Carmen de Burgos, Rosa Chacel y María de Maeztu son las literatas que hemos seleccionado para esta segunda entrega de nuestra ‘Ruta por la España de las grandes escritoras del siglo XX’. Visitaremos Almería, Valladolid y Vitoria en busca de las huellas que dejaron la rebeldía y la buena pluma de estas escritoras.
Fragmento de la cubierta de ‘La mujer moderna y sus derechos’, de Carmen de Burgos (Edit. Huso Ensayos). Fueron intelectuales y emprendedoras aún teniendo pocas facilidades para ello. Carmen de Burgos obtuvo su título de maestra a escondidas y llegó a convertirse en la primera corresponsal de guerra; María de Maeztu creó instituciones educativas que marcaron un hito, como la Residencia de Señoritas (en 1915); y Rosa Chacel , aunque nació en el seno de una familia liberal y tuvo acceso a la educación, pasó gran parte de su vida exiliada. De todas ellas os hablamos en este artículo.
La Almería rural de Carmen de Burgos (1867-1932) Periodista, escritora, pedagoga, viajera, feminista… Carmen de Burgos se crió en Rodalquilar , Almería, “un lindo valle andaluz” según sus palabras, “oculto en las estribaciones de la cordillera de Sierra Nevada, a la orilla del mar”. Allí se formó, en un espacio agreste y libre, donde “nadie me habló de Dios ni de leyes, y yo me hice mis leyes y me pasé sin Dios”.
Atardecer en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, donde se encuentra Rodalquilar. Sin embargo, a muy temprana edad tuvo que salir de aquel paraíso, donde su padre, vicecónsul de Portugal, poseía tierras y minas. La culpa la tuvo un matrimonio equivocado que le impuso normas a las que ella no estaba acostumbrada. Así que tomó el toro por los cuernos, se sacó a escondidas el título de maestra y, después de ejercer fugazmente la docencia en su pueblo, huyó con su hija Maruja a Madrid para escándalo de todos. Y mucho más cuando comenzó una relación sentimental con Ramón Gómez de la Serna.
Carmen de Burgos y una de sus obras. © Fundación Carmen de Burgos Colombine Sus dotes literarias le condujeron al periodismo y se convirtió, bajo el seudónimo de Colombine , en la primera mujer periodista profesional de España –fue redactora de ‘El Universal’ en 1906 y colaboró en infinidad de cabeceras– y en la primera corresponsal de guerra al cubrir, para ‘El Heraldo de Madrid’, la Guerra de Marruecos (1920-26).
Sin embargo, años después, el franquismo borró de un plumazo su aportación a la vida intelectual , hasta el punto de que no quedó ninguna huella suya en el ámbito de la literatura y el periodismo, a pesar de que escribió sin parar. Lo que nunca pudieron silenciar, sin embargo, fue la evocación que Carmen de Burgos había hecho de su feliz infancia en ese lindo valle almeriense abrigado por “roquizas montañas”.
Rodalquilar tiene una larga tradición minera. Si queremos transitar por los espacios de Carmen de Burgos en Rodalquilar , podemos acercarnos hasta su casa natal (plaza de la Constitución, número 6), la vivienda donde pasó su infancia y adolescencia (calle del Teatro), la imprenta y librería de su suegro donde dio sus primeros pasos en el oficio del periodismo (calle de las Tiendas) o la escuela municipal de niñas pobres Santa Teresa, donde fue directora titular desde 1896 hasta su marcha a Madrid.
Rodalquilar aparece retratado en su novela ‘Los inadaptados’ (1909) y hoy este espacio de árida belleza, donde las minas hace tiempo que cerraron, sigue invitando a pasear por sus apacibles y encaladas calles. Muy cerca de ese mar que tanto amó Colombine. Hoy la Fundación Carmen de Burgos Colombine, con sede en Madrid, honra su memoria.
La gran Rosa Chacel y uno de sus libros más reconocidos. Rosa Chacel y Valladolid (1898-1994) Rosa Chacel, “una niña de Valladolid”, según ella mismo se bautizó, vio la luz por primera vez en la calle de Núñez de Arce, junto al río Pisuerga. De pequeña tuvo una salud delicada, por lo que nunca fue al colegio, salvo unos meses en las Carmelitas, hasta que, con sólo 9 años, se trasladó con su abuela al barrio Maravillas de Madrid . No volvió a su ciudad natal hasta 1971, año en el que, junto a Miguel Delibes, recibió un homenaje del periódico ‘El Norte de Castilla’. Y después, para inaugurar la Feria del Libro de 1983.
