El mindfulness, más allá de ser una técnica psicológica “de moda”, es una de las más efectivas para prevenir y tratar el estrés, la ansiedad o la depresión causadas por la pandemia. Es suficiente con practicar de 5 a 10 minutos diarios para conseguir resultados y mejorar la calidad de vida. El mindfulness y la meditación nos ayudan a conocernos mejor. © Priscilla du Preez Seguro que ya has escuchado hablar o conoces a alguien que practica mindfulness. Se trata de una de las técnicas psicológicas más efectivas para la prevención y el tratamiento del estrés, la ansiedad o la depresión . No es una técnica que se deba tomar a la ligera ni que haya nacido en un gimnasio, ya que está fundamentada por metaanálisis que evidencian su eficacia para abordar estos tres trastornos. Debes saber que practicar de 5 a 10 minutos al día es suficiente para prevenir el estrés y las enfermedades asociadas, aumentar el bienestar psicológico y la resiliencia o disminuir el riesgo de estrés postraumático, uno de los cuadros más frecuentes en familiares o supervivientes del coronavirus y en profesionales sanitarios.
El mindfulness disminuye la ansiedad y la angustia, y mejora el afecto positivo y la salud psicológica según investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad Loyola y la Universidad de Málaga. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todo el mundo está preparado para ofrecer una sesión, por lo que tenemos que huir de personas sin formación (algo muy habitual en este tipo de técnicas).
Nuestros pensamientos pueden ser los peores enemigos. © Kitera Dent ¿Por qué es necesario el mindfulness en tiempos de pandemia? Como ya hemos contado en ocasiones anteriores, la pandemia dejará a su paso un aumento de enfermedades mentales como la depresión. Y es habitual que la depresión venga acompañada de otros síntomas como la ansiedad. En las actuales circunstancias, el aislamiento al que muchas personas están sometidas deriva en situaciones de estrés, ansiedad, agorafobia (temor a los espacios abiertos) o incluso pánico. Siempre que el miedo a salir de casa te paralice o te genere ansiedad es conveniente que consultes al médico.
Aunque a veces no seamos conscientes, los niños y adolescentes son uno de los grupos más vulnerables a la hora de desarrollar miedos y fobias. Así lo aseguró el Psiquiatra Luis Gutiérrez Rojas en el webinar “Salud Mental: abordaje desde Primaria y Mindfulness” de Lundbeck Academy. Si tenéis hijos, hay que estar atentas a su comportamiento.
Confía solo en personas con formación en Mindfulness. © Alvin Mahmudov Cómo es una consulta de mindfulness En los últimos años ha aumentado la aplicación de mindfulness en las consultas médicas para abordar las emociones de los pacientes, tanto en el ámbito de la salud mental como en otras enfermedades. En opinión de Bárbara Tovar, psicóloga especializada en ansiedad, emociones y salud, “a través del mindfulness hay objetivos que se logran de forma mucho más sencilla que con las herramientas clásicas de la Psicología”.
Una vez que el paciente acude a consulta, el especialista emplea estrategias orientadas a la atención, tales como la respiración , que es una manera de mantenerse en el aquí y el ahora, durante unos 15 o 20 minutos. Para la doctora Tovar, practicar la respiración es iniciar el contacto con uno mismo. Tras esta toma de conciencia cambia el ritmo del habla, la forma de mirar… el paciente está más tranquilo y es más fácil trabajar con conceptos psicológicos, pues la persona está más receptiva para mejorar en los objetivos marcados terapéuticamente. A partir de ahí surgen otros conceptos como la compasión, la aceptación, se aprende a soltar pensamientos, a ceder… y, una vez finalizada la sesión, se le dan ejercicios para que practique durante la semana.
Meditar en la naturaleza ayuda a tu bienestar. © Simon Migaj Aprender a relacionarse con los pensamientos El mindfulness incide en la forma en la que nos relacionamos con los pensamientos. La mayoría no son voluntarios, sino que aparecen automáticamente, y perdemos el contacto con el entorno sin que nos demos cuenta. Aunque no lo creas, esa charla que mantenemos continuamente con nosotros mismos es el origen del estrés .
Según explica la instructora Ana Arrabe, en realidad “no es tan perjudicial el estrés como lo que haces cuando lo tienes”. En esta situación, el mindfulness aporta serenidad y permite que conectes contigo mismo.
La psicóloga Tovar lo resume de una forma poética y contundente: “La mente es un mar en tempestad (…) cualquier percepción está empañada de la angustia de las olas sin calma, pero debajo hay tranquilidad. Bucear es tener la atención orientada a la respiración, conectar con ella antes de tomar decisiones. Se trata de bucear cuando viene la ola fuerte. Cuesta trabajo, porque la preocupación hace que estemos rígidos. Estando sosegados somos más capaces de manejar las emociones”. Ese bienestar emocional es el que debemos buscar porque aporta consecuencias positivas en el plano físico.
Centrarse en lo importante, una de las claves en situaciones de crisis. © Nik Shuliahin Centrarse en lo importante El mindfulness, según el el Dr. García Campayo, que también participó en el webinar de Lundbeck Academy, es una técnica que podemos aprovechar en estos tiempos de pandemia para reconectar con los valores y quedarnos con lo que es realmente importante en nuestra vida . Todo aquello que nos genera malestar tiene un impacto en nuestras emociones, que no aceptan la realidad. Los expertos, como este psiquiatra que dirige el Master de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza, opinan que esta técnica nos libera para centrarnos en lo positivo.
Un dato de interés es que en esta técnica, el instructor también debe practicarla, pues habla desde la experiencia, a diferencia de otros profesionales, que no tienen que hacer lo que dicen. Por este motivo hacer el programa como participante es el primer paso para ser instructor.
Meditar para superar la adversidad Ante una situación como la pandemia de la COVID-19 es normal tener todo tipo de reacciones emocionales, como caer en la tristeza, sentir ira, experimentar frustración, vivir con impotencia, miedo o culpa… Muchas veces, además, aparecen pensamientos negativos respecto a nosotros mismos e ideas pesimistas al pensar en el futuro o repasar nuestro pasado. Con frecuencia la atención se focaliza sólo en el problema y nos olvidamos de lo demás, aumentando nuestro malestar.
La meditación puede servir para evitar un sufrimiento añadido. © Jacob Townsend Cuando practicamos meditación con una cierta asiduidad podemos darnos cuenta de lo que sucede y evitar ese sufrimiento añadido. Gracias a la conciencia que cultivamos al sentarnos a meditar nos hacemos muy conscientes de cuáles son las causas de nuestra infelicidad y ese es uno de los principales beneficios de meditar: descubrir que una parte del sufrimiento lo creamos nosotros con nuestras actitudes, reacciones y respuestas emocionales. Reconocerlo es el primer paso para dejar de hacerlo y poder cultivar estados mentales positivos que nos favorezcan.
Para la psicóloga Tovar, técnicas como el mindfulness ayudan a ser más fuerte en la adversidad, porque ayudan en cualquier proceso. Se trata de sentir que no tienes que huir de lo negativo, sino de observar. “En nuestra cultura hedonista, desde pequeños estamos educados para buscar las emociones positivas. El mindfulness permite afrontar las situaciones de incomodidad desde la serenidad y la aceptación”. Pero para eso “tienes que vivirlo. Se trata de sentir que, pase lo que pase externamente, hay un lugar dentro de ti al que siempre puedes recurrir y eso te da una sensación de protección que puedes construir de forma automática en tu interior”. Se trata, en definitiva, de vivir más despiertos.
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