La ciudad de Marrakech es experta en esconder pequeñas joyas entre sus intrincadas callejuelas. Una de las más valiosas es el hotel La Sultana que, a modo de riad tradicional, permite disfrutar de una estancia en la ciudad como si fueras la protagonista de un delicado poema árabe.
Entrada de La Sultana. Marrakech siempre merece una visita. Está bien conectada con vuelos desde España que en unas tres horas te trasladan a otro mundo de colores, olores y paisajes diferentes. Y es un destino que puedes disfrutar tanto en un viaje en pareja como en una escapada con amigas. Y, para cualquier opción de viaje, el hotel La Sultana te permite no dejar en ningún momento ese aire exótico y oriental de Las Mil y Una Noches que acompaña en los paseos por la parte antigua de la ciudad.
Secretos de Marrakech En Marrakech parece que lo mejor va a aparecer siempre detrás de un recodo, en un coqueto callejón. Así aparece La Sultana al girar en una de la calles más animadas del distrito de la Kasbah Imperial, un lugar que fue ocupado por los sultanes de Marruecos desde el siglo XII, a tan sólo diez minutos caminando desde la famosa plaza de Jemaa El Fna .
De repente, en un instante, aparece la paz en medio del bullicio incesante de la ciudad y una pequeña puerta te invita a entrar. Imposible imaginar lo que hay tras ella.
El mundo de patios interiores, vegetación, agua y juegos de luz que componen La Sultana forma infinidad de rincones donde detenerse a descansar. Su decoración, que combina las paredes de ladrillo rojo con los artesonados de madera en las galerías, los arcos apuntados y la filigrana en puertas y detalles traslada a otra época y te rodea de esa belleza sutil y exótica del mundo árabe, esa que tenemos en la cabeza a través de libros como Las Mil y Una Noches o de relatos históricos sobre cómo debieron ser los palacios de la Córdoba califal.
Mesas para una cena junto a la piscina. Hay dos lugares que se llevan todas las miradas y con razón: uno la pequeña piscina situada en el corazón del hotel, rodeada de bellas columnas. Y el otro (mi preferido) la terraza . Aquí podrás desayunar, comer o tomar algo al final del día mientras contemplas los tejados de la ciudad y la mezquita de Moulay El Yazid, y escuchas al almuecín llamar a la oración. Marrakech está llena de rincones bellos y llenos de encanto pero dudo que haya muchos que puedan igualar esta terraza donde desayunar cada mañana hace que el día se afronte con el mejor espíritu posible.
La terraza y parte del bufé de desayuno. Cada habitación es distinta La Sultana tiene 28 habitaciones o suites y cada una de ellas tiene una temática decorativa, aunque todas coinciden en transmitir un lujoso ambiente a través de preciosas telas, obras de arte, muebles antiguos, techos decorados… Aunque tienen un aire de otro tiempo, cuentan con todas las comodidades que puedas desear: TV satélite, ventilador, aire acondicionado, wifi gratuito, minibar sin alcohol sin cargo… En los riads las ventanas de las habitaciones dan todas a los patios interiores, esto las protege del bullicio y del calor, si se quieres tener más luz puedes pedir las suites de lujo con balcón privado.
Una de las suites de La Sultana. Gastronomía de altura Tanto por la deliciosa versión de la cocina tradicional marroquí que ofrece como por las vistas desde la terraza. A mediodía La Table du Souk ofrece en este espacio decorado con azulejos verdes y cuidado mobiliario dos tipos de cocina: el menú ‘From the Market’, que combina productos marroquís como el azafrán o el comino, y ofrece una carta basada en carnes y pescados locales que provienen de una red de pequeños productores. Y el menú ‘Street Food’, que ofrece una cocina ligera con pescados a la parrilla, mariscos, cuscús vegetariano…
La gastronomía del hotel es un aliciente más para alojarse en él. La Table de La Sultana es el restaurante que abre para las cenas más delicadas y románticas, que se celebran también en la terraza en verano (en invierno en el patio), y que mezclan aires de la gastronomía de Marruecos con toques franceses. También con productos locales de cercanía para ofrecer platos llenos de matices. Recuerda dejar un hueco para los deliciosos dulces árabes que preparan cada día.
Un precioso Spa y mucho más La cultura del agua del mundo árabe tiene su máxima expresión en lugares como el Spa de La Sultana . Cuenta con dos hammans, jacuzzi, sauna… y lo mejor es terminar este momento de relajación y de quererse un poquito con un masaje.
Spa La Sultana. Si te has quedado prendada de la gastronomía del hotel, no dudes en probar sus clases de cocina , te llevarás los secretos mejor guardados de la cocina marroquí y podrás degustar lo que hayas preparado en La Table du Souk.
Además, en La Sultana pueden prepararte otras experiencias para vivir Marrakech de un modo distinto: una cena privada en el desierto, un vuelo en globo sobre el Atlas, conducir un buggy por el desierto de Agafay… Imagina y cuéntalo en el hotel, seguro que consiguen que cumplas tu sueño.
La Sultana Marrakech
403 rue de la Kasbah. Situada a tan sólo 15 minutos en coche del aeropuerto de Marrakech. Pertenece a Small Luxury Hotels of the World.
Fotografías cedidas por La Sultana Marrakech.
📍 También te puede interesar:
Marrakech con amigas, visitas para un fin de semana intenso
Disfruta de una escapada en pareja al ‘Riad Belle Epoque’ de Marrakech