Candidata a Patrimonio de la Humanidad, la Ribeira Sacra es una joya en bruto situada a caballo entre las provincias de Lugo y Ourense. Si quieres conocer todos sus secretos sólo necesitas seguir al pie de la letra las instrucciones de estos «8 planes en la Ribeira Sacra».
Viticultura heroica en Ribeira Sacra. © Cynthia Martín Actualizado 12/2023
La magia de los parajes inhóspitos de la Ribeira Sacra parecen transportarnos a otro país, una viticultura que se ha ganado el título de ‘heroica’ y aldeas de cuento enamoran a todo aquel que la visita por primera vez. Es este el caso. También de alguien que ha vuelto con unos cuantos planes en la manga que ahora quiere compartir para hacer de este rincón gallego una escapada inolvidable.
Viticultura heroica en la Ribeira Sacra Cuando se habla de Ribeira Sacra resulta indisoluble la relación histórica de esta zona con el vino. Aunque la D.O. solo se remonta a 1997, más de 2.000 años llevan sus pobladores familiarizados con una orografía que enmudece al visitante. Porque aquí los viñedos crecen y se trabajan en empinadas pendientes que parecen imposibles de recorrer a simple vista. El arduo trabajo que supone recorrer sus bancales –como se conoce a las terrazas que permiten recorrer el accidentado suelo– con cajas de hasta 20 kilos durante la vendimia le ha ganado a la región precisamente el nombre de ‘viticultura heroica’.
Hoy en día la D.O cuenta con cerca de 1.500 hectáreas dedicadas a viñedos, lo que supone más del 5% del total del suelo gallego destinado a la producción de vino. Subdividida en cinco zonas de cultivo –Chantada, Ribeira do Miño, Amandi, Ribeira do Sil y Quiroga Bibei– son muchas las bodegas que descubrir, y el enoturismo su principal atractivo.
Trekking en Adegas Ponte da Boga. © Cynthia Martín Experiencia en Adegas Ponte da Boga Una sugerencia muy especial es la que ofrece Adegas Ponte da Boga (pontedaboga.es). En funcionamiento desde 1898, la bodega más antigua de la Ribeira Sacra permite no solo descubrir sus variedades monovarietales, siendo el mencía y el godello las dos más conocidas, sino también uvas tintas brecellao y merenzao, en elegantes catas, y también meterse en la piel de sus viticultores. Un buen calzado y cita previa es lo único que se necesita para apuntarse a su trekking por los bancales; un recorrido guiado donde el ascenso transcurre entre observar de cerca y aprender de las diferentes tipos de vides que trabajan y levantar la vista para sobrecogerse con el paraje salvaje de la zona, los Bosques Máxicos de Castro Caldelas.
Esta actividad tiene una dificultad media con una pendiente de un 60% e incluye como broche final una visita a la bodega y una cata comentada de tres de los vinos más significativos de Ponte da Boga. 30 € por persona.
Paisaje en la subida a Castro Caldelas. © Cynthia M. Subir hasta el castillo de Castro Caldelas Si los bancales de esta bodega enamoran, nada que envidiarle tiene el vecino y mencionado pueblo de Castro Caldelas . Con rotundidad se puede decir que es uno de los pueblos con más encanto de la zona. Erigido en lo alto de la colina que domina la ribera del río Edo, afluente del Sil, el casco antiguo de esta villa empedrada fue declarado conjunto histórico artístico en 1998. Una coqueta plaza donde disfrutar de un aperitivo en los bares locales supone el punto de inicio perfecto para pasear hasta el Castillo de los Condes de Lemos, entre señoriales casas que recuerdan el poderoso pasado medieval que una vez tuvo.
Lo que naciese como una fortaleza de carácter medieval pasó en el siglo XIV a ser la residencia del conde Pedro Fernández de Castro. Abierto al público, destaca el buen estado de conservación de la torre del Reloj, la torre del Homenaje y el patio de Armas. Por supuesto, el mirador de toda la comarca es un plus único en la zona.
Iglesia de Santa María de Pesqueiras. © Cynthia M. Descubrir su románico Entre unos bosques que parecen sacados de un cuento, por donde es fácil encontrarse con numerosos senderistas, espera a ser descubierta la mayor concentración de iglesias y conventos románicos rurales de toda Europa. Repartidas por toda la comarca, es difícil conocer todos sus ejemplares de una tirada, pero entre las paradas obligatorias destacan el convento de Santo Estevo de Ribas de Sil , integrado en la red de Paradores Nacionales, o el vecino monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, situado en el espectacular soto de Merilán.
Los más devotos de este estilo encontrarán la ruta más completa en Máis que Románico (maisqueromanicorutas.com), un servicio de guías turísticas especializado desde hace dos décadas en el patrimonio gallego que, además de organizar rutas ad hoc completamente personalizadas, cuentan con las llaves –literalmente– de un buen conjunto de iglesias cerradas al público. Un acuerdo con el Arzobispado permite a grupos reducidos descubrir tesoros como la iglesia de Santa María de Pesqueiras, cuyo cerrado interior cuenta con varias pinturas murales datadas del siglo XVI.
