Las gigantescas estatuas talladas en piedra volcánica, los famosos moáis, siguen encerrando misterios para muchos arqueólogos. Ponerse delante de uno de esos señores con cara de enfado impresiona… y da para pensar. En este viaje a Isla de Pascua desvelaremos algunos de sus misterios.
El tamaño de los moáis impone al visitante. Viajar a la Isla de Pascua –Rapa Nui en idioma nativo– no supone ‘coleccionar’ un nuevo destino, no son unas vacaciones convencionales; más bien debería ser un viaje para preguntarte por uno de los misterios de la Humanidad, porque constituye una visita esencialmente cultural… a la búsqueda del conocimiento. Además, a pesar de ser una isla pequeña, sólo hay un par de playas de arena en las que extender la toalla y bañarte sin peligro de que te coman los tiburones… y aun así ¡yo no me fiaría!
Lo más conocido de aquel lejano lugar son los moáis , esas figuras pétreas que están desperdigadas por toda la isla colocadas en altares de piedra (los ahu , en rapanui). Ahora sabemos que son tumbas que se erigían para homenajear a los insignes ancestros, pero no solamente cumplían esa función de venerar a los líderes fallecidos, sino que servían también para idolatrar a sus dioses y para comunicarse con el ‘más allá’ .
Trajes y tocados típicos de Isla de Pascua. Cómo llegaron los moais Todavía existen incógnitas sobre el sistema que emplearon los nativos para transportar y levantar las estatuas: Una teoría afirma que dicho proceso exigió rodillos de madera; otra segunda conjetura apunta que fueron movidos balanceándolos con cuerdas; y una tercera versión afirma que fueron transportados tumbados en trineos y arrastrados hasta los altares.
La verdad de los hechos históricos, envuelta en leyendas, hace que el turista sienta la sana curiosidad por saberlo todo, y aunque la mayoría de los trotamundos que nos aventuramos a pasar unos días en Pascua vamos ya mínimamente informados sobre su historia, muchos no nos resistimos a preguntar sobre los misterios del lugar, como así fue por parte de este cronista, que tuvo la oportunidad de entrevistar a D. Alberto Hotus, Presidente del Consejo de Ancianos de Rapa Nui. “¿Para qué quiere saber tanto?” fue la primera respuesta que obtuve del venerable anciano. “Nosotros, los rapanuis, somos una etnia que tiene un criterio, un pensamiento […] totalmente diferente al resto del mundo”…
Pedro Grifol entrevista a D. Alberto Hotus, Presidente del Consejo de Ancianos de Rapa Nui. Las estatuas andaban solas La entrevista siguió por crípticos derroteros, pero a la hora de seleccionar respuestas, ninguna supera la siguiente: “Los expertos arqueólogos podrán decir lo que quieran, pero nosotros creemos en nuestra verdad: las estatuas andaban solas” . Ante tal espectacular máxima –posteriormente contrastada y asombrosamente compartida por el imaginario colectivo de muchos ‘milenials’ rapanuis– , a este turista-periodista no le quedó más elección que seguir escuchando pacientemente (sin admitir discusión): “nosotros tenemos mana , una fuerza espiritual transmitida desde nuestros antepasados. Todos los moáis que podemos ver colocados sobre los ahu concentran gran cantidad de mana , que es proyectado hacia el espacio y protege nuestras actividades”.
Así que, a raíz de estas dogmáticas, a la vez que mágicas premisas de fe, lo mejor es olvidarse de la ‘verdadera historia de las esculturas andantes’ y disfrutar de la estancia en ese peculiar paraíso… descubriendo moáis quietos en lugares recónditos, degustando ceviche con pisco sour y buscando atardeceres de película para hacer bonitas fotos.
Los caballos pacen tranquilamente junto a los moáis de Ahu Vai Uri. No es costoso moverse Ante todo tenemos que saber que, por extraño que parezca, si bien es caro llegar hasta este remoto lugar, una vez hayas pisado tierra firme ya no resulta tan costoso moverse . Prueba de ello es que el avión va cargado de mochileros con la guía Lonely Planet bajo el brazo y, también, porque nada más salir del aeropuerto comprobamos que existen muchas posibilidades de alojamiento. Muchos lugareños abordan a los recién llegados ofreciendo sus casas como B&B , y numerosas actividades pueden hacerse pactando un precio mientras vamos de camino al hotel (ahora, en Internet, tenemos incluso los baremos del regateo). Como variadas son las opciones para recorrer la isla en coche, en moto, en bicicleta, o incluso a caballo, que es una experiencia típica pascuense.
El altar de los moáis de Ahu Tongariki es el que más esculturas erguidas tiene en la isla. Cómo recorrer la Isla de Pascua Una vez instalados, enseguida comprobamos que recorrer la isla de Pascua para visitar sus sitios arqueológicos tampoco es complicado. La totalidad del territorio accesible forma parte del Parque Nacional administrado por la Corporación Nacional Forestal –CONAF – que son los encargados de cobrar una única entrada oficial para moverse por la isla. No es cara y además podemos utilizar el pase durante cinco días para lo que queramos, como por ejemplo: esperar el atardecer, cara a cara frente a los moáis de Ahu Tongariki , el altar que más esculturas erguidas tiene la isla; y volver al día siguiente al amanecer, porque también es sobrecogedor ver aparecer el sol por entre los firmes gigantes; practicar senderismo por los caminos señalizados en busca de otros moáis más escondidos (existen más de 200 esculturas semienterradas en lugares recónditos); hacer la siesta en la playa de Anakena bajo la mirada del conjunto estatuario del Ahu Nau Nau, mientras pardos caballos campan a su antojo por el palmeral; o visitar la ladera del volcán Rano Raraku , el lugar donde se encuentra la cantera que proveía los moáis.
