No es necesario recorrer miles de kilómetros para quedar extasiados con la magia de la naturaleza. Y, de hecho, aún estando cerca de casa es una gran aliada si buscas un viaje original o quieres sorprender a tus seguidores de Instagram. Digamos que los ‘likes’ en cualquiera de estos 7 mágicos parajes, que se encuentran entre los mejores paisajes de España, están asegurados.
Paseo por el singular paisaje de las Bardenas Reales en Navarra. Si te gusta la fotografía –o te estás comenzando a aficionar gracias a las aplicaciones móviles–, te sugerimos que visites estos paisajes a distintas horas del día e incluso en diversas estaciones del año. En cada uno de esos momentos pueden ofrecerte interesantes perspectivas para explorar tus conocimientos y experimentar con la cámara. Y lo mejor de todo es que no tendrás que hacer grandes traslados para visitarlos porque seguro que tienes alguno que te pilla a mano, o eso es lo que hemos tratado al elegirlos en puntos dispersos de la geografía española: Navarra, Huesca, Asturias, Huelva, La Gomera, Mallorca y León.
1. Bardenas Reales (Navarra) Este rincón navarro que muestra su versión más anaranjada en la imagen superior es el Parque Natural de las Bardenas Reales . Fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco y ofrece un espectáculo de luces durante todo el año (buscad fotos de cuando está nevado). Una de las poblaciones cercanas es Tudela, por si te planteas pernoctar allí para fotografiarlo a primera hora de la mañana.
Las Bardenas Reales. © Noradoa/ Adobe Stock 2. Parque Nacional de Garajonay (La Gomera) Este conocido espacio natural canario es uno de los mejores parques para observar un paisaje donde la laurisilva sea la protagonista. Encontrarás rincones increíbles que parecen extraídos de un cuento de hadas. De hecho, su nombre hace referencia a una leyenda en la que los protagonistas son Gara, una princesa gomera, y Jonay, un galán de Tenerife. El final de este amor imposible mejor no os lo contamos. En esta tupida selva podrás pasear envuelta en niebla, pura magia.
Parque Nacional de Garajonay. © Rh2010/ Adobe Stock 3. Los Mallos de Riglos (Huesca) Las paredes verticales de los Mallos de Riglos ofrecen una imagen que no pasa inadvertida ya que alcanzan casi 300 metros de altura. Los encontrarás junto a la población de Riglos, justo al lado del río Gállego. El color rojizo que observarás por las tardes es debido a la presencia de hierro y arcilla en su composición. Si eres aficionada a la escalada aquí tienes un buen reto. Y si te interesa la ornitología, hay un Centro de interpretación de aves carroñeras con un espacio importante dedicado al buitre leonado. Más información en Turismo de Aragón .
Los Mallos de Riglos. © Bbsferrari / Adobe Stock 4. Cuevas del Drach (Mallorca) Si eres de las que piensan que en las islas solo hay playas, en Mallorca verás que no es cierto. La mayor de las Baleares dispone de una orografía muy particular con zonas montañosas y también con maravillas en el subsuelo como las cuevas del Drach . La visita a estas grutas dura en torno a una hora, un tiempo en el que descubrirás distintos espacios donde la naturaleza se ha empleado a fondo y la iluminación acentúa su belleza. Recorrerás algo más de un kilómetro, asistirás a un concierto de música clásica y darás un paseo en barca en el lago Martel. Y todo ello sin pasar frío, estarás a unos 21 ºC. Si prefieres preparar una escapada a Ibiza con amigas estás a tiempo.
Cuevas del Drach. © Balate Dorin / Adobe Stock 5. Las Médulas (León) Estas colinas rojizas son el resultado de los movimientos de tierras que llevaron a cabo los romanos para crear una mina de oro a cielo abierto, que fue la mayor de este tipo del Imperio Romano. El valor de Las Médulas incluso ha sido reconocido por la Unesco, que las ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Lo más recomendable es comenzar la visita en el aula arqueológica y luego seguir una ruta de las que organizan en el Centro de recepción de visitantes. Puedes continuar la visita por Picos de Europa o en León capital .
Las Médulas. © Olivier/ Adobe Stock 6. Playa de Gueirúa (Asturias) No es la mejor para el baño pero a la playa asturiana de Gueirúa se va, principalmente, disfrutar de la belleza de un paisaje formado por picachos e islotes que emergen del mar con afiladas aristas. Se encuentra cerca de Cudillero por lo que puede ser un buen lugar para alojarse y disfrutar de este coqueto pueblo cuya fachada marítima también te enamorará.
Playa de Gueirúa. © Javier Castro/ Adobe Stock 7. Minas de Riotinto (Huelva) Este color no es falso, lo podrás ver igual en el Parque Minero de Riotinto . Te recomendamos que visites el Museo minero, recorras una galería de mina de 200 metros y que luego subas en un tren que recorre 12 km entre un paraje propio de otro mundo. No hay que olvidar, que en este lugar se han rodado películas por su semejanza con Marte. Te llamará la atención el color rojo del río, es debido a los metales pesados que contiene. Lo más curioso es que en sus aguas viven microorganismos que pueden vivir sin oxígeno. Una circunstancia que incluso ha estudiado la NASA.
Minas de Riotinto. © Fotolia Premium/ Adobe Stock 📌 También te puede interesar:
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