Puede que Santander no tenga el predicamento de otras capitales vecinas, pero es de esas ciudades en las que cuando experimentas lo mucho que ofrecen resulta difícil entender por qué no tienen una mayor promoción. Cuando conozcas estos planes en Santander para un fin de semana, nos darás la razón.
El © Centro Botín cambió el perfil de Santander. Lo cierto es que los planes en Santander para un fin de semana son muchos y variados, aunque si te organizas bien puedes incluso visitar alguna de las atractivas localidades y espectaculares paisajes que la rodean. (Puedes buscar inspiración en ‘8 lugares sorprendentes de Cantabria que aún no conoces’ ).
En cualquier época del año esta ciudad, casi nueva (fue reconstruida casi por completo tras el devastador incendio del año 1941), ofrece atractivos de lo más diverso: desde la arquitectura de vanguardia hasta sus prolongadas playas de arena; desde la alta gastronomía hasta el picoteo divertido e informal de sus calles y plazas más céntricas; desde sus parques urbanos al más puro estilo siglo XXI a parajes naturales de auténtico impacto.
Exposición Arte y Arquitectura: Un diálogo. © Martin Creed, DACS 2020 Museos de Santander Pero lo que, hoy por hoy, trae a Santander una creciente cantidad de visitantes es el proyecto que se ha denominado como Anillo Cultural y que engloba ocho museos e instituciones , todos con la Historia y el Arte como leit motiv .
Entre los planes en Santander, por tanto, no puede faltar el epicentro de todos ellos: el Centro Botín (centrobotin.org). Inaugurado en 2017 tras años de polémicas y retrasos, se ha posicionado como el más llamativo reclamo arquitectónico moderno de la ciudad. De ello se encargó el italiano Renzo Piano (nada menos), que ideó un espacio abierto a la bahía santanderina, al muelle de Albareda, junto al que se encuentra, y a los Jardines de Pereda.
Centro Botín (Santander). © Illán Riestra Nava Centro Botín Un conjunto compuesto por grandes volúmenes que parecen suspendidos en el aire, apoyados en estilizados pilares metálicos para, a pie de calle, permitir ver el mar a través de ellos. Por su parte, los enormes ventanales aportan a su interior iluminación natural durante la mayor parte del día. Mientras que la amplitud de las diferentes salas facilita la instalación de montajes artísticos de formatos casi imposibles para otras instituciones culturales.
Lo cierto es que el sueño del desaparecido banquero Emilio Botín, que por cierto no lo pudo ver terminado, se ha cumplido con creces, convirtiéndose en un imán para amantes del arte y visitantes de la ciudad en general. Algo a lo que en los próximos años también contribuirá, por un lado, la reconversión de la antigua sede del Banco de España en una de las sucursales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y, por otro, la sede del Banco de Santander en un museo y centro cultural.
Esta última obra, conocida como Proyecto Pereda y firmada por el arquitecto británico David Chipperfield, unirá aún más el centro de Santander con su puerto, abriendo al paso de los peatones el arco que caracterizaba el antiguo edificio bancario.
Exposición Retrasos: Esencia y Expresión en © Centro Botín. Dónde comer en Santander Ya que estamos en el corazón de la ciudad, merece la pena tomarse una pausa entre visita y visita cultural para disfrutar de una de las costumbres populares más agradables: la hora del tapeo. Entre los planes en Santander: la hora de las rabas es obligado.
Porque Santander y rabas son términos, más que complementarios, sinónimos. Desde luego, esas tiras o anillas de calamar rebozadas en harina y fritas tienen aquí, hasta en la tasca menos llamativa, un aroma y un sabor que justifican por sí solos una visita a la capital cántabra. Se toman como aperitivo o como parte del menú, mejor en compañía y remojadas con una caña de cerveza, con un vino blanco (de Rueda o, incluso, un txakoli) o, los más “in”, con un vermú.
Pulpo braseado de la Taberna La Radio, en Santander. Dónde tapear en Santander La mayor parte de los bares de rabas se concentran en la zona Centro, sobre todo en torno a la plaza del Cañadío . Por allí hay lugares míticos como La Bodega Cigaleña (www.cigalena.com), Mesón Gele (restaurantegele.es) o Bodega del Riojano (bodegadelriojano.com). Pero, para rabas buenas hay que caminar un poco más y acercarse hasta la taberna La Radio (tabernalaradio.com), local de arrebatadora personalidad, con un ambiente pintoresco y una clientela muy fiel.
Las rabas son solo la excusa para disfrutar del resto de propuestas que se muestran sobre las barras de las decenas de bares que salpican Santander. Porque, de hecho, sería imperdonable estar aquí y no degustar esas maravillosas anchoas o los mariscos del Cantábrico, que destacan por sus indiscutibles calidad, aroma y sabor.
© Casona del Judío, en Santander. Restaurantes formales Quien quiera algo más formal, tiene diversas opciones en Santander: desde la cocina de siempre hasta menús de una exquisita creatividad.
Restaurante Cañadío Entre los representantes de la primera está el restaurante Cañadío (restaurantecanadio.com), clásico después de 40 años y que tiene una delegación de bastante éxito en Madrid. Aquí se viene para degustar los suculentos pescados y mariscos del Cantábrico, pero también esa cocina norteña tradicional que tiene en los guisos de legumbres y en las carnes de vacuno sus principales abanderados. Uno de esos restaurantes a los que conviene venir con hambre y a los que siempre apetece regresar.
