Vivir la Navidad y los mercadillos navideños en Polonia es extraordinario porque el pueblo polaco ha mantenido sus tradiciones, y se vuelca en cada detalle. Sigue leyendo para conocer las claves para visitar los mercadillos navideños de Varsovia y Cracovia y para averiguar decenas de curiosidades que enriquecerán tu viaje.
Adornos en Varsovia. ©Manena Munar Actualizado en septiembre de 2024.
La Navidad asoma llena de magia, regalos y momentos para compartir en familia y con amigos. Una de las mejores formas de anticiparla unas semanas es organizar un viaje al centro de Europa, donde más intensamente se vive la época del Adviento con sus mercadillos, sus villancicos y su gastronomía típica. En este artículo nos fijamos en las dos ciudades principales de Polonia, Varsovia y Cracovia, que a sus evidentes atractivos culturales suman en esta época del año el ambiente más típicamente navideño.
Mercadillos navideños de Varsovia La Ciudad Vieja de Varsovia, aunque destruida en la Segunda Guerra Mundial, se reconstruyó a la perfección gracias a los detallistas bocetos de Canaletto. Y volvió a ser un lugar bello y acogedor. Y allí se sitúa el mercadillo navideño y un abeto de grandes dimensiones que da la bienvenida a los visitantes de la Stare Miasto (Ciudad Vieja) durante Navidad. Con el árbol rodeado de paquetes y decorado con multitud de adornos, compite en altura la columna de Segismundo III alzándose imponente al lado del Castillo Real. Las luces del abeto se encienden, como el resto de la iluminación navideña, a finales de noviembre.
Plaza del Castillo de Varsovia con el abeto de Navidad. © M.M. Árbol, San Nicolás y cena, en este orden Al primer domingo de Adviento, anticipo de Navidad, le sigue la llegada de San Nicolás, encargado de traer dulces y detalles a los niños polacos el 6 de diciembre –según manda la tradición–. Aunque, como en otros lugares, el 24 es cuando esperan las sorpresas serias a los pies del árbol navideño montado esa misma tarde. Por la noche, alrededor de una mesa con mantel blanco, se sentará la familia que no probará bocado hasta que salga la primera estrella en el cielo. Entre tanto, los niños rondan las casas con villancicos y sus mayores se pasan a tomar una copa deseando unas felices pascuas a los vecinos.
Cuando por fin la estrella resplandece en el firmamento, se colocan en la mesa los doce platos que comprenderán la cena de Nochebuena, en recuerdo a los doce apóstoles. Se deja un asiento y cubiertos libres para un posible comensal de última hora y se reparte una hostia bendecida entre los invitados.
La cena se degusta poco a poco, se canta, se baila y se cuentan historias y leyendas disfrutando de la sopa de setas o de remolacha, de la carpa, protagonista de la cena, arenques y el bigos (col fermentada). Este último se ha estado cocinando a fuego lento durante tres días y noches, momento en el que se deja reposar en la nieve hasta su vuelta a los fogones a la jornada siguiente. Entre los postres nunca faltará el Makowiec (rollo dulce con semillas de amapola). Platos exentos de carne, pues la velada del 24 en Polonia es noche de vigilia, que culmina con la Misa del gallo , cuando se entonan los entrañables kolendy (villancicos) mientras, puertas afuera, no cesa de nevar.
Bonita entrada de una vivienda de la Plaza del Mercado de Varsovia. ©M.M. Varsovia se vuelca en la Navidad Las calles de Nowy Swiat y Krakowskie Przedmiescie son las antesalas de la Ciudad Vieja. Calzadas señoriales llenas de cafés, restaurantes y elegantes tiendas, calles por donde se despliegan muchas de las decoraciones navideñas que han afamado a Varsovia por su singular creatividad.
Nada más agradable que pasear por ellas pasando por debajo de una bola gigantesca al lado del Hotel Bristol. O sentándose en el sillón gulliveresco, donde los niños desaparecen en su regazo para, después, siguiendo la estela aromática del vino caliente (Glühwein ) y la salchicha polaca (Kielbasa ) –que se asa en la parilla de las casetas– entrar en el más auténtico cuento navideño que es la Ciudad Vieja en diciembre .
Creativas decoraciones navideñas en las calles Nowy Swiat y Krakowskie Przedmiescie de Varsovia. © M.M. Pasear por sus calles barrocas, observar a la gente patinando sobre hielo en la pista que se improvisa en la Plaza del Mercado , para luego recorrer los muchos puestecillos, unos 60, situados entre la muralla y la Barbacana que da paso a la Ciudad Nueva, donde calentarse con vino o cerveza calientes y regalarse un bonito capricho, comprando bolas navideñas, adornos tallados en madera o el ámbar polaco, que nunca faltará en sus mercados.
