Si estás pensando en viajar a la capital polaca, toma nota de estas tres rutas con los principales lugares que tienes que ver en Varsovia. Esta ciudad no cesa de crecer ni de sorprender con atractivos añejos y vanguardistas que la presentan como un destino que hay que investigar a fondo. Varsovia y la música siempre van de la mano. © Manena Munar Viajar a Varsovia, la capital polaca, se ha convertido en una cuenta pendiente para aquellos viajeros que no se dejan influir por la imagen gris que subyace en el ideario popular. Una vez superada la indecisión, esta ciudad se convierte en un lugar que depara muchas sorpresas y alegrías. Te contamos, después de haber vivido allí varios años, qué ver en Varsovia para terminar perdidamente enamorada.
Varsovia- Warszawa, envuelta en la leyenda Warszawa. Cuenta la leyenda que Wars, un pescador del río Vístula, se enamoró de Zawa, una bella sirena que lo dejó todo por él fundando la ciudad de la que hoy es su emblema y a la que defiende a espada y escudo . Y la urbe que fundó la sirena no es una cualquiera.
El poso de Varsovia, ese poso de café que habla de pasado y augura el futuro, dibuja una urbe que ha tenido varios dueños y que ha pertenecido a un país que se engrandecía en el mapa, pero que también llegó a desaparecer. Segismundo III le otorgó la capitalidad quitándosela a Cracovia. Fue una de las más hermosas de Europa, el París del Norte, nombrada así por la belleza de su arquitectura, sus parques y también por la cultura y creatividad que siempre la han caracterizado.
La Sirena de Varsovia defiende, a escudo y espada, la ciudad que fundó. © M. Munar El renacer de Varsovia Resurgió de las cenizas en la Segunda Guerra Mundial erigiendo una copia del casco antiguo en base a las pinturas de il Canaletto , lo que le valió el nombramiento de la Unesco por su excelencia. Vivió los tiempos del comunismo cuando emergieron los famosos bloques, y recibió el obligado regalo soviético del Palacio de la Cultura y la Ciencia . Este edificio es el más alto de la ciudad, tiene un mirador con espléndidas vistas y tres mil habitaciones que albergan la Academia de la Ciencia, oficinas, galerías y varios espacios de recreo. Su antecesor en altura fue el edificio Prudential , todo un mito cuando se construyó en 1934. Revolucionó Europa con su antena de televisión y, tras muchas vueltas, se ha convertido en el el Warszawa , uno de los hoteles céntricos más atractivos de la ciudad.
Varso Tower, un proyecto de Norman Foster Varsovia en el siglo XXI se ha adaptado a una era que testimonian sus rascacielos cristalinos, véase Varso Tower , obra de Sir Norman Foster que con sus 310 metros está destinado a convertirse en el edificio de mayor altura de la Unión Europea. Su restaurante , situado en los pisos 46-47, ofrecerá una espectacular panorámica de Varsovia. Sin obviar Warsaw Hub , un área multifuncional de arquitectura futurista que engloba viviendas, espacios de ocio y arte en el centro de la ciudad.
La omnipresencia del Palacio de la Cultura y de la Ciencia. © M.Munar Ruta 1: Qué ver en Varsovia nada más llegar Otras ciudades polacas –como Cracovia, Gdansk o Poznan– se adivinan de un primer vistazo, ya que su casco urbano y calles principales están unidos. Sin embargo, a Varsovia hay que desentrañarla con calma y atención pues es mucho lo que ofrece y lo hace de una forma discreta. Para conocer el alma y la historia de los varsovianos es altamente aconsejable visitar algunos de sus museos antes de formarse una opinión, o de lanzarse a la exploración de la capital polaca. A continuación encontrarás algunos de los lugares que tienes que ver en Varsovia en esta primera ruta.
Museo del Alzamiento de Varsovia Este museo se abrió en el 60 aniversario de la sublevación contra Hitler, el 1 de agosto de 1944, cuando Stalin esperaba a las puertas de Varsovia para instalarse en ella. La directora Agnieszka Holland lo detalla en su película Europa, Europa . En este espacio interactivo se siente la vida diaria de un pasaje histórico que ayuda a entender lo que tuvo que soportar Varsovia y cómo, a pesar de todo, la gente seguía charlando, riendo, viviendo…
No lejos del museo, la calle Chlodna que conectaba dos partes del gueto judío, el pequeño y el grande, guarda en el suelo la tenebrosa franja plomiza de su frontera por donde aún se perfilan las vías del tranvía y el empedrado de la calzada. Sin embargo, la Chlodna actual responde a unos baremos muy diferentes con locales exclusivos de restauración.
