Fue el poeta francés Stéphen Liégeard quien bautizó este fabuloso boulevard mediterráneo como Costa Azul. Sus paisajes hipnóticos, bendecidos por la luz y el clima, han atraído tal cantidad de celebridades que se podría cartografiar su mapa de leyenda en leyenda. Desde Etheria Magazine te proponemos un viaje a la Costa Azul en coche y con amigas, una experiencia inolvidable en el destino vacacional más glamuroso del mundo.
En Saint-Paul de Vence está enterrado Marc Chagall. © Yolanda Cardo Lujosos hoteles, villas de infarto, playas increíbles, pueblos encantadores… la sencillez provenzal del interior y el lujo despreocupado de la costa se unen en un cóctel irresistible y evocador al que hay que añadir muchos otros ingredientes que, bien agitados, resultan irresistibles. Un viaje por la Costa Azul en coche y con amigas puede resultar la experiencia más glamurosa que puedas imaginar.
Costa Azul con amigas, ¿sólo para millonarias? Este territorio del sur de Francia, situado entre los Alpes Marítimos y el Mediterráneo, fue para algunos un edén de frivolidad, para otros, en cambio, un paraíso de paz e inspiración. Si París era una fiesta, la Riviera Francesa se convirtió en una eterna vernisagge en la que los excéntricos y caprichosos Zelda y Scott Fitzgerald apuraban las juergas más allá del amanecer, Jean Cocteau “tatuaba” las paredes de Villa Santo Sospir o Colette y Kiki de Montparnasse escandalizaban a una sociedad tan hedonista como puritana.
Antes de continuar poniéndoos los dientes largos debéis saber que si bien es cierto que una abultada billetera os permitirá reposar vuestros viajeros huesos en alguna lujosa suite con vistas a esta relumbrante “blue carpet”, también lo es que la Costa Azul se sacude, sin complejos, este cautivador espejismo de diamantes y fortunas fastuosas para desplegar, sin perder un ápice de encanto, un abanico de posibilidades realmente atractivas para todos los bolsillos.
La cúpula rosada del hotel Negresco frente al Mediterráneo. © Yolanda Cardo Niza, arquitectura por doquier Dicen que El Negresco es para Niza lo que la torre Eiffel es para París. Símbolo y visita sine qua non . En el mítico hotel ha pernoctado una abultada lista de monarcas, aristócratas, millonarios, intelectuales, artistas y celebridades varias. Su inconfundible fachada de estilo belle époque , coronada por la cúpula rosada, es la insignia de la Promenade des Anglais , el célebre paseo marítimo distinguido el pasado 27 de julio como Patrimonio Mundial de la Unesco. Pero el legendario alojamiento apenas supone un bello ejemplo de la fabulosa arquitectura que exhibe cada rincón de la ciudad. Mires donde mires esta urbe mediterránea es un ecléctico catálogo de edificios que conforma un paisaje urbano artístico extraordinario.
Adentrémonos en las bambalinas de este carismático front-row para descubrir la inesperada belleza de la Vieja Niza. Al amparo de la Colina del Castillo, atalaya defensiva y privilegiado mirador, se apiñan populosas calles y plazas, comercios y restaurantes, la bella catedral de Sainte- Réparate y palacios barrocos como el Palais Lascaris.
Promenade des Anglais, en Niza. © Yolanda Cardo Del caos a la sublime elegancia Italiana y francesa, su espíritu bipolar se respira en la Cours Saleya donde el delicioso desorden del casco antiguo se transforma paulatinamente en una elegante urbe cosmopolita. Allí, los vistosos puestos del Mercado de las Flores nos conducen hasta la rue de St Françoise de Paule donde el edificio de la Ópera rivaliza con encantadores establecimientos como la Boutique de Vieux Nice o la Maison Auer , un festival de chocolates y frutas confitadas en una deliciosa tienda-bombonera art-decó . A poca distancia descansad vuestros pies en el parque lineal de la Promenade du Paillón antes de dirigiros hasta la Place Masséna donde siete esculturas de Jaume Plensa y las Galerias Lafayette dan paso a Jean Médecin, la avenida más comercial, con mercado de pescado al aire libre incluido, un espectáculo.
