Aunque Barcelona es la capital del Modernismo, te invitamos a conocer otros lugares donde grandísimos arquitectos catalanes iniciaron su carrera. Mataró, a poco más de media hora de la ciudad condal, te sorprenderá con su riqueza modernista. Te contamos las visitas imprescindibles. Interior de la casa Coll i Regàs, en Mataró. Se les conoció por sus edificios de formas orgánicas, su barroquismo decorativo, su interiorismo artesanal y por una genialidad única que marcó una época y un modo de ver el mundo. Fueron arquitectos magníficos que aún se estudian en las universidades de arquitectura del mundo entero. Pero Antoni Gaudí , Josep Puig i Cadafalch y Lluís Domènech i Montaner también tuvieron sus inicios, sus primeros proyectos, sus primeras obras modernistas. Y muchas de ellas están a un paso de la ciudad condal, en la comarca del Maresme , por lo que una excursión a Mataró es un plan perfecto desde Barcelona.
Bonitos detalles modernistas de la Casa Coll i Regàs, en Mataró. Mosaicos de mil colores, cerámica decorativa, hierro forjado, muebles de diseños sinuosos, vitrales emplomados… el Modernismo de finales del XIX y principios del XX, vino para llenar de color y para destacar ostensiblemente sobre todo lo que se había construido hasta la fecha. Su llamativa riqueza decorativa inundó las calles de una Barcelona que miraba con asombro cómo se levantaban obras de inusual barroquismo como el Palau de la Música Catalana, el Hospital de Sant Pau o las residencias del paseo de Gràcia. El estilo modernista en la capital catalana sorprendió —para disgusto o agrado— a sus coetáneos y sigue atrapando a cualquiera, autóctono o visitante, que se pare aunque sea un minuto a contemplar una fachada, un parque o una azotea de la época.
La Nau Gaudí acoge el Museo de Arte Contemporáneo de Mataró y la Col.lecció Bassat. El primer Gaudí Pero los grandes arquitectos modernistas también difundieron su creatividad más allá de los límites de la ciudad condal. Muchos de ellos, antes de ser los grandes genios que la historia recordaría, hicieron sus pinitos en ciudades más modestas. Es el caso de Mataró , la capital del Maresme, donde el gran Antoni Gaudí levantó su primera obra arquitectónica .
En 1878, recién salido de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y con tan solo 26 años, el joven empezó a proyectar la colonia obrera de la Sociedad Cooperativa La Obrera Mataronense , la única en su vida que no estaría comisionada ni por la burguesía ni por la iglesia. Pero del gran plan gaudiniano que contaba con una fábrica, 30 viviendas, escuela, biblioteca y hasta un casino, solo se materializaron un par de casas, unas letrinas y una gran nave destinada al blanqueo de algodón, la Nau Gaudí , que hoy acoge el Museo de Arte Contemporáneo de Mataró y la Col.lecció Bassat . En su interior, las obras de grandes artistas de la segunda mitad del siglo XX (entre los que se cuentan Guinovart, Tàpies, Miró o Picasso) se arropan bajo unos muy gaudinianos y arcos parabólicos que serían clave en muchas de sus obras posteriores.
Casa Coll i Regàs, casa burguesa de Mataró diseñada por Cadafalch. Modernismo municipal Gaudí no fue el único que dejaría su huella en la capital del Maresme a edad muy temprana. Mataró fue la cuna de otro grande entre los grandes, Josep Puig i Cadafalch quien, antes de ser reconocido por obras modernistas emblemáticas como la Casa Amatller o la Casa de les Punxes, ejerció como arquitecto municipal en esta ciudad. De esta etapa se pueden visitar en Mataró varias obras interesantes, como la antigua Beneficiència , una antigua casa de caridad a cuya austeridad se añadieron varios elementos decorativos diseñados por Cadafalch y por su estrecho colaborador, el escultor Eusebi Arnau. También en el Ayuntamiento de Mataró dejó su sello el arquitecto, así como en el mercado El Rengle , cuya colorida cubierta cerámica sigue presenciando a diario cómo se realiza la venta de pescado y de tomates.
Tienda ‘La Confianza’, en Mataró. Pioneras y deslumbrantes Tienda La Confianza Pero si hay algo de Cadafalch que por sí solo ya justifica una excursión a Mataró son los dos encargos privados que el arquitecto proyectó para dos adinerados empresarios de la época. El primero de ellos es la tienda La Confianza , que se inauguró en 1896 y por la que han pasado cinco generaciones de una misma familia vendiendo dulces, legumbres y productos a granel. El arquitecto no escatimó en ornamentación para el interior de La Confianza: no hay ni un solo espacio en blanco entre el techo y el suelo incluyendo los estantes y el mostrador que se diseñaron para la función que todavía hoy ejercen.
Casa Coll i Regàs Pero el culmen arquitectónico de Cadafalch en Mataró es la Casa Coll i Regàs , un edificio muy en la línea de sus famosas obras barcelonesas, que fue diseñada por encargo de un magnate textil de la ciudad. Es una casa como las que se estilaba entre la burguesía de la época: concebida para la ostentación y con una apretada ornamentación que ocupaba únicamente la fachada y las estancias destinadas a recibir visitas. Para decorarlas Cadafalch se sirvió de todos los oficios artesanos posibles a saber: forja, cerámica, vidrio plomado, esgrafiado, escultura o artesonado entre otros. Ornamentaciones que poco después aplicaría, por cierto, a una de sus obras cumbre: la Casa Amatller.
Fachada de la Casa Coll i Regàs, en Mataró. Modernismo más allá de Mataró Y no solo Mataró es un punto clave para descubrir el modernismo más desconocido. En la comarca del Maresme hay otras poblaciones que deslumbran por fachadas esgrafiadas y edificios de perfiles orgánicos firmados por las grandes celebrities de la arquitectura modernista.
En la vecina Argentona , sin ir más lejos, Cadafalch levantó la que sería su propia casa de veraneo, y Canet de Mar , que vio crecer a otro de los grandes arquitectos del olimpo modernista, Lluís Domènech i Montaner (Palau de la Música), conserva algunos edificios de su ilustre hijo natal. Entre ellos la propia Casa Domènech , donde el arquitecto pasaría los últimos años de su vida —hoy reconvertida en casa-museo— y la vistosa Casa Roura que fue diseñada por encargo de un familiar cercano. Finalmente, también Alella , célebre por sus vinos de la D.O. Alella y la D.O. Cava, conserva muchos edificios modernistas, entre ellos el de la Sociedad Cooperativa Alella, de 1904, considerada una de las catedrales del vino de Cataluña.
Casa Coll i Regás, una visita imprescindible en Mataró. CONSEJOS ETHERIA Cómo llegar a Mataró en tren y en avión El tren de Alta Velocidad AVE, cubre la distancia entre Madrid y Barcelona en unas tres horas. La línea de ferrocarril entre Barcelona y Mataró fue la primera que operó en la península en 1898. Hoy el recorrido sigue siendo el mismo que en época de los arquitectos modernistas —pegado al mar— pero ahora los trenes (Rodalies) son más modernos y salen cada 6 minutos aproximadamente.
Vueling tiene vuelos directos a Barcelona desde numerosas ciudades españolas como A Coruña, Madrid, Málaga, Santander o Las Palmas de Gran Canaria, entre otras.
Más información Turismo de Mataró .
Costa del Maresme .
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