Viajamos al condado irlandés de Sligo, donde duendes, hadas y faunos fueron testigos del turbulento amor entre el Premio Nobel de Literatura William Butler Yeats, y la actriz, feminista y revolucionaria Maud Gonne. En Etheria Magazine seguimos los pasos de Yeats y los lugares donde se inspiró para escribir parte de su obra.
Los bosques del condado de Sligo inspiraron a Yeats. © O.T. Irlanda Para empezar a escribir esta historia hay que remontarse a finales del siglo XIX y a cuatro personajes que la hicieron posible. El escenario será el Condado de Sligo , Sligeach en gaelico, que pertenece a la provincia de Connacht, al oeste de Irlanda. Un paisaje salvaje, de abruptos acantilados, bosques interminables y la bravura del Atlántico en su máxima expresión, con playas como la de Streedagh donde naufragaron en 1588 tres navíos de la famosa Armada Invencible : La Lavia, La Juliana y la Santa María de la Visión.
Playa de Streedagh con la montaña Benbulbin al fondo. © Manena Munar Yeats y las leyendas de Sligo Tierra materna del gran poeta, dramaturgo, escritor y Premio Nobel de Literatura en 1923, William Butler Yeats que, aunque los primeros años de su vida los pasó en Londres, más tarde encontró su lugar en el mundo cuando se trasladó a Sligo (Lugar de Conchas), hogar de sus abuelos, al que Yeats bautizó como “la tierra del deseo del corazón”.
A Yeats le encantaban las leyendas que le contaban los campesinos, fábulas de hadas y duendes , con los que charlaba en sus paseos diarios por el parque forestal de Dooney Rock , donde habita esta gente pequeña agazapada entre helechos, fresnos y sauces, acompañados de faunos y hadas. La montaña mágica de Benbulbin la notaba como una presencia inquietante y dominante sobre el condado de Sligo, según el poema Bajo Benbulbin que escribió Yeats.
Bosques de Sligo. © M. Munar Lough Gill , por su parte, es un lago enorme cuyas aguas esconden también seres mitológicos, y donde Yeats creó el poema a la Isla de Innisfree , que inspiró la entrañable película, protagonizada por John Wayne y Maureen O´Hara, El Hombre Tranquilo . No es de extrañar que, con esta coreografía, nuestros protagonistas, Maud Gonne, William Butler Yeats y las hermanas Gore-Booth , estuvieran obsesionados por los seres mitológicos que se esconden en bosques y lagos y que llenaron muchas de las páginas de sus leyendas y poemas.
Cementerio megalítico de Carrowmore. © M. Munar Así, Yeats escribe sobre el pescador Red Man en un pasaje donde no faltan ni el humor ni la valentía, luchando con su enemigo del Eire que no es otro que Cúchulainn, el héroe de la mitología celta. Y del mismo modo, eterno enamorado de Maud Gonne menciona en muchos de sus escritos a la reina celta Maeve de Connacht, que descansa en el cementerio megalítico de Carrowmore de la cima de Knocknarea, y que por su bravura y belleza la relaciona con su gran amor Maud Gonne. El premio nobel veía a Gonne como una majestuosa beldad, con ese pelo color bronce que la caracterizaba y una altura por encima de la de muchas féminas de aquellos años. Una belleza “fin de siecle”, una Valquiria, la describía su enamorado.
Bajo ese aspecto glamuroso se escondía una mujer que se involucró como la que más en la lucha por una Irlanda libre, lejos del yugo de su vecino inglés.
Maud Gonne, actriz y activista Gracias a su profesión de actriz, Maud Gonne representó obras gaélicas en América. En ellas se hablaba de su enemigo natural, Inglaterra, y esto le facilitó dar ruedas de prensa y conferencias. Era, además, una activa sufragista por la causa irlandesa que la llevó a ser considerada la Juana de Arco de Irlanda.
Mural de Maud Gonne con un poema de Yeats. © M. Munar Maud Gonne nació un 21 de diciembre de 1866 en Tongham , en la región de Surrey del Reino Unido. Su padre, capitán de las fuerzas armadas británicas se mudó a Irlanda. Así comenzó el vínculo y el amor de Maude con la causa e historia irlandesas. Terminó su educación en Francia, donde se casó con un político francés, Lucien Millevoye de quien tuvo un hijo que murió a los dos años. Más tarde, ya finalizada su relación, le sugirió concebir a su hija Iseult sobre la misma tumba del niño fallecido, pensando en una posible reencarnación. Millevoye , radicalmente antibritánico, también influyó en la lucha genuina de Maude en defensa de Irlanda.
Yeats y Gonne La vida de Maud Gonne cambiaría radicalmente el 30 de enero de 1889 cuando conoció al joven William Butler Yeats, en Bedford Park. El poeta se quedó fascinado por Maud, una obsesión que le duraría medio siglo. A pesar de que ella rechazó cuatro veces su petición matrimonial –por no considerarle suficientemente nacionalista–, fue su íntima amiga. Se unió a Yeats en la orden interior de La Aurora Dorada e iba a sus encuentros esotéricos, representó sus obras y, según comentaba el mismo Yeats, el no haber sido su esposa le hizo ser su eterna e inalcanzable musa.
Yeats celebró la grandeza de esta mujer en todos sus ámbitos, como pocos poetas lo han hecho. En su libro Last Poems, Maud era la Leda de Leda y el Cisne . El cisne era Yeats. En No Second Troy , Maud era la Helena de Troya yeatsiana, como también actuó en 1902 en Cathleen Ní Houlihan interpretando a Cathleen, la mujer anciana de Irlanda (Irlanda misma), de luto por la pérdida de sus cuatro provincias a manos de los colonizadores ingleses.
