Muchos destinos portugueses son perfectos para recorrer en pareja, pero hay uno que lo tiene todo, está rodeado por el mar, inundado de flores y aporta una dosis extra de bienestar. Si queréis triunfar en la elección de una escapada muy dulce, no dudéis en organizar un viaje romántico a Madeira.
Romántico Jardín Monte Palace de Funchal. © Pepa García Es habitual complicarse la vida a la hora de organizar una escapada en pareja, ya que tratamos de que cumpla todos los requisitos para que resulte perfecta. Que sea un destino nuevo que podamos descubrir juntos, que se ajuste a nuestro presupuesto, que no esté demasiado lejos… Sin embargo, es muy sencllo porque los destinos insulares europeos brindan una oferta tan amplia que no hace falta mirar más porque seguro que encontraréis alguna isla que cumpla los requisitos. Nuestra recomendación en esta ocasión es organizar un viaje romántico a Madeira , conocemos bien el archipiélago y resulta perfecto para recorrer en pareja. Entre los puntos fuertes de este conjunto insular se encuentra la variedad turística, ya que se pueden organizar decenas de planes para descubrir los secretos de su naturaleza, practicar deportes activos, conocer una cultura apasionante, saborear una gastronomía deliciosa y relajarse en buenos establecimientos hoteleros.
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Si queréis saber por qué Madeira ha obtenido durante varias ediciones el reconocimiento de “Mejor destino insular del mundo”, seguid leyendo y tomando nota de algunos de los planes que podréis disfrutar en pareja.
Paseo por Funchal Con sus casas arracimadas y mirando al mar, la capital de Madeira enamora a primera vista. El tamaño de Funchal permite ser admirada sin prisa, disfrutando de su arquitectura, su ambiente y sus bonitos jardines. Para empezar, tomad nota de estos planes que son idóneos para parejas: recorrer de la mano su centro histórico para observar las puertas decoradas de la calle Santa María, subir al teleférico para llegar al barrio do Monte, caminar por los senderos del Jardín Monte Palace o probar las frutas tropicales del Mercado de los Labradores. Esta ciudad daría para una escapada sin necesidad de salir al exterior, pero en esta ocasión también queremos que conozcáis el resto de la isla.
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Puertas pintadas de Funchal. © Pepa García Tirarse en un cesto Cuando subáis al barrio do Monte, la bajada puede hacerse sentado en uno de los «Carrinhos de Cesto» y a toda velocidad. Estos cestos son empujados y dirigidos por experimentados carreiros sin otro combustible que la velocidad que se obtiene debido a los desniveles del terreno. Aunque en un primer momento asusta un poco al tomar las curvas, en seguida os acostumbraréis y disfrutaréis de las vistas de Funchal con el azul del océano al fondo. Sin duda, estas emociones son siempre bienvenidas en un viaje romántico (que no aburrido) a Madeira.
Carreiros do monte en Funchal. © Pepa García Cena romántica La gastronomía de Madeira lo tiene todo para enamorar: grandes productos, tradición culinaria y expertos cocineros que se atreven con nuevas técnicas. Algunos productos y platos que tenéis que probar en estas islas son las espetadas o brochetas de carne, el sable negro, el bolo do caco, las lapas… y para beber, los ricos vinos de la isla y la poncha, un aguardiente con zumo de cítricos que sienta bien a todas horas. Algunos restaurantes que conviene llevar apuntados son: Kampo , del chef Julio Pereira, en Funchal; y Sabores do Corral , en Curral das Freiras. Y si la gastronomía es lo vuestro, animaos a realizar un curso de cocina local donde podréis aprender a a guisar especialidades de la isla.
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Pareja comparte una espetada en Madeira. © Andre Carvalho Visitar algún museo Si sois una pareja amante de la cultura, cuya prioridad es conocer las tradiciones de los lugares que visita, en Funchal encontraréis algunos museos que no se pueden pasar por alto. Entre los imprescindibles están el Museo de Arte Sacro , el Museo del Bordado y la Artesanía y el Museo Militar de Madeira , ubicado en el Palacio de São Lourenço (siglo XVI).
Museo de las Tradiciones de Funchal. © Pepa García Piscinas naturales y balnearios La mejor manera de eliminar el estrés diario es disfrutando de las terapias que ofrecen los balnearios o las piscinas naturales que la naturaleza brinda generosamente. Entre los espacios más renombrados están el complejo balneario de la playa de São Vicente y las piscinas volcánicas del Club Naval do Seixal , al norte de Madeira. Estas piscinas volcánicas, de acceso gratuito, cuentan con duchas, servicios sanitarios, un bar con terraza y zona de solárium. También se puede alquilar kayaks y equipos de buceo para explorar las aguas del Atlántico.
El Complejo Balneario de Ponta Delgada ofrece instalaciones de pago para disfrutar de un día de baño y relax. Con dos piscinas de agua salada (una para adultos y otra para niños), solárium, servicio de bar, vestuarios y acceso para personas con movilidad reducida. Además, cuenta con una playa creada en una bahía protegida gracias a un muro de escollera, ideal para experiencias de buceo. Y, por último, las famosas piscinas naturales de Porto Moniz y las piscinas de Cachalote formadas por rocas volcánicas.
Caminata por las levadas Los antiguos caminos del agua que cruzaban la isla llevando este elemento fundamental a ciudades y zonas agrícolas se han convertido en la mayor red de senderismo del archipiélago. Estos kilómetros de acequias marcan los itinerarios para descubrir la belleza más natural y auténtica de Madeira. En muchos de ellos, la naturaleza sorprende con sus bosques de laurisilva, cascadas, miradores y grandes bosques.
Ruta senderista por una levada en Madeira. © Pepa García Salto en parapente para dos Las parejas apasionadas y que buscan emociones intensas disfrutarán practicando parapente desde lugares estratégicos como Pico da Cruz y Prazeres. Esta emocionante actividad brinda la oportunidad de contemplar el cielo, el océano y la majestuosidad de la naturaleza en Madeira. Y si sois unos apasionados de los deportes activos, animaos a la bicicleta todoterreno, el barranquismo y la escalada.
Vinos y navegación al atardecer Aunque a priori puede parecer que son dos actividades excluyentes, son perfectas si se hacen juntas. La cata de los vinos de Madeira se puede hacer en alguna de sus bodegas, pero también es posible aprovechar el atardecer para brindar desde un velero mientras el sol se oculta despacito en el horizonte.
Funchal desde el mar. © Pepa García Avistamiento de ballenas Disfrutar de una experiencia en contacto con el mar es algo casi obligado cuando visitamos una isla. Por tanto, en un viaje romántico a Madeira no puede faltar una experiencia de navegación para admirar distintos cetáceos, como ballenas y delfines, pero también tortugas y una colonia de focas monje del Mediterráneo que habita en las islas Desiertas.
Si además de observar os apetece interactuar con la naturaleza, no hay que desaprovechar la ocasión de subir a una tabla para practicar stand up paddle , esnórquel , surf o windsurf .
Excursión a Porto Santo Los mejores arenales del archipiélago madeirense se localizan en Porto Santo. En Madeira encontraréis algunas playas artificiales cuyas arenas han sido traídas de Marruecos. Nuestra recomendación es realizar una excursión de un día, al menos, a Porto Santo para conocer todo lo que tiene que ofrecer. Entre sus puntos fuertes está su playa de nueve kilómetros, a un paso de la capital, por lo que es perfecta para una escapada en la que se quiera pernoctar y disfrutar de la gastronomía local.
Playa de Porto Santo. © Pepa García ◼️No os perdáis: Por qué visitar Porto Santo si viajas a Madeira