Su ADN se forma más allá de tópicos playeros y aglutina todas las maravillas de Canarias pero con un extra muy particular: provocar el ‘Efecto La Palma’, una adicción que sólo comprenden quienes han pisado sus volcanes y contemplado sus estrellas. Nos sobran razones para augurar que la Isla Bonita se convertirá en el destino de tu próxima aventura con amigas.
Mirador de los Andenes. © KR Deberíamos advertir con un “¡Cuidado, spoiler!”, entramos en un territorio como La Palma, capaz de concentrar en sus 47 kilómetros de largo y 29 de ancho, todas las grandezas del archipiélago canario. Y no por pequeña, evitamos la clásica encrucijada viajera : ¿por dónde empezamos a recorrerla? La frondosidad del norte evoca tierras celtas, su litoral se dibuja por playas azabache y el magma ha transformado drásticamente la orografía meridional de una isla que se disfraza de Cuba una vez al año.
Un barraquito en la capital Imbuida en ese carácter buscavidas propio de las ciudades portuarias, Santa Cruz de La Palma ha sufrido asedios de piratas, ha intercambiado mercancías con los Países Bajos —hoy se conservan obras de arte flamenco por toda la isla— y ha construido importantes navíos que partieron rumbo a las Américas.
Sus coloridas calles y sus floridos balcones denotan la personalidad del pueblo palmero; valiente por su herencia indígena, alegre por el sol del trópico y relajado por su eterna primavera.
Balcones históricos del paseo marítimo de Santa Cruz de La Palma. © KR Integrarse del todo en la idiosincrasia de la capital implica tomarse un Barraquito —un cóctel de café muy preciado en Canarias— en el Café Don Manue l, dirigido por el actual subcampeón barista de España, Rayco Paz. Las viajeras más irreverentes lo acompañarán con un puro artesano de La Palma, una tradición nacida del cultivo de tabaco en la isla. En el taller de Puros Artesanos Julio puedes presenciar cómo se elaboran.
Casi todo lo importante en Santa Cruz pasa por la Calle Real, donde se encuentran el histórico Palacio de Salazar y la Plaza de España, que durante el carnaval de Los Indianos se transforma en la Plaza de La Habana. Recuerda esta celebración, porque es una de las más divertidas de nuestro país y todavía es una gran desconocida para el gran público peninsular.
Durante el día de Los Indianos se lanzan polvos de talco por toda la ciudad. © KR Ya habíamos desvelado ‘diez secretos para conocer La Palma’ y ahora te proponemos estos planes ligados a su extraordinaria naturaleza, declarada Reserva Mundial de la Biosfera.
Atardecer entre volcanes activos Los 24 kilómetros de la Ruta de los Volcanes resumen la historia sísmica del sur isleño. Para llegar a uno de sus miradores más imponentes, un sinuoso camino desfila sobre el cráter de San Antonio, que erupcionó en 1677 y que hoy esconde una grata sorpresa: un bosque de pinos canarios —el emblema vegetal de La Palma— y un manto anaranjado de vinagreras, una planta endémica que sobrevive hasta en los terrenos más inhóspitos. El sendero que parte del Centro de Visitantes serpentea por la boca de 350 metros de diámetro y ofrece una gran perspectiva del Parque Natural de Cumbre Vieja , testigo de las últimas coladas volcánicas de España.
Más de mil kilómetros de senderos señalizados se dispersan por toda La Palma. Mirador del tubo volcánico Cueva de las Palomas. © KR El magma del Teneguía creó en 1971 la playa de Echentive , donde ya se producían peregrinaciones hacia el manantial de Fuente Santa antes de este episodio volcánico.
La lava también formó el Charco Verde, una discreta poza de aguas templadas y cristalinas con aspecto paradisíaco, ideal para zambullirse en cualquier época del año.
Camuflado entre estos terrenos volcánicos, el Jardín de la Sal enmarca, junto a las Salinas y el faro de Fuencaliente, uno de los puntos costeros más bucólicos del sur. No te pierdas el atardecer y tampoco las creaciones gastronómicas del restaurante temático. La familia que lo dirige respeta tan rigurosamente la pulcritud del cielo —protegida por ley desde 1988—, que al anochecer cierra sus puertas para que las estrellas sean las únicas protagonistas.
Imagina un atardecer en las Salinas de Fuencaliente con tus amigas mientras tomas una Isla Verde, una cerveza artesana de La Palma. © KR Frikis del cielo Desde el Observatorio del Roque de los Muchachos, el Gran Telescopio Canarias dirige al firmamento un gigantesco ‘Ojo de Sauron’ con el que astrofísicos de todo el mundo estudian realidades astronómicas verdaderamente fascinantes. Para llegar a los 2.400 metros de altura en los que se encuentra, hay que superar 40 kilómetros de empinadísimos puertos y enrevesadas carreteras. Las visitas guiadas starlight del observatorio completan la parte científica de la experiencia.
