‘Éxtasis’ fue la primera película comercial, y no pornográfica, que mostró un desnudo integral de mujer y… algo más: un orgasmo femenino. Aquellas escenas hicieron inmortal a Hedy Lamarr. Todo ello, sin mencionar que fue la inventora de la tecnología wifi que tan básica es hoy día.
Hedy Lamarr, inventora, modelo, actriz y espía. Vayamos por partes: Eva Maria Kiesler nació en Viena en 1914. Nacionalidad: austríaca y estadounidense. Altura: 1,70 m. Ocupación: inventora y modelo. Religión: atea. Hasta aquí la Wiki. Hija de un banquero ucraniano y de una valorada pianista húngara, su infancia transcurrió en reputados internados de Suiza. Allí adquirió una sólida formación que completó con clases particulares. Ya se sabe (esto nunca lo dice la Wiki) que las niñas pijas, desde siempre, reciben muy buena educación en los colegios caros de Suiza.
Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Talentosa ella, empezó estudios de ingeniería a los 16 años. Pero Eva, que nunca tuvo ‘alma de pija’ y sentía pasión por el arte dramático, abandonó la ingeniería y logró convencer a su progenitor para matricularse en la escuela del prestigioso director de escena Max Reinhardt , también nacido en la Viena del Imperio Austrohúngaro.
Cartel de la película ‘Éxtasis’ estrenada en 1933. Éxtasis: 5 páginas de guión, una hora y media de duración En 1933, el director cinematográfico praguense Gustav Machatý se fijó en ella para protagonizar Éxtasis , una película con un guión de apenas 5 páginas pero que dieron para hora y media de metraje. El resultado fue una bella película. La luz, la gestualidad y los efectos sonoros trasmitían ingenuidad, naturalidad, buen gusto y emoción. Una obra que, a pesar de su rareza, estará ya siempre entre las mejores de la Historia del Cine: Eva (haciendo honor a su nombre) aparece desnuda bañándose en el río, correteando por el bosque y tratando de seguir a pie al caballo en el que había dejado su ropa, que trotaba a la llamada de una yegua. Todo un juego de intenciones que hábilmente nos guía a la metáfora por la cual la mujer controla el mando a distancia de las pasiones que, en la película, trasmite al hombre –¿Me seguís?–.
Fotograma de la película © ‘Éxtasis’. En la escena clave de la película, Eva controla el timón de sus sentimientos y va, segura de sí misma, al encuentro de su deseo carnal con un hombre. No aparece ningún atisbo lascivo en la secuencia del orgasmo, que se resuelve con miradas cómplices y besos. En los primeros planos del rostro de Eva, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, intuimos la excitación en su respiración… intentando suavizar los gemidos causados por el placer. Tanto su personaje, como el de su viril amante, se mantienen prácticamente vestidos en el lecho. Poéticas imágenes de lo que puede ser un encuentro sexual.
Un historial de censuras y excomulgados El estreno de Éxtasis tuvo lugar en Praga el mismo año de su rodaje. A las pantallas austríacas llegaría ya arrastrando problemas de censura. En Alemania se estrenó casi dos años después con el título original cambiado por otro que resultara menos lujurioso: `Symphonie der Liebe´ (Sinfonía de amor), que como reza una peli española de los noventa ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? En Estados Unidos fue una de las primeras películas extranjeras declaradas moralmente peligrosas por la Liga Nacional de la Decencia. Y ¡cómo no! Pio XI –el papa que dijo aquello de: “El comunismo ateo es la causa de que muchos pueblos estén en peligro de caer de nuevo en una barbarie peor que aquella en la que se encontraba el mundo al aparecer el Redentor”– excomulgó al equipo de producción al completo.
Escenas «escandalosas» de © Éxtasis en 1933. Mientras tanto, a todo esto, atraído por esta película, el magnate de la industria armamentística, el nazi Friedrich Mandl arregló con sus padres un matrimonio de conveniencia. Hedy, en contra de su voluntad, abandonó su incipiente carrera cinematográfica y cualquier otro tipo de actividad que no fuera la de simple mujer florero de su marido. Hedy –todavía Eva Maria– calificó posteriormente ese episodio de su vida como de auténtica esclavitud.
