Paisajes majestuosos, romanticismo y sorpresas acompañan durante los 20 kilómetros de recorrido del tren noruego de Flåm (o Flamsbana). Considerado entre los más hermosos del mundo, es uno de los viajes en tren que hay que hacer, al menos, una vez en la vida. Te damos todos los datos para organizarlo.
Tren de Flåm. © Wolf Vandierendonck Noruega ofrece grandes atractivos al viajero, de eso no hay ninguna duda. En Etheria Magazine ya hemos declarado nuestro amor incondicional a la cultura de Oslo, y a la belleza de ciudades como Bergen y Trondheim. Incluso te hemos dado 9 razones para viajar a Noruega. Sin embargo, no te habíamos contado la maravillosa experiencia que puedes vivir a bordo del Flamsbana o Tren de Flåm . Aunque no hay que creer a rajatabla los rankings, tenemos que decir que este itinerario fue elegido por National Geographic como el mejor del mundo, y también estuvo entre los 10 mejores de Lonely Planet. Tendrás que ir para comprobar si han exagerado o no. A continuación te contamos curiosidades sobre el tren, razones que justifican su posición en el podio de los viajes en tren y algunas recomendaciones, basada en nuestra experiencia, para preparar tu viaje a Noruega.
El Tren de Flåm, una línea histórica Aunque te puede parecer una línea turística, este tramo de ferrocarril no nació con el objetivo de llevar a curiosos de un lado para otro. Su historia se comenzó a gestar tras la inauguración de la línea Oslo – Bergen en 1909, una conexión importante que precisaba de un ramal hacia el fiordo de los Sueños con el que asegurar el transporte hacia y desde este fiordo. En 1923 comenzaron unas obras que durarían 20 años y que supusieron todo un reto: 18 de sus 20 túneles tuvieron que ser excavados sin ayuda de maquinaria, y las laderas eran tan empinadas que los trabajadores vivían en un riesgo constante. Aún así, sólo murieron dos en todo el tiempo que duró su construcción.
Coloridos tejados de Flåm. © Kuntal Sahni La recuperación de esta línea para el turismo, en 1998, logró salvarla de su desaparición, ya que como línea regular ya no resultaba rentable. Y gracias a ello, hoy día podemos disfrutar de sus vagones con aires de otra época y varias frecuencias diarias. En el Museo del Ferrocarril de Flåm podrás conocer muchos más datos de interés.
Cuál es el itinerario de este tren El tren de Flåm enlaza las poblaciones de Flåm y Myrdal . El itinerario se puede hacer de ida, o de ida y vuelta, desde cualquiera de las dos estaciones. Si lo inicias en Myrdal , aprovecha para tomar unas tortitas caseras en el histórico Café Rallaren antes de iniciar el viaje.
Interior y vistas del tren de Flåm. © PG/ Etheria M. Una vez que subes al tren te esperan 20 kilómetros de recorrido , unos 50 minutos de traqueteo y paisajes de infarto. Los vagones, aunque cuidados y con sistema de audio, conservan el ambiente de otra época que favorece esta bonita experiencia.
Por las ventanillas de este tren panorámico, que en Myrdal alcanza casi 900 metros de altitud, se irán sucediendo panorámicas sorprendentes. No faltan cataratas que desploman su caudal con furia, riachuelos que se abren paso por la montaña, cumbres nevadas, desfiladeros, túneles o bucólicas granjas con rebaños alrededor.
Granjas en el itinerario del Tren de Flåm. © PG/ Etheria M. Cascada de Kjosfossen Y a 4 kilómetros de Flåm, la estación final, cuando piensas que no puede suceder nada más que te sorprenda, el tren se detiene. Avisan por megafonía de que debes bajar. Caminas unos metros hacia un pequeño mirador y el espectáculo que se produce a continuación es grandioso. Los revisores piden silencio, y, de pronto, comienza a emerger una voz femenina muy dulce del entorno de la cascada de Kjosfossen. Hay que fijarse bien para ver danzar a una joven vestida de rojo, junto a unas ruinas, y que parece haber salido de una leyenda nórdica. Con la piel aún erizada, y mojada por las salpicaduras del agua de la catarata, vuelves al tren. Continúa el recorrido, con más caídas de agua impresionantes y montañas que se elevan hasta el cielo…
Cascada Kjosfossen. © PG/ Etheria M. El itinerario de este tren apenas dura una hora pero la experiencia es tan emocionante que merece la pena viajar a Noruega para hacerlo.