Y qué decir de los museos: el Museo Nacional Marc Chagall y el de Henri Matisse, ambos en la colina de Cimiez, el Museo Masséna, el de fotografía de Charles Nègre… hay tantos que no sabría por cual empezar, así que os aconsejo adquirir la French Rivera Pass con la que por un muy buen precio podréis visitarlos todos, además de disfrutar de muchas otras actividades como una vuelta en segway o patinete y tomaros un refrescante cóctel frente al mar.
Guía Niza | Etheria Magazine Dónde alojarse. Las “habitaciones de artista” y el paradisiaco jardín tropical del céntrico Hotel Windsor, una estupenda opción. Si preferís alojaros a escasos metros del aeropuerto, al que podréis acceder en apenas unos pasos sin renunciar a la comodidad de un moderno hotel, el Crowne Plaza Nice-Grand Arenas es ideal.
Dónde comer. Disfrutar de la excelente gastronomía nizarda en el restaurante Acchiardo, en la Vieja Niza o de una cena inolvidable a orillas del mar en el restaurante La Vela .
Le Suquet, un barrio con mucho encanto en Cannes. © Yolanda Cardo Cannes y el hombre de la máscara de hierro Cada año, desde 1946, este enclave se convierte en la Capital mundial del cine . La Croisette se transforma en una pasarela por la que desfila un glamuroso reparto de estrellas de cine y socialites . Pero ajeno al maravilloso espectáculo que brinda el séptimo arte, Cannes oculta tras los focos numerosos encantos.
Lo descubrimos paseando al atardecer por el barrio de Le Suquet, el casco antiguo de esta antaño villa de pescadores. Escarpado sobre la ciudad, un trazado irregular de estrechas calles repletas de tiendas y restaurantes, inesperadas plazas y románticas escalinatas nos conduce hasta el castillo medieval, hoy museo de La Castre. Desde este elevado punto se despliegan unas maravillosas vistas de la ciudad, de la bahía y de las enigmáticas islas de Lérins que se atisban a lo lejos. ¿Qué esconde este diminuto archipiélago situado frente a la bahía de Cannes? Un corto trayecto en barco nos llevará a descubrirlo. Lo primero que sorprende al desembarcar en Sainte-Marguerite , la más grande de las ínsulas, es el paisaje. Un idílico entorno natural preservado, donde unas frondosas avenidas arboladas de pinos y eucaliptos nos llevan hasta el eco-museo submarino.
Glamur y mucho encanto en la ciudad de Cannes. © Yolanda Cardo Arte subacuático en Cannes Allí en los azules fondos marinos subyacen ancladas seis imponentes esculturas, del artista Jason deCaires Taylor, que se inspiró en los habitantes de la ciudad para modelar estos magníficos rostros sumergidos. Preparad protección solar, traje de baño, gafas de buceo y ganas de nadar porque este arte subacuático, que homenajea al misterioso Hombre de la Máscara de Hierro (ahora sabremos por qué), se encuentra a una profundidad de entre 3 y 5 metros y a una considerable distancia de la orilla.
Bajo estas cristalinas aguas están anclados los seis rostros del ecomuseo submarino obra de Jason deCaires. © Yolanda Cardo La ubicación de estas piezas no es casual ya que fue precisamente en esta isla donde estuvo prisionero el enigmático personaje cuya identidad ocultaban tras una máscara. Leyenda, intriga e historia conviven entre los muros del Fuerte Real , donde es posible visitar la celda que ocupó el enmascarado, que aunque real, no existe constancia de que fuera el hermano gemelo del monarca Luis XIV, como sugería Alejandro Dumas en sus novelas tantas veces llevadas a la gran pantalla.
El Fuerte Real, en la isla de Santa Margarita, frente a la bahía de Cannes donde estuvo preso el hombre de la máscara de hierro. © Yolanda Cardo Guía Cannes | Etheria Magazine Dónde alojarse. En el hotel Molière, un acogedor alojamiento en pleno centro.
Dónde comer. El coffee shop vegetariano Noväa para una comida frugal y en el restaurante Chez Vincent et Nicolas comida francesa tradicional en pleno barrio de Le Suquet.