Maud era para William Butler, todas las mujeres en una.
Tumba de Maud Gonne en el cementerio de Glasnevin en Dublín. © M. Munar Gonne fue una activa feminista, sufragista y pacifista , a pesar de su lucha sin tregua, pues como bien matiza en su biografía “siempre he odiado la guerra y soy por naturaleza y filosofía una pacifista, pero son los ingleses quienes están haciéndonos la guerra, y el primer principio de la guerra es matar al enemigo” .
En 1938 Maud Gonne publicó su autobiografía que llevaba como título A Servant of the Queen , aludiendo a la reina irlandesa de la antigüedad, Cathleen (o Caitlin) Ní Houlihan, una consideración al nacionalismo irlandés rechazando la monarquía británica. Su propio hijo, Seán MacBride, fue miembro fundador de Amnistía Internacional que llegó a presidir, y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1974.
Maud Gonne murió a las 86 años en Clonskeagh, un pequeño suburbio en los alrededores de Dublín. Está enterrada en el cementerio de Glasnevin en Dublín.
Escenas de la animada ciudad de Sligo. © M. Munar Sligo, una ciudad tranquila Paseando por la ciudad de Sligo, capital del condado, se ven murales que representan la exultante belleza de Maud Gonne, bajo la mirada vigilante y amorosa de William Butler Yeats que la observa desde otro de esos murales que Sligo ha pintado para recordarles en sus calles. También les recuerda Yeats Memorial Building , escuela de verano, y los magníficos retratos y paisajes del hermano de William Bultler Yeats, el pintor Jack Yeats.
Mural que representa a Yeats, en Sligo. © M. Munar La historia de ambos se recrea en County Museum y Art Gallery, sitos en una antigua iglesia protestante. No lejos, en el Centro de Arte The Model se disfruta de exposiciones de arte moderno. Sligo es una ciudad tranquila. Muchos de sus 20.000 habitantes se mueven en bicicleta, pedalean a través de los puentes del río Garavogue, que lo atraviesa, y a cuyas orillas se encuentran restaurantes donde saborear la exquisita cocina marinera de la zona.
Su puerto fue tristemente famoso en los años de la Gran Hambruna cuando en él se embarcaron una enorme cantidad de irlandeses en busca de una vida mejor hacia Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda o Sudáfrica. De hecho, el abandonado Cementerio de la Hambruna recuerda aquellos trágicos años, como lo hace la Abadía de Sligo, fundada en el siglo XIII, que pasó por incendios, guerras y cumplió papeles de monasterio, cantera… El paseo de una hora por sus ruinas es un recorrido por la historia de Sligo.
Las acogedoras tiendas de “todo un poco” de Sligo. © M. Munar Por siempre Lissadell Un lugar que no se puede obviar hablando de Sligo es la mansión de Lissadell (lissadellhouse.com). Hogar de las hermanas Gore- Booth : Constance, Condesa de Markievicz, conocida como la Condesa Roja y heroína del Alzamiento de Pascua en 1916; y su hermana Eva, que inspiraron el poema inmortal de Yeats.
Luz de tarde en Lissadell, grandes ventanas se abren al sur, dos jóvenes visten kimonos de seda, ambas hermosas, una es gacela.
En la mansión de Lissadell se recrean los tiempos y vestidos de sus antiguas dueñas, las hermanas Gore-Booth. © M. Munar. Lissadell con vistas a la bahía de Drumcliffe y bajo el amparo de Benbulbin, a cuyas laderas, en el cementerio de Drumcliffe descansa Yeats, jugó un papel primordial en el feminismo de aquellos años y fue receptáculo de las mujeres que lucharon por una Irlanda libre, entre ellas Maud Gonne y su hija Iseult. Hoy, la legendaria Lissadell pertenece a Eddie Walsh y Constance Casidy que la han restaurado en honor a los personajes que la hicieron famosa. La Galería de Yeats en Lissadell, abierta por Leonard Cohen en 2010, cuenta con una de las más significantes colecciones del premio nobel.
Guía práctica Cómo llegar Algunas opciones para llegar a Sligo son Aer Lingus y Ryanair . El vuelo desde Madrid tiene una duración de 2 horas 45 minutos. Debido a la actual situación, estos vuelos pueden haber cambiado.
Dónde dormir El hotel Radisson Blu goza de una situación privilegiada con vistas a la Bahía de Sligo y a las montañas que le rodean.
Donde comer • El restaurante Eala Bhan (www.ealabhan.ie) se identifica con la comida artesana y local irlandesa y ha sido galardonado desde 2013 a 2017 como Best Restaurant Association of Ireland . Su chef Anthony Gray es nativo de Sligo y conoce a todos los productores locales que le dan lo mejor de su cosecha.
• Langs of Grange (langs.ie), es un pub tradicional y pintoresco que mira por un lado a la majestuosa montaña Benbulben y por el otro a la playa atlántica de Streeda. Un lugar donde saben tirar bien la pinta de Guinness y se puede disfrutar de un sabroso estofado irlandés.
• Hargadon Bros (www.hargadons.com) es otro imprescindible para disfrutar de las excelentes ostras de la zona acompañadas por vinos locales, o una pinta negra y espumosa
Viajar sola a Irlanda Irlanda es un país hospitalario y de carácter muy abierto por lo que las mujeres que viajen solas no tienen por qué tener ningún problema. Eso sí, siempre se deben guardar las debidas precauciones en Sligo al igual que en cualquier ciudad española.
✅ Más información:
Turismo de Irlanda
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