Los amantes de los trenes, que se fijan más en las cuestiones «técnicas», estarán encantados también porque es una de las líneas de ferrocarril más inclinadas del planeta (en un ancho de vía normal). Casi el 80% de su trazado tiene una pendiente del 5,5% y el radio de curva más pequeño es de 130 metros.
Vistas desde el Tren de Flåm. © PG/ Etheria M. El tren de Flåm, principio y final del viaje El punto final del trayecto, o el principio según lo hagas, es Flåm (www.visitflam.com), una bonita aldea rodeada de altas montañas que está situada a la orilla del fiordo Aurlandsfjord (un afluente del Sognefjord o fiordo de los Sueños). En primavera y verano es un lugar concurrido al que acuden muchos viajeros –algunos años han llegado a recibir más de millón– atraídos por el Flamsbana (o Tren de Flåm) o por los cruceros que recorren los fiordos desde este lugar.
Pero Flåm, además de una estación de tren, también ofrece actividades interesantes como la ruta en bicicleta de la Rallarvegen (o Ruta de los Peones Camineros ), paseos en kayak por el fiordo y varias rutas senderistas. Y si no eres muy deportista, tienen un museo y tiendas donde curiosear y comprar ropa de abrigo, en todas venden plumas y chaquetas polares.
Tienda en Flåm. © PG/ Etheria Magazine Cómo organizar el viaje Desde Oslo puedes viajar hasta Myrdal, como hacían los viajeros decimonónicos, y allí subir en este histórico tren hasta Flåm. En nuestro caso, fuimos a lo fácil, adquirimos un paquete que se llama ‘Norway in a nutshell’ , en el que incluimos los trayectos de tren, barco y autobús. Lo planteamos como una escapada de dos días desde la capital noruega, pero se puede ampliar y quedarte algunas noches en Bergen.
Pueblo de Flåm reflejado en las aguas del fiordo. © PG/ Etheria M. ¿Cómo lo hicimos? Salimos desde la estación central de Oslo en un tren que nos llevaría hasta Myrdal (el viaje es en un tren de línea regular y el paisaje es interesante porque pasa por montañas y estaciones en las que palpas la vida cotidiana de la población). Pasamos una noche en un hotel encantador cerca de Myrdal , y al día siguiente continuamos, en el Tren de Flåm, hasta Flåm .
En dicha localidad subimos a un Ferry para hacer un pequeño crucero por los fiordos que nos llevó desde Aurlandsfjord, pasando por Nærøyfjord, hasta el pueblo de Gudvangen .
Embarcadero de Flåm. © PG/ Etheria Magazine El paisaje en los fiordos es tanto o más sorprendente que el del tren, de hecho, este fiordo está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Consejo: trata de posicionarte bien en el barco en cuanto subas, para disfrutar del panorama y hacer fotos.
Una vez en Gudvangen, viajamos en autobús hasta la ciudad de Voss , por una carretera de curvas inverosímiles y emocionantes. En su estación hay que tomar otra decisión: volver a Oslo o continuar hasta Bergen. Si tienes tiempo en Voss, anímate a dar un paseo por su casco antiguo, tiene casas muy pintorescas.
Paisaje desde el ferry que surca los fiordos noruegos. © PG/ Etheria M. Cuándo hacer el viaje del Tren de Flåm Lo más habitual es ir en primavera o verano, ya que las temperaturas son más agradables y hay más horas de luz, pero tiene el inconveniente de que hay mucha afluencia turística. En cambio, en otras estaciones como el otoño o el invierno también es increíble y el tren va medio vacío. Eso sí, el paisaje está más nevado y el viaje en el tren hay que hacerlo por la mañana porque oscurece muy pronto.
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