Pablo Picasso vivió su últimos años y murió en Mougins. © Yolanda Cardo Mougins, la última morada de Picasso Os aseguro que cuando conozcáis Mougins deseareis quedaros para siempre y que esta ruta por la Costa Azul en coche con amigas no acabe nunca. No es de extrañar que Picasso viviera allí sus últimos 12 años en una magnífica villa provenzal, al costado de la capilla de Notre-Dame de Vie, donde murió en 1973. Al genio malagueño le encantaba dejar su impronta allí donde estuviera. Cuentan que en cierta ocasión pintó las paredes de su habitación en el hotel Vastes Horizons y que el dueño, horrorizado, al descubrirlas, le ordenó borrarlas de inmediato. No fue el único que paseó su genio y figura por aquí. El arte y la cultura impregnan cada rincón de unas calles que transitaron Jean Cocteau, Fernand Léger, Picabia, Man Ray, Lee Miller o Edith Piaf.
Ateliers y muchas flores en las calles de Mougins. © Yolanda Cardo Museos imprescindibles en Mougins Fiel a su gran tradición cultural, nada más llegar, nos encontramos con el magnífico Museo de Arte Clásico de Mougins (MACM). La pasión coleccionista del británico Christian Levett está detrás de este extraordinario templo consagrado al arte desde 2011. Cuatro plantas en las que el arte antiguo dialoga con piezas firmadas por grandes artistas de todos los tiempos. Desde sarcófagos funerarios del antiguo Egipto o una impresionante colección de armas y cascos greco-romanos, hasta obras de Warhol y Damien Hirst.
Pocos pasos nos separan del recientemente inaugurado Centro de Fotografía de Mougins . La fotógrafa española Isabel Muñoz estrenó este espacio, un antiguo presbiterio restaurado, con la exposición titulada “1001”, que se podrá ver hasta el próximo 3 de octubre de 2021.
Un aperitivo con vistas desde el campanario de Saint-Jacques le Majeur en Mougins. © Yolanda Cardo Mougins es, además, un destino gastronómico. Cada año, desde 2006, durante tres días se reúne un ejército de chefs con estrella Michelin de todo el mundo en el Festival Internacional de Gastronomía “Les Etoiles de Mougins” . Un homenaje a la tradición culinaria de un país y del mismo Mougins que llegó a obtener en 1992 un récord de 7 estrellas Michelin.
Para finalizar un día perfecto os recomendamos acercaros hasta el estanque de Fontmerle , a contemplar la mayor concentración de flores de loto de toda Europa y al atardecer disfrutar de un aperitivo con vistas, desde lo alto del campanario de la iglesia de Saint-Jacques le Majeur, un chin- chin de altura.
Guía Mougins | Etheria Magazine Dónde alojarse. Le Manoir de l’Etang, un remanso de paz, rodeado de 5 hectáreas de jardines, os encantará.
Dónde comer. Cocina moderna y platos tradicionales en la terraza de la céntrica brasería La Mediterranée.
Panorámica de la villa de Grasse. © Ville de Grasse Grasse, un destino de narices La vida no tan rosa de Edith Piaf exhaló sus últimos acordes en Grasse, la Capital mundial de las flores y del perfume . Paraíso terrenal de las más exquisitas “narices”. El casco antiguo, un seductor entramado de calles, pórticos, plazas y casas teñidas en tonos ocres, invita a recorrerlo sin prisas. Tomaos vuestro tiempo para charlar con los perfumistas que encantados os mostrarán sus creaciones. Vosotras mismas podréis poner a prueba la finura olfativa, creando vuestra propia fragancia en la perfumería Galimard , fundada en 1747 por Jean de Galimard.
«No te pierdas el neceser de viaje de 40 kilogramos de María Antonieta»
Imprescindible visitar el Museo Internacional de la Perfumería , no solo porque custodia la historia de este fragante patrimonio, sino porque allí se encuentra el neceser de viaje de María Antonieta. Un exquisito cofre de 40 kg de peso, se nota que ella no lo cargaba, y que incluía hasta un juego para tomar chocolate. Ella misma, poco antes de “perder la cabeza”, encargó una copia exacta del que ya tenía para enviarlo a su hermana a Bruselas donde planeaba fugarse. Viendo que la entrega se retrasaba, decidió finalmente enviarle el primer cofre, el segundo no se sabe con certeza si se acabó a tiempo ni si la acompañaba cuando la familia real fue apresada en Varennes. La preciada caja estuvo desaparecida durante siglos hasta que el museo lo adquirió a un coleccionista en 1985. El primer neceser se encuentra en el Louvre desde 1945.
