¿Sabías que en 1626 un grupo de holandeses emigrados a América fundaron una colonia a la que llamaron New Amsterdam? Pues ese fue el comienzo de la historia de New York y por ende la del barrio de Harlem. Hoy viajamos al Haarlem original. La mejor manera de moverse por Haarlem es en bicicleta o a pie. El ‘verdadero’ Haarlem –con dos aes– es una población que se encuentra a 20 kilómetros de Ámsterdam, lo que significa que es muy fácil llegar a ella en tren desde el mismo aeropuerto de Schiphol. Es una ciudad pequeña (con una población aproximada de 150.000 habitantes) y ahora es como un barrio de la súper poblada y visitada Ámsterdam… pero mucho más sosegada que ésta, y ni que decir tiene ¡mucho más segura que el Harlem neoyorkino!
Como casi todos los pueblos holandeses, es simplemente llano (perfecto para ir en bici) y excelente para pasear como turistas disfrutando de su relajado ambiente. Haarlem no es una excepción.
Y como lo más probable es que lleguemos en tren desde Ámsterdam , nada más llegar puedes dedicar unos minutos a contemplar su estación, Haarlem Central, un magnífico edificio estilo Art Nouveau de 1908. Aunque, arquitectónicamente hablando, los edificios de los que querrás hacer fotos son los de estilo medieval, ya que muchos de ellos conservan las clásicas fachadas de gabletes (esos elegantes remates triangulares que coronan algunos edificios de estilo gótico).
El Puente Gravestenenbrug cruza el río Sparne, en Haarlem (Holanda). La calle frente a la estación, Kruisstraat (ancha, larga y recta), te conduce a la Grote Markt (Plaza Mayor), desde donde se extiende el entramado de callejuelas del casco antiguo, adoquinadas, llenas de encanto ¡y sin coches! y donde se ubican muchos coquetos restaurantes… de esos que encienden velitas a la hora de cenar.
Fachada del Teylers Museum (Haarlem). El museo de las maravillas Pero antes de la caída de la tarde y de elegir restaurante, tienes que cumplir las ‘obligaciones’ del buen turista. A saber: estás en la ciudad del Teylers . ¿Qué no sabes qué es?: el museo más antiguo del país , creado en 1779 por Pieter Teyler van der Hulst, un fabricante de tejidos de Haarlem y, sobre todo, mecenas de las ciencias y las artes. Las elegantes salas del museo conservan el encanto y el carácter del pasado. Alberga colecciones de fósiles, instrumentos de física y peculiares inventos mecánicos, como una gigantesca máquina electrostática que evoca visiones de excéntricos científicos. Tiene una amplia sala, Aquarellenzaal, con una mesa central y cómodas sillas, para ‘analizar de cerca’ más de mil facsímiles de dibujos de importantes artistas, como Miguel Ángel o Rembrandt . Un verdadero placer para los amantes del dibujo.
Por cierto, para Einstein, el Teylers era uno de sus museos favoritos.
Museo Frans Hals, Teylers Museum: Sala Aquarellenzaal, Museo Frans Hals: ‘Un monje y una monja ‘, de Cornelis Van Haarlem y ‘Latido de corazón ‘, de Nan Goldin. (de Izq. a Dcha. y de Arr. a Ab.) Museo Frans Hals El otro museo de obligada visita es el dedicado al gran pintor Frans Hals (Amberes,1583 – Haarlem,1666), que vivió en esta ciudad casi toda su vida, y que está considerado como el psicólogo del retrato barroco. Fue contemporáneo de Rembrandt, con quien compartió el claroscuro del mítico Siglo de Oro Holandés. El Frans Hals Museum tiene dos ubicaciones y dos exposiciones temporales diferentes, con la obra de Hals como leitmotiv de ambas muestras: ‘Tres encuentros con pintores: Manet, Sargent y Van Gogh ‘ en el edificio antiguo; y en el remodelado edificio de la Grote Markt puede contemplarse una exposición donde ‘dialogan’ (como dicen ahora los críticos de arte más cool ) pintores coetáneos a Hals con el arte contemporáneo más rabioso. Como (por ejemplo) mostrar el cuadro de Cornelis Van Haarlem (Haarlem, 1562-1638) ‘Un monje y una monja ‘ junto a la fotografía de Nan Goldin (Washington,1955) ‘Latido de corazón ‘. Hay que verlo.
Curiosidades del callejero Desde el clásico crucero por los canales, Smidtje Canal Tours , que nos ofrece la visión panorámica al uso, hasta patear la ciudad buscando los recovecos más escondidos, podemos elegir varios recorridos (aunque, casi seguro, pasaremos por delante del mismo sitio alguna que otra vez). Si te gustan los jardines cuidados con primor tienes que visitar los hofje , casas de acogida para ancianos . Hay varios en la ciudad y figuran en las guías como un aliciente turístico más (Haarlem’s Secret Gardens ). Son grupos de casas individuales que se construyeron en torno a patios y que originalmente acogían a mujeres que enviudaban con más de 60 años . Y digo mujeres porque las viudas sabían vivir solas , mientras que los viudos necesitaban a ‘alguien’ para que les cocinara y lavara la ropa… ¡algunos todavía lo necesitan hoy en día!
