Vitoria es una ciudad que ha hecho de la sostenibilidad la senda a seguir, pero a sus tonos verdes también se han sumado atractivas propuestas urbanas como la Ruta de los Murales. Pasea por su casco histórico y déjate seducir por sus coloridas fachadas y otros rincones secretos. En Etheria Magazine ya lo hemos hecho para contaros todas las claves. ‘La luz de la esperanza’, en la Ruta de los Murales de Vitoria. Desde tiempos romanos es un frecuentado cruce de caminos, pero Vitoria no se conforma con ser lugar de paso de la meseta hacia Europa. Ha demostrado que la sostenibilidad es distinción porque vivir en verde es posible también para una ciudad. Y aprovechando su bonito casco histórico, ha sacado los colores a su perfil más cautivador. El arte urbano es una apuesta arriesgadamente llamativa que, con vistosos murales, ha dibujado una nueva visión de su casco histórico a la vez que ha hecho de sus calles un epicentro artístico.
1. Una ciudad medieval Afirman que tras la retirada del Imperio Romano, fueron tribus del norte europeo las que ocuparon la Llanada Alavesa, planicie donde se asienta Vitoria. Tras siglos como poblado, fue fundada como ciudad por el rey navarro Sancho VI hace 800 años. Desde entonces, Vitoria defendió fronteras, acogió transeúntes y ferias y creció a través de sus calles gremiales, las mismas vías que hoy marcan su centro histórico. En el año 2007, tres artistas del arte urbano , liderados por la pintora y muralista Verónica Werckmeister , se empeñaron en reconocer ese pasado del que la ciudad se enorgullece transformando sus fachadas mediante grandes pinturas al aire libre . Así nació el Itinerario muralístico de Vitoria- Gasteiz (IMGV) que ha iluminado la cara de algunas calles del casco histórico.
La primera de sus transformaciones pictóricas dio vida al gran mural con veladuras de tejidos denominado “Al hilo del tiempo” . Con su ubicación en la calle Chiquita 9 hacían un guiño a la plaza de la Burullería aledaña, donde estuviera el mercado de tejidos y paños del medievo y bajo la que se hallaba la necrópolis medieval. Junto a la torre de los Hurtado de Anda, el edificio civil más llamativo del skyline urbano , levantado por una familia hidalga responsable de la custodia de la muralla alta, defendía la ciudad y en sus bajos, hoy convertidos en restaurante, acogía una posada para el descanso de comerciantes y sus monturas al llegar a Vitoria.
‘Al hilo del tiempo’, en la Ruta de los Murales de Vitoria. 2. Donde triunfa el amor La colaboración vecinal es imprescindible en una idea que siempre ha buscado previamente el acuerdo unánime de los propietarios del inmueble destinado a acoger el mural. La participación de voluntarios, junto a los artistas del mundo invitados a dirigir los murales, es la máxima expresión de su idea comunitaria de transformar las fachadas. Un gesto colaborativo donde inevitablemente tenía que surgir el amor. Un sentimiento que encontró su hueco en la calle Pintorería 76 , en la almendra medieval de la ciudad, con una moderna pareja arropada con una vistosa tela abrazándose bajo el cielo. Es una creativa visión del fresco que Gioto di Bondone pintó en Padua sobre el encuentro de los padres de la Virgen María en la puerta Dorada de Jerusalén.
La colaboración vecinal ha sido fundamental. 3. Manos con arte En Herrería 86 y Zapatería 79 , dos calles entre las más típicas del centro histórico de Vitoria, las manos son protagonistas de dos murales Eskua eskuz unidos por un mosaico bajo ellas. Homenajean el trabajo en general y sobre todo el de los voluntarios muralistas que han llegado a reunir hasta 50 personas pintando colectivamente sobre alguno de ellos. Pero también a la música y al arte que tanta alegría reparten y que en estas obras enfocan múltiples elementos con una visión de arte pop . Su homenaje más secreto es a los huertos urbanos, esos que por los patios de la urbe se esconden reverdeciendo la actitud vecinal.
Las manos son las protagonistas en este mural de Vitoria. 4. Un templo de best seller Pregunta por la Catedral Vieja y llegarás a la catedral gótica europea menos conocida , aunque haya sido protagonista de un libro del que se han vendido millones de ejemplares. En ella se inspiró el escritor galés Ken Follet para continuar su obra ‘Los pilares de la Tierra’ . Conoció la catedral de Santa María en restauración y su libro de ficción, cuyo argumento se desarrolla alrededor de la construcción de una catedral medieval y las vicisitudes de sus protagonistas, ya hablaba de una catedral ficticia sin haber conocido esta. Al conocer la alavesa y las leyendas que esconden sus muros supuso un guiño del destino para que la incluyera en su segunda ficción histórica ‘Un mundo sin fin ‘ . Por esta razón, Ken Follet se ha quedado permanentemente en la ciudad gracias a la escultura del escritor ubicada en la plaza Burullería.
Descubre la maldición que surge de entre sus piedras, los secretos de la catedral de Vitoria , asómate sobre la ciudad desde su torre y conoce los misterios de las policromías que se solapan sobre sus muros.
