María Andresa Casamayor, matemática y científica del siglo XVIII, escribió el primer libro de Ciencia publicado por una mujer en España. Con solo 17 años redactó un tratado de aritmética: el ‘Tyrocinio Arithmetico, instrucción de las quatro reglas llanas’. Te contamos la historia y dificultades que afrontó esta mujer adelantada a su tiempo.
Fotograma del documental dedicado a María Andresa Casamajor. © Sintregua Comunicación María Andresa Casamayor de La Coma, la primera mujer matemática que escribe un libro de ciencia en español, nació el 30 de noviembre de 1720 en Zaragoza, en el día de San Andrés. En un país como España donde la mujer, incluso hoy, no acaba de tener plenamente su lugar en el mundo de la Ciencia, María Andresa, allá por el siglo XVIII, y con apenas 17 añitos, redactó un pequeño pero gran tratado de aritmética sobre matemáticas elementales. Fue el Tyrocinio Arithmetico, instrucción de las quatro reglas llanas (Zaragoza: Joseph Fort, 1738), que tuvo que escribir haciéndose pasar por hombre. El primer libro de ciencia publicado por una mujer en España.
Reivindicando su figura Esta precursora científica, pionera, matemática y maestra, abrió caminos y sembró conocimientos. Estaba dotada de una pasión y una inteligencia que brillaba por encima de la de muchos hombres. María Andresa es, sin embargo, una de las grandes mujeres desconocidas de nuestro patrimonio cultural y científico.
Cartel del documental ‘La mujer que soñaba con números’ sobre María Andresa Casamayor. © Sintregua Comunicación En la actualidad, perduran algunas trazas reivindicativas de su figura en nuestro país. Alguien ha podido ver una calle dedicada a ella en Zaragoza –su lugar de nacimiento–, y en la ciudad de Gijón. También una sala con su nombre donde se realizan talleres científicos en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Alcobendas (MUNCYT) y un Colegio de Paracuellos del Jarama (Madrid) dedicado a esta matemática. Pero, ¿quién conoce realmente a esta mujer olvidada por el transcurrir de los años, ejemplo de mujer científica que desarrolló su trabajo en circunstancias tremendamente desfavorables? ¿Quién fue María Andresa Casamayor? ¿Cuál es su legado?
Una mujer adelantada a su tiempo María Andresa Casamayor (1720-1780) trabajó desde la sombra, desde el anonimato y en un segundo plano, marcada, infaliblemente, por la idiosincrasia de la sociedad donde creció.
Apunte del bautismo de María Andresa Casamayor. © Archivo de El Pilar Sus padres fueron el francés Juan Joseph Casamayor (oriundo de Oloron, municipio del Departamento de los Pirineos-Atlánticos) y la zaragozana Juana Rosa de La Coma. Se crió en una familia acomodada de nueve hermanos (María Andresa era la séptima). Ya desde muy pequeña, despuntó por su talento con los números. Se cuenta que un día llegó a rectificar a su profesor, que acudía a su casa a impartirle matemáticas, empeñado en rebatirle el resultado de un ejercicio. Después de revisarlo y ante la tozudez de la jovencita en mantener su opinión, el docente tuvo que reconocer que tenía razón.
Su padre, que siempre fue un gran apoyo para ella, trabajaba en el comercio textil. Formaban parte de la clase burguesa de Zaragoza. Vivían en la calle del Pilar, hoy ya desaparecida, en un momento histórico donde la colonia gala era numerosa, dominaba el comercio en Aragón y contaba con importantes conexiones comerciales y familiares.
María Andresa pudo formarse académicamente en casa con algún maestro gracias al apoyo paterno.
Probablemente ese maestro fuese de los Escolapios, porque, no olvidemos, que eran solo los hijos varones los que tenían derecho a acceder a los estudios superiores. Las niñas no se formaron en centros educativos hasta 1783, aunque únicamente en temas de rezos y labores.
Sus momentos más difíciles Mujer de inquietudes intelectuales, María Andresa Casamayor no solo destacó con los números y la aritmética, en los que llegaría a alcanzar un nivel matemático muy elevado. También aprendió varias lenguas , algo totalmente inusual para una mujer en aquella época, donde el porcentaje de analfabetos era enorme, especialmente entre las féminas.
En Zaragoza nació y vivió María Andresa Casamayor. Desgraciadamente, con el fallecimiento de su padre en 1738 y de su amigo y colaborador el dominico Fray Pedro Martínez en 1739, los apoyos de los que había disfrutado la joven desaparecen. Se inicia una época familiar de ruina económica (el patrimonio se ve diezmado por las deudas). A raíz de esto, María Andresa deberá trabajar para ganarse la vida. Ni se casó, ni entró en la Iglesia, como solían hacer la mayoría de las mujeres de la buena sociedad zaragozana, destinadas, de esta manera, a no ser nunca independientes. Ahí empieza una actividad docente que marcaría, junto a sus trabajos científicos, gran parte de su vida y de su obra, hasta su fallecimiento, el 24 de octubre de 1780.
Su labor como docente Se convierte en maestra de niñas , realizando una labor única de divulgación científica en el sector de la población menos favorecido por la enseñanza. Y, durante buena parte de su vida, fue maestra de primeras letras en las aulas públicas de la ciudad.
