Existe una Granada más allá de La Alhambra y de Lorca, donde la poesía y los arabescos surgen en la barra de los bares o sobre un blanco mantel. Esa otra ciudad, con sus mujeres emblemáticas y sus mejores restaurantes, es la que queremos destacar en Etheria Magazine. Nos vamos de bares por Granada y esta ronda la pagamos nosotras. © Restaurante Faralá, en Granada. Granada es la ciudad de Federico García Lorca, sin duda. El lugar que inspiró una parte importantísima de su creación literaria (como Romancero Gitano , Bodas de Sangre o Doña Rosita la Soltera ); y donde aún resuenan los ecos de sus tambaleantes pasos en aquella infausta noche del verano de 1936 cuando decidieron acallar su voz. (Sigue leyendo: ‘La ruta más íntima de Lorca en Granada ‘).
Pero la ciudad de Granada también está asociada al nombre de una mujer con un final no menos trágico: la liberal Mariana Pineda. Una luchadora por la libertad cuyo legado, como el del poeta, tampoco pudo ser borrado, pese a que así lo habrían querido tantos y tan variados tiranos como han pasado por el país en los últimos dos siglos.
Mariana Pineda, un mito de la libertad Y no lo lograron, fundamentalmente, por las circunstancias de su detención y posterior ejecución a garrote vil, que la convirtieron en una auténtica mártir. Oficialmente Mariana Pineda fue ajusticiada por bordar una bandera liberal durante el reinado de Fernando VII; realmente lo fue por ayudar a escapar a su primo Fernández Álvarez de Sotomayor y por su reiterada negativa a delatar a sus compañeros ideológicos.
Cuadro de Juan Antonio Vera Calvo, de 1862, que muestra a Mariana Pineda en capilla, antes de ser llevada al cadalso. Como decimos, todo esto la convirtió en un auténtico mito, habitual reclamo de teatrillos y coplas de ciego (el reivindicativo Twitter de la época); y en la protagonista, un siglo después, de una de las obras de teatro más aplaudidas del propio García Lorca. Mariana Pineda. Romance popular en tres estampas fue representada por vez primera en Barcelona, en el año 1927. Los decorados los realizó Salvador Dalí, amigo íntimo del escritor, y fue interpretada por Margarita Xirgu. ¡Nada menos!
Hoy sus restos yacen en la cripta de la Catedral de Granada y un monumento le rinde homenaje en la plaza ajardinada que lleva su nombre, en pleno barrio del Realejo. Nada tiene que ver el represivo ambiente al que tuvo que enfrentarse Mariana Pineda con el clima desenfadado que contempla su imagen de bronce en ese monumento, situado en el epicentro de una de las zonas de tapas más populares de la ciudad.
Tapeo en Granada. Granada es decir tapas Decir tapas en Granada es apelar a uno de sus principales imanes (con permiso del complejo palaciego de La Alhambra , claro). Aquí se tapea y mucho. De hecho, el tapeo es una democrática forma de vida que iguala a todos los granadinos, con independencia de su clase social y sus recursos económicos.
Es habitual sustituir comidas y cenas por unas tapas en los muchos bares, mesones, bodegas y terrazas que salpican todos los barrios de Granada, desde el populoso Centro hasta La Chana.
En los bares de Granada el ritual es el siguiente: se llega al local en cuestión, se pide una cerveza, un vino o un refresco; e, inmediatamente, la camarera o camarero pregunta qué tapa se quiere tomar de entre todas las que se muestran en la barra. A veces ni siquiera te preguntan, te la ponen directamente. Por lo general no se pagan (están incluidas en el precio de la consumición). Suelen ser tan generosas que con tres de ellas y sus respectivas bebidas se acaba realmente satisfecho. Y, encima, el monedero apenas se entera…
© Restaurante Tendido 1. Bares y zonas de tapeo de Granada La competencia entre bares ha logrado que en muchos de los locales de Granada hayan surgido propuestas de tapas con una gran calidad y originalidad. Y, lo mejor: con una cocina cada vez más libre de prejuicios y estereotipos.
Algunas de las zonas con mayor concentración de bares son, aparte del citado barrio del Realejo, la plaza de la Bib Rambla , en pleno centro histórico; la Plaza Nueva , aunque en los últimos tiempos hayan surgido en la zona algunos locales de comida rápida más enfocados al turismo internacional; el entorno de la plaza de toros, con Tendido 1 , el primer bar abierto dentro del propio recinto taurino; la Calle Elvira , reconocida como la cuna del tapeo granadino y la principal vía histórica de la ciudad en la época islámica; o las calles Acera del Darro y Navas , donde está Los Diamantes . Es uno de los emblemas en esto de los bares de tapas clásicos de Granada y con delegaciones igualmente convincentes en otras zonas de la ciudad.
No menos emblemático es el bar El Arenal (Virgen del Monte, 2), en el popular barrio de La Chana. Sobre todo por lo generosas que son sus tapas, entre las que tienen auténticos adoradores el lomo a la plancha con patatas y, sobre todo, sus calamares.