Sergio Bastard, chef ejecutivo de La Casona del Judío. La Casona del Judío Entre los abanderados de la cocina más innovadora está La Casona del Judío (casonadeljudio.com), aunque por lo años que lleva asentado en el barrio de Monte, este restaurante ya forma parte de la historia (y de las celebraciones) de muchos santanderinos. En su espacio Gastronómico, formado por la bodega, situada en el sótano de ladrillos de la casa, y el comedor principal sólo se sirven 8 mesas cada día. En él, Sergio Bastard, reconocido como Mejor Chef de Cantabria en 2015, ejecuta su menú degustación estableciendo una complicidad con los comensales que le añade encanto y autenticidad a su propuesta culinaria.
Esta propuesta parte del mejor producto vegetal, tanto terrestre como marino, de Cantabria, que Bastard pone en relación con el resto de ingredientes típicamente cántabros y su recetario tradicional, para evolucionarlos en texturas, sabores y presentaciones tan sorprendentes como apetitosas.
© Cenador de Amós, en Villaverde Pontones. Cenador de Amós Otra opción recomendable para quien quiera disfrutar de una de esas experiencias gastronómicas que dejan huella para siempre en las papilas gustativas, es el Cenador de Amós (cenadordeamos.com), con sus tres estrellas Michelin. Es cierto que hay que salir de la capital cántabra, pues se encuentra en la localidad de Villaverde de Pontones , pero la opción de ir y volver en taxi es más que aconsejable y apenas se tardan 20 minutos desde el centro de Santander: así también se puede disfrutar, con toda la pasión, de la brillante selección de vinos y licores de su bodega.
La propuesta gastronómica del chef Jesús Sánchez , basada en productos locales tratados con una sensibilidad y creatividad realmente impactantes, se ofrece en dos menús degustación, Evoca y Percibe, de 13 y 17 pasos cada uno, que presentan variaciones a lo largo del año, en función del mercado.
Jesús Sánchez, chef del Cenador de Amós. Qué más hacer en Santander Tras tanto festival para el aparato digestivo, comenzamos con los planes en Santander un poco más activos. Al paseo clásico por el Paseo de Pereda, que hace las veces de escaparate de “lo mejor” de la capital y de mentidero para muchos de sus habitantes, se suma la magnífica playa del Sardinero.
Gran Hotel Sardinero La playa del Sardinero, objetivo de los veraneos de muchos representantes de la nobleza y la alta burguesía del país hasta la Guerra Civil y, después, para todo el que quisiera, conserva buena parte de las casonas y palacios que la flanqueaban en aquella época dorada. Amén del Gran Hotel Sardinero (hotelsardinero.es), emblema del lujo más clásico que sigue allí, aunque muy reformado, y ahora con una filosofía y ambientes más democráticos.
© Gran Hotel Sardinero, en Santander. Palacio de la Magdalena Como un apéndice de la propia playa, magnífico arenal urbano donde el baño (con el buen tiempo) resulta más que aconsejable, está la que probablemente sea la construcción de la que más orgullosos se sienten los santanderinos: el Palacio de la Magdalena (palaciomagdalena.com/es). Asentado sobre una pequeña península, en verano sigue siendo la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el resto del año acoge exposiciones, conferencias y congresos de toda índole, además de acoger a unos 60.000 visitantes, ávidos de conocer el lugar que en los años 20 del siglo XX disfrutaron los miembros de la familia real española durante sus vacaciones en la ciudad. De hecho, fue un regalo de los propios santanderinos que, con la llegada de la II República y vicisitudes históricas posteriores, acabó adoptando las más diversas funciones.
Vista aérea del Palacio de la Magdalena, en Santander. © Willian Justen de Vasconcellos Planes naturales en Santander A espaldas de la playa de El Sardinero está uno de los espacios urbanos más nuevos de la ciudad: el Parque de la Vaguada, oficialmente bautizado como Parque Atlántico de Las Llamas.
Parque Atlántico de las Llamas Un espacio concebido como lugar de esparcimiento al más puro estilo siglo XXI, con nuevos equipamientos para grandes y pequeños; como sus 2,5 kilómetros de carril bici, estanques con escenográficas pasarelas, una gran laguna rodeada por más de 2.500 árboles, tres zonas de juegos infantiles, un futurista anfiteatro y, sobre todo, el Palacio de Deportes, conocido como La Ballena por la forma de su cubierta metálica.
Faro de Cabo Mayor, en Santander. © Willian Justen de Vasconcellos Parque de Cabo Mayor Desde luego este parque, muy próximo a algunos de los barrios más nuevos de la ciudad, se ha convertido en uno de los principales pulmones de Santander y se suma a otros espacios tan escenográficos y gratificantes como el mismo.
Es el caso del Parque de Cabo Mayor , asomado al Cantábrico y rodeado por espectaculares acantilados de roca caliza. Sobre uno de ellos se construyó, a mediados del siglo XIX, un faro que regala una de las estampas más queridas por los propios santanderinos. También de las más seductoras, sobre todo para quienes visitan por primera vez la ciudad. (Sigue leyendo: Los faros más bonitos de Cantabria )
Costa Quebrada Un lugar que invita a conocer la envidiable relación entre el mar y la comunidad autónoma de Cantabria es la llamada Costa Quebrada , en torno a la localidad de Soto de la Marina. Este litoral, de unos diez kilómetros de longitud, alberga algunas de las playas más espectaculares del Norte de España y puede suponer un buen “hasta luego” para esto planes en Santander para un fin de semana.
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