Un total de dieciséis miradores astronómicos se ubican en puntos estratégicos por toda la isla y ayudan a comprender qué planetas y constelaciones se contemplan desde esta parte del mundo. El Mirador del Jable es uno de ellos.
Gran Telescopio Canarias. © Toño González El pino canario, un superviviente Desde el Mirador de La Cumbrecita –dentro del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente – arrancan distintas rutas por inmensos bosques de pino canario, una especie cuya salvia resiste las altas temperaturas y el ataque de termitas. En este escenario de impresionantes barrancos, no es extraño encontrarse con lustrosos cuervos autóctonos que acuden al reclamo de alimento.
El interior del parque nacional alberga la ferruginosa y paradisíaca cascada de Colores a la que sólo es posible acceder a pie.
Ruta por el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. © KR El pueblo con más sol de Europa Una dura jornada de senderismo merece un descanso proporcional en las playas de la costa oeste. Allí se encuentran las de Puerto Naos y Tazacorte, el pueblo con más horas de sol de Europa. En esta vertiente de la isla, las plantaciones de caña de azúcar, plátano y aguacate dinamizan la economía del municipio de Los Llanos de Aridane y se expanden bajo la panorámica del Mirador del Time .
Junto al coqueto casco histórico de Los Llanos, el chef Pedro Hernández rinde homenaje a la cocina insular en su gastrobar El Duende del Fuego .
El risotto de tuno indio –una variedad de higo chumbo de Canarias– del gastrobar El Duende del Fuego. © KR Jungla canaria El Bosque de los Tilos concentra la mayor formación de laurisilva —una selva compuesta por laureles y plantas similares— al oeste de la isla. En las colinas donde se encuentra, las nubes se afanan en lograr el ‘Efecto Foehn’, un fenómeno meteorológico totalmente hipnótico. La lluvia horizontal nutre el agreste paraje que tiene como protagonista una cascada salvaje .
Una interesante ruta de ocho kilómetros atraviesa trece túneles resbaladizos y varios diques volcánicos hasta llegar a los nacientes de Marcos y Cordero.
Cascada salvaje en el Bosque de los Tilos. © KR En el paseo por la coqueta arquitectura de San Andrés –Declarada Conjunto Monumental Artístico– se cruza la pequeña destilería de Ron Aldea que produce ron de caña de azúcar de La Palma desde el año 1936. A su lado, el fotogénico e ‘instagrameable’ Charco Azul ha sido creado por el ser humano pensando en el relax más absoluto. La pequeña presa de aguas turquesas y cristalinas se resguarda plácidamente del océano Atlántico y compite en belleza con las piscinas naturales de La Fajana y con Nogales , la playa de arena negra más salvaje de la zona.
Tierra de mujeres bodegueras En un mundo históricamente masculinizado, hace tres décadas que la viticultora palmera Eufrosina Pérez fundó las Bodegas El Níspero en Garafía, donde se combina la tradición vinícola del norte de la isla con elaboraciones que van desde el contundente escaldón con aguacate y queso –gofio escaldado–, hasta los tradicionales potajes de trigo blanco. Sus albillos blancos conservados en barricas de tea reciben especiales reconocimientos.
Las bodegueras de La Palma Eufrosina Pérez (Izq.) y Victoria Torres Pecis (Dcha.). Al sur de La Palma, Victoria Torres Pecis capitanea la quinta generación de la bodega Juan Matías i Torres , un legado familiar que hoy exporta sus vinos a todo el mundo. El contraste cromático entre los terrenos volcánicos del sur y sus viñedos abanderan la imagen de Fuencaliente, distinguida por los Malvasía, vinos palmeros naturalmente dulces.
Guía Práctica de la isla de La Palma Cómo ir Consulta las frecuencias de Iberia Express en su página web.
Comer en la capital Atrévete con el conejo en salsa de almendras, la especialidad de La Placeta . Además, el restaurante se ubica en uno de los rincones más bonitos y coloridos de Santa Cruz. En resumen, date un capricho y disfruta de los productos propios de la isla como el queso asado o el de Barlovento, las ensaladas de aguacate, la pata de cerdo y sus pescados frescos. Todo, sin olvidarnos de las míticas papas con mojo picón, claro.
Dónde dormir En la agradable playa de Los Cancajos —localidad vecina de Santa Cruz—, el H10 Hotel Playa dispone de todos los servicios de un gran complejo hotelero en la costa. La Palma & Teneguía Princess ofrece similares prestaciones en Fuencaliente, al sur de la isla. En el centro histórico de Santa Cruz, El Hotelito y Hotel Holiday , cuya estructura respeta la arquitectura tradicional insular, son dos buenas opciones para sacarle el máximo partido a la capital.
Caldera de Taburiente. Más información En la web oficial de Visit La Palma encontrarás todo tipo de información práctica para organizar tu próximo viaje a la isla.
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