Playa de Anakena, un buen lugar para dormir la siesta ante la atenta mirada de los moáis. La cantera de donde salió la piedra de los moais En aquella cantera permanecen muchas estatuas que no llegaron a ponerse en pie en las plataformas de piedra distribuidas alrededor del perímetro de la isla. Algunos están enterrados hasta el cuello y otros permanecen simplemente sin acabar. El mayor moái de la isla está allí, mide 20 metros de largo y duerme fundido a la roca de la que nunca se llegó a soltar. Evidentemente, es uno de los lugares más enigmáticos de la isla.
Imprescindible la vista al poblado de Orongo, que cuenta con un centro de interpretación donde nos explicarán las aventuras de los hombres-pájaro, otra fascinante historia de esta ancestral cultura.
Atardece sobre los moáis de Ahu Nao Nao. Y en otro contexto, también es importante conocer que la situación geográfica de la isla en nuestro Planeta Azul permite descubrir algunas estrellas difíciles de ver en la ‘bóveda azul marino’ de otras latitudes. El silencio acompañará el paseo nocturno si nos atrevemos a sacar fotografías de los moáis con el fondo estrellado… la tranquilidad de saber que nos movemos en un lugar seguro también ayuda a respirar (y a colocar el trípode de noche). Todo es mágico… pero (sin ánimo de quitar la magia) recomiendo llevar un chubasquero por si os pilla la lluvia tropical. Si está en tus planes viajar a la Isla de Pascua, infórmate primero sobre el destino, sobre todo ¡para poder hacer preguntas difíciles! Sin lugar a duda, Rapa Nui es un lugar inspirador e inquietante, un destino que todos nos merecemos con mana , o sin mana .
Preguntas frecuentes: Isla de Pascua Dónde está la Isla de Pascua La Isla de Pascua es el lugar habitado más aislado y remoto del planeta. Está situada a 3.700 kilómetros de la costa de Chile , país al que pertenece. El nombre de Pascua le fue dado por el navegante holandés Jakob Roggeveen en conmemoración del día que puso el pie en ella: el domingo de Resurrección de 1722, siendo bautizada como Paasch Eyland (en neerlandés). Posteriormente, en 1888, el capitán de la Armada Chilena, Policarpo Toro, tomó posesión de la isla en nombre de su gobierno.
Cómo llegar La compañía aérea LATAM (www.latam.com) vuela diariamente de Madrid a Santiago de Chile, y conecta Santiago con Isla de Pascua. El trayecto desde Santiago de Chile hasta Isla de Pascua tiene una duración de cinco horas y media, pero (y como curiosidad) a la vuelta casi siempre se gana una hora a causa del viento a favor.
Hanga Roa es el pueblo con más vida de Isla de Pascua. Dónde dormir Hotel Explora En Hanga Roa, único pueblo de la isla, existen alojamientos para todos los gustos, pero si quiere exclusividad, piense en este establecimiento. El hotel Explora está situado junto a una zona arbolada a 7 km del pueblo. Las habitaciones (que no tienen televisor) están decoradas con elementos de piedra y madera, y dan a la puesta de sol. Su cocina es exquisita. Una pega: el canto del gallo que insiste en despertar a los clientes todos los amaneceres no es muy bien recibido… es un hotel de lujo ¡no una granja!
Hotel Hangaroa Eco Village & Spa El otro alojamiento de lujo del lugar, está más cerca del pueblo. Está situado en primera línea de playa, aunque su publicidad resalta la piscina más grande de la isla y que es un lugar para renovar cuerpo y mente. Más inf. en www.hangaroa.cl
En estos tiempos de booking online , el precio es difícil de pronosticar en ambos hoteles; pero los dos tienen paquetes de 3 noches (el mínimo recomendable para estar en la isla) que incluyen recorridos por lugares recónditos con guías experimentados.
De camping en la Isla de Pascua En el polo opuesto, en Hanga Roa también hay un camping que está operativo todo el año.
Dónde comer Aunque la mayoría de las provisiones vienen del ‘conti’, pues así es como llaman los pascuenses a la parte continental chilena, el atún de aleta amarilla se cría en esas procelosas aguas. Su carne es exquisita, pruébalo acompañado de vino del país o una Mahina , la cerveza local. Lo encontrarás en Te Moana , La Kaleta , y en Au Bout du Monde (aquí con salsa de vainilla). No hay pérdida para encontrar los restaurantes porque todos están en la misma calle del único pueblo de la isla.
Isla Pascua puede ser un buen lugar para hacerte un tatuaje, si lo estás valorando. Tatuajes Para los nativos, la piel es un lienzo en el que expresarse, el lugar donde plasmar su identidad cultural y recibir la ayuda de los dioses. Los pueblos maoríes lo denominaron tattoo , y de ahí proviene la palabra tatuaje. Aunque los misioneros cristianos de otrora intentaron erradicarlo, era una costumbre tan arraigada entre los isleños que no lograron eliminar los simbólicos motivos provenientes del imaginario ancestral polinesio. Para rematar, no hace falta decir que la actual moda a nivel mundial de tatuarse en cualquier parte, ha hecho que proliferen los negocios de este menester.
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