Atrévete a viajar siguiendo el río Elba para conocer el Parque Nacional Suiza de Bohemia. No solo arrastra gran parte de la historia europea sino que discurre entre un laberinto de roca arenisca y bosques en uno de los rincones naturales más fascinantes de la República Checa. Sigue las sendas del más joven de los parques nacionales checos y descubre por qué levantó pasiones al encarnar la belleza ideal entre los artistas románticos.
Uno de los rincones sorprendentes del Parque Nacional Suiza Bohemia (Rep. Checa). 1. No te has equivocado, esto no es Suiza Te encontrarás al noroeste de la República Checa cuando llegues al Parque Nacional Suiza Bohemia y muy cerca de la frontera que limita con Alemania a través de la región y el Parque Nacional Suiza Sajona. Tan confusa denominación es debida a dos pintores suizos del siglo XVIII que, cuando vieron este caos de roca arenisca esculpido caprichosamente por el viento y el agua, se sintieron en su tierra natal: Bohemia. Adrian Zingg y Anton Graff reprodujeron la singularidad de sus paisajes y captaron su luz, una luz siempre presente en aquellas obras románticas repletas de escarpes, callejones y torres de rocas entre mesetas volcánicas rodeadas de bosques de pinos y hayas.
Bucólica estampa de la Suiza Bohemia (República Checa). 2. Pravčická, el arco natural más grande de Europa Entre las formas laberínticas del paisaje del parque se esconde el arco de roca más grande de Europa . A pesar de sus dimensiones, permanece oculto, así que prepárate para caminar hasta divisar el arco Pravčická , la joya del parque y uno de las visitas indispensables. Sobre un crestón de roca asoma, con 16 metros de alto y 26,5 metros de extensión, como una puerta natural. Disfrutarás de lo lindo en la senda de 4 kilómetros que lleva hasta él, entre pinos retorcidos como bonsáis y laberintos rocosos con forma de torres, columnas y estrechos desfiladeros surgidos al quebrarse las montañas. Las erosiones en la arenisca –que es el sustrato del parque– han tallado la forma de esta vieja formación pétrea que refleja las huellas del tiempo. Su origen se remonta a hace 80 millones de años. Las formas de las rocas, que a veces recuerdan a rostros humanos, setas o animales, las altísimas hayas buscando la luz o los pinos aferrados entre rocas te harán sentir en una ciudad imaginaria donde encuentras hasta un hotel pionero del turismo europeo, el Nido del Halcón , asentado bajo el arco natural.
El fotogénico arco Pravcická es la joya del Parque Nacional Suiza Bohemia. 3. Un romántico crucero fluvial por el cañón Las gargantas del río Kamenice, uno de los principales cursos fluviales del parque, te invitan a una gran aventura. Aunque es un río pequeño ha sido capaz de labrar las areniscas profundamente hasta desembocar en el Elba al llegar a la localidad de Hřensko. Sus gargantas fueron un pasaje temido hasta finales del siglo XIX por donde solo se aventuraban contrabandistas que transportaban tabaco y sal del vecino territorio germánico. Fue entonces cuando el príncipe propietario de las tierras logró, con expertos trabajadores italianos, afianzar los bancos fluviales y crear un sistema de puentes, barreras y túneles que calmaron el discurrir del río. Es un cañón único en Europa donde las barcas movidas con pértiga discurren lentas permitiendo enamorarse del paisaje . Es lo que hicieron los primeros turistas europeos, que pudieron admirar con calma el panorama ribereño del cañón con sus rocas pulidas y de formas curiosas desde una perspectiva única, en medio de su angosto curso fluvial.
Crucero fluvial por el cañón del Parque Nacional Suiza Bohemia. 4. Escala por la única vía ferrata urbana de Europa Todo es verde y del color anaranjado de la roca hasta donde la vista alcanza, por eso la ciudad de Děčín es toda una sorpresa urbana a orillas del Elba. Sus edificios decimonónicos al gusto de los Habsburgo, los puentes y el castillo son los principales testigos históricos del tránsito por el río antes de que se adentre en territorio alemán. El castillo fue uno de las primeras postales que recibió a un turismo europeo pionero apasionado por las visiones románticas. Hoy la ciudad ofrece magníficas vistas desde la misma orilla del río gracias a su carril bici o bien a bordo de las embarcaciones que, tripuladas por manos expertas o guiadas a nuestro ritmo, como las piraguas, hacen sentirse viajeros aunque no decimonónicos. Su vía ferrata, la única concebida en una ciudad europea, ofrece una perspectiva aventurera urbana y fluvial única.
