La Biodanza es algo más que una danza, ya que trata de responder a la pregunta de cómo queremos vivir la vida. Realmente, se puede considerar un sistema de desarrollo personal que pretende transformar nuestro estilo de vida y hacerlo más saludable. Además, no hace falta saber bailar para asistir porque lo importante es expresar emociones. La Biodanza ayuda incluso a la regulación hormonal. Cómo quiero vivir la vida? Si te planteas esta pregunta, estás en el sitio adecuado, ya que uno de los objetivos principales de la Biodanza es transformar los estilos de vida. Este sistema fue creado en los años 60 del pasado siglo XX por Rolando Toro Araneda , un reconocido psicólogo y antropólogo chileno que hoy día cuenta con centros de Biodanza por todo el mundo. Si te interesa, también puedes encontrarlos en España.
La Biodanza pretende generar unas condiciones saludables que aporten alegría de vivir, autoestima, creatividad … En definitiva, una mejora en la calidad de vida y una relación más saludable con uno mismo, con los demás y con el entorno. El término en sí mismo está compuesto por el prefijo griego “bios” (que significa vida) y la palabra “danza”, es decir, la danza de la vida, pero entendida como un “movimiento natural, pleno de sentido”.
© Rolando Toro es el creador de la Biodanza. Nos lo explica muy bien Marcus Stueck, que considera que lo principal es que cuando acabes la sesión te sientas feliz y que esa estabilidad sea placentera. La Biodanza, dice, nos ayuda a relacionarnos con el entorno y con los demás de manera más natural y relajada. De una forma feliz, y esto reduce el estrés, que nos suele dificultar el contacto con el otro. Stueck es un gran conocedor del tema e investigador de la Academia del Trabajo y la Salud DPFA de Leipzig, en Alemania, además de coordinar la Academia Internacional de Investigación en Biodanza BIONET junto a la Dra. Alejandra Villegas.
La Biodanza debe aportar felicidad. Un movimiento natural y con sentido La música, el movimiento y las vivencias en grupo son los elementos principales de la Biodanza, cuyas clases se imparten una vez por semana .
No hace falta ser habilidoso en el baile para practicarlo, ya que no se trata de aprender una técnica de danza. Todo el mundo es bienvenido.
La clase en Biodanza suele empezar por una ronda, que representa la unidad de la comunidad humana. Suele ir seguida de movimientos al caminar, como la marcha fisiológica, que integra el movimiento de los glúteos. El objetivo de este ejercicio es aumentar la confianza en uno mismo, la rehabilitación de la marcha natural. El repertorio de movimientos integra tanto aspectos psicomotrices como emocionales.
El contacto con los demás es una seña de identidad de la Biodanza. La importancia del grupo, fuente de felicidad El grupo es otro de los elementos fundamentales del sistema, pues no se puede practicar Biodanza en soledad . La conexión con los otros es una de sus señas de identidad, y uno de los mayores factores de felicidad, como aseguraba Stueck. Esa es una de las razones por las que en la Biodanza nos encontramos como si todos fuéramos amigos, aunque no nos conozcamos de nada. Este investigador asegura que el mayor factor de estrés para las personas se encuentra en la relación con el otro, pero si cambiamos la actitud ante la vida y “el otro es amigo”, la relación deja de ser estresante.
La Biodanza ayuda precisamente a esa interacción, a expresar emociones y a resolver bloqueos, y ese es un factor que lo diferencia de otras técnicas de cuerpo-mente.
El coordinador de BIONET considera que el efecto específico de este sistema es la gran cantidad de emociones que se liberan durante la clase, de las cuales la mayoría son placenteras. Esa energía que no usas para reprimir emociones, tu cuerpo la puede emplear en tu sistema inmune. Incluso las hormonas se regulan cuando expresas tus emociones.
La Biodanza fortaleza nuestro sistema inmune. Complementa la Biodanza con yoga Se ha comprobado que la autorregulación que se produce en Biodanza genera una sensación de relajación que se compara con la obtenida a través del yoga. Sin embargo, a diferencia de éste, “la Biodanza no es un método de relajación, sino de autorregulación y de autoorganización del sistema inmune , para la cual necesitas estabilidad”, explica Marcus Stueck. Para los investigadores, en cualquier caso, se trata de técnicas complementarias. Como recomienda la Dra. Villegas: “Vete a yoga por la mañana y a Biodanza por la tarde”.
María Miret entrevista a Rolando Toro. Rolando Toro, creador de la Biodanza No podemos dejar de dedicarle un apartado de este artículo a Rolando Toro, creador del sistema. Hasta 1973 trabajó en el Centro de Estudios de Antropología Médica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, que tenía por objeto humanizar la medicina. Allí investigó los efectos del LSD 25 sobre la actividad creadora . También realizó investigaciones sobre la violencia en la Penitenciaría de Santiago de Chile y fue profesor de Psicología del Arte y de la Expresión en el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Santiago.
Exiliado en Brasil, trabajó con pacientes de enfermedades mentales en el Hospital Jiqueri de Sao Paulo y con mujeres mastectomizadas en el Instituto del Radio. Allí estableció un Instituto Privado de Biodanza , logrando la expansión de este sistema en toda América Latina. En Italia trabajó con enfermos de Parkinson y Alzheimer en las ciudades de Como y Varese y de vuelta a Santiago de Chile, dirigió el movimiento que en la actualidad, cuenta con escuelas de formación de Biodanza en más de 80 países de Europa, Estados Unidos, Canadá, América Latina, África, Japón y Nueva Zelanda.
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