Interior de la Catedral de Santa María, en Vitoria. 5. Damas por doquier En la cima del casco histórico, un parque logrado con el esfuerzo comunitario ha puesto un marco verde a un magnífico mural, El triunfo de Vitoria en la calle Santa María 9 . Con este nombre es conocido el mural inspirado en la obra El tramposo pintada por Georges de la Tour que abarca 225 metros cuadrados. Su escenografía presenta a una sirvienta –representación del pueblo– indicando a su señora, la gran dama Vitoria , que el hombre –simboliza el poder corrupto– con el que juega a las cartas pretende hacerle trampas. No te pierdas el panel Huellas de cine , obra situada frente al mural que recoge las manos imprimadas sobre barro de personajes del mundo del cine que han visitado la ciudad.
Mural ‘El triunfo de Vitoria’. 6. Busca el cactus Hay un guiño al verde urbano en forma de cactus pintado en las proximidades de los murales Eskuz Esku . Aprovecha la forma de unas bajantes de agua sobre la fachada para, entre tan espectaculares murales urbanos, semejar una obra del artista urbano británico Banksy que te invita a la reflexión. Para fijarte en la apuesta por la sostenibilidad que la capital alavesa está desarrollando con naturalidad. No en vano fue Green Capital porque cuida su medioambiente y con ello la calidad de vida de sus habitantes . Su estrategia busca el ahorro energético basado en la planificación urbana, el fomento de la movilidad sostenible –es una delicia desplazarte en tranvía o bici por la ciudad– y la reutilización de espacios existentes. Además, constantemente impulsa la eficiencia energética y las energías limpias para así enfrentar el cambio climático , situándose entre las ciudades europeas líderes en el descenso de emisiones de CO2.
El cactus, un detalle de arte urbano en Vitoria. 7. Un anillo de compromiso Las intenciones de cuidado ambiental y sensibilización ciudadana por el medioambiente comenzaron hace 26 años con la creación del Anillo Verde de Vitoria . El resultado es la restauración ambiental de una periferia urbana abandonada que acoge humedales tan espectaculares como Salburua . Así, en la actualidad, dispone de una red de 100 kilómetros en el perímetro urbano a recorrer a pie, bici o en buggy eléctrico. Su alquiler es sencillo en Ataria , el centro de interpretación del parque. El cinturón verde urbano está jalonado de buenas vistas y huertos urbanos que crean un auténtico anillo de vida para los ciudadanos que apuestan por una forma de vida ecológica .
El Anillo Verde de Vitoria, un gran logro de esta ciudad. 8. Vitoria es arte Para que Vitoria se haya convertido en un destino muy sugerente para los amantes del arte , además del street art , la ciudad ofrece a sus visitantes una visita indispensable junto al casco medieval como es Artium , el museo vasco de arte contemporáneo. Ocupando un espacio trapezoidal ha seguido el espíritu de encuentro que cada crecimiento urbano provocó en Vitoria con el trazado de amplios espacios o plazas para el encuentro ciudadano.
Admira las esculturas de los más grandes artistas vascos de vanguardia que decoran la plaza, accede por un cubo blanco de hormigón a sus instalaciones y desciende, como si estuvieses en una bodega de Rioja Alavesa, para explorar el alma artística de la ciudad a través de sus salas. A través de su colección descubre manifestaciones artísticas vascas e internacionales de las más extraordinarias desde el pasado siglo hasta la más vanguardista actualidad . Déjate llevar por las muestras que cada año el museo organiza de su nutrida colección y sigue las invitaciones a mirar el mundo con las propuestas más rompedoras de las obras de artistas exhibidas en muestras temporales.
El arte también invade al propio edificio del Artium. 9. Viajeras, quedamos en el arrabal A medida que la ciudad medieval fue creciendo, la almendra central que rodeaba una gran muralla se quedó pequeña para alojar a la población. Y al sur, lo que fuera el arrabal de la ciudad medieval, donde se celebraba el mercado, acabó siendo la plaza de la Virgen Blanca . Expansión territorial que ocupó la aldea Gasteiz de la colina cercana y le añadió el apellido a la denominación de la urbe que ahora conocemos como Vitoria-Gasteiz .
La plaza donde te citará cualquier vitoriano para quedar era donde confluía el camino de Castilla o Real de Postas . Por ese espíritu viajero , sus animados bares y porque es un cruce de caminos entre la ciudad vieja y la nueva, que rompe su desnivel con la curiosa calle de Los Arquillos de edificios escalonados, es un rincón urbano de los que más nos han gustado. Aúna su espíritu de reunión entre sus fachadas de aire medieval contra el aire refinado que aportaron las tendencias arquitectónicas neoclásicas de la Ilustración.
Plaza de la Virgen Blanca, el lugar de encuentro en Vitoria. 10. Mujeres de paz De los 19 lienzos que forman la Ruta de los Murales de Vitoria, desde su comienzo en 2007 hasta este año, en Etheria Magazine nos hemos quedado prendadas del denominado La luz de la esperanza . Situado en Zapatería 76 , los colores han sido la mejor herramienta para ilustrar el esfuerzo femenino por romper estereotipos y defender los procesos de paz en cualquier conflicto. Un saber que parece natural entre mujeres gracias a la tolerancia y la comprensión simbolizada por una balanza en equilibrio sobre uno de los balcones que se abren en la fachada. La mirada en el rostro de una mujer madura nos ha inspirado a seguir viajando camino a la esperanza por un mundo más justo.
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Mural ‘La luz de la esperanza’, en Vitoria. También te puede interesar… Bilbao en clave ‘gastro’ para una escapada con amigas .
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