Uno de los fotogramas conflictivos de © ‘Éxtasis’ (1933). Una huida de cine Harta de como transcurría su vida, en 1937 escapó del hogar conyugal deslizándose por la ventana del baño de un restaurante llevando consigo las joyas que le había regalado su marido en los bolsillos de su abrigo. Consiguió llegar, en automóvil, hasta París ; y ya en París, logró viajar a Londres . Allí contactó con Louis B. Mayer, empresario de la MGM (Metro Goldwyn Mayer). Se embarcó hacia Estados Unidos en el mismo barco en que él regresaba a Estados Unidos para convencerlo de que la contratara como actriz. Al pisar tierra americana, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr .
El nombre Hedy Lamarr está inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis B. Mayer, que falleció en trágicas circunstancias.
Escena de ‘© Sansón y Dalila’, película de 1949. Aquí empieza la historia feliz de la Lamarr. Se convirtió en una estrella de cine tras debutar en Argel (1938), junto a Charles Boyer. Continuó su carrera cinematográfica en Fruto dorado (1940), junto a Spencer Tracy y Claudette Colbert, y en Camarada X (1940), junto a Clark Gable. La fama universal le llegó con el clásico péplum Sansón y Dalila (1949), con Victor Mature como partenaire . La frase publicitaria que anunciaba la película decía: “la mujer más bella del cine dando vida a la mujer más bella de la Biblia”. De aquella época destaca su célebre frase: “Cualquier chica puede ser glamurosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida”.
Agradecido por el ingenio y agudeza que demostró Hedy durante el rodaje de Sansón y Dalila , su director Cecil B. DeMille, expresó publicamente: “Thank God for Hedy Lamarr”.
Sin embargo, dicen, que su agudeza no funcionó cuando renunció a hacer películas como Gaslight (en España Luz que agoniza ) y, sobre todo, la emblemática Casablanca . Nadie es perfecto.
Carteles de películas interpretadas por Hedy Lamarr. Plan de venganza Mientras trabajaba como modelo y actriz también comenzó a organizar su personal plan de venganza . Hedy, que había vivido bajo el influjo del nazismo y que había utilizado su inteligencia para obtener fidedignos pormenores de la tecnología armamentística de los nazis, decidió poner a disposición del gobierno estadounidense toda la información confidencial que poseía sobre las armas alemanas que obtuvo gracias a los contactos de su exmarido (al que odiaba profundamente).
Hedy Lamarr, inventora de la tecnología wifi. ©CC En aquel momento de la Segunda Guerra Mundial, los aliados tenían un problema con los submarinos alemanes. Estos dirigían sus torpedos de una forma muy certera e imposible de intervenir. Hedy había progresado en sus estudios de ingeniería y, junto a su colaborador, el compositor George Antheil , idearon un sistema de salto de frecuencia guiado por radio, que permitía interrumpir la señal alemana y teledirigir los torpedos estadounidenses contra las flotas enemigas. Un avance tecnológico novedoso para la época, que en décadas posteriores desembocó en primera versión del llamado ‘espectro expandido’, y que permitió las comunicaciones inalámbricas de larga distancia. El invento fue patentado en 1942 con los apellidos de sus creadores, Lamarr y Antheil.
El primer uso conocido de la patente se utilizó en la crisis de los misiles de Cuba , en 1962. Durante esta crisis se usó este sistema en el control remoto de boyas rastreadoras marinas. La misma técnica se incorporó posteriormente en alguno de los ingenios utilizados en la guerra de Vietnam y, más tarde, en el sistema estadounidense de defensa por satélite (Milstar). En la década de 1980, aquel invento vio sus primeras aportaciones en la ingeniería civil; y con la irrupción masiva de la tecnología digital, la conmutación de frecuencias permitió implantar el sistema de dispositivos de comunicación sin cable –GPS, wifi, Bluetooth–, que utilizan la tecnología por salto de frecuencia.
El día del nacimiento de Hedy Lamarr, 9 de noviembre, se celebra en todo el mundo el Día del Inventor, en su honor.
¿Alguien cree aún que la belleza está reñida con la inteligencia? ©CC En 1998 la Electronic Frontier Foundation concedió a Hedy Lamarr y George Antheil el Premio Pionero , un reconocimiento oficial por su fundamental contribución en el desarrollo de las comunicaciones basadas en ordenadores. George Antheil murió sin conocer el reconocimiento a su aportación a la tecnología. Hedy Lamarr rehusó recoger aquel premio.
Hedy Lamarr murió como una jubilada, sola y, aparentemente feliz, a los 86 años. Su hijo hizo trasladar sus cenizas a Viena, de acuerdo con los deseos de aquella inventora, modelo, actriz y espía .
La historia de Hedy Lamarr, ejemplo de valentía y genialidad, se merecía ocupar la atención de Etheria Magazine… ¿O no?
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