A San Lorenzo de El Escorial irás por su valor histórico, artístico y arquitectónico, pero lo recordarás por las estrafalarias historias que se esconden tras los muros de su monasterio. La mole granítica más famosa de la sierra madrileña alberga despojos de reyes, reinas, santos e infantes y, con ellos, aguardan un sinfín de leyendas y cotilleos. En este artículo te damos las claves para visitar El Escorial, coge papel y lápiz para no perderte nada. Neblina durante el amanecer de San Lorenzo de El Escorial. ©
Javier Santamarta A los pies del monte Abantos, y a menos de una hora de Madrid, el rey Felipe II quiso construir en el siglo XVI el monumento más grande de la Cristiandad: el monasterio de El Escorial . Y como no tenía un pelo de tonto, lo hizo en un lugar alejado de los calores del verano madrileño y en una ubicación ideal para salir a cazar.
Al visitar El Escorial se percibe que el austero estilo herreriano –propio de Juan de Herrera, uno de sus arquitectos– contrasta con la exultante dimensión y elementos que componen la construcción: 2.600 ventanas, 1.200 puertas, 86 escaleras, 15 claustros y 9 torres en más de 33 mil metros cuadrados de superficie –lo raro es que no lo construyera un vasco–.
Si alucinaste con las sagas reales de Juego de Tronos pero todavía te lías con las propias de España, en una visita a este monasterio, basílica, biblioteca, mausoleo y Real Sitio repasarás de forma sublime la historia regia del Siglo de Oro Español.
El temporal de nieve Filomena también tiñó de blanco el monasterio. © Javier Santamarta Felipe II, un personaje auténtico Cuatro años tardó el monarca en encontrar el lugar ideal para ubicar su obra más importante, aunque compensó su tardanza con la rapidez con la que logró que se construyera el edificio, 20 años , todo un récord para la época. Creyente exacerbado, Felipe II deseaba elevar un mausoleo para su familia y, de paso, conmemorar la victoria de la Batalla de San Quintín, hito contra los franceses que dio comienzo a su reinado. Los tapices de la Galería de Batallas recuerdan esa victoria de su carrera y otras afrentas de la Edad Media, como la Batalla de la Higueruela, tan cruenta, que todos los árboles del lugar perecieron, salvo una higuera.
En tiempos pre Linkedin, cada monarca recurría a sus propias estrategias para destacar los éxitos de su carrera.
(Izq.) Retrato de Felipe II, de Sofonisba Anguissola (1573) Museo del Prado. (Dcha.) Galería de las Batallas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. © Patrimonio Nacional Misa desde la cama y colección de reliquias Del mismo modo que a un aficionado futbolero le gusta comprarse las camisetas de su equipo, a un beato como Felipe II le encantaba coleccionar los huesos de sus santos predilectos. Felipe II fue uno de los mayores coleccionistas del mundo de cabezas, brazos, pies y dedos de santos. Más de siete mil piezas se conservan en la Basílica del complejo. Los retablos que las albergan –separadas por sexos– sólo se muestran al público el 1 de noviembre, día de Todos los Santos.
Felipe II fue un rey longevo, vivió 71 años, perdió a cuatro esposas y tuvo un largo reinado de 44 años. Los últimos años de su vida padeció artritis y gota , dolencias que no le impidieron ignorar el vicio que sentía hacia la carne, hasta tal punto, que consiguió un permiso papal que le permitía comerla en Viernes Santo . Y eso que era un ferviente devoto.
Los dolores le inmovilizaban tanto que su séquito tenía que trasladarle a hombros sentado en una silla que hoy se expone en el monasterio.
El patio de los Reyes se concibió como antesala de la basílica del monasterio de El Escorial y como lugar de unión entre la sabiduría divina y humana. © Kelu Robles El monarca no podía perderse una misa, así que ubicó su alcoba junto al altar Mayor de la basílica para asistir al culto desde la cama, al igual que hacía Carlos I en su palacio de Yuste, como quien instala un televisor ultra HD de setenta y cinco pulgadas para ver Netflix.
