Marruecos siempre ha estado ahí para brindarnos un choque cultural a menos de dos horas de avión, pero lejos de sus alocadas medinas, zocos y viejos ciclomotores, existe un Marruecos rural, bereber y montañoso al que vamos a poner cara en esta ruta. ¿Nos acompañas a conocer el Alto Atlas marroquí? Ait Benhaddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. © Kelu Robles Obedeciendo a esa imagen de bazar en el que podríamos encontrar de todo, Marrakech tiene a su alcance un sinfín de atractivos, de ahí que la escojamos como campo base para esta ruta. ¿Que quieres playa? A dos horas y media en coche, te esperan las de Essaouira . ¿Que quieres nieve? (Sí, en Marruecos también se puede esquiar). Basta una hora y media en coche o bus para llegar a la estación de esquí de Oukaimeden . ¿Que no concibes irte de Marruecos sin pisar la arena del Sáhara ? La puerta del desierto de Ouarzazate se encuentra a menos de cuatro horas.
A pesar de este alegato a favor de sus alrededores, Marrakech cuenta con suficientes galones para ser visitada por sí sola.
Considerado uno de los aeropuertos más bellos del mundo, la imagen de la terminal de Marrakech puede llevar a engaño. Si no se olvida pronto su vanguardismo inmaculado, el bullicio pegajoso de la medina —el barrio más antiguo de la ciudad— se encargará de hacerlo muy pronto.
Atardecer en la Plaza de Jemaa el Fna desde la terraza de ‘Le grand balcon du café glacier’. © K.Robles Experiencias al amanecer El inquietante sonido del Adhan , la llamada a la oración, insta a los fieles a rezar, ‘orar es mejor que dormir’, llega a decir. La plegaria alcanza cada rincón de la ciudad gracias a los altavoces instalados en los minaretes de las mezquitas . El almuédano, la persona encargada de realizar esta llamada, comienza la segunda plegaria de la jornada alrededor de las seis de la mañana, un buen momento para desperezarse si se quiere cruzar el Atlas y volver a Marrakech en el mismo día.
A esta hora del alba no queda ni rastro de los monos con correa, sacamuelas, vendedores de zumos de naranja y granada, ni de los grupos de música tradicional que luchan cada noche por gobernar el ritmo de la plaza de Jemaa el Fna .
La Koutoubia de Marrakech sirvió de inspiración para la construcción de la Giralda de Sevilla. © K. Robles El amanecer ha pausado el corazón de Marrakech. Aprovecha la ocasión para transitar por su silenciosa medina y comparar, al volver por la tarde, cómo se transforma su realidad del ‘Dolores de día’ en ‘Lola de noche’.
La inmejorable ubicación de Le grand balcon du café glacier , que combina la clientela turista con la local, regala una de las panorámicas más bucólicas de la plaza de Jemaa el Fna , con la silueta de la mezquita de Koutoubia al suroeste.
📌 Un consejo previo: creemos que lo mejor para vivir cien por cien esta aventura es contratar los servicios de un conductor con automóvil. Aunque la ruta por el Camino 12 —la Nacional 9 en Google Maps— no transita por dunas como en el Sáhara, las continuas obras y el estilo de conducción marroquí suponen una preocupación extra que creemos que es mejor ahorrarse.
Este es el punto (a 2.260 metros) de máxima altura de Tizi n’Tichka, el más alto del norte de África. © K. Robles Al encuentro con nuestro guía, una puntiaguda capucha asoma a lo lejos de la medina. Pertenece a la chilaba de pelo de cabra que cubre la cabeza de Lahcen Hatushi , nuestro conductor. La prenda cumple el principal requisito que un nómada bereber podría necesitar: abriga y se quita y se pone fácilmente, una cuestión vital en el Atlas, donde las temperaturas fluctúan drásticamente.
