Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně ya forman parte de la lista de la Unesco como las mejores ciudades balneario de la República Checa. Este conocido Triángulo Balneario de Chequia es una invitación a recuperar la salud, a relajarse y a dejarse empapar por la cultura de estos destinos. Te contamos qué ver y hacer en estas bellísimas ciudades. Un relajante tratamiento en Mariánské Lázně. © Žentel Lukáš El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco reconoce cada año una serie de destinos, monumentos o entornos que merecen una protección especial. En 2021 ha decidido destacar el Triángulo Balneario de la República Checa, al considerarlo parte de ‘Los grandes balnearios de Europa’. Este triángulo termal, formado por las ciudades de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně, concentra no sólo manantiales de agua que ofrecen variados beneficios para la salud sino también un escenario histórico y arquitectónico sublime.
Alrededor de los manantiales se fueron construyendo desde inicios del siglo XVIII diversos balnearios que eran frecuentados por una clientela acomodada. El Triángulo balneario de la República Checa fue creciendo en consonancia y adaptando su arquitectura y propuestas culturales para la élite europea: artistas, políticos, pensadores, reyes… Se podría decir que los influencers del momento corrieron la voz, y era casi obligado pasarse por allí. Ese es el motivo por el que hoy día se aprecian magníficos teatros, mansiones, jardines, paseos y columnatas que cobijan fuentes de las que brota agua sin cesar.
Fuente de Karlovy Vary. © Marvan David Tres ciudades termales en Chequia para sanar cuerpo y mente Si tu puerta de entrada a la República Checa es Praga aprovecha, antes o después de la escapada termal, para conocer esta histórica ciudad, pero anímate también a recorrer regiones tan completas como Bohemia del Oeste. Desde la capital es muy fácil llegar tanto en autobús (unas dos horas) como en tren (unas tres horas) hasta las ciudades termales. ¿Y dónde es mejor alojarse? Cualquiera de ellas es adecuada ya que la distancia entre Karlovy Vary y Mariánské Lázně es de 54 kilómetros y de 46 hasta Františkovy Lázně .
Karlovy Vary. © Renner Ladislav Karlovy Vary Esta es la ciudad más conocida del Triángulo balneario de la República Checa y la más visitada. Su nombre, Karlovy Vary , ya da alguna pista de quién fue el monarca que la fundó en el siglo XIV. Este fue Carlos IV y la razón de crearla en este lugar es que, según cuenta la leyenda, fue él quien descubrió el efecto casi milagroso de las aguas de sus manantiales durante una cacería. Pero no sólo los animales se curaban con el agua sino que hasta este lugar se acercaban personajes de la talla de Paganini, Casanova o Mozart para aliviar sus dolencias. Los mayores beneficios del agua termal se obtienen si padeces problemas en los aparatos digestivo y locomotor, y en los trastornos metabólicos.
Dos viajeros con los jarritos para beber el agua mineral en Karlovy Vary. © Czech Tourism Qué hacer en Karlovy Vary Para disfrutar del ambiente señorial de Karlovy Vary lo más aconsejable es pasear por las columnatas y beber agua mineral de alguna de sus 12 fuentes (o de todas, se suele llevar un jarrito de porcelana colgado al cuello para ir bebiendo). También hay que probar las obleas artesanas de la ciudad, visitar el Museo de Jan Becher –el creador de Becherovka, el licor checo más conocido–, y quedarse maravillado viendo trabajar a los artesanos del taller del Museo del Cristal de Lujo Moser , el “cristal de los reyes”.
Una de las vistas más bonitas de Karlovy Vary se obtiene al atardecer desde el mirador del Salto de Ciervo , al que se llega en el funicular Diana. Y un poco más allá, a 14 kilómetros, se encuentra Loket , un precioso pueblo con un no menos bonito castillo gótico. No dejes de entrar para ver las exposiciones de porcelana y los instrumentos de tortura.