En el Museo Internacional de la Perfumería se encuentra el neceser de María Antonieta. © C. Barbiero Musées de Grasse/ Yolanda Cardo Guía Grasse | Etheria Magazine Dónde comer. En la terraza del Casino Victoria de Grasse. Justo enfrente del Museo Internacional de la Perfumería. No os perdáis el anochecer desde la terraza del restaurante Lougolin en Plascassier, a unos 7 km de Grasse, el lugar donde falleció Edith Piaf.
Dónde dormir. En el Best Western Elixir. Desayuna en el jardín junto a la piscina.
Saint-Paul de Vence es uno de los pueblos más bellos de toda Francia. © Yolanda Cardo Saint-Paul de Vence, arte a raudales Entre Niza y Cannes se sitúa este pueblo amurallado considerado como uno de los más bellos de toda Francia. Esculpido sobre una colina que mira al Mediterráneo, sus callejuelas son una secuencia de galerías de arte donde numerosos artistas muestran sus obras seducidos por la misma luz que un día inspiró a Marc Chagall . Tanta vehemencia despertaba este lugar al inclasificable pintor que allí vivió desde 1966, en una formidable mansión llamada “La Colline”, hasta su fallecimiento en 1985. Sus restos descansan en el cementerio de la villa junto a los de su esposa Vava.
Cuentan que era habitual verlo paseando por sus calles o reuniéndose con sus amigos en el Café de la Plaza o en el restaurante la Colombe d’Oro. Su amistad con el matrimonio Marguerite y Aimé Maeght le animó a implicarse en la creación de la Fundación Maeght diseñada por el catalán Josep Lluís Sert. Obras del mismo Chagall, Joan Miró, Braque o Kandinsky forman parte de su colección. Si tenéis la fortuna de viajar hasta aquí antes del 14 de noviembre, no dejéis de visitar la exposición temporal “Los Giacometti. Una familia de creadores”, sencillamente maravillosa.
Guía Saint-Paul de Vence | Etheria Magazine Dónde comer. Restaurante Obatik, producto fresco para una cocina tradicional.
Biot, una parada en la ruta en coche por la Costa Azul. © Yolanda Cardo Biot, la vajilla de las estrellas Hasta esta coqueta villa medieval se acercaban las estrellas del Hollywood dorado, cuando el largo viaje para asistir al festival de Cannes justificaba una larga estancia reparadora. Así es como Lauren Bacall o Gregory Peck descubrieron en un día de asueto las bellísimas piezas de cristal de la Verrerie de Biot . Esta fábrica de vidrio recuperó en 1956, gracias a Eloi Monod, un ingeniero ceramista, una tradición perdida de la región. Pero fue el vidriero Raymond Winnowski el que daría fama a la cristalería. El maestro vidriero anhelaba imitar los vasos viejos y poco refinados que contenían burbujas. Con tal finalidad desarrolló una técnica para aislar las diminutas pompas de aire otorgándoles a las piezas un aspecto único que se ha convertido en seña de identidad de la maison . Aún hoy es posible ver in situ trabajar, en esta factoría, a los maestros vidrieros elaborando sus creaciones con total libertad.
Piezas fabricadas en la Verrerie de Biot. © Yolanda Cardo Y como el arte llama al arte, no dejéis de visitar el Museo Nacional Fernand Léger dedicado a la peculiar mirada del artista francés. El jardín que lo rodea es además un buen sitio para hacer una pausa, incluso, para almorzar alguno de los ligeros platos que preparan amablemente.
Guía Biot | Etheria Magazine Dónde comer. Disfrutad del singular ambiente y de la cocina provenzal del restaurante Les Arcades, en la preciosa plaza porticada medieval del mismo nombre, en pleno corazón de Biot.
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