Sania Jelic llega a Kenia, la última etapa de su viaje sola por África, que ha durado cinco meses. Aquí pone el broche de oro a esta aventura explorando la populosa ciudad de Nairobi y recorriendo sus parques naturales, que suponen una grata sorpresa como experiencia de viaje. No te pierdas este artículo donde narra el final del recorrido, ya que ofrece pistas imprescindibles sobre qué hay que hacer para viajar sola a Kenia.
Sania fotografiando el Kilimanjaro. © Sania Jelic. Se estaba acercando el final del viaje y tenía dudas sobre si ir a Kenia o no, ya había estado allí una vez en un evento de trabajo hace años. En el terreno personal me intrigaba Nairobi desde que vi un vídeo promocional de su “vibrante vida urbana” y, por supuesto, deseaba conocer el Parque Nacional de Amboseli y, de paso, al famoso Parque Nacional Masái Mara, donde esperaba toparme con riadas de coches. Pero no fue así, tal y como te cuento al final del artículo.
Nairobi Algunos datos de interés sobre Kenia es que tiene unos 580.000 km2, una superficie similar a Francia o a Botsuana, y 52 millones de habitantes, de más de nueve etnias. Obtuvo la independencia en 1963, el idioma oficial es el inglés y es un país mayoritariamente cristiano. La capital tiene unos 4,5 millones de habitantes, de los cuales un millón vive en el barrio Kibera, el gheto-favela más grande de África. La ciudad tiene oficinas de numerosas corporaciones globales, incluida Google, y organizaciones internacionales como Naciones Unidas.
El transporte en la ciudad es un tanto caótico, se usan mucho las moto-taxi llamados «boda boda” . A diferencia de la ciudad ruandesa de Kigali, aquí los conductores sí tienen móviles con internet y usan Google Maps , aunque no llevan casco para los pasajeros. ¡Los chicos conducen como locos! Es toda una experiencia pero no es apta para todo el mundo.
Otro fenómeno de la ciudad son los minibuses pintados con grafitis llamados “matatu ”. En el interior cuentan con pantallas de TV grandes y emiten música a toda pastilla. Los DJs que preparan las mezclas musicales inluso llegan a hacerse famosos. Esta es otra experiencia inusual pero recomendable, aunque estos autobuses no tienen horarios fijos.
‘Matatu’ decorado de Nairobi. © Sania Jelic. Cuando me detuve a hacer fotos de los matatu en la calle se me acercaron personas para decirme que tuviera cuidado con el móvil y la cámara porque me los podían robar, me alertaban sobre que no debía estar ahí sola sacando fotos. Así que tuve cuidado, me posicioné cerca de una vendedora de ropa usada en una esquina y le pedí que me guardara la espalda; me subí a una superficie elevada en medio de los carriles y me movía cada poco tiempo para no estar mucho rato en un sitio. Se me acercó un conductor de matatu y se ofreció para llevarme a un taller a las afueras de la ciudad para ver cómo pintan los microbuses. Me hubiera encantado, pero sola era una visita demasiado peligrosa.
El centro de la ciudad está lleno de gente, tráfico, motos, puestos donde se vende de todo: desde ropa usada a lámparas solares. La panorámica es de una ciudad moderna, con espacios verdes. Pero también se nota que no es seguro andar sola por la ciudad de noche , incluso de día hay que estar muy alerta. Donde hay mucha desigualdad social y mucha pobreza hay que tener cuidado.
Dicho eso, en el hostal donde me alojé, Jabulani Backpackers Hostel , había muy buen ambiente y se formó un grupito alegre. Terminamos yendo al cine (a ver ‘Dune 2’) y a bares interesantes. La escena nocturna es efectivamente vibrante, con buenos DJs y gente muy arreglada. En resumen: tuve una estancia muy agradable.
Kibera, el gheto-favela más grande de África Quería visitar Kibera y fui al punto de encuentro con el guía, Daniel, de Nairobi Walking Tours (nairobiwalkingtours.mailchimpsites.com). Me encantó ese muchacho de 25 años, por su porte tranquilo y honesto. Transmitía seguridad, profesionalidad y empatía. Me llevó por las distintas zonas del barrio pobre, donde sigue viviendo. Me explicó el origen del asentamiento en el cual la mayoría de la gente vive con dos dólares al día, un lugar donde escasea el agua potable, pero abunda la violencia. En su compañía no tenía miedo.
