Los fines de semana proporcionan una oportunidad perfecta para desconectar del trajín del día a día. Si vives en Madrid, una propuesta estupenda para disfrutar en familia es una escapada a Sepúlveda y a las hoces del río Duratón. Combina arquitectura, turismo activo y gastronomía ¿Qué más se puede pedir?
El Duratón a su paso por la ermita de San Frutos. © Susana García A hora y media de Madrid, la provincia de Segovia propone infinidad de planes en la naturaleza y ciudades y pueblos con un legado histórico-artístico incalculable. Para este fin de semana nos vamos a centrar en dos “planazos”: una ruta en piragua o barca de pedales por el río Duratón y una visita a la histórica villa de Sepúlveda.
Piragüismo o barcas a pedales por el río Duratón La ventaja principal de una ruta por el Duratón es que es sencilla y segura, en un río sin corrientes en la zona en la que se realizan las rutas y con varias opciones para que elijas la mejor para tu familia. Si los niños son pequeños, una buena elección son las barcas a pedales, muy estables y con sitio en la parte posterior para dejar niños y bolsas ¡y algunas hasta tienen tobogán! La otra opción son las piraguas, perfectas si los niños son algo más mayores, puedes elegir de una, dos o tres plazas. Te darán un recipiente estanco para meter los objetos personales por si vuelcas, aunque son bastante estables.
Piraguas en el río Duratón. © Susana García Un buen lugar para iniciar la ruta es en San Miguel de Bernuy . Desde aquí, en poco más de una hora, llegas a la playa del Duratón, situada en el embalse de las Vencías. Has leído bien, el río Duratón tiene un arenal con un chiringuito llamado ‘El Duranguito ’ , con música en directo, y pista de vóley playa. Pide uno de sus menús y disfruta de una singular jornada playera en un río. Por el camino habrás podido contemplar el bonito paisaje que forman las hoces que el río ha excavado en la roca y a los siempre presentes buitres leonados, de los que también podrás ver sus buitreras.
Si vas en barca de pedales, puedes parar en cualquier parte del río y darte un chapuzón, en verano se agradece y los niños disfrutarán a lo grande. En las piraguas el problema es que es algo más difícil subirse después, pero con un poco de agilidad se consigue.
El Duratón desde el tobogán de una barca a pedales. © Susana García Visita la ermita de San Frutos Entre Villaseca y Castrillo de Sepúlveda (en la SG-V-2418) sale un camino de tierra que lleva hasta esta bonita ermita encaramada a las hoces y dedicada al patrón de Segovia. Fue construida en el año 1076 y abandonada con la desamortización de Mendizábal. Ofrece una bonita imagen y un paseo hasta llegar a ella desde el aparcamiento, y es perfecta para una parada en el camino donde tomar unas fotos. Cuando llegues verás como las hoces con los buitres sobrevolándolas también son una postal que querrás tener en tu cámara.
Ermita de San Frutos. © Susana García Sepúlveda, joya del románico Si no conoces la villa medieval de Sepúlveda te estás perdiendo uno de esos pueblos que salen en las listas de ‘pueblos más bonitos de España’ con todo el derecho. Encaramado a una gran roca, con las hoces a sus pies, el valor de sus iglesias románicas es incalculable y todo el pueblo ha sabido mantener un entorno armonioso que pide ser paseado con calma. Como si se viaja con niños estos paseos pueden resultar algo tediosos, lo mejor es apuntarse a una de las rutas teatralizadas de Sepúlveda Viva , que combinan la explicación histórica con representaciones que hacen más amena la visita.
Visita teatralizada de Sepúlveda Viva frente a la iglesia de El Salvador. © Susana García También puedes recorrerla por tu cuenta, sin prisas y con la paciencia que sus cuestas requieren. Acércate a sus iglesias románicas (tiene cinco), todas construidas entre los siglos XI y XIII: la de San Bartolomé, la de El Salvador, la de la Virgen de la Peña, la de Santiago (que alberga la Casa del Parque de las Hoces del Duratón) y la de los Santos Justo y Pastor (que guarda el Museo de los Fueros). Además pasarás sí o sí por su Plaza Mayor , donde se asoman el castillo y la muralla árabe del siglo X en uno de sus lados, que es el lugar más animado de Sepúlveda. No hay que olvidar que esta villa es uno de los mejores lugares de Castilla y León para probar el exquisito lechazo y un lugar donde puedes alargar el aperitivo casi hasta el infinito.
