A pesar de ser destrozada casi en su totalidad durante la II Guerra Mundial, Hamburgo supo renacer de sus cenizas, y ¡vaya si lo hizo! Esta antigua ciudad hanseática es hoy una urbe cosmopolita repleta de atractivos. Rica, dinámica y con una animada vida nocturna, presume de ser la puerta del mundo gracias a su activo puerto, el más grande del país. En Etheria Magazine te proponemos conocer en un fin de semana su lado más canalla.
Canales de Hamburgo. Que esta ciudad vive de cara al agua no es ningún secreto. Solo hace falta pasear durante unos minutos por su centro histórico en tu fin de semana en Hamburgo; el mismo que fue arrasado durante la II Guerra Mundial –de hecho, más del 70% de la ciudad fue reducida a escombros – para ser consciente de ello.
La razón es que la urbe no solo se encuentra junto a la desembocadura del Elba –que aunque es un río, cuenta con las hechuras de un verdadero mar–; sino que también se halla en torno a dos lagos artificiales y posee toda una red de canales que se expanden por la ciudad evocando paisajes que, irremediablemente, recuerdan a Ámsterdam o Venecia.
Rincón en HafenCity. © Andreas Vallbracht/GNTB Es precisamente esa apertura al mar lo que le ha facilitado servir de base en el comercio con el resto del mundo durante toda su historia. Algo que ya desde la Edad Media le brindó su condición de ciudad hanseática y que, de alguna manera, ha marcado siempre el carácter de los hamburgueses, abiertos, alegres y dicharacheros.
Para comenzar a descubrir la ciudad más animada de toda Alemania, lo ideal es hacerlo por el origen: el casco histórico. Una zona reconstruida casi en su totalidad, es el punto de partida perfecto.
El Altstadt, inicio del recorrido Arrancamos nuestro fin de semana en Hamburgo tirando de refranero —por aquello de “donde fueres, haz lo que vieres”—. Así nos animamos a descubrir las entrañas de la ciudad como lo hacen sus moradores: ya sea a pie o en bicicleta, lo que está claro es que esta urbe invita al paseo.
Ayuntamiento. © Ralf Brunner/DZT Es precisamente en su zona más antigua donde se hallan la mayor parte de las instituciones municipales y comerciales de la ciudad, como por ejemplo, el Ayuntamiento . De estilo neorrenacentista, fue destruido por el incendio que asoló gran parte de la ciudad en 1842 y reconstruido posteriormente con tal minuciosidad que, si no supiéramos su historia, creeríamos a pies juntillas que se trata del edificio originario.
Muy cerca, el lago Alster luce esplendoroso con su colonia de cisnes dándole un toque de elegancia extra a los edificios de arquitectura hanseática que se despliegan por la zona.
La iglesia de St. Nikolai y la Chilehaus Antiguos almacenes y casas señoriales albergan estilosos restaurantes y tiendas de moda — las calles Monckebergstrasse o Jungfernstieg son un ejemplo— a lo largo y ancho de uno de los barrios más hermosos de Hamburgo. Aquí, por cierto, también hay espacio para otro tipo de edificios; las iglesias como la de St. Nikolai bien merecen una parada.
¿Y qué tiene de especial este templo religioso? Muy simple: su gran aguja, durante mucho tiempo la más alta del mundo, fue un referente para los pilotos de las fuerzas aliadas durante la guerra. Hoy se puede visitar tanto a ésta, a la que se accede mediante un peculiar ascensor de cristal , como a los restos de la iglesia. Estos permanecen como quedaron tras el conflicto a modo conmemorativo para que nadie, absolutamente nadie, olvide lo que entonces ocurrió.
El curioso edificio Chilehaus. © Ralf Brunner/GNTB El Chilehaus , un original edificio del 1924 cuya estructura rompió con las bases de la arquitectura de la época, es otra parada imprescindible en la ruta.
Los antiguos almacenes: una nueva vida Nos referimos al barrio de HafenCity , con la calle Speicherstadt a la cabeza, una de las zonas favoritas de los viajeros que pasan un fin de semana en Hamburgo. Y es que este entramado de canales jalonados por preciosos edificios de ladrillo visto, los mismos que en el pasado sirvieron de almacenes para gran parte del comercio que llegaba desde los lugares más recónditos del mundo, es fotogénico hasta decir basta. No en vano, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
Edificio en Speicherstadt. Construidos a finales del siglo XIX y principios del XX, se trataba del último enclave libre de impuestos para la mercancía antes de que se adentrara en territorio alemán. Pasear por sus alrededores supone contemplar los maravillosos gabletes neogóticos que coronan los edificios, así como sus característicos tejados de cobre. También significa toparse con espacios como el Museo Aduanero, el Museo de las Especias o el Miniatur-Wunderland , uno de los más visitados —si no el que más— de todo el país. Además de con restaurantes de la talla de The Table , el tres estrellas Michelin de Kevin Fehling : absolutamente imprescindible.
El edificio Elbphilarmonie, el nuevo icono de Hamburgo. Elbphilarmonie y el Túnel del Elba Pero aún hay más: en uno de los extremos de HafenCity se alza un emblemático edificio que, tras su construcción en 2017, dio un giro de 180 grados a la arquitectura de la zona convirtiéndose en el nuevo icono de Hamburgo: hablamos de la Elbphilarmonie . Su diseño es, simplemente, sublime. Fue proyectada por los arquitectos Herzog y de Meuron , que dieron rienda suelta a su creatividad y supieron darle uno de los mejores regalos que podían imaginar a los hamburgueses. En su interior tienen cabida varias salas de conciertos además de algunas oficinas y espacios creativos.