Winosfera En Winosfera se puede disfrutar de los mejores vinos y de una gastronomía avalada por Michelin a cargo del chef Bartek Brzuska, que defiende el producto estacional cocinado con estilo y pasión.
El cementerio Judío de Zydowski data de 1806. © M. Munar Museo Judío Visitar el Museo Judío , abierto en 2004, es ineludible para entender lo que supuso la población judía en Varsovia. De hecho, su estructura emula las dos olas gigantescas del mar Rojo que se abrieron a su paso, coronadas por un puente de madera como el que unía los dos guetos de la calle Chlodna. El cementerio judío Żydowski, que tiene sus orígenes en 1806, asevera la importancia hebrea en la ciudad polaca.
Mercado de Hala Mirowska Vinculado con el gueto judío es imprescindible dar una vuelta por Hala Mirowska , un mercado lleno de color y vida que ofrece todo tipo de productos frescos y esas flores con las que el polaco adorna igual la cotidianidad que los momentos especiales.
El arte urbano llena las calles de Varsovia pintando su historia pasada y presente. © M.Munar Street art en Varsovia Varsovia es idónea para recorrerla a pie, cualquier estación es buena pero en primavera y otoño se viste de gala. Quizás sea de las pocas ciudades europeas en las que todavía quedan solares céntricos sin construir, con lo cual las sorpresas arquitectónicas están a la orden del día. Los rascacielos cristalinos se codean con los bloques socialistas hoy pintados en colores pastel que le dan un apacible aire vintage enaltecido por el arte urbano.
En Varsovia, el street art está integrado por pinturas murales, grafitis o luminosos, símbolos de acontecimientos pasados como bien reflejan las pinturas de la calle Jana Pawła II y su rotonda Rondo Sedlaczka que recuerdan el alzamiento de 1944. Un buen ejemplo de las tendencias actuales es el mural de Dawid Ryski y Maciek Polak, al lado de la estación de metro Politechnika, cuyo pigmento fotocatalítico se activa con la luz y descompone los contaminantes del aire reduciendo la polución.
Centro Comercial de las Terrazas Doradas al lado del mítico Palacio de la Cultura y de la Ciencia. © M.Munar Cultura y compras El Palacio de la Cultura y de la Ciencia es otro de los lugares que hay que ver en Varsovia. Se sigue observando prácticamente desde cada rincón varsoviano y en palco preferente desde el Hotel Polonia Palace , un clásico de 1913 que tras una esmerada restauración para mantener su esplendorosa apariencia, se sitúa a la vanguardia de la hostelería. Su vecino Zlote Tarasy (Terrazas Doradas) es un centro comercial cuyas terrazas cristalinas en forma de tsunami albergan lo último en tiendas de moda y restauración.
Biblioteca de la Universidad en la Ciudad Nueva En cuanto a arquitectura rompedora de Varsovia, un buen ejemplo es la Biblioteca de la Universidad en la Ciudad Nueva. A orillas del Vístula, se levantó en 1999 con la intención de fusionar arquitectura y naturaleza. El resultado no pudo ser más favorable y su estructura verdosa se camufla entre la vegetación mientras que su azotea ofrece una de las vistas más amables de la Ciudad Vieja y el río Vístula, y su interior acoge un moderno templo del saber.
Palacio de Lazenki en el Parque Real homónimo, residencia de verano de los reyes de antaño. © M.Munar Ruta 2: un Paseo Real en Varsovia Este segundo itinerario depara un paseo rebosante de belleza en el que contemplar lugares culturales, visitas curiosas y buenos restaurantes. A continuación te contamos los lugares que hay que ver en Varsovia en esta Ruta Real.
