En la región italiana de Emilia-Romaña se encuentra la ciudad de Módena, famosa por ser la cuna de un condimento que casi todos tenemos en la cocina: el aceto balsamico di Modena, ese preciado elixir que se suele echar en las ensaladas, y que (casualmente) ¡es donde no se debe echar!… Pero bueno, ese es un tema que otro día explicaré.

Viaje de lujo a Módena.
Pero si el vinagre balsámico lo podemos comprar en cualquier ‘súper’, lo que no podemos traernos a casa es el número 1 de la lista de Los 50 Mejores Restaurantes del Mundo: la Osteria Francescana, el restaurante que el chef Massimo Bottura (3 estrellas Michelin) regenta en el casco antiguo de Módena, y que en los últimos cinco años fluctúa en la lista junto al Celler de Can Roca, al Menton (Francia) y al Central (Perú) para ser el mejor del mundo. Este año Bottura vuelve a ser el número uno absoluto.

Massimo Bottura, chef de la Osteria Francescana.
Si el tema gastronómico no es suficiente para hacerte subir el pulso del buen vivir, puede que por el tercer producto estrella modenés tengas un subidón de adrenalina que no olvidarás nunca.
En un área de apenas 30 kilómetros a la redonda se encuentran las plantas de producción de Ferrari, Lamborghini, Maserati… ¿Cómo se te pone el cuerpo? Estás en la llamada Tierra de los Motores, donde existe una verdadera pasión por los supercoches, por el diseño de carrocerías y por la velocidad. Un mundo exclusivo donde se asocia la estética del lujo con la tecnología punta.
Los lugareños ni pestañean cuando ven pasar a un Ferrari por delante de sus narices, algo que resulta chocante para los que llegamos allí como cándidos turistas. En Módena dicen que un Ferrari es el único coche que nunca ha sido arañado o víctima del gamberrismo: “Nadie se atreve a rayar un Ferrari, porque es como un ídolo que suscita admiración y respeto”. Alabado sea.
En ese contexto hemos hecho este viaje ‘de lujo’ con el objetivo de experimentar la emoción de conducir un coche mítico y después cenar a cuerpo de Papa. Exciting, ¿no?
Pilota por un día… en el autódromo de Módena
Imagínate al volante de un Ferrari 430 F1 Rosso Corsa (rojo Ferrari), conduciendo desde la zona urbana de Módena hasta la pista de carreras del Autódromo. La adrenalina va subiendo… Vas intuyendo que en breve sentirás la emoción de medir tu pericia de piloto –o pilota (ponerlo por escrito aun da susto, pero es correcto)– saboreando tus dotes en estado puro y la pasión por la velocidad.
Cuando llegas a los boxes del circuito lo primero que se te ocurre es mirar el interior de los órganos mecánicos del coche para curiosear el diseño de su motor, y después compruebas el alerón del vehículo como si fueras un entendido en aerodinámica. ¡Qué nervios!

Ferrari en el autódromo de Módena.
Acto seguido, tu copiloto regula la inclinación del asiento a tu medida, te coronan con el casco reglamentario y te imparten algunos consejos puestos en práctica por los pilotos profesionales para hacer frente a las curvas. ¡Me ato al cinturón… que casi no respiro!
El rugido del motor te eriza los pelos de la nuca, pero cuando ‘el animal’ brama a través de los tubos de escape es cuando empiezas a sentir las sienes frías. Pisas el acelerador y la espalda se te pega al asiento. El coche va rapando la pista; es tan bajo que tienes la sensación de tocar el asfalto con el culo. Aguanta. Resiste.
Por un instante alucino cuando pienso que tengo en mis manos el poder de una bestia de ocho cilindros de 3.000 centímetros cúbicos con el rendimiento de 500 caballos de potencia… Es decir: 350 caballos más que mi coche. Esta máquina roja es capaz de alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora, y acelerar de 0 a 100 en 3 segundos.
Pero bueno, lo mejor es no pensar en datos técnicos… ni tampoco en El Monje que vendió su Ferrari (que si no lo has leído da igual). Respiro.
Todo esto ha sido solo el empiece, una prueba de contacto. Concentrado estoy.
Empezamos de nuevo: Adrenalina… dos, tres, cuatro… ¡diez!

Momento previo a la conducción en el autódromo de Módena.
Acelero, reduzco, freno… un par de curvas cerradas enlazadas y luego una larga recta. Me dejo llevar y empiezo a percibir lo que el coche me quiere decir. Una y otra vuelta. Dejo tiempo para saborear el veneno. Otra vez: Uno, dos, tres, cuatro… cinco. En cada vuelta descubro más emociones. Ahora siento que la pista tiene variaciones en la altura. Tiemblo un poco… ¡no pasa nada! Voy atento a las desafiantes curvas de gran radio que se alternan con las rectas. El coche vuela, el tiempo también. Se acabó. Respiro tranquilo.
Ir a la velocidad del rayo conduciendo un mítico Ferrari en la patria de los ferraris supera cualquier expectativa, y significa, sobre todo, haber realizado un sueño.
Fuera del coche, ya de pie y sin casco, la experiencia concluye con un piscolabis y un tiempo de relax para comentar la aventura con el staff del circuito.

