La Sierra del Rincón es uno de los secretos mejor guardados de la región madrileña. Declarada Reserva de la Biosfera en 2005, sorprende por sus paisajes espectaculares, bosques, y cinco encantadores pueblos: Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra, La Hiruela, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra. Te contamos todo lo que puedes ver y hacer en esta sierra a la que antes llamaban injustamente ‘Sierra Pobre’.
Panorámica desde el mirador de La Hiruela. © Etheria Magazine
Dicen que la comarca de la Sierra del Rincón se encuentra a poco más de una hora de Madrid capital, al nordeste de la región, entre Somosierra y la Sierra de Ayllón, pero eso son sólo criterios geográficos y temporales. Si visitas esta sierra te darás cuenta al caminar por sus frondosos bosques de robles melosos –o por hayedos como el de Montejo de la Sierra–, al conducir entre altas montañas y transitar por solitarios pueblos de piedra que, sin duda, te has trasladado en el tiempo varios siglos atrás a un lugar muy muy lejano.
Fuente de la plaza de Montejo de la Sierra. © Etheria Magazine
Cómo llegar a la Sierra del Rincón
La llegada a los pueblos que forman la Sierra del Rincón ya adelantan que su desarrollo o crecimiento estarán al margen de lo que ha ocurrido en otros lugares de la Comunidad de Madrid. Carreteras serpenteantes que suben y bajan, curvas cerradas, árboles encaramados en las montañas e, incluso, vacas que cruzan la vía como “Pedro por su casa” (y como, realmente, debe haber sido desde hace siglos).
Para llegar a la Sierra del Rincón desde la capital hay que tomar la A-1 (Madrid-Brugos) y salir por el km 76 (para tomar la M-137) o bien en el 85 (para seguir por la M-141). Una vez en carreteras regionales, es un itinerario que se presta a conducir tranquilo, disfrutando del paisaje cambiante, según las estaciones, y parando en los miradores. Ahora, en otoño, el brezo inunda de tonos rosados los montes y es maravilloso. Si viajas en primavera será el cantueso. Y los amantes de la geología se sentirán tentados de detener el coche cada cien metros para ver de cerca e inmortalizar las grandes lajas de piedra que forman este monte rocoso.
El brezo o brecina crece entre las rocas de la Sierra del Rincón. © Etheria Magazine
Consejos para visitar la Sierra del Rincón
Como apuntábamos al principio, la Sierra del Rincón está integrada por cinco pueblos: Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra, La Hiruela, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra. Todos están muy cuidados y es un placer pasear por ellos. E insistimos en «pasear» porque lo más conveniente es dejar el coche en la entrada y no tratar de aparcar en la misma plaza de la población, ni dejar el vehículo en la entrada de las viviendas, impidiendo la entrada de los vecinos.
Aunque los fines de semana y en periodo estival estas poblaciones reciben visitantes y vecinos de segunda residencia, son núcleos muy tranquilos y permiten desconectar. Si sólo tienes un día para recorrerlos, vas a ir apurada, así que mejor seleccionar algunos de ellos y combinarlo con una ruta senderista. Si te quedas el fin de semana, hay casas rurales muy bonitas, y puedes visitar los cinco pueblos si te organizas bien.
Paisajes para desconectar en la Sierra del Rincón. © Etheria Magazine
Qué ver y hacer en la Sierra del Rincón
El recorrido en la Sierra del Rincón puede comenzar por el pueblo o la actividad que más te apetezca. Nosotras salimos desde la A-1 en el km 85 por lo que iniciamos el viaje en Horcajuelo de la Sierra (no confundir con Horcajo de la Sierra), seguimos por Prádena del Rincón, Puebla de la Sierra, La Hiruela y Montejo de la Sierra. Y los recorridos senderistas elegidos fueron Hayedo de Montejo y la Senda De molino a molino (La Hiruela). Te lo contamos con detalle.
Museo Etnológico de Horcajuelo de la Sierra. © Etheria Magazine
Horcajuelo de la Sierra
En esta pequeña población de apenas 90 habitantes nada desentona. Se presta a bajar el ritmo, a caminar por sus calles sin prisa sabiendo que en diez minutos ya te habrás salido del pueblo. La arquitectura tradicional de las viviendas, con sus piedras irregulares superpuestas, siempre nos han parecido una auténtica obra de ingeniería. En algunas calles asoman ventanas con tiestos de flores, en otras una tinaja. Como visita se puede acudir a la iglesia de San Nicolás de Bari y al Museo Etnológico (lo reconocerás por su forma cilíndrica), donde se pueden conocer las antiguas actividades de la zona. La ronda se puede completar con La Fragua, para conocer el oficio del herrero-forjador; el potro de herrar, instalado bajo un tejadillo; y el museo de la Fundación Vargas, que muestra obras de Ramón Vargas, un conocido pintor vizcaíno. Y todo ello, sin correr y hablando con los vecinos.
Abrevadero de Prádena del Rincón. © Etheria Magazine
Prádena del Rincón
Pequeño y discreto, el pueblo de Prádena del Rincón muestra una semblanza similar al anterior: casas de piedra, pocos vecinos (algo más de 100), un bonito abrevadero y un potro de herrar. Sin embargo, también guarda dos grandes secretos. El primero de ellos es la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos con varios hallazgos arqueológicos en su recinto. No te conformes sólo con entrar en el templo, rodea el perímetro para descubrir el taller medieval artesanal de campanas, uno de los mejores de España. Y continúa caminando hasta ver en el atrio norte una necrópolis con tumbas antropomorfas excavadas en la roca. Impresionante.
