Las Jornadas IATI de los Grandes Viajes son el punto de encuentro desde 2013 de trotamundos y de soñadores, un espacio donde compartir experiencias e inquietudes. En Etheria Magazine te adelantamos algunas historias de viajeras que participarán y que sirven de inspiración a otras mujeres que también desean recorrer el mundo. Jornadas IATI de los Grandes Viajes 2021. Una edición más, y ya van ocho. Vuelven los trotamundos, los aventureros y los soñadores a ser los protagonistas de las Jornadas IATI de los Grandes Viajes. Este evento, impulsado por Itziar Marcotegui y Pablo Strubell, comenzó desarrollándose de una forma modesta en Madrid en 2013, pero ha ido creciendo en participantes, en ponencias, actividades e, incluso, en sedes, ya que actualmente se desarrolla en la capital madrileña y en la catalana.
La edición de 2021 tiene lugar durante los días 26 y 27 de mayo en Barcelona; y 31 de mayo y 1 de junio en Madrid. Por primera vez, además, será un evento híbrido, en streaming y presencial, adaptándose así a los tiempos que corren. Esta es una opción idónea con la que además de limitar el aforo por seguridad se consigue llegar a una audiencia mayor, dispuesta a ilusionarse con las vivencias de estos viajeros. Consulta el programa completo de ponencias, mesas redondas, cinefórum y talleres en el anterior enlace para apuntarte a las charlas o aprender a preparar un gran viaje, cómo financiar un viaje, cómo camperizar una furgoneta, cómo contar un viaje en Instagram, etc.
De viajeras a viajeras Estas jornadas tienen nombres y apellidos, y están tejidas con historias, sueños, anhelos y desvelos. Cada viajera tiene una motivación distinta para emprender el camino, catarsis emocionales o profesionales, rebeldía ante una vida anodina o, simplemente, puro deseo de descubrimiento. Si echas un vistazo al programa de las Jornadas verás desde profesionales consagradas como Rosa María Calaf (Rosa María Calaf: “Soy una soñadora pragmática que ama ver, escuchar y aprender de lo distinto para contarlo después” , entrevistada en esta casa hace varios años), hasta viajeras que se iniciaron por puro placer o necesitad vital. Hemos entrevistado a algunas de las participantes, Marta Insausti , Cristina Pereferrer, Patricia Sazatornil , Clara Ruiz y Leti Lagarda , para conocer sus motivaciones, enseñanzas y anécdotas durante su periplo viajero.
Cristina Pereferrer y Patricia Sazatornil: India, Nepal, Japón, Nueva Zelanda… Patricia y Cristina, viaje a la India y al Sudeste asiático Cristina Pereferrer y Patricia Sazatornil, médico y psicóloga (aunque ejercía como policía), treintañeras, viajan en pareja, y llevan 4 años y 4 continentes a sus espaldas. Se lanzaron a recorrer el mundo “sin un detonante claro, ningún drama que dejar atrás, ni ninguna necesidad imperiosa de un cambio en nuestras vidas. Simplemente, teníamos ganas de hacerlo y tuvimos la suerte de encontrarnos y de no tener ataduras que nos impidieran ponernos en marcha”. Comenzaron su viaje en “la India y el Sudeste asiático porque es un destino económico. Como la idea era estar viajando mínimo 2 años, era importante gestionar bien los ahorros. Además, son destinos seguros y relativamente sencillos para recorrerlos en transporte público, que era nuestra manera de movernos”.
Durante estos años el aprendizaje ha sido continuo “y se ha convertido en un estilo de vida. Ahora vivimos en una autocaravana y no tenemos pensado volver a nuestras vidas de antes”. Nos cuentan que “el viaje te vuelve flexible y abierto al cambio, tanto en lo que respecta al viaje en sí mismo como a tus creencias, pensamientos y emociones. Tienes que estar dispuesto a desaprender muchas cosas y a observar tu alrededor con otra mirada”.
Cristina Pereferrer y Patricia Sazatornil: 9 meses después de conocerse lo dejaron todo para viajar. Ahora viven en una autocaravana Esta elección de vida en su caso parece no tener camino de vuelta. “Si no fuese por el Covid estaríamos recorriendo América de Norte a Sur. Al volver a España y no tener casa, decidimos llevar a cabo el plan B. Así que nos compramos una autocaravana de segunda mano, y hemos dado la vuelta a España; y en breve, si la situación mejora, pondremos rumbo hacia los Balcanes”.
Al echar la vista atrás, Cristina reflexiona y nos comenta: “Me hubiera gustado saber que, aunque tu mundo interior puede desmoronarse y volverse a construir con nuevas realidades, no hay temer que ese cambio, ya que es un proceso natural y enriquecedor”. Y una enseñanza que también quiere enfatizar es que “se puede confiar en la gente, aunque con sentido común, porque la gente, en general, es buena y amable. Lo de ‘no hables con extraños’ es un engaño”.
Para conocerlas mejor puedes seguirlas en A bordo del mundo .