Dibujo de María Andresa Casamayor. © Eulogia Merle Llevó la aritmética a las clases más populares a través de su docencia y de su obra escrita. Como parte de su modesta retribución, le será facilitada una casa donde vivir. El edificio está situado en la Calle Palomar de Zaragoza, esquina con la actualmente llamada calle de la Viola que va a la plaza de San Agustín. Puede verse si damos un paseo por la capital aragonesa. En la actualidad, desde el IUMA (Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones) de la Universidad de Zaragoza, se está impulsando poner, en la casa, una placa homenaje a su figura.
Primer libro de ciencia publicado por una mujer en España El eje de la obra de María Andresa fue el Tyrocinio arithmetico, Instrucción de las quatro reglas llanas , que escribió, como comentamos, con 17 años. Es un manual sobre aritmética que tiene dos méritos esenciales: ser el primer libro de ciencia publicado por una mujer en España que se conserva, y constituir un tratado o tyrocinio (cuyo significado es “Primer ensayo del que aprender cualquier arte”) de las reglas básicas de las matemáticas, de carácter divulgativo. Esto fue fundamental para acercar a la población, de manera clara, las cuatro operaciones esenciales de la aritmética: sumar, restar, dividir y multiplicar.
Ejemplar original de ‘Tyrocinio arithmetico’. © Sintregua Comunicación Con función eminentemente práctica, incluía una completa tabla de pesos, medidas y monedas de uso en aquella época. Es un libro de lectura ágil, muy práctico, con muchos ejemplos y casos reales. Sin duda, trasluce la gran habilidad aritmética y la profunda preocupación por la educación que María Andresa tenía. En este sentido, su obra se adelanta en varias décadas a lo que será el modo de hacer de las mujeres ilustradas.
El Tyrocinio resultó ser una gran aportación a la matemática mercantil de la época.
Dicho tratado fue dedicado por su autora a la Escuela Pía del colegio Santo Tomás de Zaragoza. Los escolapios impartían una enseñanza muy moderna para la época, de calidad y gratuita en letras y ciencias. Eso sí, solo para chicos. En una sociedad y en un campo (la Ciencia) donde las mujeres tenían escaso o nulo protagonismo, María Andresa se ve obligada a firmar como Casandro Mamés de La Marca y Araioa . Era un pseudónimo masculino, perfecto anagrama de su nombre. Así, nos llega esta obra hasta nuestros días, dejando la huella de lo que representaba trabajar en sectores vetados entonces para las mujeres.
Sello conmemorativo de María Andresa Casamayor. ‘El para sí solo’, un manuscrito inacabado María Andresa dejó otro manuscrito, inacabado, sobre el mismo campo pero que no llegaría a publicarse: El para sí solo . El alto coste que suponía llevarlo a imprimir provocó que la obra póstuma de esta matemática singular quedara tan solo en 109 páginas que nunca han visto la luz.
El manuscrito ha desaparecido: las escasas reseñas que se tienen de él son a través de escritos de otros autores de la época. Eso nos permite saber que en la obra la autora mostraba distintas aplicaciones de las operaciones matemáticas en el quehacer diario, muy útiles para comerciantes, agricultores y ganaderos. Construye tablas específicas para hacer cuentas más rápido, a semejanza de una calculadora.
Homenaje y reivindicación de su figura Precisamente para dar a conocer al gran público la figura de María Andresa, admiradores, investigadores y expertos de la obra de esta científica, como el matemático Julio Bernúes o Raquel Villacampa, entre otros, del Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones (IUMA) de la Universidad de Zaragoza, organizaron, a principios de diciembre, un homenaje titulado “300 años de María Andresa Casamayor de La Coma” . El evento mostró, mediante ponencias y conferencias virtuales, la vida y la obra de esta pionera zaragozana. Se reivindica así su huella histórica en el contexto de la sociedad de la época.
Reedición del ‘Tyrocinio Arithmetico’ con ilustración de David Guirao. Además, ha sido la ocasión ideal para presentar la primera reedición , hasta el momento, de su histórica obra Tyrocinio Arithmetico, instrucción de las quatro reglas llana s. Ha sido editada por la Universidad de Zaragoza con el patrocinio de la Biblioteca Nacional (donde se encuentra el único ejemplar original) y el Instituto Aragonés de la Mujer.
Protagonista de un sello postal Correos también puso a la venta en 2020 un sello postal con ella como protagonista . Pertenece a una serie dedicada a Mujeres en la Ciencia. Además, se ha rodado el documental La mujer que soñaba con números (2019) de Mirella R. Abrisqueta, donde se nos narran múltiples aspectos desconocidos de su vida.
Sello dedicado a María Andresa Casamayor dentro de la serie Mujeres de la Ciencia. A María Andresa se la considera hoy, por fin, después de 302 años de olvido, como una científica meritoria. En 2018 fue incluida en La Tabla Periódica de las Científicas junto a mujeres insignes del campo de la ciencia de todo el mundo, como la física y química Marie Curie, dos veces premio Nobel, o la matemática Ada Lovelace, hija del poeta Lord Byron.
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