La personalidad marroquí Cada marroquí lleva un guía dentro, su vocación nace por una cuestión cultural y religiosa. Ciertamente, el clima cálido del país contribuye a su personalidad sociable —de eso nosotros también sabemos un rato—. Sin embargo, la cultura islámica añade un plus de hospitalidad con la que los españoles no contamos expresamente. Manda la tradición que, si alguien llama a su puerta pidiendo cobijo, ofrecerán su hogar durante al menos tres días.
Según la doctrina islámica, Alá puede reencarnarse en un extranjero, de ahí que reciban tan cordialmente a los foráneos.
Un vecino sonríe ante el objetivo de nuestra cámara. © K. Robles La mayoría de marroquíes responderán gustosamente a nuestras preguntas e inquietudes —valga la generalización—, sobre todo si las cuestiones no abordan política o monarquía. Lahcen cumple el estereotipo y, mientras conduce hacia el celebérrimo puerto Tizi n’Tichka , describe minuciosamente la diversidad paisajística del camino, que va desde los manzanos y los almendros en flor en los valles, hasta la aridez rojiza de unos promontorios montañosos nutridos de minerales.
Té con hierbabuena frente a la garganta Ait Barka. © K.Robles Entre curvas, barrancos y ventas ambulantes de cerámica del sur, la primera parada de la ruta ofrece un desayuno tradicional frente a la garganta del mirador del Café Tizi Ait Barka , donde vienen a la mente nuestras las Médulas leonesas, con la diferencia de que estos riscos arcillosos no han sido modificados por la mano del hombre.
Las aceitunas aliñadas acompañan cualquier comida, incluso durante el desayuno. © K. Robles La ‘madfouna’ , una empanada bereber rellena de tomate, cebolla y carne, protagoniza la versión salada del desayuno tradicional marroquí. Los pastores suelen acompañarla con una energizante sopa de trigo. Su versión dulce incluye ‘harsha’ (pan marroquí de sémola de trigo) con mermelada de dátiles y ‘amlou ’, una deliciosa pasta untable elaborada con aceite de argán , almendras y azúcar. El té caliente y la leche de dromedaria completan el impás energético.
Trabajadora de una cooperativa de argán muestra un puñado de semillas. © K. Robles Las mujeres y el argán Con más pinta de reclamo turístico que otra cosa, los comercios especializados en aceite de argán se repiten asiduamente a lo largo del recorrido. Las mujeres extraen manualmente el líquido y forman cooperativas en las que los hombres no interfieren. Paradójicamente, los árboles de argán no crecen en esta parte de Marruecos. Para encontrar esa imagen emblemática de cabras trepando sobre sus ramas habría que dirigirse al Parque Nacional de Sus-Masa , más al sur de donde nos encontramos. En todo caso, nunca está de más hacer una parada en una de las cooperativas para conocer cómo se elabora y para adquirir alguno de esos productos tan preciados por la industria cosmética .
A pesar de que el 70% de la población desciende de la etnia bereber, este grupo ha sufrido durante siglos una gran estigmatización. El pastoreo de cabras y dromedarios representa actualmente su principal actividad.
Acceso a una de las naves del Atlas Film Studio. © K. Robles Hollywood marroquí Los bosquecillos que veíamos por la mañana han sido sustituidos por una aridez marciana sólo interrumpida por algunos bancales verdes. Las plantaciones de trigo y maíz forman una suerte de espejismo en una tierra que creíamos totalmente sedienta. Cuando faltan 6 kilómetros para terminar la N-9, el conductor detiene la marcha a un lado de la carretera junto a unas enormes esfinges .
¿En qué momento hemos aterrizado en Egipto ? Las esculturas pertenecen a la entrada del Atlas Film Studio , el escenario en el que se han rodado —y se siguen rodando— superproducciones cinematográficas como Ben-hur , La joya del Nilo , Gladiator, Babel … La actividad de los constructores de decorados convive con la visita de turistas cinéfilos, amantes de estos trampantojos de cartón piedra .