¿Una última recomendación para un fin de semana en Hamburgo? Visitar una de las obras de ingeniería por excelencia en Hamburgo: el Túnel del Elba, de 430 metros de largo . Lleva desde 1911 conectando ambos márgenes del río a 25 metros bajo el agua. Enormes ascensores permiten el acceso a los coches, aunque también las bicicletas y los peatones pueden cruzar por él. Ya solo las vistas del skyline de la ciudad desde el otro lado del río hacen que el paseo merezca la pena.
Túnel del Elba. © Sid Saxena St. Pauli: diversión asegurada Ya es sabido que toda ciudad portuaria cuenta con un lado canalla indiscutiblemente unido a su condición de puerta al mundo. Y claro está, Hamburgo no podía ser menos. La cuestión es que todo ese movimiento gamberro, en la mejor de sus acepciones, se concentró durante siglos en el barrio de St. Pauli : allí se sabe a qué hora se llega, pero nunca cuándo se sale.
Animadas terrazas en St. Pauli. Y lo explicamos: la cantidad de bares, restaurantes, teatros musicales, clubs y discotecas que hay repartidos por sus calles es tal, que lo normal será querer aprovechar la noche hasta que el cuerpo aguante. Esto, unido al famoso Reeperbahn, el barrio rojo hamburgués por excelencia —con Heberstrasse a la cabeza, una calle donde se ejerce la prostitución de manera legal— hacen de St. Pauli la zona más animada de la ciudad.
Reeperbahn, El Barrio Rojo de Hamburgo. Los Beatles por Hamburgo Quienes curiosamente influyeron mucho en su fama fueron los mismísimos Beatles . Aquí pararon a comienzos de los 60 durante dos años completos en los que tocaron ininterrumpidamente en algunos de los garitos más afamados de la ciudad. El Indra o el Kaiserkeller , que continúan existiendo hoy día, son solo dos de ellos. Una moderna escultura, por cierto, rememora aquellos tiempos.
Si se sigue el curso del río Elba hacia el oeste se llega hasta el famoso Fishmarkt: un mercado de pescado que cada domingo por la mañana se llena de vida.
Este mercado mezcla a quienes madrugan para hacerse con el género del día con otros que acaban su noche de fiesta con un rico bocata de pescado entre las manos —una buena oportunidad para catar el producto—. Pasear por el mismo a las siete de la mañana merece la pena aunque solo sea por vivir el ambiente, escuchar los gritos de los pescaderos anunciando el género y lo más impresionante: ser partícipe de los conciertos que, a esas horas, amenizan la antigua lonja convirtiendo la estampa en una de las situaciones más surrealistas que se puedan imaginar.
El puerto de Hamburgo, el más grande del país La completa radiografía de la ciudad debe pasar por conocer su puerto, escudriñable, si se quiere, en excursiones en barco que llevan a navegar el Elba de arriba abajo entre inmensas grúas de carga y aún más inmensos navíos.
Puerto de Hamburgo. Con un tráfico de casi 13 mil barcos al año , el puerto ha sido siempre pieza clave en la evolución de Hamburgo. De hecho, no solo es el más grande del país: también el segundo más grande de Europa —después del de Róterdam — y el noveno más transitado del mundo.
Y a estas alturas, ¿queda alguna duda de por qué Hamburgo merece una escapada? Historia, arquitectura, cultura, gastronomía y mucha, mucha diversión, concentrados en una misma ciudad. ¿Qué más se puede pedir?
Guía de Hamburgo | Etheria Magazine Cómo llegar a Hamburgo Existen numerosas aerolíneas que conectan las principales ciudades españolas con Hamburgo de manera directa y a diario.
Cómo moverse en Hamburgo Aunque la ciudad invita a recorrerla a pie o en bicicleta, el servicio de transporte público, que incluye autobuses, tranvías, metro e incluso ferris, funciona con puntualidad alemana. Para adquirir los billetes se puede utilizar la aplicación móvil de HVV , la página web de la empresa de transporte urbano o hacerlo en las máquinas de venta automáticas que hay en algunas de las estaciones.
Edificios de la zona de HafenCity. Dónde dormir en Hamburgo El 25hours Hotel Altes Hafenamt se inauguró en 2017 en pleno barrio de HafenCity, entre antiguos almacenes y rodeado de canales. Ofrece un espacio moderno y acogedor cuyo diseño atrapa desde que se pone un pie en el interior. Cuenta con habitaciones espaciosas decoradas en un estilo contemporáneo, una sala de estar con accesorios como un reproductor de vinilos y videoconsolas para uso común, sauna y un restaurante con una carta de lo más ecléctica. Habitaciones dobles desde 100€.
Dónde comer en Hamburgo Además del tres estrellas Michelin The Table, otra estupenda propuesta para catar los sabores de la gastronomía regional es Schoppenhauer . Un restaurante de cocina hanseática en la que maridar los platos más sabrosos con ricos vinos o una buena jarra de cerveza artesanal. En verano, además, cuentan con una agradable terraza.
Más información Turismo de Hamburgo (en inglés y alemán).
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