No pienses que el verde europeo reside solo en los parques y jardines urbanos, atrévete a adentrarte en un territorio natural que es la última frontera del continente: la desembocadura del Danubio. Un universo anfibio de agua repartida en canales y lagos rodeados de estepa y sobrevolado por miles de aves. Es el destino que hemos elegido para 10 mujeres Etheria. Si eres alguna de ellas, no importa si viajas sola o con amigas, en Rumanía te espera el último paraíso de Europa.

Atardecer en el Delta del Danubio (Rumanía).
1. Aventurera.
Cuando llegues en barco al mayor humedal de nuestro continente, uno de los más impresionantes del mundo, estarás surcando los últimos kilómetros del total que recorre el río Danubio (2.860 kilómetros) antes de desaparecer en el Mar Negro. Es un paisaje cambiante donde el agua es la auténtica protagonista. Un laberinto terrestre y acuático que acoge una variada flora y fauna con bosques únicos, lagos inabarcables de un vistazo y canales envueltos de una vegetación selvática. Además, tendrás el privilegio de contemplar la puesta de sol más hermosa, la que baña a todo un continente, estás en el territorio más oriental del mismo, pues en la ribera izquierda del río contemplas Ucrania.

En el hotel Última Frontiera descubrirás la auténtica hospitalidad.
2. Hedonista.
Te dispones a explorar un territorio de naturaleza del que solo podrás salir navegando río arriba hasta llegar a Tulcea, la principal ciudad del Delta, pero no lleves tienda de campaña porque dispondrás de un maravilloso hotel en plena reserva natural. Estás en la auténtica Última Frontiera rumana y la hospitalidad marca la distinción de un alojamiento con todas las atenciones pero inmerso en plena naturaleza. A la hora de sentarse a la mesa será el momento de catar algunas de las delicias gastronómicas locales e intercambiar observaciones singulares de fauna obtenidas en nuestros paseos a pie. Aunque también podemos recorrer la reserva natural en nuestro vehículo ecológico, ya que cada habitación dispone de un carrito eléctrico de golf para desplazarse libremente.

El Delta del Danubio es el privilegiado refugio de más de 300 especies de aves.
3. Ornitóloga.
La variedad de ecosistemas que acoge el Delta hace que sea famoso por ser un extraordinario refugio para 331 especies de aves. Prepara prismáticos para observar no solo a sus alados residentes habituales, sino a los que atraviesan continentes en sus pasos migratorios de primavera y otoño, y aprovechan unos días en el Delta para reponer fuerzas. Aunque, sin duda, las que más fácilmente distinguirás son las aves que, procedentes de Europa, Africa y Asia, acuden a este lugar para crear notables colonias de cría como los pelícanos y el cormorán pigmeo. Los abundantes escondites situados en los diferentes hábitats de la reserva te permitirán disfrutar de una situación privilegiada, pues podrás espiar a cualquier ave al natural sin que perciban tu presencia.

Interior de la iglesia ortodoxa de Rosetti (Rumanía).
4. Espiritual.
Su riqueza natural ha hecho que el Delta del Danubio esté habitado por el hombre desde tiempos prehistóricos por el beneficio de sus abundantes recursos alimenticios ya que nada menos que 110 especies de peces -algunos tan fascinantes como el esturión- lo habitan. Además, suma su importancia estratégica a nivel geográfico por lo que ha marcado el paso de diversas civilizaciones como la griega, romana, bizantina y otomana. Desde hace 1.000 años la pesca y el tránsito comercial hizo que fuera dominio de navegantes, pescadores y piratas. Entre sus principales asentamientos perviven localidades como Sulina, que tuvo una gran importancia económica bajo el poder del imperio ruso hasta mediados del siglo pasado, por hallarse en el lugar más oriental de Rumanía. Lo atestiguan algunos de sus viejos edificios, el faro y su iglesia. En las inmediaciones de la reserva, en la comunidad de C.A. Rosetti, se engloban cinco pueblos auténticamente rurales y con llamativas iglesias ortodoxas.

