Nantucket, una pequeña isla al norte de Massachusetts, es uno de los lugares más fascinantes y glamurosos de Estados Unidos. En Etheria magazine te proponemos un viaje sola o con amigas a este destino, que hizo famoso el escritor Herman Melville (autor de ‘Moby Dick’), para disfrutar de preciosas playas y una arquitectura única, hartarte de ostras y langosta, y conocer su pasado en el Museo de las Ballenas. Vista desde el mar de Nantucket. La mejor manera de acceder a Nantucket, la isla de Moby Dick, es tomando el ferry que sale desde New Bedford , una ciudad de Massachusetts. La travesía, que dura dos horas, tiene una pequeña escala en la isla de Matha’s Vineyard para después poner rumbo directo a la isla. A medida que el barco se va acercando a Nantucket ya puedes ir imaginando lo que te espera, porque lo primero que se vislumbran son unas playas de arena blanca y fina bordeada de impresionantes mansiones ajardinadas. Esta imagen de postal aporta una sensación de paz y de tiempo detenido que te enamorará al primer golpe de vista.
Bonitas viviendas de Nantucket. Ricos y famosos en Nantucket En Nantucket las vistas panorámicas se pierden en el horizonte porque no existen rascacielos, ni muros, ni vallas, solo pequeños setos separan las mansiones unas de otras. Quizás esta tranquilidad y seguridad han sido el principal motivo por el que varios famosos de la farándula estadounidense la hayan elegido como su residencia. Para algunos como Johnny Depp, la modelo Gisele Bündchen y las Kardashian es su destino de vacaciones, pero también hay artistas residentes que han encontrado la inspiración en esta preciosa isla.
Residencia de verano de Robert Horner. Calles con glamour La ciudad de Nantucket se extiende tras el puerto, en la dársena de la bahía homónima, y está resguardada de las tempestades del océano Atlántico. Aquí no vas a encontrar neones luminosos, ni establecimientos de comida rápida ni ninguna construcción que distorsione la armonía arquitectónica. Sigue manteniendo las calles adoquinadas y bordeadas de hermosos edificios victorianos de madera laminada o de ladrillos vista.
Calle de las Enaguas. En Main Street , la arteria principal, se encuentran pequeños comercios, restaurantes y tiendas de aspecto sofisticado y cool , además de una de las dos librerías de la isla dedicada, sobre todo, a temática marina. De ella parten una serie de calles llenas de encanto, como Center Street , que ahora esta dedicada al diseño y la decoración. En el siglo XIX fue conocida como la calle de las Enaguas porque en ella vendían encajes y bordados las mujeres locales, en un intento de sacar a adelante la economía familiar en los tiempos duros que atravesó la isla.
Pasado ballenero El primer cachalote cazado en aguas de Nantucket se remonta a 1672, momento en que comenzó una bonanza económica jamás conocida en la isla, que duraría al menos un par de siglos más. Por aquel entonces existía una gran demanda de aceite de ballena para la iluminación de las grandes ciudades estadounidenses, así como para para hacer las ballenas de los corsés, en el negocio textil, y el ámbar para la fabricación de cosméticos.
Pero este boom económico solo duraría hasta finales del siglo XVIII, momento en el que la industria y la caza de cetáceos se desplazó a New Bedford , en el continente. Gracias a la llegada del ferrocarril se distribuía de una forma más rápida estos productos por el resto del país. A esta «desgracia» hubo que sumarle también un terrible incendio que asoló ciudades y bosques. No fue hasta principios del siglo XX cuando la isla recuperó su economía, reinventándose a sí misma.
Nantucket se convirtió en uno de los destinos turísticos más lujosos y exclusivos de Estados Unidos.
Museo de las Ballenas. Arte y museos de las ballenas Desde 1920, cuando fue descubierta por personajes famosos del mundo del arte y el espectáculo, Nantucket se ha ido transformando en un gran centro artístico, con galerías repartidas por toda la isla y comercios especializados en arte y diseño. Una visita obligada para conocer su pasado es el Museo de las Ballenas , ubicado en un antiguo edificio que albergó una fábrica de velas realizadas con aceite de ballena. El museo tiene exposiciones permanentes de aparejos de pesca, arpones, maquetas, una extensa colección de dientes de cachalote tallados por los marineros, proyecciones de documentales, charlas y, por supuesto, la estrella del museo: el esqueleto de un cachalote donde puedes apreciar las dimensiones de este impresionante cetáceo.
Ilustración del libro Moby Dick y retrato de Herman Melville. Herman Melville, padre de Moby Dick La isla adquirió fama mundial gracias al escritor Herman Melville, que en su novela Moby Dick situó el puerto desde donde zarpaba el ballenero Pequod en Nantucket. Al mando del barco iba el capitán Ahab, cuyo único propósito era dar caza a Moby Dick, la ballena blanca que años antes le había cercenado una pierna. La obsesión de este lobo de mar se convirtió en una locura que le llevaría a su perdición.