Necrópolis en Prádena del Rincón. © Etheria Magazine
La segunda recomendación es muy distinta, ya que se trata de recorrer el contorno de la laguna de Salmoral (para llegar hay que tomar la M-130 en dirección Puebla de la Sierra). Es un lugar ideal para ver aves, árboles singulares como el arce de Montpellier y un jardín de rocas.
‘Burka’, de Henrique Prado, medalla de oro en la VI Bienal de Escultura de ‘El Valle de los Sueños’. © Etheria Magazine
Puebla de la Sierra
Las numerosas curvas que llevan al pueblo más aislado de la Sierra del Rincón merecen la pena; además, el asfalto está perfecto y es un gustazo conducir con unas vistas tan espectaculares. Puebla de la Sierra, con su fisonomía de piedra, su iglesia de la Purísima Concepción, una bonita plaza, una fragua, un lavadero y sus rutas naturales, podría ser una localidad más, pero no lo es. Y eso es así porque cobija el Valle de los Sueños. Con este nombre tan sugerente se conoce un museo al aire libre de esculturas que se ha ido nutriendo desde 2005. La iniciativa partió de Federico Eguía, un escultor local, y ya hay más de 70 obras de artistas nacionales e internacionales repartidas por el pueblo y las sendas cercanas. Algunas han sido ganadoras de certámenes y están identificadas en la placa como premiadas en alguna bienal. ¡Que no te sorprenda ser recibida por un minotauro, una figura con burka o por un pie gigante!
Plaza de Puebla de la Sierra. © Etheria Magazine
La Hiruela
Muy pequeño, cuidado, con encanto y muy tranquilo. No resulta extraño que destaquen estos rasgos dado que hay censados unos 57 habitantes. A pesar de su tamaño, fue uno de los pueblos que percibimos con más animación. Vecinos sentados en la puerta de su casa, chavales paseando a su aire, casas rurales, la iglesia de San Miguel, el Museo Etnológico, una animada terraza, bares… Y todo ello rodeado de un entorno idílico de montañas y sendas tan bonitas como las de la Dehesa Boyal.
Terraza en La Hiruela. © Etheria Magazine
Una ruta muy recomendable que parte de La Hiruela es ‘De molino a molino’, donde se ven robles centenarios, y tiene unos 5 kilómetros de recorrido (unas dos horas). Como llega un momento en el que el camino resulta más difícil, si vas con niños puedes realizar solo el primero tramo de un kilómetro para ver sus preciosos robles. De igual manera, hay muchas otras sendas sencillas alrededor de La Hiruela que se pueden hacer.
Senda ‘De molino en molino’, en La Hiruela. © Etheria Magazine
Tres últimos apuntes: la carretera de llegada no tiene el asfalto tan bien como las demás (extrema la precaución); el coche se deja fuera del pueblo, en la zona de aparcamiento; y, por último, fíjate en el grandísimo peral de la entrada, considerado un árbol singular de la Comunidad de Madrid.
Montejo de la Sierra
Hemos dejado esta localidad, la más poblada de la Sierra del Rincón (unos 360 habitantes), para el final porque es la más turística. Si no te da tiempo a llegar en el fin de semana, puedes hacer posteriormente una escapada para disfrutar del pueblo y visitar el Hayedo de Montejo.
Tras visitar los núcleos anteriores, Montejo de la Sierra casi parece una capital durante los fines de semana: hay que dar vueltas para aparcar, la gente toma cervezas en la entrada de los bares, hay cola en la panadería (merece la pena hacerla para comprar sus ‘cojonudos’ y ‘cojonudas’) y las pandillas de jóvenes se reúnen en las plazoletas. La vida normal.
Montejo de la Sierra. © Etheria Magazine
En un paseo por la población descubrirás algunos lugares de interés como la iglesia de San Pedro en Cátedra, el horno suspendido (en alto y sobresaliendo de una vivienda), el potro de herrar y, al lado, la ermita de la Soledad. Si buscas el famoso “Banquito para pensar”, pintado por unos niños de la localidad, lo encontrarás camino de la anterior ermita.
A la arquitectura tradicional y numerosos servicios al visitante (casas rurales, restaurantes y bares) hay que sumarle un atractivo más: el Hayedo de Montejo.
Los hayedos lucen así de bonitos en otoño.
Hayedo de Montejo
El Hayedo de Montejo es uno de los espacios más demandados cada otoño en la Comunidad de Madrid. Como la visita es restringida dada la fragilidad del ecosistema, se ofertan plazas cada 15 días y hay que estar atentos porque se agotan enseguida. Todo este clamor popular tiene una explicación, ya que este bosque de hayas (Fagus sylvatica) es el único de la región y es considerado “una rareza”. Se trata de uno de los conjuntos de hayas más meridionales de Europa. Puedes hacer la reserva en la web de Hayedo de Montejo.
Puedes encontrar más información de estos pueblos en la web de Sierra del Rincón
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