Majestuosa columnata de Mariánské Lázně. © Renner Ladislav Mariánské Lázně La segunda ciudad que forma este Triángulo Balneario de la República Checa es Mariánské Lázně, que también ofrece una arquitectura elegante donde no faltan hoteles, casas de baños, templos y columnatas. Es tan sencillo imaginar cómo debía ser la vida en el siglo XIX con las parejas cogidas del brazo y saludando a otros de su mismo estatus social con una inclinación de cabeza; deteniéndose de vez en cuando para llenar su jarrito del agua de las fuentes. Por allí caminaban y trataban sus dolencias personajes de todas las esferas como Chopin, Goethe, Kipling, Edison, Twain o Wagner.
No era tampoco un lugar ajeno a la realeza, incluso fue la localización elegida para el encuentro del rey británico Eduardo VII y el emperador austrohúngaro Francisco José I. Otros de sangre azul, como George VII, también eran incondicionales y venían asiduamente a recibir sus tratamientos. Hoy día se conserva, tal cual estaba en 1905, la Cabina Real del complejo Nové Lázně que este monarca utilizaba.
El amarillo es uno de los colores dominantes en Mariánské Lázně. © Renner Ladislav En Mariánské Lázně no fue un rey quien descubrió que el agua termal era curativa sino un médico, Johann Josef Nehr , que vivía en el cercano monasterio de Teplá. Alrededor de la ciudad se pueden contar más de 160 manantiales , y dentro del casco urbano se sitúan hasta 50 fuentes de agua fría. ¿Sus beneficios? Es adecuada para tratar dolencias digestivas, respiratorias, nerviosas y renales.
Qué hacer en Mariánské Lázně Recibir un tratamiento en un balneario, pasear por la majestuosa Columnata Principal y escuchar la melodía de la cercana Fuente Cantante (cada hora impar se lanzan al aire melodías), y disfrutar de su ambiente sosegado. También es aconsejable organizar alguna excursión a lugares cercanos como el palacio de Bečov nad Teplou , que alberga el relicario de San Mauro, uno de los más bellos ejemplos de arte medieval europeo, y al monasterio de Teplá .
Bonita arquitectura de Františkovy Lázně. © Renner Ladislav Františkovy Lázně La tercera ciudad del Triángulo Balneario de la República Checa es tan agradable como las anteriores, aunque un poco más pequeña. Y de su belleza daba fe incluso el poeta alemán Goethe, que la calificó como un “paraíso terrenal”. El nombre de Františkovy Lázně le fue otorgado en honor al emperador austríaco Francisco I , que fue quien la fundó a finales del siglo XVIII. En este destino termal, además de destacar el efecto terapéutico del agua termal, también hay que mencionar que aquí se fundó el primer balneario del mundo que empleaba las propiedades de la turba con fines médicos. Sus elegantes paseos y arcadas clasicistas son la mejor prueba de que los tratamientos funcionaban, además de que era habitual ver por allí a personajes históricos como Strauss, Kafka, Beethoven o al príncipe Klemens von Metternich.
Bonita arquitectura de Františkovy Lázně. © Renner Ladislav ¿Cuál es el súper poder del agua de los manantiales de Františkovy Lázně ? Recuperar la energía perdida, regenerar el cuerpo y darle descanso a la mente.
Qué hacer en Františkovy Lázně Igual que Bruselas cuenta con el Manneken Pis como icono, esta ciudad de Bohemia del Oeste tiene al František . Dice la leyenda que este niño desnudo, sentado sobre una pelota y con un pez en la mano, cumple los deseos de aquellas mujeres que quieren ser madres o tienen problemas ginecológicos. La única condición es pasar la mano por la escultura (no te sorprenderá observar cual es la parte que más brilla). Si no es tu caso, puedes ir directamente a conocer la casa donde se hospedó Beethoven . Y si es verano al parque acuático Aquaforum , que dispone de saunas, piscina, hidromasajes, cuevas acuáticas, y un campo de vóley-playa.
Escultura de František, en Františkovy Lázně. © Renner Ladislav Dos excursiones aconsejables desde Františkovy Lázně son la ciudad de Cheb , con sus bonitas casas con entramado, y la interesante Reserva Natural de SOOS , donde es posible observar volcanes de lodo.
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