Si llevas una diva dentro, verás cumplido tu sueño de protagonizar, como ‘la Bellucci’, una secuencia de ‘Astérix & Obélix: Misión Cleopatra’, aunque en este caso, la pantalla de cine será tu teléfono móvil.
Un grupo de turistas se acerca al decorado donde se rodó Juego de Tronos . © K.Robles Pequeños imperios El poliespán y el adobe han jugado un papel protagonista en la ciudad de Ouarzazate , la puerta del desierto del Sáhara más cercana a Marrakech . Allí se eleva la impresionante kasbah Taourirt . La actividad económica derivada del cine ha contribuido a la conservación de su arquitectura y a la supervivencia de una ciudad en la que muchos buscan sentirse como un famoso de Hollywood . El exclusivo Óscar Hotel ya está acostumbrado a cumplir los sueños y las exigencias de las estrellas del séptimo arte que se alojan allí durante los rodajes.
Las kasbahs son un tipo de construcción bereber fortificada que protegía del ataque de intrusos y de las tormentas de arena que perjudicaban al ganado.
Panorámica de Ait Benhaddou. © K. Robles Regreso a Marrakech por la Ruta de las Mil Kasbahs El ksar (ciudad fortificada) de Ait Benhaddou , declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, también debe parte de su belleza a la financiación del mundo del cine y al éxito de series como Juego de Tronos , que grabó junto a sus kasbahs numerosas escenas.
La realidad de las kasbahs abarca desde la antigüedad de algunas del siglo XVIII, hasta el pésimo estado de otras que no gozan de tanta historia.
La solitaria carretera P1506 escribe parte del camino de vuelta hacia Marrakech durante 70 kilómetros. A nuestro paso por sus aldeas, algunos niños se acercan para saludarnos, sabedores de que el turista suele ir acompañado de algún regalo.
Los pueblos del Valle de Ounila se mimetizan con sus cobrizas gargantas. © K. Robles Guía Marruecos | Dudas frecuentes Cuándo ir a Marruecos Conviene evitar las temperaturas extenuantes del verano y la inactividad diurna a la que se somete el país durante el periodo del Ramadán.
Dónde dormir en Marruecos El Riad Belle Epoque reproduce el espíritu de Las mil y una noches en una ubicación estratégica dentro de Marrakech: junto a la medina, pero alejado del caos que supone. Si viajas en pareja, el riad La Sultana es una excelente opción.
Cómo organizar la aventura La agencia Explore Morocco Travel ofrece tours privados con una buena relación calidad precio. Evita la improvisación y contrata en origen este tipo de rutas.
Sobre la picardía marroquí Ten en cuenta que es muy probable que quien te atienda en la calle cuando preguntes por alguna dirección pretenda sacar algún beneficio. No existen razones para preocuparse, pero en caso de precisar ayuda, te recomendamos que determines cuál va a ser la propina antes de iniciar el camino, así evitarás malentendidos.
Sobre la explotación animal Los encantadores de serpientes y los dueños de los monos de la plaza Jemaa el Fna también buscan ganarse algunos dinares, por lo que si vas a grabar la escena con la cámara de tu teléfono, pídeles permiso antes y evitarás confusiones. Eso sí, ten en cuenta que vas a contribuir a la explotación animal.
Beber alcohol En Marruecos la venta y el consumo de alcohol están restringidos, por lo que se limita a hoteles y a locales occidentalizados fuera de la medina. Su precio multiplica con creces el de España.
¿Es seguro viajar sola a Marruecos? No existen dudas para decidirse a realizar esta aventura en solitario, pero conviene conocer algunas peculiaridades de la cultura árabe para adaptarse a ciertas circunstancias y evitar malentendidos relacionados con la diferencia social entre hombres y mujeres. Esto implica, sobre todo, no llamar excesivamente la atención con nuestro atuendo y no aventurarse en las calles en horas nocturnas. Esto no quiere decir que si lo haces vayas a tener algún problema, pero evitarás miradas y alguna situación incómoda.