Vía Ferrata Shepherd’s Bluff, en el Parque Nacional Suiza Bohemia. 5. Venerar montañas y santos escondidos entre rocas Considerada sagrada por los primitivos pobladores celtas, la montaña Růžovský esconde su origen volcánico de basalto bajo el bosque de hayas que lo tapiza. Aunque en su cumbre se pueden observar perfectas columnas hexagonales de basalto. Con sus 280 metros es la montaña más característica al este del parque y una isla botánica por la variedad de flora que alberga. Las creencias populares siguen vivas por el paisaje de Suiza Bohemia en forma de pequeñas capillas instaladas en oquedades de la roca . Las iglesias distantes no eran accesibles a todos los vecinos por eso estos pequeños templos en plena naturaleza servían para oficiar en ocasiones especiales como nacimientos, bodas y entierros.
Capilla de piedra en el Parque Nacional Suiza Bohemia. 6. Quedarse prendada de granjas de cuento Construidas principalmente en madera, las granjas de los pequeños pueblos, como Kamenická Strán , alrededor del parque parecen extraídas de una narración infantil. Con apuntados tejados y vigas maestras a la vista están hechas en madera por la abundancia de este material en el entorno y poseen decoraciones esmeradas que aúnan tanto las influencias arquitectónicas germanas como las eslavas. Te enamorarán sus coquetas estructuras escondidas en el bosque, al igual que durante 200 años a pintores, músicos y poetas.
Arquitectura tradicional en las granjas de la Bohemia Suiza. 7. Déjate llevar por el río Elba No puedes recorrer la Suiza Bohemia sin mirar al más destacado de sus artistas: el río Elba. Este cauce ha sido capaz de labrar las viejas areniscas para crear esos pasajes estrechos de roca que tanto te fascinarán en cada recorrido por la zona. Lo mejor es dejar que sea el río nuestro guía y en la ciudad de Děčín alquilar una piragua , verás que es una actividad muy popular entre los checos. Así lograrás una perspectiva única del río y los cantiles que quedan en sus riberas. Y si el deporte no es lo tuyo, súbete a un barco de vapor restaurado que te llevará hasta Dresde.
Pasea en piragua en el río Elba. 8. Un toque de hospitalidad checa La localidad de Krásná Lípa, a las puertas del parque, es una buena base desde la que planificar nuestras excursiones. Cuenta con el Centro de Interpretación del Parque donde amablemente te informan de todas las posibilidades turísticas en función de tus intereses. Al regreso de la jornada siempre habrá una mesa donde reponer fuerzas y descubrir el knedlík –en inglés lo verás escrito como dumplings – inseparable de cada plato checo. Es una esponjosa masa de harina y huevo que puede convertirse en plato principal al rellenarse de verduras o carne y acompañarse de salsa o bien servir de acompañamiento a platos de carne. Y si te quedas con ganas, incluso en algunos postres podrás volver a degustarlo. El sabor de la cerveza local, intenso y fresco, te dejará un buen regusto y repondrá energías para la siguiente jornada después de descansar rodeado de llamas si eliges quedarte en la casa rural U Lamy.
Cerveza local para refrescarse tras una jornada turística intensa. 9. Contempla los peces más heroicos de Europa En los paseos por la Suiza Bohemia no esperes ver personajes de un cuento de hadas al recorrer sus pintorescos paisajes, considerados entre los más salvajes de Europa, pero permanece atenta a posibles encuentros salvajes. Estás en un lugar donde se pueden ver especies como la nutria y el castor europeo que lo han tenido complicado para sobrevivir. El martín pescador y el mirlo acuático te sorprenderán cerca del río y, si tienes un poco de paciencia, tal vez veas al salmón atlántico, uno de los peces más viajeros del mundo que, gracias a un proceso de reintroducción, vuelve a nadar por los ríos Křinice y Kamenice que surcan el parque.
Permanece atenta a la fauna salvaje del parque. 10. Recorre la senda más antigua de Bohemia Si la senda de naturaleza más antigua de la República Checa, Kögler (así se denomina en honor a Rudolf Kogler quien la diseñó en 1941), discurre por la Suiza Bohemia, además de por las areniscas del Elba y las Montañas Lužické, cómo vas a resistirte a recorrerlas en alguno de sus 23 kilómetros. Más recientemente han sido sus vecinos de Krásná Lípa, donde tiene su punto de inicio y fin, los que la han recuperado del abandono. Así, además de ofrecer una actividad deportiva en la naturaleza , sensibiliza al caminante sobre la espectacular geología por la que discurre y da a conocer un poco más sobre la flora y fauna local. Es una lástima no poder conocer a su autor y primer guía pero los 40 paneles interpretativos y las señales te ayudarán a no perderte nada a tu paso.
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