¿Y esa cama tan diminuta? Las pequeñas dimensiones del lecho de Felipe II nada tienen que ver con su estatura, aunque es cierto que no era muy alto. Su dieta era tan contundente, que padecía flujo frecuentemente, por lo que debía dormir casi sentado, apoyado sobre un montón de cojines. Por eso no necesitaba una cama extremadamente grande.
Cuenta la leyenda que un perro negro atemorizaba a los constructores de El Escorial y que desde que el rey ordenó matarlo, el espíritu del animal se le aparecía por las noches.
Fachada con la imagen de San Lorenzo sujetando una parrilla. © Patrimonio Nacional El souvenir más macabro: llévate una parrilla El 10 de agosto se conmemora la victoria de la Batalla de San Quintín , día de San Lorenzo . La coincidencia no es baladí, este santo murió abrasado en una parrilla, razón por la que el objeto aparece de forma recurrente en cada rincón del complejo. La planta del edificio esboza la forma de una parrilla y la imagen de San Lorenzo –parrilla en mano– protagoniza la fachada principal. Al visitar El Escorial percibirás que las parrillas están presentes en un sinfín de ocasiones en todo el recorrido: talladas en madera, en cuadros, y hasta en papeleras y modernas barreras añadidas por Patrimonio Nacional para adaptar la visita al público.
¿Cómo se pagó El Escorial? En realidad, la fórmula no sorprende. Las obras del monasterio se pagaron a través de impuestos y gracias a remesas de plata procedentes del Nuevo Mundo . Sin embargo, en algunos momentos la Corona carecía de dinero líquido suficiente para amortizar las deudas, lo que produjo tres grandes quiebras del Estado a mediados de siglo. Felipe II tuvo que recurrir a créditos bancarios procedentes del extranjero, lo que le acarreó considerables críticas.
Interior de la Real Biblioteca. © Patrimonio Nacional La Biblioteca pública de El Escorial. La más bella… y también Real En la Europa renacentista del momento empezaron a florecer bibliotecas públicas como la de San Marcos en Venecia o la Vaticana. Un cronista informó al rey de la cuestión, instándole a construir la suya propia en España. El rey, en contra de los humanistas –que preferían que la ubicase en Salamanca, Valladolid o Alcalá de Henares– decidió elevar la excelsa Biblioteca Pública en el complejo de El Escorial. La impresionante colección bibliográfica se cobija bajo delicados frescos que representan las artes liberales.
En el interior de la biblioteca se producen destellos constantes. Los libros se guardan al revés, con los lomos hacia el interior de las librerías para favorecer su conservación, lo que deja a la vista el intenso filo dorado de sus hojas.
Mausoleo poligonal en la sexta cámara del Panteón de Infantes. © Konstantinos Fragkos Reyes e infantes reunidos Cada detalle en el interior de los panteones promueve una peculiar sensación que camina entre lo celestial, misterioso, distinguido e histórico. Desde el sarcófago de Juan de Austria , hijo ilegítimo de Carlos I y cuya representación en mármol refleja su apacible belleza, hasta el Panteón de los Infantes . Este último está formado por una gran escultura de mármol obra de José Segundo de Lerna, donde reposan los párvulos. Su forma imita una corona, pero a la mayoría de los visitantes les recuerda a una gran tarta.
Si tienes hijos en edad escolar, visitar El Escorial puede convertirse en la mejor manera de repasar las dinastías de los Austrias y Borbones.