Los hofje son grupos de casas que acogían a viudas de más de 60 años. El situado en la calle Wijde Appelaarsteeg se cree que es el más antiguo de Holanda (data de 1395) y consta de 24 casas adosadas construidas en torno a un patio interior con una bomba de agua en el centro. Estas humildes casas se encuentran operativas y súper cuidadas porque se han ido restaurando con el transcurso de los siglos.
Si ya Haarlem es una ciudad tranquila, estos jardines secretos son remansos de excelsa paz. En Haarlem está todo muy organizado: la visita es gratuita y existe un plano de ubicación de los hofjes.
La ‘calle de las vitrinas’ Si salimos del patio por la puerta de atrás, damos con la calle Korte Begijnestraat , donde nos toparemos con una puerta blindada que es la entrada a otra calle , y este acceso (que no aparece en las guías turísticas) llama la atención. Sabido es que la calle de las vitrinas de Ámsterdam –Zona Roja– es mundialmente famosa, y aquella sí es un lugar de paso turístico, aunque para algunas personas es incomprensible como puede convivir una zona de industria sexual con los vecinos que nada tienen que ver con el ‘negocio’.
Torniquete de entrada a ‘la calle de las vitrinas», en Haarlem. Pero en Haarlem para acceder a ‘la calle de las vitrinas’ se tiene que pasar –previo pago de 1 €– por un torniquete (pintado de rojo fuego) que parece un instrumento de tortura medieval. Narran las crónicas ciudadanas que ya en el siglo XVII esa calle se dedicaba a la prostitución, menester que todavía parece que continúa. En octubre de 2000 se abolió la ley que prohibía los burdeles en Holanda, esto significa que todas las expresiones de este humillante quehacer se encuentran en el marco de la ley; aunque en el imaginario popular esta pregunta aún se sigue formulando.
Desde Etheria Magazine lo que hacemos es informar de las sorpresas que nos podemos encontrar descubriendo rutas turísticas… Y en este caso, si tuviera cabida, también denunciarlo.
Tradición cervecera En la Edad Media, Haarlem tuvo una enorme fama cervecera . Las primeras fábricas datan del siglo XIV. En el año 1400, la elaboración de cerveza se convirtió en la principal actividad comercial de la ciudad y su fama fue tal que se exportó cerveza por todo el mundo conocido, incluido el lejano Oriente. Muchos años después, la gloria cervecera llegó a su fin, y, en 1916, la última fábrica de cerveza de Haarlem cerró sus puertas.
Cervecería Jopen y Mercado en la Grote Markt. En 1994, se creó la Sociedad Cervecera de Haarlem y buscó recetas antiguas para elaborar una cerveza con carácter propio. El resultado fue la Jopen Hoppenbier , según una receta del año 1501. El nombre de ‘jopen’ viene de unos barriles con capacidad para 112 litros, que se apilaban en el muelle del río Spaarne para su posterior transporte por el río.
Desde el año 2010, la cervecería Jopenkerk instalada en la antigua iglesia Jacobskerk es el lugar más indicado para degustar cualquiera de sus 11 cervezas diferentes.
Eso de elaborar cerveza en una iglesia solo pasa en Holanda. Las modernas instalaciones de la cervecería, que además es un animado restaurante, me hace pensar en la opinión de la Iglesia Española sobre el destino que quiere que se les dé a templos otrora operativos para el culto católico que, evidentemente, contrasta con la opinión que tienen en Holanda desde hace ¡por lo menos! medio siglo. Este cronista recuerda haber saltado de emoción asistiendo a los conciertos de grupos rock en el Paradiso de Ámsterdam, una iglesia desacralizada que aun perdura como templo de la música pop.
Ambiente nocturno en Haarlem (Holanda). Y respecto a los restaurantes con velita, el Dodici es muy buena opción. Sus dueños, el entusiasta dúo Micha y Erik, junto al chef Mitchell, practican inventos culinarios que vienen de restaurantes con estrella Michelin e ilustran con sabiduría las cenas maridadas con vinos ad hoc . Una experiencia ‘dolce vita’.
CONSEJOS ETHERIA Cómo ir Vuelo directo a Ámsterdam (aprox. 2h 30 min). El trayecto desde Schiphol (aeropuerto de Ámsterdam) a Haarlem cuesta 8 € si lo compras en las máquinas (1 € menos si lo adquieres online).
Dónde alojarse Amrâth Grand Hotel Frans Hals . Situado en pleno centro y rodeado de bares y restaurantes. También en el centro está el Ambassador City Centre Hotel , un poco más económico.
Hotel Ambassador. Más información www.visithaarlem.com/en
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