La música de Chopin La música va íntimamente unida al pueblo polaco, prueba de ello son los muchos músicos que su tierra ha dado: Federico Chopin el padre de la música nacionalista por excelencia, Jan Ignacy Paderewski, Rubinstein… entre otros muchos. Los villancicos navideños se escuchan en cada rincón de la Ciudad Vieja, en las iglesias y colegios. Sentidos y muy hermosos, su punto álgido lo tienen en los conciertos de villancicos que celebra la Filarmónica de Varsovia.
Puesto del mercadillo de la Plaza del Mercado de Varsovia. ©M.M. El mercado de Jarmark Swiateczny Warszawa El Palacio de Cultura y Ciencia de la capital polaca, regalo obligado de los vecinos rusos a sus entonces colonias del este, fue durante muchos años el edificio más alto de Polonia. Ubicado frente a la estación central es receptáculo en Navidad de uno de sus principales mercadillos, el de Jarmark Swiateczny Warszawa que alberga unos 30 puestecillos donde degustar deliciosos bocados de carne asada, salchichas o pierogis , las legendarias, empanadillas, o disfrutar de la artesanía polaca en muchos de los detalles que allí se venden.
Puesto del mercadillo navideño de la Ciudad Vieja de Varsovia. ©M.M. Parque de Lazienki Sin salir del cuento navideño en que se transforma Varsovia en diciembre, hay que pasar por el Parque de Lazienki (antiguo pabellón de baños, más tarde residencia del rey Estanislao Augusto Poniatowski). Aquí, a la estatua nevada de Federico Chopin –donde su mano se escapa del piano para convertirse en uno más de los árboles que pueblan el parque– le acompañan unos figurines de hierro vestidos a lo siglo XIX, que llevan a imaginar las navidades legendarias de aquellos años. Saliendo de Lazienki, la siguiente visita real será el Palacio de Wilanów . Esta residencia veraniega del rey Juan III Sobieski está situada al sudeste de Varsovia y engalana sus jardines con proyecciones animadas en 3D.
Figurines de hierro estilo siglo XIX en el Parque Lazienki. ©M.M. Mercadillo navideño de Cracovia El mercadillo más grande de Polonia se encuentra en Cracovia. Y se entiende el porqué. Situado en la Rynek Glówny (Plaza del Mercado) de esta ciudad, su escenario es grandioso. La basílica de Santa María, el edificio renacentista de la Lonja de los Paños, la Torre del antiguo Ayuntamiento y la escultura a Adam Mickiewicz, padre de las letras polacas, son algunos de los monumentos que rodean a la plaza bordeada por mansiones barrocas, entre las que galopan las calesas vestidas para la ocasión. Aquí, hasta sus caballos llevan pompones rojos en las orejas.
Concierto de Villancicos en la basílica de Santa María de Cracovia. ©M.M. En Navidad, la plaza se llena de casetas de madera y barriles gigantescos de los que brota el imprescindible vino caliente para lidiar con los copos de nieve que empiezan a caer acompañado por esas galletas de jengibre que se hornean en los hogares polacos en la estación navideña. Muchos de los puestecillos guardan prendas apropiadas para el frío . Guantes, zapatillas de borrego, abrigos y gorros de piel se salpican entre aquellos otros de ámbar, o la cerámica en la que destacan los tonos azules y rojos, el cristal tallado y las bolas de Navidad de ese vidrio soplado que aún cuenta con artesanos en Polonia.
Mercado navideño de Cracovia. ©M.M. Entrar en la Lonja de los Paños, repleta de casetas góticas que albergan bellos productos artesanales, es una vuelta al pasado. Nos lleva a la época cuando Cracovia era la capital de Polonia y su Castillo de Wawel, mirando el río Vístula, era la residencia de los reyes.
Barril de vino caliente en Cracovia. ©M.M. Vendedores de los Tatra El mercadillo de Cracovia tiene también la particularidad de contar con productos y vendedores montañeros llegados de los Tatra que traen el queso de cabra ahumado, Oscypek, típico de las montañas y kielbasa casero. Alegran los mercadillos con el acordeón, un instrumento con el que se acompañan los villancicos tradicionales que se cantan vestidos con los trajes regionales de los Tatra. Son canciones de tiempos pasados en los que al árbol de Navidad lo alumbraban velas auténticas y a la misa del gallo se llegaba en trineos, única forma de transporte entre las nevadas carreteras de montaña de Zakopane, capital de los Tatra.
Músicos de los Tatra en el Mercadillo de Navidad de Cracovia en la Plaza del Mercado. ©M.M. Concurso de belenes cracovianos La Navidad cracoviana, materializada en la Plaza del Mercado , es el escenario para el Concurso de Belenes que se viene celebrando desde hace ochenta años. Los portales evocan la arquitectura de Cracovia . Una bonita costumbre nacida de cuando los montañeros, parando sus quehaceres durante el invierno, comenzaron a construir belenes, Szkopka, que bajaban a vender a Cracovia en Navidad.