Paseo en catamarán por el Sil. © Cynthia M. Adentrarse en los cañones del Sil Y de la tierra al agua. Ribeira Sacra está integrada por un conjunto de 21 ayuntamientos del sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Ourense, siendo el curso fluvial de los ríos Miño, Sil y Cabe el elemento aglutinador de todo. Sin los cursos fluviales no se entendería la orografía, el microclima y la forma de vivir de los cerca 8.000 habitantes de esta región. Es por eso que adentrarse en los escapados cañones que vertebran esta escapada es un plan obligatorio.
Porque no hay nada más mágico que disfrutar de los escarpados viñedos que caen hacia el río y de la frondosa naturaleza que se abre paso en pendientes imposibles formando un manto casi tropical. Las rutas en catamarán por el cañón del Sil son, de hecho, la actividad más cotizada en la Ribeira Sacra. Desde los embarcaderos de Santo Estevo (Nogueira de Ramuín), Abeleda (Castro Caldelas), Ponte do Sil-Deputación de Lugo (Monforte de Lemos) y Os Chancís (Sober) diferentes compañías ofrecen paseos en barco de unas dos horas de duración.
Paseo en zodiac por la Ribeira Sacra. © Cynthia M. Un paseo en zodiac con cascada incluida En las laderas del río Miño también existe la posibilidad de sumergirse en sus profundidades. En la cola del embalse de Os Peares esperan más de 24 kilómetros navegables que pueden disfrutarse en embarcaciones de diferentes tamaños. Los que busquen privacidad –y velocidad– encontrarán en Ecosacra un coqueto embarcadero donde unas embarcaciones zodiac esperan para sentir el viento en la cara. Además, se puede completar la experiencia con una comida de productos locales y una cata en su pequeña bodega tras haber disfrutado de un paseo bordeando el impresionante meandro “O Cabo do Mundo” y observado los bosques autóctonos, viñedos, playas fluviales, iglesias y aldeas que, como una postal, decoran las riberas. Antes de volver, una parada en la catarata de Augacaida en Pantón, una piscina natural que bien podría ser una «Cachoeira do Brasil».
Una parada de lo más dulce Es la Casa Museo de Chocolate de Teimende, en el concello de Parada de Sil, un refugio perfecto para el goloso. En una tierra donde la castaña, el pulpo y el queso son protagonistas históricos, descubrir este museo consagrado al cacao –el único en toda Galicia– es el postre perfecto. La familia Casares durante más de 50 años fabricó diferentes chocolates bajo la denominación «Chocolates Caldelas» y «Chocolates Casares», hasta su cierre en los años 80. Hoy esa fábrica cerrada alberga un museo donde ver las máquinas originales y aprenderse al dedillo el proceso de fabricación tradicional que durante medio siglo conquistó a los paladares gallegos. Además, por supuesto, cuenta con una tienda donde es posible llevarse una tableta de chocolate creada con la receta original que hizo célebre tan querido producto.
Pazo de Sober. © Cynthia M. Dormir en un pazo En toda escapada se necesita un sitio para descansar. Y en Galicia hacerlo en un pazo es todo un lujo. Estas típicas casas señoriales, lamentablemente, están en muchos casos abandonadas; sin embargo, existen opciones como el hotel Pazo de Sober (eurostarshotels.com), una joya que permite descansar entre murallas del siglo VIII y unos cuidados jardines románticos donde el único ruido es el de las ranas del vecino estanque.
Murallas, torreones, arcos y columnas componen este pazo, el civil más grande de toda Galicia, que mandó construir el Conde de Lemos y que aún conserva su arquitectura original. Una imponente escalera en piedra permite recorrer los tres pisos en donde sus cuarenta habitaciones son sinónimo de viajar al pasado, a dormir bajo unos techos con traviesas de madera y despertar entre mobiliario de época y unos ventanales panorámicos.
El hotel está ubicado al sur de la provincia de Lugo, a 10 kilómetros de Monforte de Lemos –la capital de Ribeira Sacra– y a 40 kilómetros de Ourense. Cuenta con restaurante y spa.
Panorámica de la Ribeira Sacra. © Cynthia M. Admirar la Ribeira Sacra desde un globo Faltaba el aire, claro. Este verano vuelven a estar preparados los vuelos en globo para disfrutar de la Ribeira Sacra desde una perspectiva completamente desconocida y no apta para los sufridores de vértigo. Con una duración en vuelo de una hora, el viaje comienza a primera hora de la mañana, pudiendo disfrutar de un alba apacible y alturas que pueden llegar a los 1.000 metros. Por el momento están operativos Aerotours (aerotours.com) y Globos Boreal (globosboreal.com).
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