La vida personal y literaria de Rosa Chacel fue un trasiego constante de ciudad en ciudad y de país en país. Alemania, Italia, Grecia, Estados Unidos, Francia, España… hasta que acabó exiliada en Brasil en 1939 con su marido, el pintor Timoteo Pérez Rubio. Aquella extrañeza del exilio duró hasta 1973, año en que se instala definitivamente en Madrid.
Rosa Chacel vuelve a Madrid tras su exilio. ©Archivos históricos Ya en democracia, en 1985, viuda y con serios apuros económicos, se planteó de nuevo emigrar con su hijo Carlos a Brasil, pero su ciudad natal no lo permitió. La Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid firmaron con la escritora un convenio por el cual recibiría una pensión vitalicia a cambio de ceder su legado literario a la ciudad: su biblioteca y 16 cajas de documentos.
Escultura en la plaza del Poniente de Valladolid. ©Rondador Hoy, un busto en bronce de Rosa Chacel , realizado por Francisco Barón, preside el célebre Campo Grande de Valladolid desde el día en que la escritora cumplió 90 años. Pero no es la única escultura de la autora de ‘Estación. Ida y vuelta ‘ y ‘Barrio de Maravillas ‘, porque desde 1996 hay otro monumento en su memoria, ‘Sentada en un banco’ de la plaza del Poniente, obra de Luis Santiago Pardo. Y una biblioteca municipal, la que está situada en la plaza de Juan de Austria, también lleva su nombre. Y una plaza. El cuerpo de Rosa Chacel está enterrado en el Panteón de Personas Ilustres del Cementerio El Carmen de Valladolid.
“Decir que yo no olvidé jamás esta tierra sería repetir algo que está bien demostrado”, dijo Rosa Chacel en Valladolid en 1994, poco antes de morir.
Vitoria, cuna de María de Maeztu. La Vitoria de María de Maeztu (1881-1948) Por encima de todo, María de Maeztu fue maestra, pero en su haber hay hitos tan importantes como el fundar la Residencia Internacional de Señoritas de la Institución Libre de Enseñanza, el de crear el Instituto Escuela y el Lyceum Club Femenino, el de impulsar el feminismo en España… María de Maeztu, vitoriana de cuna, estuvo en la capital vasca hasta los 17 años . Aquí se establecieron sus progenitores, Juana Whitney (hija de un diplomático británico) y Manuel de Maeztu (hacendado cubano de ascendencia navarra) y hoy, en el número 37 de la calle Dato de Vitoria, se puede contemplar aún la casa familiar de los Maeztu.
Los Maeztu se integraron con comodidad en la vida de la alta sociedad de Vitoria y el padre demostró sobradas inquietudes culturales que la joven María y sus hermanos iban modulando. Sin embargo, la repentina marcha del padre a Cuba para atender sus negocios personales y su posterior muerte obligan al traslado de la familia a Bilbao , una ciudad con más posibilidades laborales, donde María aprende idiomas en la Academia Anglo-Francesa que funda su madre.
María de Maeztu posa en su despacho. © Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón. Parte de su trayectoria profesional como pedagoga se desarrolla en la Escuela Normal de Maestras de Vitoria , donde había obtenido su título con la calificación de sobresaliente, pero desembocó en Madrid, tras un breve paso por Santander, Bilbao, Cádiz y Vitoria, donde entabla una relación muy estrecha con el círculo intelectual de José Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez.
La autora de ‘Historia de la cultura europea’ y ‘El problema de la ética’ se marchó a Buenos Aires tras el fusilamiento de su hermano , el intelectual Ramiro de Maeztu, en 1936. Allí ocupó, hasta su muerte en 1948, la cátedra de Historia de la Educación en la Universidad. Su cuerpo, envuelto en la bandera española como era su deseo, fue repatriado entre grandes honores y descansa en el mausoleo familiar de Estella (Navarra).
Parque de María de Maeztu, en Vitoria. © Zarateman Hoy la ciudad de Vitoria rinde homenaje a la ilustre intelectual con el Parque María de Maeztu , situado entre Arechavaleta y Plaza de España, y con el Auditorio del Palacio de Congresos Europa , un espacio moderno con capacidad para 800 personas, que también ha sido bautizado con el nombre de María de Maeztu. Toda una vida dedicada a la enseñanza y promoción de las mujeres.
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