Hong Kong es el paraíso del asfalto. Su ritmo trepidante y la inmensa oferta de shopping la rotulan como una de las ciudades más energéticas del mundo. Esta puede ser la escapada urbana que estabas buscando para hacer con tus amigas. Atmósfera enigmática en Hong Kong. ©PB El urbanismo de Hong Kong está hecho para la prisa. Una mezcla euroasiática se mueve entre las escaleras mecánicas, puentes y pasadizos que acortan la distancia por sus empinadas vías, comunicando un edificio con otro sin salir a la calle. Se conduce por la izquierda, legado de Gran Bretaña, que alquiló Hong Kong a China por noventa y nueve años tras la derrota de la dinastía Qing en las dos Guerras del Opio (1839-1860). La renta se terminó el 1 de julio de 1997, aunque China prometió respetar los sistemas de vida y económicos al hacerse cargo de la antigua colonia inglesa –siguiendo con las libertades democráticas de expresión y de justicia– por lo menos hasta 2047.
Pero Pekín, de boca de la ‘jefa ejecutiva’ de Hong Kong, Carrie Lam, se ha echado para atrás en su promesa intentando decretar la ley de extradición, lo que ha provocado masivas manifestaciones que han llevado a China, de momento, a paralizar la orden.
Autobús de dos pisos en Hong Kong. ©PB Autobuses, taxis, ferris y sampanes, la cuestión es moverse Los autobuses de dos pisos y los taxis rojos son los dueños del tráfico, mientras que el territorio marítimo está liderado por los pintorescos sampanes y los ferries cruzando constantemente de la isla de Hong Kong a la península de Kowloon, que con los Nuevos Territorios que forman el triunvirato de Hong Kong.
Entre los muchos atractivos con los que cuenta Kowloon están el legendario hotel Península (La gran gama del Lejano Oriente), y el centro comercial Ocean Terminal, vecino al embarcadero del Star Ferry, que lleva más de un siglo transportando pasajeros.
En Puerto Fragante (Hong Kong) el cantonés se habla en la calle, a la par que el inglés, y el mandarín en minorías. La población, de unos siete millones de habitantes, está compuesta en su mayoría por chinos, ingleses, hindúes y filipinos, un rico cóctel de razas en una ciudad cuya densidad es de 6.500 personas por km2 y donde pasado y presente caminan de la mano. Los mayores visten de corte asiático y los jóvenes van a la última. En los mercados flotan las agudas notas de las canciones ancestrales, mientras que en las discotecas el canto-pop (cantones pop) o el mando-pop (mandarín pop) protagonizan la noche.
Cuándo ir a Hong Kong El Año Nuevo Chino y el Festival del Dragón son los grandes momentos de la ciudad, sin restarle importancia a los tres esperados días que dura la competición de rugby de los Seven, que atraen aficionados allende los mares. En esas jornadas, el estadio de Hong Kong se llena de hinchas que, jarra de cerveza en mano, animan a los equipos, especialmente a Samoa, Fiji y Nueva Zelanda, vencedores habituales.
Puerto de Hong Kong. ©PB Qué ver y hacer en Hong Kong Museo del Té La ciudad se despierta temprano. El cemento ha poblado cada metro cuadrado de la isla con gracejo dejando que el verdor ocupe su espacio, aunque sea en vertical, e incluso cuenta con algún que otro parque como Hong Kong Park . De variada flora y un estanque bordeado de bambúes con flores de loto flotantes, la joya del parque es el colonial Museo del Té, rodeado por rascacielos de cristal. El museo ilustra sobre la bella –y también cruenta– historia del té. Durante la ceremonia en su Casa del Té se desvelan los secretos para elaborar una exquisita infusión, cómo servirlo, en qué recipientes y las propiedades de cada tipo de hierba.
Tienda © Shangay Tang en Hong Kong. Shanghai Tang, la tienda más bonita de Hong Kong El hotel Shangri La tiene centros comerciales, correos y hasta farmacia. Desde allí, por los corredores acristalados que entrelazan el centro metropolitano, se alcanza el puerto de donde salen los ferries para Kowloon y Macao , y donde está una de las tiendas más atractivas de la ciudad: Shanghai Tang . Su dueño, David Tang, oriundo de Hong Kong, adapta el diseño oriental a los tiempos modernos con sedas de vivos colores y suaves cachemires, convirtiendo su ropa y su tienda en un clásico de Hong Kong que en 2006 fue adquirida por la compañía suiza Richemont.
Lounge del hotel de lujo © Shangri-La (Hong Kong). El Club de la China David Tang , filántropo, concertista y coleccionista de arte, fundó en 1991 en su ciudad nativa el primer Club de la China . Con la ayuda del especialista en arte Johnson Chang, decoró las escaleras del club con una escogida selección de obras de artistas chinos desde la Revolución Cultural, como Yue Minjun, Fang Lijun o Zhang Xiaogang. La librería en la planta superior está cubierta con libros chinos. En el Long March Bar se reúnen los socios para tomar un cóctel antes de subir al restaurante y deleitarse con el mejor pescado al vapor de Hong Kong, codeándose con tycoons y damas de velito cubriéndoles el rostro y guantes a lo Gilda , envueltos en una ambientación exquisita donde los palillos son de plata, las flores recién cortadas y se cambia estacionalmente el papel de las paredes.