Sepúlveda al atardecer. © Susana García Paseos en los alrededores de Sepúlveda Dar un paseo por el campo por la calzada romana hasta la Puerta de la Fuerza (saliendo desde la iglesia de la Virgen de la Peña) es una excelente opción para alejarse del casco urbano. Es una de las que se conservan de las siete puertas principales de la villa, también podrás ver otras como la del Azogue o la Puerta del Río. Si quieres continuar caminando, puedes realizar desde la Puerta de la Fuerza la Senda de los Dos Ríos o de ICONA (de cinco kilómetros), que tiene una dificultad apta para toda la familia y se realiza en hora y media bajando las hoces y caminando junto al río.
Puerta del Azogue (Sepúlveda). © SG Cueva de los Enebralejos Si todavía te quedan fuerzas, de vuelta a Madrid puedes parar en la Cueva de los Enebralejos (a media hora de Sepúlveda en dirección a Madrid), junto a Prádena de la Sierra. Esta cueva calcárea ofrece un interesante paseo (siempre guiado y con explicaciones) tanto por la parte geológica como por la antropológica, ya que hay fue usada como necrópolis desde el Calcolítico. El recorrido es sencillo para realizarlo con niños y muy didáctico.
Interior de la © Cueva de los Enebralejos. Guía práctica de Sepúlveda y las hoces del Duratón Dónde alojarse Si decides dormir en San Miguel de Bernuy una muy buena opción es el Molino Grande del Duratón (molinograndedelduraton.com). Cuenta con habitaciones familiares de diferentes tamaños y ellos pueden organizar las rutas por el río. También te pueden preparar un delicioso menú con productos de la zona.
Hotel Molino Grande del Duratón. © SG En Sepúlveda, una opción excelente es la preciosa Posada de San Millán (posadasanmillan.com). También puedes elegir entre sus hoteles, como el Hotel Rural Vado del Duratón (vadodelduraton.com) o alguna de sus casas rurales
Dónde comer Sepúlveda es conocida por sus excelentes asadores de lechazo. Acertarás seguro con El Fogón de Tinín (uno de nuestros asadores elegidos en la ruta del lechazo ) o El Figón de Ismael. Eso sí, reserva con tiempo. Para tomar el aperitivo, es obligatoria una parada en La Cocina de Paulino para probar sus pinchos y, para merendar, no podrás evitar pecar con las pastas tradicionales y las tortas de nueces de la pastelería El Castillo , en la Plaza Mayor.
Cómo organizar la ruta Si te alojas en San Miguel de Bernuy puedes pasar el sábado hasta primera hora de la tarde en las hoces del Duratón. A última hora de la tarde, acercarte a Sepúlveda (a 30 minutos) y realizar una visita guiada. Por la mañana puedes visitar la ermita de San Frutos y volver a Sepúlveda para disfrutar del aperitivo y la comida.
Si te alojas en Sepúlveda, aprovecha el sábado para hacer la ruta por el Duratón y deja el resto del tiempo para disfrutar de esta villa medieval.
Excursiones organizadas Hay varias empresas que se dedican a organizar rutas por las hoces del Duratón , a alquilar piraguas o barcas a pedales, como Canoas Duratón, Naturaltur, Duraventour o Bocanada Duratón.
En Sepúlveda es interesante sumarse a una visita guiada-teatralizada de Sepúlveda Viva (sepulvedaviva.es), perfecta también para los más pequeños.
La Cueva de los Enebralejos (cuevadelosenebralejos.es) puede visitarse todo el año (en verano con un horario más amplio). Todas las visitas son guiadas y duran unos 45 minutos, hay que recordar llevar alguna chaqueta porque hace fresco incluso en verano.
Fiestas Es probable que tu visita a esta villa coincida con alguna de las fiestas que celebran, que son muchas. La Fiesta de los Fueros (en julio), la Misa de Minerva, el Diablillo (en agosto) y las fiestas populares de los distintos barrios dedicadas a sus patrones.
Más información:
Más información en la Oficina de Turismo de Sepúlveda (turismodesepulveda.es).
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