Viajar a Oslo con la mejor compañía, es decir contigo misma, te depara no pocas experiencias interesantes. El carácter hospitalario de los noruegos también ayuda si en algún momento te apetece compartir la emoción de descubrir sus hitos arquitectónicos o artísticos. Para esta escapada en solitario os recomendamos un mínimo de tres días, que son suficientes para visitar la capital noruega sin prisas y, al mismo tiempo, sin aburrirte ni un momento.
Recorre Oslo en bicicleta. Oslo, por su tamaño, es una ciudad perfecta para conocerla caminando. Si te alojas en un hotel céntrico (consulta guía práctica), los lugares de mayor interés se encuentran a pocos minutos a pie o en transporte público. Te sorprenderá comprobar cómo en sus numerosos parques todo permanece ordenado y perfecto (cada árbol, cada flor, cada banco), las terrazas siempre están dispuestas cuando las necesitas para sentarte a tomar algo o a ver pasar a la gente. Nunca he visto a tantos padres (en masculino) solos empujando el carrito del niño.
La Ópera de Oslo refleja el entorno. Ópera de Oslo Uno de los perfiles arquitectónicos más atractivos es el de la Ópera & Ballet de Oslo . Simula un glaciar flotante y actúa como un nexo de mármol blanco entre la ciudad y el fiordo. Sus grandes ventanales de cristal reflejan la luz y mutan de tonalidad a lo largo de la jornada. En su interior los espacios recubiertos de madera crean una cálida sensación de intimidad. La firma Snohetta recibió por este proyecto el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea Mies van der Rohe . La Ópera es la guinda del proyecto que reformará todo el frente marítimo y que se espera esté concluido en 2020. Desde ella se puede observar un conjunto de edificios denominado Barcode que simulan, con sus distintas alturas y dimensiones, un código de barras.
Museo de Astrup Fearnley La arquitectura también goza de un papel protagonista en el Museo de Astrup Fearnley , un centro privado de arte contemporáneo diseñado por Renzo Piano. Pero el arte no solo se encuentra en espacios cerrados, y el mejor ejemplo es el Parque de Vigeland donde se pueden admirar 212 esculturas de granito y bronce. El escultor noruego Gustav Vigeland ha recreado las etapas del ser humano desde su nacimiento hasta la muerte. Es igualmente interesante un monolito, situado sobre una pequeña colina, donde otras 121 figuras entrelazan sus cuerpos. Este parque es un buen lugar donde descansar o improvisar un picnic a mediodía.
El Museo de Astrup Fearnley cuenta con una valiosa colección de Arte Contemporáneo. Galería Nacional Otra visita imprescindible si os gusta el Arte es la Galería Nacional donde exponen El Grito , la famosa obra de Edvard Munch, además de una amplia muestra de otros pintores noruegos y foráneos como Picasso, Gauguin, Monet y Renoir. Su tienda y la cafetería, también debes incluirlas en el recorrido porque merecen la pena. Y, si os ha enganchado Munch, no debes dejar de conocer el Museo Munch , donde podrás apreciar sus trabajados ampliamente.
Grünerlokka Tras la primera toma de contacto cultural se puede ampliar con algunos museos, como los del Barco Vikingo, el del Fram y el Kon-Tiki; la casa- museo Ibsen; el castillo y la fortaleza de Akershus , que muestra el pasado medieval de Oslo; y el Centro del Premio Nobel de la Paz. Si te gusta pasear te recomendamos recorrer el barrio de Grünerlokka que, además de acoger el Museo Munch y el Jardín Botánico te ofrece la oportunidad de ir de compras a tiendas originales y con productos muy alternativos. Es imposible salir con las manos vacías de sus boutiques de diseño, de antigüedades y de segunda mano.
Grünerlokka es el barrio alternativo y hipster de Oslo. Mercado Mathallen Los pequeños locales que salpican las vías no esconden su pasado industrial, al igual que tampoco lo hace el mercado Mathallen , en la zona de Vulcan, un buen lugar para probar los sabores noruegos y de otras partes del planeta. Si hace buen tiempo, siéntate en la terraza para degustar una delicatessen de salmón y una cerveza local. Pocos caprichos tan asequibles y placenteros.
Holmenkollen Para el último día en Oslo os proponemos varias actividades divertidas (y un poco locas también) como acercaros al Holmenkollen , el centenario trampolín de saltos de esquí. ¡Desde su torre las vistas son impresionantes! En el museo situado en la base se narran cuatro mil años de esquí, además de contar los avatares de varias expediciones polares (de Nansen y Amundsen) y la historia olímpica. Podéis por probar el simulador de saltos o, incluso, saltar en tirolina desde lo alto.
Navegar alrededor del fiordo de Oslo te depara interesantes perspectivas. Crucero La segunda sugerencia es más tranquila: conocer el perfil de la costa noruega a bordo de un barco. Existen rutas de unas dos horas que permiten disfrutar, relajadas en cubierta, del desfile en miniatura de casitas de colores, islas, calas, faros y embarcaderos. Incluso se puede ver el edificio de la Ópera desde otra perspectiva con ‘She lies’, la escultura de cristal flotante de Monica Bonvicini, en primer plano. Las modalidades de crucero son muy variadas y se puede elegir el que más se adecué a nuestros gustos.
Cementerio Æreslunden Por último, antes de marcharos de Oslo, la visita más curiosa: el cementerio Æreslunden , donde yacen personajes tan queridos por los noruegos como Henrik Ibsen, Edvard Munch, Bjørnstjerne Bjørnson, Richard Nordraak, Christian Krogh y Alf Prøysen. No es un lugar tétrico, ni mucho menos, sino que es un espacio habitual de paseo y de calma para leer o desconectar un rato.
Una extensión recomendable desde Oslo es un crucero por los fiordos noruegos. Excursión desde Oslo Añade dos días más a esta escapada y realiza una ampliación de viaje a los fiordos. Lo puedes comprar ya organizado (‘Norway in a nutshell’) y salir en tren desde la capital. Permite admirar maravillosos paisajes (lagos, cumbres, cascadas, villas,…) entre Oslo y Myrdal , e imágenes mágicas desde allí a Flam en otro tren, el Flamsbana). Su recorrido está considerado uno de los más bellos del planeta–. Flam es una pequeña población entre montañas y a pie del fiordo. De aquí parte un crucero que recorre Nærøyfjorden (el fiordo de Nærøy, una rama del famoso Sognefjord o Fiordo de los Sueños), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Montañas de casi dos mil metros, cascadas, granjas y pequeñas poblaciones se suceden hasta llegar a Gudvangen, desde donde se puede volver a Oslo o continuar hasta Bergen, otro destino imprescindible en Noruega.
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Guía práctica de Oslo Consulta los mejores vuelos en Skyscanner. Desde el aeropuerto puedes llegar al centro en 19 minutos con el Airport Express Train (Flytoget).
La tarjeta Oslo Pass (24, 48 o 72 horas) te ofrece ventajas en transporte público, museos, acceso a piscinas, etc.
Alojamientos : Clarion Hotel Royal Christiania (confortable, junto a la estación central de tren de Oslo) y el Hotel Vatnahalsen (a 5 min. de Myrdal, ideal para hacer una parada en el tour de ‘Norway in a nutshell’)
Dónde comer: Mercado gourmet Mathallen, Cervecería y restaurante Olympen (Oslo), Sjømagasin (pescados y mariscos, Oslo).