Concurso de belenes de Cracovia. © M.M. En 1937 se decidió hacer de esa hermosa tradición un concurso que valorara aquellas piezas de arte, trabajadas al detalle y que cada diciembre se exponían en la Lonja de los Paños de Cracovia . Diversos detalles cracovianos de más de 100 iglesias inspiran a la maqueta. Fachadas, cúpulas, esculturas, ventanales y personajes vestidos con las ropas regionales, vestimentas reales, o las figuras genuinas del Belén, protagonizan los nacimientos.
Los belenes infantiles de Cracovia En los belenes infantiles nunca falta el dragón Smok, al que derrotó el príncipe Krakus de quien tomó el nombre la ciudad y cuya estatua sigue arrojando fuego por la boca en el Castillo de Wawel. Niños, jóvenes y mayores, todos se suman al Szkopka Krakowska y colocan sus piezas alrededor de la estatua de Adam Mickieviz. En este lugar la gente contemplará y admirará más de un centenar de obras, hasta el día del fallo, en un escenario improvisado detrás de la plaza. Entre tanto, es entrañable ver a aquel venerable anciano que remata la cúpula redonda de su maravilloso belén o el niño echándole unas gotas de pegamento al dragón Smok que se quiere escapar de su teatrillo. La obra ganadora pasará a formar parte del Museo Histórico de la Ciudad.
Concurso de belenes de Cracovia. © M.M. Los belenes de Cracovia fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Unesco el 28 de noviembre de 2018. El remate de una Navidad sin igual sería asistir al Concierto de Navidad en la Royal Chamber Orchestra Hall , un añejo edificio del siglo XV que goza de una acústica inmejorable. Ineludibles las jam sessions con villancicos a lo jazz que se organizan en la Ciudad Vieja y en el barrio judío de Kazimierz.
Prepara con mimo tu viaje a los Mercadillos navideños de Varsovia y Cracovia para disfrutarlo desde el primer al último momento.
Guía de Polonia | Etheria Magazine Cómo llegar a Polonia Consulta los vuelos de LOT (la compañía aérea polaca) e Iberia.
Moneda La moneda polaca es el zloty y equivale aproximadamente a 0,23 euros.
Dónde dormir en Varsovia Motel-One Varsovia (motel-one.com). Es una opción cómoda y asequible a un paseo de la Ciudad Vieja.
Maison Le Regina (mamaisonleregina.com). Acogedor hotel boutique situado en una de las mansiones barrocas de Varsovia, al lado de la Barbacana y la muralla donde están muchos de los mercadillos navideños.
Dónde dormir en Cracovia Hotel Unicus Palace (hotelunicuspalace.pl). Este cinco estrellas se encuentra en la mítica calle Florianska al lado de la Plaza del Mercado Entre sus atractivos están la piscina, jacuzzi y tratamientos en el spa. También cuenta con un bar a la última y en su restaurante se degusta una cuidada cocina polaca.
Hotel Índigo (ihg.com/hotelindigo). Está en el corazón de la ciudad, cerca del Castillo de Wawel y de la Plaza del mercado y accesible al barrio judío de Kazimiez . Los chefs de su restaurante se abastecen de los productos frescos del mercado Old Kleparz y en su bar siempre están los mejores vodkas a la disposición del cliente.
Dónde comer Los mercadillos navideños son perfectos para tomarse un vino o cervezas calientes acompañando los pretzels salados, el asado de carne, las salchichas kielbasa o el bigos . De postre, todo tipo de tentadores dulces se venden en las casetas. Los pierogis , o empanadillas de queso, espinaca o setas son un ineludible de la cocina polaca.
Al Bazyliszek (bazyliszek.waw.pl). Merece la pena ir, al menos, una vez para comer soberanamente entre una noble decoración, con vistas a la Plaza del Mercado, convertida en pista de patinaje sobre hielo durante Navidad. Varsovia.
Restaurante Pod Nosem (kanonicza22.com). Ganador en World Luxury Restaurant Awards 2019. Su menú, que cambia cada mes, cuenta con los mejores productos estacionales. Entre sus especialidades está el tartár de buey, arenques con manzana y queso de cabra con calabaza marinada. Cracovia
Albertina Restaurant & Wine . En pleno casco histórico es famoso por su cocina de mercado como el pato con manzana asada o las sopas polacas, una excelente carta de vinos y cerveza artesana de Cracovia Tap House. Cracovia
Más información en Turismo de Polonia.
También te puede interesar
5 razones por las que Polonia es una buena elección en Navidad frente a otros destinos europeos .
Tres rutas para recorrer Varsovia, una ciudad sorprendente .
Descubre Zakopane, su arquitectura de madera, sabores y estaciones de esquí .