© Restaurante Damasqueros de Granada. Los mejores restaurantes de Granada Con ser divertida y recomendable la costumbre del tapeo en los bares de Granada, también hay muy buenos restaurantes. En ellos hay que dejarse seducir cómodamente sentados, a veces durante horas, por lo mejor de la gastronomía local. También por la cocina fusión y de vanguardia, que de todo hay en esta ciudad, acostumbrada a recibir cada año a millones de turistas llegados de los más recónditos lugares del planeta.
Foie Micuit, bombón de palomitas, boniato y quicos del © restaurante Damasqueros. A caballo entre uno y otro tipo de cocina está el restaurante Damasqueros . Aquí la chef Lola Marín lleva ya unos años sorprendiendo paladares con su cocina tradicional granadina y andaluza. Está realizada partir de ingredientes locales, que evoluciona en platos sencillos, sin demasiados artificios pero en los que se pueden reconocer influencias árabes, judías y cristianas. Una cocina muy en la línea actual de fusionar sabores y de lograr texturas y presentaciones originales.
Javier Feixas, en los fogones, y Lidia Outeda como sumiller. © Restaurante Faralá. Una propuesta sorprendente es la del restaurante Faralá , cuya cocina parte, como otras muchas en la ciudad, de la tradición. Pero aquí lo hacen bajo el prisma de esas esencias culturales que nos han hecho ser como somos como pueblo y que con tanto orgullo luce la ciudad de Granada. El responsable, en la cocina, es Javier Feixas. Pero en este local, tan importante es la experiencia con el plato como el capítulo de los vinos. Y ahí lo que manda es el saber hacer de Lidia Outeda , que es también jefa de sala.
Para poner en contexto esta vivencia gastronómica se puede complementar la cena (cuando las circunstancias de la pandemia lo permitan) con el espectáculo de Casa del Arte Flamenco , en otra parte del local.
Acogedor interior del restaurante Faralá, en Granada. Pero no podemos cerrar este capítulo de restaurantes granadinos sin hacer referencia a uno de sus grandes clásicos: Marisquería Cunini . En pleno centro de Granada, este local lleva ofreciendo, desde 1953, una atractiva combinación de pescados y mariscos mediterráneos, junto a magníficos moluscos llegados de Galicia y el Cantábrica. Todo servido en un comedor minimalista, para no despistar de lo que es realmente importante aquí: la frescura y el intenso sabor de sus productos.
En Granada es casi obligado visitar una tetería. © Jonathan Pielmayer Teterías y compras Ya que estamos de nuevo en el centro no estaría de más darse una vuelta por algunas de sus vías históricas más atractivas. Por ejemplo, las calles Calderería Nueva y Vieja, que están flanqueadas por teterías en las que es fácil perder la noción del tiempo, pero sobre todo el espacio, de tan auténticas y parecidas a las del no tan lejano Marruecos.
Buenos ejemplos son Kasbah , Alfaguara (Calderería Nueva, 7) y La Oriental (Cuesta de Marañas, 3). Lugares donde no solo degustar el delicioso té a la menta, también los típicos dulces magrebíes a base de pasta filo, miel, pistachos y otros frutos secos. Incluso en algunas de estas teterías se puede disfrutar del resto de delicias de la cocina del norte de África, como los mezze , los tajines, el cuscús, las hariras y pastelas.
Este ambiente, como de otro lugar y otra época, se puede disfrutar también en la Alcaicería , bazar histórico superviviente de la época musulmana. Aquí se encuentran artesanías tan evocadoras como los taraceados, las lozas de Fajaluza, lámparas con cristales de colores, joyas y todo tipo de bisutería.
La Alcaicería, de compras en Granada. © Willian Justen de Vasconcellos. Paseos y visitas con historia Por último, convendría poner en valor, además de a Mariana Pineda , a otras muchas mujeres que dejaron en Granada un variado y rico legado. Éste pasa por construcciones como algunos de los espacios más representativos de La Alhambra: en concreto el patio de Los Leones, el de Los Arrayanes y el Salón de Comares, influidos por el gusto estético de la primera regente del reino nazarí, Fatima Bint al-Hamar . O el palacio de Dar al-Horra, construido por orden de Aixa , la madre del último rey nazarí, Boabdil, tras ser repudiada por su marido, Muley Hacén.
Fátima Bint al-Hamar influyó en la decoración de La Alhambra. © Klaur Kreuer También en forma literaria como la obra de Ana Caro Mallén de Soto , que presumió, allá por el Siglo de Oro de nuestras letras (siglo XVI), de ser la primera mujer que pudo vivir de la Literatura. Su legado lo continuaron otras escritoras granadinas como Emilia Serrano y Ana Verdugo .
Con la intención de poner en valor la obra de estas y otras mujeres fundamentales, así como el papel real que han tenido en la historia de Granada, el proyecto Herstóricas , en el que participan expertas en las más variadas disciplinas, organiza paseos y visitas por la ciudad, que tienen lugar tanto en sus barrios más conocidos como en museos y otras instituciones culturales.
Visitas guiadas que destacan a la mujer en Granada, organizadas por © Herstóricas. Una de esas mujeres fundamentales fue, sin duda, Agustina González . Escritora y política feminista, fue una auténtica inspiración para Federico García Lorca. La inmortalizó en ‘La zapatera prodigiosa ‘, obra de teatro estrenada en 1930 en la que el genial escritor realiza una magnífica alegoría clásica sobre la condición femenina.
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