El chacal dorado es uno de los animales que se pueden ver en el Delta del Danubio.
5. Amante de los animales.
Prepárate para una sorpresa salvaje, avistar al chacal dorado. Este mamífero, muy parecido a su pariente el lobo, aunque con un tono de pelaje más similar al del zorro y similares hábitos alimenticios, posee en este lugar una saludable población por la buena disponibilidad de alimento. La abundancia de presas permite que alimente a sus camadas nacidas en marzo y a las que veremos crecer en los 4 meses posteriores, los que permanecen junto a sus progenitores, desde los escondites preparados o durante nuestros paseos por la reserva natural. Aunque es un carnívoro de comportamiento agresivo se cuidará bien de mantenerse alejado de tu paso.

Esta gran estepa se transforma con las crecidas del río.
6. Viajera.
Una gran estepa que se transforma con las crecidas del río y las lluvias es el paisaje que se extenderá ante ti y hasta el horizonte marítimo a medida que abandonas los brazos del río, la marisma y los cañaverales que envuelven los lagos. En esta llanura, que apenas sobresale medio metro por encima del nivel del Mar Negro, se asoman campos agrícolas y zonas de pastos, pequeños pueblos y bosques tan fascinantes como el de Letea. De aspecto tropical por la abundancia de arbustos, es la reserva natural más antigua de Rumanía y el origen de la protección del Delta del Danubio. Lo convierten en único las inundaciones provocadas por las crecidas del río (aunque puede recorrerse por pasarelas), algunas de sus especies vegetales mediterráneas y la presencia de aves como el cernícalo patirrojo y el pigargo europeo.

Los cisnes viven en armonía en el Delta del Danubio.
7. Sensible.
Igual que la tierra y los limos que arrastra el río hacen crecer el nivel del Delta del Danubio y cambian su forma lentamente, como ha venido ocurriendo los últimos 10.000 años, así verás aumentar tu interés por descubrir el Delta y todas sus formas de vida. Te enamorás de decenas de postales como aquella donde se ven los pescadores entre redes con sus alargadas barcas tradicionales de madera, de la ternura con la que las aves cuidan a sus crías o la complicidad que muestran en pareja.

La mejor forma de conocer el entorno de los canales y ríos es a bordo de un barco.
8. Exploradora.
¡Todas a bordo! Navegar en una embarcación es la mejor manera de conocer los canales artificiales, que favorecen el drenaje del río, y los naturales que aunque más estrechos y con menos agua son un paraíso de aspecto selvático donde aventurarse. Asimismo están los brazos principales en los que el río se abre antes de llegar a la orilla del Mar Negro y los grandes lagos de agua dulce o aquellos más aislados de origen salino. La vegetación acuática de las orillas o la pradera que crece en zonas de inundación y las islas flotantes contribuyen a crear ese aspecto salvaje y tan auténtico que te hará querer adentrarte un poco más hasta encontrar las orillas abiertas de playas y dunas.

En este lugar se encuentran los últimos caballos salvajes del continente.
9. Amazona.
Sentirás puro placer cuando descubras a los últimos caballos salvajes de continente. No hace falta que seas una apasionada de los equinos para quedar prendada de sus esbeltas líneas y del color negro o rojizo de su pelaje. Llegaron hace cuatrocientos de años al norte del Delta con los tártaros y allí quedaron cuando se retiraron de la región. Con el fin de las cooperativas agrícolas rumanas en 1989, los caballos en libertad hicieron que su población creciera notablemente llegando a dañar zonas de reserva integral del Delta en busca de nuevas zonas donde alimentarse. Actualmente un programa ambiental en colaboración con organizaciones ambientalistas, que lleva a cabo la vacunación y control de la fertilidad de los animales, ha logrado la sostenibilidad de los caballos salvajes y su contribución a la biodiversidad del Delta, además de esa sensación salvaje y romántica que transmiten a su paso.

Las granjas que encuentres en tu viaje te darán la oportunidad de conocer a los vecinos del lugar.
10. Curiosa.
Cuando deambules por los pequeños pueblos del Delta no solo quedarás fascinada por los sencillos detalles arquitectónicos de sus granjas de madera pintadas en alegres tonos, también por la curiosidad que despiertas entre sus habitantes. Aprovecha y deléitate conversando, aunque sea con unas básicas expresiones rumanas, porque descubrirás a los lipovanos, una comunidad eslava de origen ruso, que por sus creencias cristianas fueron perseguidos y huyeron hasta lugares como el Delta. Sus cabellos rubios y ojos claros, así como su piel morena, los hacen inconfundibles. Con los “viejos creyentes” oirás hablar ruso antiguo y conocerás las costumbres de vida en el Delta de una de las últimas comunidades étnicas europeas.