Marta Insausti se lanzó a recorrer el mundo en moto sola. Marta Insausti: «que me quiten lo bailao» La historia de Marta Insausti es un poco diferente a la de las anteriores viajeras, ya que se lanzó a la carretera debido, según sus propias palabras, a “una concatenación de fatídicos acontecimientos”. Esta empresaria madrileña de 55 años se encontró inmersa de un día para otro en una situación de “crisis económica, noches sin dormir, despidos y jornadas de trabajo maratonianas”. En medio de esta vorágine, le “diagnosticaron un cáncer de mama y de la mañana a la noche la vida había cambiado radicalmente en el peor de los sentidos”. “Cuando me recuperé, seguí luchando para sacar adelante las empresas y los puestos de trabajo pero mis socios decidieron cerrar, eran mayoría”.
“De pronto me encontré nuevamente ante el abismo, era el fin del mundo. Me sentía agotada e incapaz de tirar de mi vida, pero durante la enfermedad había reflexionado mucho acerca de las cosas que importan en la vida. Decidí que iba a hacer algo para que cuando volviera a estar frente a la muerte me sacara una sonrisa y pudiera decir que «me quiten lo bailao”.
Marta Insausti colabora con la Fundación Vicente Ferrer. Comenzando a viajar A la hora de elegir el destino de su viaje, el primer lugar en el que pensó fue la India . “Quería visitar la Fundación Vicente Ferrer , era socia y siempre invitan a que vayas a conocer los proyectos en marcha”. Como también le motivaba hacer “un viaje en moto de uno o dos meses, se me ocurrió unir las dos cosas e irme a la India en moto. Cuando vi los países tan complejos que tenía que atravesar empecé a considerar otras opciones para volver, y vi que la única solución era por el otro lado del mundo, tenía ante mí una vuelta al mundo en moto”.
Marta comenzó a viajar en solitario en 2019 a lomos de «La Chiquitina» (una Royal Enfield Himalayas). No sólo para disfrutar de la aventura sino para recaudar fondos para dos proyectos solidarios: uno de la Fundación Vicente Ferrer y otro de la Asociación CRIS contra el cáncer. Nos cuenta que los momentos previos al viaje estuvieron llenos de indecisión, ya que “no había hecho un viaje largo en moto en mi vida y nunca había viajado sola más que por trabajo”. A día de hoy, reconoce que se ha enfrentado a sí misma. «Todos los días tienes que tomar decisiones, ya no hay a quien echar la culpa. Lo que decidas para bien o para mal lo has decidido tú y ahí descubres tus trampas, tus excusas y tus rollos mentales. Es una terapia intensiva”.
“He aprendido muchísimo de mis miedos y he descubierto muchas cosas de mi forma de ser” (Marta Insausti)
Marta Insausti: «no había hecho un viaje largo en moto en mi vida y nunca había viajado sola más que por trabajo”. Adiós a los prejuicios Coincide en lo que aseguran habitualmente las viajeras que se animan a viajar de forma continuada: “Iba cargada de prejuicios y verdades absolutas y se me fue desmontando todo, cada vez te sientes más pequeña y al mismo tiempo parte integrante y armoniosa de nuestro maravilloso planeta”. Pero aquí no ha terminado todo, su idea es “continuar la aventura que empecé y que tuve que abortar por la pandemia. Recoger mi moto que se quedó en Chile y terminar mi vuelta al mundo”.
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Leti Lagarda, viajera por vocación. Leti Lagarda, mochilera en solitario Veinte y pico primaveras y unos cuantos años cargando con la mochila en solitario. Leti Lagarda admite que decidió buscar su senda nómada “porque en esta vida no hay que quedarse con las ganas de nada y a mí me nacía viajar. Al final, decidí apostarlo todo por los viajes. No hubo un motivo especial, hubo un hablar las cosas conmigo misma y ser consciente de quién soy”. Para iniciar el camino eligió Oriente Medio “porque es una zona del mundo muy maltratada por los medios y porque creo que tiene una belleza muy poco reconocida. Oriente Medio es historia y son lecciones de vida diarias. Un destino que te pone a prueba como viajera y te regala los mejores momentos de lo que puede ser un viaje. La hospitalidad en países como Irán o Arabia Saudí no tiene límites”.
Viajando «aprendes sobre la vida» Viajar le ha aportado “madurez, sensibilidad y muchas aventuras. El aprendizaje de varios meses de viaje le gana el pulso a cualquier carrera. Aprendes sobre la vida, sobre historia, sobre injusticias, sobre lo bonito del ser humano y lo más horripilante. Es madurar a otro ritmo puesto que la vida en viaje es lo más intenso que conozco”. Este tiempo de viajes reconoce que le ha hecho dejar a un lado los prejuicios y perder el miedo a lo desconocido. También a aprender a distinguir sin razón de raza, color o religión, porque en el mundo hay dos tipos de personas: buenas y malas”.
