peatones. Fue inaugurado en 1905 como parte de la idea de Cecil Rhodes de construir una vía férrea desde la Ciudad de Cabo hasta El Cairo, que finalmente no se materializó. El puente tiene una altura de 125 metros y se ubica en la segunda caída del Río Zambezi. Desde aquí se hace el bungie jumping .
Puente de Victoria Falls. © Sania Jelic. Rafting en el río Zambezi Practiqué rafting en el río Zambezi con la empresa Shearwater , que también organiza otras actividades como los diferentes tipos de visita a las cataratas. Había escuchado hablar sobre esta experiencia en el río Zambezi y me apetecía probar. No me informé mucho de antemano, quería dejar a mi intuición tomar la decisión in situ . Viendo el río, la caída del agua y el recorrido del rafting me asusté. Sobre todo, porque temía que hubiera piedras que hicieran peligrosa la travesía. Lo que no había escuchado bien en la explicación es que el rafting tiene cuatro rápidos de nivel 5, uno de los cuales es ¡el más extremo de uso comercial!
Adrenalina pura La aventura comienza con un descenso de los 130 metros desde el puente hasta el río. Entonces te invitan a saltar al río, una muy buena idea para familiarizarse con la temperatura y la corriente. A partir de ahí, comienza el remo.
El trabajo en equipo es fundamental para entrar y navegar bien en los rápidos. Y si hay personas con experiencia, mejor. No fue nuestro caso. Casi todos eran primerizos en la aventura. Así que, llegados al rápido más fuerte, ¡la lancha salto por los aires y volamos todos al agua! Había que coger rápidamente la correa que bordea la lancha para no dejarse arrastrar por la corriente. De las siete lanchas, cinco volcaron. Las lanchas que consiguieron dar la vuelta antes comenzaron a recoger a las personas que nadaban. Daba igual si eran de nuestra lancha u otra, el caso era sacar a todos del agua y luego distribuir en las lanchas correspondientes. Eso lo hicimos durante todo el recorrido, ya que las lanchas volcaban cada poco tiempo.
En un momento del rafting se llega a un rápido nivel 6 que no se puede navegar por su dificultad, así que salimos de las lanchas y caminamos por la orilla mientras las lanchas siguieron solas su camino por el río, saltando y volando sobre los rápidos revueltos. Al terminar este tramo, las pudimos recoger y retomar el rafing , siempre impresionados por la fuerza del río.
Rafting en el río Zambezi. © Sania Jelic. Fin del rafting Los 24 rápidos se hacen en unas dos horas y media o tres horas. Adrenalina pura. ¡Sobre todo porque en los tramos del río más tranquilos hay cocodrilos! Así que, definitivamente, no conviene caer al agua ni quedarse mucho rato ahí.
Una vez terminado el recorrido, las lanchas paran y es entonces cuando hay que subir 230 metros por la ladera del cañón del río, casi en vertical, para llegar a la carretera. ¡Sin escaleras, ni cuerdas! Eso sí que fue agotador. Dicen que algunos suben en seis minutos, yo hice este trayecto a la una de la tarde y con calor, tarde más de veinte minutos y llegué arriba «con la lengua fuera». Ahí nos dieron unos merecidos refrescos y algo de comer y nos llevaron de regreso al hotel. ¡Una aventura inigualable, que volvería a hacer mañana! Y puedo confirmar que no había rocas, aunque al final habrían sido lo de menos.
Excursiones desde Victoria Falls Lion Park A unos 20 kilómetros de Victoria Falls se encuentra el Lion Park , donde se puede pasear con unos leones que fueron acogidos en esta reserva cuando eran cachorros huérfanos.
Vuelo en helicóptero Las cataratas son un espectáculo desde el aire y se ofrecen vuelos panorámicos en helicóptero. Uno de los pilotos es el valenciano Guillermo Gea Torreño (te recomiendo seguir su cuenta de Instagram ). Lástima no haber sabido de él durante la estancia, me hubiera encantado hacer esta excursión.
Parque Nacional de Chobe Desde Victoria Falls se puede visitar el Parque Nacional Chobe , en Botsuana, conocido por su gran concentración de elefantes (hasta 130.000), grandes manadas de búfalos, antílopes, leones y, sobre todo, rinocerontes. Está tan solo a una hora de carretera, por lo que se puede hacer una visita de un día, aunque merece la pena quedarse a dormir en Kasane o en el mismo parque. Hay varios operadores que ofrecen esta última opción, con alojamiento en acampada, una experiencia más completa. Yo fui con Kalahari Tours y me gustó mucho porque tienen buenos guías, son correctos y se esmeran en ofrecer el mejor servicio.
Sania en el Parque Nacional de Chobe. © Sania Jelic. Algunas direcciones recomendadas • El bar/restaurante Lookout Café (www.thelookoutcafe.com) tiene una vista espectacular al cañón con el puente en el fondo, cócteles, así como comida de calidad a precios razonables.
• El restaurante local Dusty Road (www.dustyroad.africa) fue nombrado el mejor en 2023 por la autoridad turística local. En un ambiente muy fotogénico y creativo, se ofrece gastronomía tradicional con la descripción de los ingredientes. Toda una experiencia. El precio de 20 $ me pareció correcto para la degustación de unos 10 platos.
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