Sania con Daniel y uno de los chicos de su proyecto de fútbol. © Sania Jelic. El tour terminó en un pequeño local, de unos 10 m2, de su organización comunitaria Okolea Mtaa Foundation . Desde aquí coordina las clases de entrenamiento de fútbol para el equipo de chicos, las clases de danza para mayoritariamente niñas y, además, se imparten clases de pintura. Le gustaría tener un espacio más grande porque la ubicación de las clases varía en función del espacio que consigue para cada sesión. Daniel solía jugar fútbol, pero una lesión no le permitió seguir, así que se dedica a ofrecer un espacio seguro, de enseñanza y camaradería a los niños del barrio, que de lo contrario estarían en la calle. Sus alumnos le adoran, al igual que al profesor de danza, que inspira optimismo y motivación a las alumnas.
Safari de siete días por los Parques Nacionales Un grupo de touroperadores en Nairobi se han unido para crear un ‘hub’ en el cual venden todos el mismo circuito por los parques nacionales, uniendo a los clientes que salen el mismo día. Las salidas son prácticamente diarias, el precio varía en función del alojamiento ofrecido por cada uno (entre 900 y 1.100 US$ por persona, todo incluido) y se puede combinar la duración. La entrada al Parque Nacional Masái Mara tiene un coste ahora de 150 US$ por persona y día, y será de 200 a partir de julio.
El circuito base es: Nairobi, Masái Mara, Lago Nakuru, Lago Naivasha, Amboseli y Nairobi. La sorpresa más grata fue que en Masái Mara el paisaje era realmente de postal y había abundante vida salvaje. Al realizar el safari fuera de temporada alta no estaba alborotado de turistas y los conductores se informaban mutuamente de los avistamientos. Además, respetaban el código de conducta de no agobiar a los animales y de facilitar la vista también a los demás coches. Estaba realmente bien organizado.
Elefantes en el Parque Nacional de Amboseli. © Sania Jelic. Dicho eso, el paisaje del Parque Nacional Amboseli , con el monte Kilimanjaro al fondo, y grupos de elefantes con enormes colmillos y muchas crías es algo incomparable. Aquí, el reto es no sacar una buena foto postal. ¡La cámara se vuelve loca sola!
El lago Nakuru tiene rinocerontes, búfalos y una colonia de flamencos. En el Parque Nacional Naivasha se puede alquilar una bicicleta y conducir al lado de jirafas, cerdos salvajes, babuinos y cebras. ¡Una gozada! Yo fui con la empresa Nature Path Travels .
Fin del viaje por África ¡Y con estos paisajes espectaculares termina mi viaje en África! Han pasado casi 5 meses y 8 países . He viajado sola, me he alojado en tiendas de campaña, hostales y cabañas y he comido de todo.
He visto ballenas y fauna africana. Escorpiones y serpientes. He hecho un overland tour muy bien organizado de Nomad Tours (nomadtours.co.za) con un grupo maravilloso, haciendo la reserva a través de Africa Overlands Tours (www.africanoverlandtours.com).
Además, he trabajado como voluntaria en un proyecto conservacionista de Zimbabue muy recomendable: Imire Rino & Wildlife Conservation (www.imire.co.zw).
Sania con una de las rangers de su safari por Kenia. © Sania Jelic. También he visto las cataratas Victoria y asistido a un concierto fantastico de Saudi Za Busara en Stonetown, Zanzíbar. He conocido proyectos de asociaciones locales de empoderamiento y apoyo a mujeres como Green Zanzibar (green-zanzibar.org). Me han sorprendido los centros de memoria en Ruanda y he conocido a Judith, que fundó una empresa de safaris donde trabajan solo mujeres . Me he alojado en espacios privilegiados y maravillosamente cuidados como el Kamaleon Blue (www.kameleonblue.com). Y cómo no recordar a Daniel, que lleva su modesta fundación desde el gueto más grande de África….
En el camino he coincidido con personas de numerosos países, procedencias, edades e inquietudes. Lo que teníamos todos en común era el interés por África, su gente, su cultura y su naturaleza.
Turismo responsable ¿Mi lección más grande? He vuelto sintiéndome vieja. Por el peso de la dura vida en África, por la precariedad de lo que he conocido de este continente, por el esfuerzo que hace la población para sobrevivir. También por el daño que el hombre blanco ha hecho con su colonización y posterior actitud paternalista, con la que “alimentaba a la población en vez de enseñarles a pescar”, creando una imagen de ser rico y todopoderoso cuyo deber es regalar dinero a quienes viven con menos de 1$ al día.