Lamborghinis en el autódromo de Módena.
En mi caso aproveché para hacer algunas preguntas:
• ¿Cuántos años lleva funcionando el autódromo y qué número de visitantes reciben al año?
Se inauguró en 2014, y recibe casi 60.000 visitantes al año.
• ¿Todos vienen a conducir en la pista?
El 90%
• ¿Y cuántas mujeres quieren vivir esta experiencia?:
El 20%, y los coches que prefieren son los Diablos de la Lamborghini.

Casa Museo Enzo Ferrari.
Paseo por Módena… y cena de lujo
Para completar este fin de semana appassionato del motore también podemos visitar la Casa Museo Enzo Ferrari, un edificio futurista que tiene exposiciones sobre la vida y obra del famoso diseñador de automóviles y modelos emblemáticos de la Ferrari; la Factoría-Museo Lamborghini, la Fábrica Maserati; o la peculiar colección de autos Stanguellini.

El Duomo de Módena.
Por supuesto que Módena, además del universo del motor, tiene muchos más sitios para visitar, como El Duomo, la catedral románica que –¡aleluya!– se puede visitar gratuitamente; el Palacio Museo, del siglo XVIII, que alberga la Galería Estense con obras de Tintoretto, Correggio y Bernini.
También la Piazza Grande es un escenario apropiado para que, a la sombra de la torre Ghirlandina, degustes un gelato italiano de Bloom con garantía de estar ante la verdadera esencia de un producto artesanal, que combina ética y estética ¡toda una experiencia! Y para no perderse la cuidada puesta en escena de los productos de su mercato coperto, el Mercado Albinelli.

No te pierdas los helados de Bloom.
Pero resérvate para la cena, recuerda que estás en la ciudad donde se encuentra el mejor restaurante del mundo, y es una oportunidad que está al alcance de la mano (si la mano te llega al ‘bolsillo’). Sobre Massimo Bottura, chef de Osteria Francescana, no se puede decir más de lo que está en Internet… ¡Hay que probarlo! Después que cada uno lo califique según su capacidad sensorial, tarea que no es fácil. A mí se me antoja: estilo, personalidad y arte.

Si buscas ambiente, dirígete al barrio La Pomposa.
CONSEJOS ETHERIA
Cómo ir
El aeropuerto internacional más cercano es el aeropuerto Marconi de la ciudad de Bolonia. Desde allí se puede llegar al Aeroclub de Módena, situado prácticamente junto al Autódromo, en helicóptero.
Desde Bolonia también hay tren a Módena cada 30 minutos y no tarda más de media hora.
Dónde dormir
Algunos hoteles de Módena están instalados en palacios, como el PHI Hotel Canalgrande, que sigue siendo la casa privada de la familia De Tomaso, ligada al mundo de la industria del motor. La suntuosidad de la entrada y los salones conservan ese aire que identifican a las familias nobles de cualquier época donde un ligero mantenimiento ha hecho que el tiempo haya transcurrido lentamente. Precios a partir de 200 €.
• Hotel Estense. Céntrico, tranquilo y con restaurante típico.
• Quartopiano es un B&B que dicen sus dueños que es como “sentirsi a casa”. Quizá demasiado familiar… pero excelsamente decorado.
• Otra opción es Maranello Village, que es un complejo de hotel/apartamentos donde se alojan los que quieren sentirse ‘Ferrari’. Funcional y decorado con elementos pertenecientes al mundo de la Fórmula 1.

Un paseo por Módena te llevará a la Piazza Grande.
El autódromo de Módena
• El circuito tiene una longitud de 2.000 metros y una anchura de 12 metros en todo el recorrido. Está considerado como el más avanzado de Europa para probar autos deportivos. Autódromo de Módena. Puedes consultar sus tarifas o contactar en info@autodromodimodena.it
• Para conducir un coche en pista es necesario haber cumplido los 21 años de edad.
• Los precios van en función de las vueltas que quieras dar al circuito y del tiempo que se quiera disfrutar ‘patrullando’ la ciudad.
• Además del Ferrari F430 F1 Corsa Rossa, existen otros modelos deportivos para conducir, como los Ferrari 488 Challenge, Ferrari 430 Scuderia, Ferrari Spider o Ferrari 550; varios Diablos de la marca Lamborghini, y dos Lamborghinis más: un Huracán y un Gallardo.
Más información
La Oficina de Turismo de Módena –Modenatur– tiene ofertas con opciones de viaje combinando para un fin de semana con alojamiento, con visita guiada a alguna acetaia (destilerías de aceto balsamico) visitas a la Casa Museo Enzo Ferrari, Museo Ferrari de Maranello, almorzar en un restaurante típico, y la experiencia de conducir en el Autódromo (info@modenatur.it).