Un estrechísimo pasadizo conduce hasta la Cripta Real , la impresionante cámara circular revestida con mármoles y bronces donde descansan veintiséis monarcas. Vista la austeridad del resto, a quien le sorprenda su estilo pomposo, no se equivoca: esta sala fue rediseñada posteriormente por Felipe III . Todos los sepulcros están ocupados o reservados, ya que algunos despojos todavía aguardan consumiéndose en la sala del Pudridero , proceso previo que dura entre treinta y cuarenta años. Por eso, los actuales Reyes Eméritos ya no tienen espacio en esta cripta, y todavía se desconoce cuál será su lugar elegido.
Cripta Real construida en oro y jaspe. © Patrimonio Nacional Pintores flamencos, maravillosos actores secundarios A priori, nadie decide visitar El Escorial pensando en su pinacoteca , lo que añade un agradable factor sorpresa cuando se descubren sus obras. Felipe II aportó objetos de su colección personal para decorar el monasterio, pero también encargó muchos otros a diferentes artistas. Llegó a reunir 1150 pinturas, donde las escuelas flamenca e italiana ejecutaron las más importantes. Soberbias creaciones como El Calvario de Rogier Van Der Weyden o El martirio de San Lorenzo , de Tiziano Vecellio. Sorprende que El Bosco fuera uno de los artífices fetiches de Felipe II, las imágenes pecaminosas son frecuentes en su obra. El Greco también colaboró con el rey, pero su ejecución del Martirio de San Mauricio le supuso algunos reproches. “Los santos se han de pintar de manera que no quiten la gana de rezar en ellos”, escribió Felipe II a El Greco, aunque finalmente el monarca no renunció a la obra y hoy sigue expuesta en el monasterio.
Izq. ‘El Calvario’ de Rogier Van Der Weyden. Dcha. ‘Martirio de San Mauricio’ de El Greco. Palacio de los Borbones: relojes, tapices y braseros, muchos braseros También forma parte del complejo, pero el interior de este palacio se aleja por completo de la idea de austeridad. El cambio de dinastía en 1700 con la llegada de los Borbones transformó la idea de sobriedad en lujosas porcelanas, candelabros, relojes de oro, coloridos tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara y numerosos braseros que combatían el frío de sus pétreos muros. Los grandes salones de otros espacios fueron sustituidos aquí por estancias más pequeñas, más fáciles de caldear.
Palacio de los Borbones. © Patrimonio Nacional En la actualidad, un trabajador se dedica exclusivamente a poner en hora, revisar y arreglar todos los relojes del Palacio de los Borbones.
CONSEJOS PARA VISITAR EL ESCORIAL ¿Cuánto cuesta visitar El Escorial? La visita al monasterio de San Lorenzo de El Escorial cuesta hasta el 9 de mayo de 2021 sólo 6 euros (la mitad de lo que vale normalmente). Existen tarifas reducidas (50% descuento) para niños de 5 a 16 años, estudiantes y mayores de 65. Consulta tarifas actualizadas en esta web .
¿Dónde comer bien en El Escorial? Guisadas o a la parrilla –guiño, guiño–, las carnes de la Sierra de Guadarrama gobiernan las cartas de los restaurantes escurialenses, que combinan cocina madrileña con la serrana. Toma nota de las siguientes recomendaciones:
El Charolés . Tienes una cita con su cocido los lunes, miércoles y viernes. Si Felipe II lo hubiera conocido, seguro que sería uno de sus locales de referencia.
Montia , premiado con una estrella Michelin , sorpréndete con sus delicadas creaciones. Su carta varía según la temporada.
Restaurante Horizontal . Su ubicación en plena naturaleza resulta ideal para acudir con niños. No te pierdas sus postres artesanales.
Terrazas de El Sol sale para todos y La Taberna del Corcho . Disfruta de su ambientazo en la plaza de la Constitución de San Lorenzo de El Escorial.
Visitar El Escorial de forma guiada y free tours Visitas guiadas en El Escorial .
Free tour por San Lorenzo de El Escorial .
Free tour de los misterios y leyendas de El Escorial .
Tour en tuk tuk por El Escorial .
Ruta de senderismo hasta la Silla de Felipe II .
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