Leti Lagarda, viajar le ha aportado “madurez, sensibilidad y muchas aventuras. A Leti Lagarda “le encanta lo diferente e inexplorado, y ha optado por contar historias de viaje para que otras mujeres se lancen a viajar solas”. Entre sus sueños está seguir descubriendo Oriente Medio y Latinoamérica, además de dar el salto a África en algún momento. Un consejo que le gustaría dar a otras mujeres es claro y contundente: “No escuches a los demás. Escúchate a ti”. Ya tiene en mente su próxima aventura: “organizar expediciones para mujeres a Irán ”.
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Clara Ruiz, viajar corriendo es su estilo de vida. Clara Ruiz, viajar corriendo No se parece a Forrest Gump, pero, como a él, a Clara Ruiz le motiva correr. Por decirlo de forma resumida, su estilo de vida actual no es apto para viajeras perezosas: corre 15 kilómetros diarios para conocer los destinos a golpe de zapatilla. Esta economista madrileña, ex trabajadora de banca de inversión, nos confiesa que no hubo un detonante concreto que la motivase a cambiar de vida: “simplemente fui consciente de que quería hacer con mi tiempo otra cosa distinta a la que hacía entonces, ¡y no me arrepiento de la decisión que tomé!”.
«Cuando empecé a viajar me hubiera gustado oír: “no tengas miedo, todo va a ir bien”
Al igual que las anteriores viajeras también comenzó su periplo viajero en Asia porque consideraba que era el continente más fácil, seguro y barato. “Yo viajo sola, así que el tema de la seguridad me importaba, y además me autofinancio, por lo que el tema económico también era fundamental”. Nos sigue narrando que Nepal fue su primer destino, y que lo eligió por sus montañas (y a día de hoy sigue siendo su país preferido para viajar). “Mi idea era seguir recorriendo el continente, pero tras India, Camboya y Myanmar; terminé en Tailandia debido a la pandemia.
Con las fronteras de los países vecinos cerradas, cambié mi rumbo hacia los Balcanes (Croacia, Serbia, Eslovenia, Montenegro, Albania, Macedonia y Turquía), que era de lo poquito abierto y asequible, y luego he venido a México (que está abierto y sin muchas restricciones) para empezar a correr por el continente americano”.
Clara Ruiz ya lleva 4.400 kilómetros recorridos. 13 países y subiendo Clara aún sigue de viaje, está recorriendo el continente americano y recogiendo enseñanzas por donde quiera que pasa, “experiencias, conocer a sus gentes, culturas, caminos nuevos…”. Está segura de que el viaje ha modificado su percepción del mundo: “Para empezar, la idea que tengo de los países que voy visitando cambia una vez estoy en ellos: muchas veces no tiene nada que ver la realidad con cómo los había imaginado. Y, además, ahora con el tema del virus, siento que todo es bastante relativo: veo que la gente en España es bastante consciente de ello y utilizan buena parte de su tiempo preocupándose, mientras los viajeros casi no le damos importancia al tema. ¡Mi percepción del mundo no es como sería si no hubiera salido!”
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Algunas anécdotas viajeras En todos los viajes se recogen aprendizajes o se viven situaciones que con el tiempo se convierten en anécdotas que incluso desplazan en nuestra memoria a los destinos más espectaculares.
Marta Insausti nos cuenta varios momentos muy especiales que ha vivido en el camino, como cuando su hija se unió a ella en Irán “y recorrimos juntas el país en moto”. O cuando estaban “paradas cerca de una gasolinera descansando y se nos acercó una chica jovencita y dijo, os estaba viendo y no me lo podía creer, vengo para comprobar que no estoy soñando, dos mujeres en moto en Irán, es lo que necesita este país, gracias ”. Reconoce que en esos momentos es cuando “te das cuenta de que algo que era tuyo, íntimo, una necesidad casi existencial, influye en tu entorno y tal vez a alguien le sirve para lanzarse a romper lo socialmente establecido y volar o al menos soñar con ello”.
4.400 kilómetros recorridos, 525 días viajando, 13 países, 3 continentes, 12.000€ y… ¡7 pares de zapatillas! (Clara Ruiz)
Cristina Pereferrer y Patricia Sazatornil admiten que ha habido anécdotas de todo tipo desde las más duras relacionadas con la salud hasta las más absurdas… Cristina tuvo que ser operada de apendicitis en la India, y también tuvieron que ser repatriadas desde Japón porque a Patricia le diagnosticaron un posible tumor maligno. “Y luego están las más inverosímiles, como cuando nos pillaron unas revueltas militares en Darjeeling y estuvimos recluidas dos semanas en un monasterio budista”. En los viajes de Leti Lagarda ha habido también situaciones inolvidables: “Compartí un whisky con un príncipe saudí, un té con el alcalde de Estambul y me casaron sin querer en la India ”.
Los viajes siempre están llenos de sorpresas, y eso lo puedes comprobar en las Jornada IATI de los Grandes Viajes , a las que puedes inscribirte para asistir de forma presencial o vía streaming en Madrid o Barcelona (entradas desde 3,50 €).