Avistar cetáceos en la costa vasca con tus «propios ojos» es una poderosa experiencia en el mar. Divisarlos en el País Vasco es una recompensa por partida doble: la certeza casi absoluta de verte ante un gigante del mar y hacerlo más cerca de lo que puedas imaginar. Al regresar a puerto nada como pisar tierra firme entre los encantos marineros de Bermeo. Puerto de Bermeo. El avistamiento de cetáceos en la costa vasca es una actividad turística que está al alza. Pocos saben aún que el subidón de adrenalina que provoca ver una ballena puede sentirse muy cerca de casa. No hay que viajar a lugares remotos, basta con navegar por las aguas del golfo de Bizkaia que tocan la costa del País Vasco. Es la mejor zona del litoral cantábrico para distinguir hasta veinticuatro especies de los gigantes del mar, los cetáceos.
Escucha el canto de la ballena Cuando nos enteramos de que la estrecha plataforma continental de la costa vasca, que después se hunde hacia el cañón submarino de Cap Breton y sus dos mil metros de profundidad, es un lugar ideal para que los cetáceos se alimenten y naden muy próximos a tierra firme todavía no nos hemos acercado a la orilla.
Delfines comunes (Delphinus delphis). Estamos en la charla que la empresa de observación de cetáceos y aves marinas ‘Ver Ballenas’ realiza la jornada previa a la salida marítima de observación. Es cuando conocemos las características de las especies de cetáceos que surcan las aguas cantábricas. Su soplo en superficie, la aparición de una aleta, las marcas que quedan en la superficie marina de su respiración o la más llamativa silueta de una cola de ballena al emerger son las señales que nos explican mientras el interés por verlas con nuestros propios ojos aumenta.
Estaremos atentos porque cachalotes, ballenas jorobadas, orcas, rorcuales aliblancos y comunes pueden ponerse a nuestro alcance. Son las ballenas más grandes que surcan las aguas vascas. Los más habituales son calderones comunes y grises, así como las marsopas.
En grandes grupos de hasta cuatrocientos ejemplares podemos divisar delfines de tres especies: común, listado y mular.
Después de tan interesante paseo entre seres míticos de ese océano que sentimos pegar en el puerto de la localidad vizcaína de Bermeo , es hora de tomar unos pintxos y deambular entre el ambiente marinero de su casco antiguo. Asentada en la orilla de la ría de Urdaibai la villa bermeana respira tradición por el mar como demuestra su actividad pescadora y conservera.
Encantador puerto de Bermeo. Puerto de salida: Bermeo Apenas el día apunta ya estamos en el puerto con el horizonte marino abierto a nuestras expectativas mientras Bermeo queda detrás somnoliento bajo las luces de las farolas aún encendidas. Hemos tomado un desayuno con poco líquido –para que no se mueva mucho en el estómago– y una pastilla para el mareo –esencial para los más susceptibles a la navegación–. Para esta travesía marítima, que dura entre seis y ocho horas, solo se precisa llevar ropa de abrigo, una prenda cortaviento y algo de alimento.
Explicaciones de ‘Ver Ballenas’ a bordo del barco antes de observar a los cetáceos. Soltamos amarras acompañados de expertos avistadores de ballenas y aves marinas dispuestos estratégicamente por la embarcación. Otean la plataforma oceánica y sus profundos barrancos porque son los lugares favoritos donde se alimentan grandes ballenas como cachalotes y orcas.
Un salto, cualquier soplo en superficie, aleta o lomo que emerja no escapan a su mirada. Es gracias a ellos como podemos distinguir el afilado morro y la gran aleta caudal de un zifio de Cuvier o ballena picuda , uno de los cetáceos más difíciles de avistar. Suele vivir a centenares de metros en las profundidades marinas donde se alimenta de calamares y peces y permanece muy poco tiempo en superficie. Si lo ves, sabrás que has vivido uno de los momentos más extraordinarios de la jornada marítima.
Cola de un cachalote (Physeter macrocephalus). Si aparece un cetáceo, no temas, el capitán del barco maniobra con agilidad –y de manera respetuosa y calculada– para situarse en paralelo permitiendo no solo un magnífico avistamiento sino, lo más importante, que el cetáceo no se sienta intimidado por nuestra presencia.
La observación de cetáceos en la costa vasca está contribuyendo a su conservación al cumplirse rigurosamente las medidas que protegen su libre movimiento.
Además del comportamiento ético con los animales, la empresa mantiene un compromiso medioambiental que, además de recoger plásticos flotando durante la travesía marítima, contribuye a la plantación de árboles autóctonos, en colaboración la Fundación Lurgaia , para compensar la huella de CO2 producida durante nuestra excursión.
Alcatraz común o Atlántico (Morus bassanus). Llegan ellos, los más juguetones No relajes tu atención, en cualquier momento puede aparecer la enorme cabeza o la inconfundible cola de un cachalote o tal vez la fortuna te sonría con una familia de orcas a la vista. Y, quién sabe, si la imponente ballena azul, la más grande, con sus treinta metros de longitud, se pone ante tu mirada.
Delfín común (Delphinus delphis). Los que sin duda no faltarán a la atracción que provoca nuestra presencia son los delfines . Juguetones e inteligentes se aproximan en grandes grupos porque buscan la estela del barco para hacer acrobacias con su desplazamiento. Emergen entre el oleaje con elegantes movimientos permitiendo distinguir fácilmente por su fisonomía a las tres especies que habitan las aguas cantábricas.
Santuario de San Juan de Gaztelugatxe. Para asimilar tanta experiencia ballenera, una vez que desembarques acércate al santuario de San Juan de Gaztelugatxe , no solo estarás ante un escenario de Juego de Tronos sino que pisarás el islote más fotogénico del litoral vasco. No te preocupes, no tienes que subir a un barco de nuevo para llegar a su pintoresca ermita, un puente de dos arcos lo une a la costa.
Cetáceos en la costa vasca | Etheria Magazine Cuándo ver cetáceos en la costa vasca Si bien la observación de cetáceos en la costa vasca no está garantizada hay muchas probabilidades de éxito entre los meses de junio y octubre , cuando permanecen más próximos a la costa vizcaína. Durante los meses de septiembre y octubre , las salidas tienen el aliciente de observar numerosas aves marinas que se acercan al litoral tales como alcatraces, frailecillos, alcas, págalos, araos y los pequeños paiños que viven en el mar y solo se detienen en las costas para anidar. Aunque también los temporales los aproximan a la costa vizcaína para el deleite de las observadoras de aves.
La empresa Ver Ballenas , realiza salidas desde julio a octubre. Tiene como puertos de partida Bermeo y Santurtzi.
Mirador de cetáceos El cabo Matxikako , junto a la localidad de Bermeo, y su antiguo faro de mampostería son un magnífico mirador. La galería cubierta, que rodea la zona norte del faro, es uno de los mejores lugares del mundo para observar cetáceos. Desde allí los grandes grupos de delfines pueden abarcarse sobre todo en enero y febrero cuando están más activos alimentándose de caballas. El verano y otoño son las estaciones más adecuadas para ver desde este privilegiado promontorio a los cetáceos aproximarse hasta la costa.
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