Viajar sola en esta parte del mundo es duro e intenso. La gente local se busca la vida, y al ser una mujer blanca y mayor se asume que soy rica y los precios se multiplican para mí. No se puede bajar la guardia en ningún momento.
Niño en el gueto de Kibera, en Nairobi. © Sania Jelic. Da rabia ver a niños en aldeas correr hacia los vehículos con la mano extendida gritando: “Give me” o “Give me money” o “Give me food”. Los touroperadores deberían sugerir a los viajeros que no se tiren caramelos y bolígrafos a los niños desde los vehículos. Si se quiere colaborar o donar se pueden llevar cosas desde casa e ir a la escuela local y preguntar al director si acepta la donación. O a la parroquia del pueblo o a una asociación local, ellos tienen la relación de las personas más vulnerables de su entorno. O aportar a proyectos como el de Daniel (www.okolea-mtaa-foundation.org) donde se ayuda a niños en situaciones límite. Otra forma de contribuir es elegir una organización local para hacer el viaje como Judith Safaris (judithsafaris.com).
El mundo del voluntariado es un tema aparte del que escribiré más adelante. Ahora me toca asentar estas impresiones y descansar antes de comenzar a organizar el próximo viaje a Asia. Gracias por acompañarme.
Guía práctica para viajar sola por Kenia Parques Nacionales en Nairobi El Parque Nacional Nairobi se encuentra a siete kilómetros de la capital y tiene una buena población de cebras, impalas, cerdos salvajes, jirafas, hienas, leopardos, leones… Es una excursión idónea para visitas cortas a la ciudad. La entrada, que tiene un precio de 45 US$, es mejor comprarla previamente online.
El Parque de Jirafas (15US$) es muy entretenido para niños por la cercanía e interacción con los animales.
El Orfanato de Elefantes (www.sheldrickwildlifetrust.org/nursery-visit) cuesta 15US$, además de los 45 US$ de entrada al P.N. Nairobi). Aquí se pueden presenciar charlas, la alimentación de las crías… Es necesario hacer la reserva con un mínimo de 1 o 2 días de antelación.
Cómo pagar En Kenia se usa mucho el pago electrónico M-PESA , pero hay que descargar previamente la App. Es la forma de pago más extendida en el país, similar al Bizum, y se usa en tiendas y entre particulares. La App viene preinstalada en las tarjetas SIM de Safari.com pero hay que activarlas y eso se puede hacer solo en sus oficinas. Merece la pena esperar en cola porque simplifica toda la estancia.
Cómo elegir un safari Hay un buen buscador comparativo de safaris en África, www.safaribookings.com . Conviene prestar atención al número de referencias de cada touroperador y la valoración a la hora de elegir.
Sania con mujeres masái. © Sania Jelic. Compras En Nairobi hay dos mercados: el Toi Market , cerca del gheto Kibera, donde se puede adquirir el vestuario completo de invierno (de segunda mano, en buen estado) por menos de 20 €; y el mercado Masái en el centro, que es más bien agobiante por la presión de los comerciantes. Tiene los souvenirs y artesanías típicas de la región.
Grupos de mujeres viajeras Durante el viaje había escuchado varías veces sobre grupos en Facebook para mujeres viajeras, así que en Nairobi quise probar con uno llamado “Host a sister” que tiene unos 600.000 miembros. Me uní al grupo y, siguiendo los formatos indicados, escribí que estaría en Nairobi y que me gustaría quedar con alguien local para un encuentro, charla y paseo orientativo.
Me contestaron más de 20 personas lo cual me sorprendió. Algunas incluso ofrecían alojamiento gratuito (se puede pedir también en el grupo). Quedé con Betty y me alegro mucho haberlo hecho, porque con su charla me acercó al Nairobi no turístico, donde la gente se busca la vida. Betty es profesora y colabora con varias ONG dedicadas a huérfanos. Me contó también cómo distinguir los orfanatos reales de los «engañosos», los cuales, parece ser, abundan. También me habló de los errores que el hombre blanco cometió cuando llegó a África y que ha llevado a la actual percepción de gente rica a la que hay que “sacar la pasta”. Al ver un Mercedes Coupe deportivo con matrícula (roja) de Naciones Unidas, lo tuve aún más claro….
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