Museo de Madame Curie Esta recorrido se puede empezar en la Ciudad Nueva, sin dejar de echar un buen vistazo a la casa de una de las mujeres más relevantes de Polonia, Maria Sklodowska, Madame Curie, que hoy alberga el museo de su vida y de su ciencia. La barbacana de ladrillo rojo hace de frontera con la Ciudad Vieja, pintoresca y animada con tiendas de artesanía y restaurantes por doquier, como el aristocrático Bazyliszek , de ambiente palaciego y cuidada gastronomía.
Entrada a la Ciudad Vieja con el Castillo Real y la Columna de Segismundo III. © M. Munar Calle de Nowy Swiat, compras entre historia Tras hacer una parada en el Castillo Real y en la Columna de Segismundo III se enlaza con la calle de Nowy Swiat (nuevo Mundo), una vía con solera y elegancia donde se alojaron personajes excepcionales como Joseph Conrad, Federico Chopin y el compositor Karol Szymanowski. El paso de los años y de la historia la ha convertido en reducto de compras, clubes de moda y restaurantes. Curiosamente, durante los fines de semana se cierra al tráfico y las mesas con sus toldos alegran la calzada.
La calle de Nowy Swiat está llena de animadas terrazas. © M. Munar Restaurante Elixir Delikatesy y hotel Europejski No lejos de la calle Nowy Swiat está el restaurante Elixir Delikatesy , recomendado por Michelin por su innovadora gastronomía polaca en la que van incluidos los arenques, carne tártara y centenares de diferentes vodkas. En la misma zona está el icónico hotel Europejski , que guarda la historia de Polonia. Artistas, políticos, espías… todo el mundo ha pasado por él durante los 160 años que lleva acogiendo a la flor y la nata de la ciudad con diferentes gerencias. Hoy lo rige la prestigiosa cadena Raffles, y cuenta con la restauración de lujo del chef vasco Beñat Alonso .
Café y paczki para recobrar fuerzas Siguiendo con la Ruta Real se debe hacer un alto en el camino para probar las tradicionales empanadillas polacas pierogis , sin salir de la calle Nowy Swiat en Zapiecek Polskie Pierogarnie . Y para tomar un café con paczki (precursor de los donuts) , sigue hasta Blikle , uno de los locales más antiguos de la ciudad.
El hotel Bristol en la calle de Nowy Swiat (Nuevo Mundo) es un sello de distinción en Varsovia desde su apertura en 1901. © M.Munar El corazón de Chopin Finalmente, Nowy Swiat desemboca en la majestuosa vía Krakowskie Przedmieście sede del Hotel Bristol . Desde 1901 viene siendo un sello varsoviano de distinción por la arquitectura Art Nouveau y su restauración de primera. La calle está poblada de edificios magnos como la Universidad de Varsovia, el Palacio Czapski y la iglesia de la Santa Cruz, donde se guarda el corazón de Chopin.
Las notas del compositor se sienten en el aire polaco y se escuchan cada domingo de verano al amparo de la estatua del compositor situada en el Parque Real de Lazenki. En esta escultura, obra del escultor Waclaw Szymanoswski, llama la atención su mano convertida en un árbol que difunde las notas del padre de la música polaca por el estanque, el palacio y por el alma de todos aquellos que acuden a escucharle.
En la estatua de Chopin su mano se convierte en árbol. © M. Munar Certámenes y festivales El Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin es el única en su categoría que se dedica a un solo autor y que desde 1927 se viene celebrando cada cinco años, al igual que el Jazz Jamboree , el más antiguo de Europa, que se conmemora desde 1956 y sitúa a Varsovia como una de los centros mundiales de jazz.
Ruta 3: La Varsovia Canalla Si cruzas el Vístula te espera otra Varsovia. Llegarás al barrio de Praga, un vecindario que en tiempos fue símbolo de picaresca, mercado negro, estraperlo y jolgorio. Se mantuvo intacto durante la Segunda Guerra Mundial, ajeno a los bombardeos, dicen que gracias a que el ejército ruso había instalado allí su base. Este lugar se convierte a pasos agigantados en una zona de moda y hípster, donde los precios de la vivienda son más baratos que al otro lado del río, y los jóvenes se mudan a un barrio que lo tiene todo.