Melville se inspiró en la historia real del ballenero Essex , hundido por un cachalote en agosto de 1819 en aguas de Nantucket. Algo tuvo que ver también su experiencia como marinero, ya que a los 18 años se enroló como grumete en un barco ballenero que le daría la oportunidad de vivir situaciones dantescas que ayudarían a forjar su carrera como escritor.
Este año, con motivo del bicentenario del nacimiento de Melville , todo el estado de Nueva Inglaterra esta volcado en homenajes a este autor universal cuyo reconocimiento llegó tras su muerte.
Biblioteca, Maria Mitchell y su observatorio astronómico. Maria Mitchell, primera mujer astrónoma Maria Mitchell nació en Nantucket en 1818. Su conocimiento del cielo y las estrellas fue decisivo para trazar mapas de orientación para los balleneros, aunque su mayor descubrimiento fue un cometa que fue bautizado con su nombre. Fue la primera mujer en ser profesora de astronomía y en ingresar en la Academia de las Artes y las Ciencias de EEUU. Su padre, que era matemático, le inculcó el amor por la ciencia y la astronomía. Además, pertenecía a la iglesia cuáquera, que promulgaba una educación igualitaria.
Mitchell está considerada una de las mujeres más rompedoras de la historia del feminismo estadounidense, luchó por la igualdad salarial y contra la esclavitud –incluso se negó a vestir cualquier prenda de algodón procedente de las plantaciones donde trabajaban esclavos–. Por todos sus logros, fue galardonada con la medalla de oro por el rey Christian VIII de Dinamarca, un gran mecenas y patrocinador de las Artes y las Ciencias, sobre todo en el campo de la astrofísica.
Te recomendamos visitar su casa natal y su observatorio, además de la biblioteca Athenea donde a sus 18 años se convirtió en la primera mujer bibliotecaria.
Los productos del mar son los protagonistas de la cocina de la isla. Pide bocadillo de langosta La gastronomía de Nantucket se basa en los productos del mar, tanto pescados como mariscos –olvida lo de probar ballena, si lo habías valorado–. Las ostras son el plato mas típico, además de la langosta que la puedes comer a la plancha, cocinada en salsas y el típico ‘lobster roll’, un bocadillo de carne de langosta con mayonesa. Pero si hay algo imprescindible en la cocina costera es la ‘clam chowder’, una contundente, pero deliciosa, crema de almejas .
Acogedora biblioteca del hotel White Elephant. Dónde dormir en Nantucket Desde que Nantucket se dedica al turismo, por supuesto al turismo sostenible , se ha creado una amplia oferta de alojamiento. Puedes dormir en un albergue, alquilar una habitación o, si lo prefieres, una mansión para ti solita. También puedes optar por algunos de los preciosos hoteles de la isla.
The White Elephant , uno de estos hoteles, tiene su propia historia, ya que fue inaugurado en 1920 y ha acogido a muchos famosos y políticos. Su ubicación, cercana a la ciudad y frente a la playa, es perfecta para descubrir la isla. La mayoría de las habitaciones son suites con vistas al mar, aunque lo mejor para relajarse es su spa y el Harborside Lawn , con tumbonas. Te encantarán sus jardines, el gimnasio y la biblioteca con chimenea. Si bien, hay que destacar también el restaurante Brand Point Grill , donde puedes degustar las mejores langostas, ostras y pescado recién salido del mar. Sólo por una comida en este lugar merecería la pena viajar a Nantucket. El hotel también te ofrece bicicletas para recorrer la isla durante el tiempo que necesites.
Faro de la isla de Nantucket. Nantucket en bici Si la bici es lo tuyo, adelante porque no necesitas ni tan siquiera mapa para orientarte. Gracias a su orografía bastante plana y a sus dimensiones –unos 23 kilómetros de largo por 6 de ancho–, puedes llegar a todas las playas, visitar los tres faros y descubrir lugares como el molino de harina que, aunque es hoy decorativo, sigue funcionando y está considerado el más antiguo de EEUU.
A las viajeras más curiosas les recomiendo visitar el hotel Jared Coffin House , que data de 1845. Fue la posada Ocean House donde Melville estuvo alojado un par de noches en su visita a Nantucket dos años después de que fuera publicada Moby Dick, así que por allí se comenta que fue el primer turista de la isla.
Texto y fotos: Menchu Redondo
Esta reconocida periodista y fotógrafa nos acerca las curiosidades arquitectónicas que ha descubierto en sus frecuentes viajes por el mundo.
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