Los mercados de Jade y de Aberdeen Un incentivo para cruzar en ferry de Hong Kong a Kowloon es el mercado de Jade , con sus puestecillos de collares, cajas chinas y rosetas.
Hong Kong está lleno de mercados. Los hay de ropa, especialmente en Stanley. También de alimentación: vegetales, pato lacado y exquisitos cangrejos sin piel, de temporada.
Los sampanes regresan del mar directos al mercado de Aberdeen para subastar su fresco botín. A veces los peces se exponen a corazón abierto y latiente, bocado delicioso para los hongkoneses.
Jardín Na Lian, en Kowloon. © Rajiv Bajaj Los templos budistas En el templo de Wong Tai Sin se lanzan al suelo los palillos del destino esperando la caída de los números que, acto seguido, alguno de los múltiples lectores del hado que bordean el templo interpretará de forma poética. Otros templos que también merecen visita son los conjuntos budistas del monasterio Chi Lin , en Diamond Hill, Kowloon, y Tin Hau Temple , cercano a la calle Temple, en Kowloon.
Noche en Hong Kong. Vivir la noche de Hong Kong Victoria Peak Cuando esté a punto de anochecer es imprescindible subir en el funicular (que data de 1888) a Victoria Peak , no sin antes pasar por las escaleras mecánicas de Hollywood Rd . Ésta es la calle de los anticuarios, de los restaurantes de moda y de los bares de copas. En sus puestecillos callejeros, las estatuillas de Mao y la era socialista china se codean con guerreros de diversas dinastías y otras maravillas chinas.
Una vez arriba hay que echarle un vistazo a Peak Gallery llena de restaurantes y comercios, o al Museo de Cera de Madame Tussauds , y estar en el punto de mira en el momento que se enciendan las luces, alumbrando uno de los skylines mas esplendorosos del mundo. Es todo un espectáculo ver la sinfonía lumínica de una ciudad que no quiere estar a oscuras y recibe la noche alumbrando de todos los colores sus cientos de rascacielos en una refulgente competencia.
Audrey Hepburn en el Museo de Cera. Lau Kwai Fong, cocinas del mundo La noche no acaba en Victoria Peak, sino que continua en Lau Kwai Fong , en Central, uno de los principales focos de vida nocturna donde se puede encontrar de todo: restaurantes elegantes para probar los jelly shots (extraño invento de gelatina con alcohol), cocina japonesa, tailandesa, cantonesa, de Sichuan, Shanghái y Pekín. Lugar de festivales, en Lau Kwai Fong se celebran los carnavales, Halloween, Navidad, Año Nuevo y hasta su propio festival de la cerveza.
Discotecas y mercados nocturnos Para discotecas, Wanchai , en Cause Bay, y para exotismos el mercado nocturno de Temple St., vecino de Mong Kok. Este último, es el barrio más congestionado de la ciudad, el de las luces de neón, donde se han filmado numerosas películas y que alberga todo tipo de tiendas, mercados como Ladies Market , el Mercado de las Flores, el de los Pájaros, bares de karaoke, salones de masaje y una apabullante efervescencia lumínica.
Mercado nocturno de Temple Street. © Steven Wei / Unsplash Shenzhen, las mejores imitaciones de Hong Kong Aunque el lugar de compras por excelencia es Shenzhen, paraíso de las shanzhai , imitaciones de marcas, la locura del consumidor. Antes de ir a Shenzhen, a una hora escasa de Hong Kong, hay que pedir un visado para entrar en China. El tren llega hasta el mismo centro comercial.
No se puede abandonar Hong Kong sin haber disfrutado del espectáculo de luces y sonido ‘Simphony of Lights’, que tiene lugar cada noche a las 20 h, desde Tsim Sha Tsui en la avenida de las Estrellas o a bordo de un barco por la bahía Victoria.
Guía Hong Kong | Etheria Magazine Cómo llegar a Hong Kong Cathay Pacific cuenta con vuelos directos a Hong Kong. Consulta precios con otras líneas aéreas que ofrecen el trayecto con una escala.
Moneda de Hong Kong Un euro son aproximadamente 8,80 dólares de Hong Kong. (HKD)
Dónde dormir La oferta hotelera es muy amplia y entre la misma se encuentra el lujoso hotel Península .
Dónde comer en Hong Kong IFC2. Vistas espectaculares y una exquisita oferta culinaria en Cuisine Cuisine (fusión gastronómica Sichuan y Cantón), en Isola (comida italiana) y en Lei Garden .
Tim Ho Wan. Es el restaurante con estrella Michelin más barato del mundo, situado en Sham Shui Po, un barrio pobre al noroeste de Kowloon. Su fundador, Mak Kwai Pui, era jefe de cocina del restaurante Lung King Heen (Four Seasons Hotel de Hong Kong) y hace maravillas con el cha siu bao , bollo crujiente relleno de carne de cerdo y con sus famosos dim sum .
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