La juventud varsoviana se va a a vivir al barrio de Praga por sus precios asequibles y ambiente vanguardista. © M. Munar Qué ver en el barrio de Praga de Varsovia Entre los muchos monumentos del barrio de Praga destacan la catedral neogótica de San Miguel Arcángel y San Froilan Mártir y la ortodoxa Santa María Magdalena. Y también espera allí otro lugar curioso que hay que ver en Varsovia: el zoo de la calle Ratuszowa . Este lugar recuerda el ejemplo de Jan y Antonina Zabinski cuando siendo directores del zoológico, en tiempos de guerra, ayudaron a escapar de los nazis a cientos de judíos que ocultaban en sus subterráneos. Pero también hay lugares divertidos, y están entre los imprescindibles que hay que ver en Varsovia.
Detalles entrañables del Museo del Comunismo en el barrio de Praga. © M.Munar Museos, bares y cabarets en el barrio de Praga Centros de cultura tampoco le faltan a este barrio, uno de ellos es el Museo del Comunismo , una delicia donde recrearse en los pequeños y cotidianos detalles de aquella época de la Polonia del Este. Entre ellos, las cantinas Mleczny (bar de leche) que tanto éxito tuvieron por su comida casera y productos lácteos a precios asequibles (y que aún siguen existiendo). También son un fiel reflejo de aquellos años los maravillosos neones del cabaret Czarny Kot (Gato Negro), los del restaurante Szanchaj o de la Sirenita de Varsovia que iluminan el Museo de Neones sito en Soho Factory, centro de galerías y boutiques chic.
El Museo de los Neones recoge los luminosos más característicos de la época comunista. © M. Munar Arte callejero y cultura en este barrio canalla El street art toma un especial protagonismo en Praga, principalmente en el Centrum Praskie Koneser , de arquitectura posindustrial. El español Sebas Velasco creó en 2016 un imponente mural en la calle Strzelecka, 26, titulado Warszawa Wschodnia (Al este de Varsovia), haciendo alusión al nombre de la canción local de la banda Płyny.
Para eventos culturales hay que acudir a la calle Zabkowska , cuyos edificios de finales del siglo XIX albergan hoy día todo tipo de exposiciones, y a la calle Mala , donde se empezó a construir en ladrillo y fue escenario de la película El Pianista de Roman Polanski.
Y para terminar, nos vamos a la zona VIP del barrio de Praga, a Saska Kempa , donde se suceden los palacetes –muchos de ellos residencias de embajadores–, tascas seductoras y restaurantes internacionales.
El Gato Negro fue uno de los famosos cabaret de los tiempos comunistas donde entre stripteases y juegos de magia se comía caviar y salmón ahumado regados con vodka. © M.Munar CONSEJOS ETHERIA Protocolo Covid-19 Para finalizar el artículo conviene hacer hincapié en que Varsovia ha abierto sus hoteles respetando los protocolos de actuación recomendados para la actual situación de pandemia debido al COVID-19. El transporte público cumple con las normas de distanciamiento social. Se organizan rutas temáticas y recorridos a medida, acatando el aforo aconsejado en estos momentos. Más información en Turismo de Polonia .
2 rutas más al aire libre Hay dos rutas en Varsovia que dada la situación actual son muy recomendables no solo por su interés histórico y turístico sino por transcurrir al aire libre.
• La Ruta Real, de la que ya hemos hablado, también incluye la plaza de las Tres Cruces y Aleje Ujazdowski, con tiendas exclusivas y edificios renacentistas, muchos convertidos en embajadas. Aquí están las sedes del Parlamento y del Senado, y el parque Ujazdowski cuyo castillo homónimo acoge al Centro de Arte Contemporáneo .
• La Ruta de Chopin Empieza en la estatua, situada en el Real Parque de Lazenki, y continua hacia el lugar de nacimiento del gran compositor en Zelazowa Wola, a 50 km de Varsovia, con el complemento de su museo anexo.
Más información Oficina de Turismo de Polonia
Ruta por las montañas de Zakopane. © Alex Blokstra También en Polonia… Descubre Zakopane, su arquite ctura de madera, sabores y estaciones de esquí .
Sopot, la escapada al Báltico polaco entre balnearios de lujo y glamour que mereces .
Sofía Casanova, una poetisa gallega en Polonia .