Existen determinados lugares en los que viajar sola es todo un placer. Cáceres es uno de ellos, y seguramente se encuentre entre los mejores para inaugurar nuestro currículum de escapadas en solitario.
Tocar el pie de la estatua de San Pedro de Alcántara dicen que trae suerte. Para los cacereños los cambios de estacionalidad forman parte de su rutina, pero para los foráneos el acercarse a esta joya histórica en distintos momentos del año –e incluso de la vida– es toda una experiencia.
Es casi imposible recomendar una época mejor que otra para acercarse a Cáceres. En invierno, cuando el agua desciende en tropel por sus cuestas, los cristales retumban por los truenos y los relámpagos iluminan el cielo, la estampa es puro romanticismo. La piedra refleja la arquitectura y una urbe paralela emerge en este improvisado espejo. La primavera llega inevitablemente y el firmamento se cubre de centenares de aves, las cigüeñas anidan en los campanarios y las plazas se llenan de aquellos que anhelan el calor de sol. El verano durante el día se torna duro, sobre todo al subir las calles empinadas, pero las noches de terraceo son una delicia. El otoño, en cambio, es puro sosiego. Es el momento de reflexionar antes del comienzo del nuevo curso, una brillante oportunidad de perderse por la capital sin sudores ni paraguas. ¿Con qué estación os quedáis?
Desde los miradores no sólo apreciarás la belleza del conjunto desde los tejados, también te admirará la presencia de numerosas aves. Auténtica como ella sola ¿Qué es lo que convierte a Cáceres en un referente idóneo para las mujeres viajeras? Sobre todo su autenticidad. No se trata de un decorado, es una urbe histórica en sí misma, perfilada por los distintos pueblos que por allí han pasado (romanos, visigodos, musulmanes) y por las circunstancias que, a través de los siglos, le tocó vivir (Reconquista, guerras, Descubrimiento de América, pestes y epidemias).
La recomendación para quienes acudáis por primera vez es que guardéis en el bolsillo el plano, la guía e, incluso, este artículo y deambuléis arriba y abajo por callejuelas, escalerillas y recovecos hasta descubrir el laberinto vial por vosotras mismas. Una vez tomada conciencia de las dimensiones urbanas, y de vuestra ubicación, es el momento de fijarse en todos los detalles que adornan a esta vieja dama.
La Casa de los Carvajal, del siglo XV, cuenta con elementos góticos y renacentistas. Una joya amurallada Para entrar en la parte antigua os recomendamos atravesar el Arco de la Estrella . Desde este lugar, además, suelen partir interesantes rutas guiadas (es conveniente reservar en www.ayto-caceres.es). Si os lanzáis a conocerla solas no hay ningún problema para moverse, una vez intramuros las muestras arquitectónicas van apareciendo casi sin buscarlas. Los palacios, templos y plazas os dejarán boquiabiertas. Los paseos son especialmente sorprendentes con las últimas luces de la tarde y las primeras de la noche, cuando la urbe comienza a amarillear bajo la luz de los focos y farolas. En ese momento, las viajeras se convierten en protagonistas de este perfecto escenario de piedra que se funde junto al sonido ambiente, el de nuestros pasos y el de las campanas.
Tras esta toma de contacto inicial, os sugerimos dos visitas: una que descubre el patrimonio religioso (iglesia Concatedral de Santa María y Palacio Episcopal) y otra que desvela el civil, con las casas-fortaleza (las construcciones propias de las ciudades de frontera). Entre ellas, el palacio de los Golfines de Abajo y el de los Golfines de Arriba .
En el aljibe del Palacio de las Veletas se almacenaba agua para la vivienda. Adarves y Barrio Judío de Cáceres Es interesante que paseéis por los adarves, que son los caminos interiores a cubierto del enemigo, ya sea siguiendo el curso de las calles o sobre las murallas. Es un buen modo de descubrir las 12 torres que aún le quedan (llegó a tener 43). Tampoco se puede dejar de mencionar la Judería Vieja, ya que en la ciudad de Cáceres llegaron a vivir unas ciento treinta familias judías.
No te pierdas en Cáceres • Centro de Artes Visuales F. Helga de Alvear. Entre las cien personas más influyentes en el mundo del Arte se encuentra la coleccionista hispano-germana Helga de Alvear. Probablemente a muchas de vosotros ni siquiera os suene, a no ser que viváis en Madrid, donde tiene una Galería de Arte (Doctor Fourquet, 12) o en Cáceres, donde se encuentra el Centro de Artes Visuales (calle Pizarro, 8). Este espacio de Arte Moderno pretende que la actitud crítica y creativa caminen de la mano. Pocas te dejan indiferente.
• En el hotel Atrio encontrarás el lujo de la sencillez y grandes espacios donde la luz es la protagonista. Además, goza de una ubicación céntrica en el casco histórico desde la que si sales sola por la noche puedes volver a pie sin problema. Su restaurante, dirigido por Toño (en los fogones) y Jose (en la bodega), ostenta dos estrellas Michelin. Sin duda, merece la pena darse el capricho para degustar sus menús degustación. Plaza San Mateo, 1. Tel. 927 242 928
• Más información: www.caceres.es y www.turismocaceres.org
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