Emprender una ruta en coche por Teruel permite recorrer esta provincia despacito, saliendo de los itinerarios marcados para hallar vivencias que estimulen nuestros sentidos. Nada está lejos en medio de la tranquilidad que emana de sus carreteras secundarias. Prepárate porque te vas a colar en una sorprendente ‘road movie’, en el filme de un territorio que combate la huella del despoblamiento con sus atractivos rurales.
Fraile Fernando Ruiz en el Monasterio El Olivar. Si quieres ser la estrella de tu propia road movie, acompáñanos en esta ruta en coche por Teruel que te llevará a descubrir pueblos medievales inmersos en espacios naturales sorprendentes. No olvides que lo mejor de este tipo de itinerarios es detenerse cuando apetezca y viajar a tu propio ritmo. A continuación encontrarás 10 paradas con actividades fundamentales en el recorrido por Teruel pero seguro que tú también incorporarás alguna más.
Bañarse entre estrellas Desde sus mayores alturas, en las sierras de Gúdar y Javalambre, hasta las tierras del Bajo Martín volcadas a la ribera del Ebro, da igual por donde accedas a Teruel, te va a sorprender el vértigo de sus cielos estrellados. ¡Entrarás en un universo Starlight! El observatorio astrofísico de Javalambre es una espectacular ventana estelar, pero también muchos pueblos han hecho del astroturismo un atractivo para practicar por tu cuenta. Bastan sus paneles orientativos, junto a solitarias ermitas y panorámicos miradores, para zambullirte entre planetas y estrellas. Tan extraordinaria es la visión nocturna que se disfruta desde el monasterio el Olivar –donde los frailes mercedarios han encontrado en el cielo más que sosiego espiritual– como desde la Masía El Cabrero , un alojamiento en finca tradicional tachonado de estrellas. O, incluso, desde un balneario por el que definitivamente entramos en El Paraíso .
Bóveda del frío, en Belmonte de San José. Pueblos donde escuchar el tiempo Tal vez sea en el piedemonte de la Sierra de Arcos, en la localidad de Albalate del Arzobispo , cuando sientas por primera vez en esta ruta en coche por Teruel la robusta historia que transpira cada pueblo a través de sus piedras, calles y notables edificios. Resistieron a todo, desde el despoblamiento hasta un cruento frente de la guerra civil, y cada cual incita a callejear con calma y mirada nueva. Ya sean notables como Alcañiz , un pueblo de película con castillo de notables pinturas murales; considerados entre los más bonitos del país como Rubielos de Mora ; conjuntos Histórico-Artísticos como Cantavieja ; o pueblos de cuento como Valderrobres , en el corazón del Matarraña. También Belmonte de San José , pequeña joya arquitectónica del Bajo Aragón con una impresionante bóveda de frío testigo de la extraordinaria arquitectura del hielo de Aragón que recientemente ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
Ermita de Montserrate, en Fornoles. Pueblos que poseen una pátina de autenticidad lograda gracias al tiempo y al empeño vecinal por cuidarlos, haciendo que la humildad rural abandere uno de los mejores tesoros turolenses.
Caminos para todos los gustos Nada más emocionante que asomarte al comienzo de la cordillera del Sistema Ibérico, el espinazo que atraviesa la península. Internarse en su vertiente turolense es hallar lugares como el barranco de Valdoria , con su microclima, una vía ferrata y las originales formaciones rocosas del Rincón del Gorgo. Cuidado, comienza una llamada irresistible por las sendas. Algunas tan emocionantes como el parrizal de Beceite , archiconocido por su angosto pasaje de pasarelas sobre el río.
Rincón del Gorgo en el barranco de Valdoria. Durante esta ruta en coche por Teruel surgirán muchos senderos de pequeño recorrido bien señalizados. Invitan a sumergirse cada día en el paisaje y sus ritmos agrícolas. Como la vieja senda que, desde el enrocado pueblo de Fórnoles , entre olivares, almendros y viñedos, va a la ermita de Montserrate donde mora la Virgen capaz de atraer el agua.
Museo Minero de Escucha. Aventurarse bajo tierra Un provocador desvío es ir bajo tierra y explorar el pasado minero turolense. Estamos en Andorra, en la Sierra de Arcos, cuya historia está ligada a la explotación del lignito (carbón mineral formado a partir de turba). Un relato que se cuenta a través de una excelente exhibición en el museo Mwinas . A cielo abierto, alrededor del pozo de San Juan, lleva por la historia del carbón en el último siglo. A cielo abierto también evidencian que, después de la minería, la naturaleza es capaz de recuperarse gracias a la restauración ecológica. Así sucede en el Espacio de Restauración de Intervenciones Mineras de Alloza , donde verás lagunas que son un paraíso de aves y bosques que, si no te lo cuentan, no creerás que enraízan sobre terreno minero.
Después se impone un placer termal en el cercano balneario de Ariño , aprovechando las aguas mineromedicinales del río Martín, antes de meternos de lleno en una mina. Ahora sí, bajo tierra en pleno tajo de carbón de la mina Se Verá, descendemos 100 metros a las entrañas de la tierra. Lo haremos por las galerías del Museo Minero de Escucha donde la aventura está asegurada.
Parque Geológico de Aliaga y pueblo de Aliaga. Hacer un safari entre gigantes Cuando en el Parque Geológico de Aliaga descubras que pisas 200 millones de años de historia de la Tierra te sentirás diminuta ante las extraordinarias rocas del primer geoparque español y uno de los más atractivos parajes naturales de la provincia. Así dará comienzo un safari por el Turoliense, la época en que grandes dinosaurios (tigres dientes de sable, jiráfidos, rinocerontes…). Unos animales terrestres europeos que hace 8 millones de años deambularon por un somero lago deltaico.
Dinoexperience entre maquetas a tamaño real, en El Pobo. Los dinosaurios en El Pobo , reproducidos a tamaño real, evocan aquella sabana, y el yacimiento de icnitas de Ababuj emociona con su rastro de huellas. Incitan a llegar a Galve donde, la familia de los Herrero Gascón, una saga de amantes de la paleontología gracias a la afición del progenitor José María Herrero, desvelan múltiples rastros de dinosaurios sobre los limos petrificados. Unos pasos que llevan a descubrir lagartos herbívoros únicos como el Aragosaurus que, con sus 18 metros de longitud, fue hallado aquí. Así como el Galvesaurus , especie a la que dio nombre este cazador de fósiles aficionado. La misma escuela en que el maestro inculcó en Jose María Herrero tan extraordinario interés paleontológico es hoy la encantadora casa rural La Yedra , dirigida por uno de sus hijos.
Restaurante La Ojinegra, en Alloza. Saborea el paisaje en esta ruta en coche por Teruel Sentirás la esencia de esta provincia con el aroma del jamón de Teruel. Cada bocado guarda parte el paisaje donde se ha curado, a más de 1.000 metros de altitud. Unas vetas impregnadas de su Denominación de Origen. Emociones a flor de piel también en una cecina o un ternasco de Aragón como los de La Alquería , en el bonito pueblo de Ráfales en Matarranya.
Los sabores de la tierra y el monte mediterráneo estallarán al catar una trufa en Gúdar-Javalambre, en el restaurante Los Leones , en Rubielos de Mora. A orillas del río Tastavins beberás la armonía de los campos agrícolas a través de los vinos y aceites ecológicos Tel-lúric .
Vino ecológico Tel-luric, en Matarraña. Quedarás rendida ante el slow food de La Ojinegra , en Alloza. Aquí Belén y Xavi elaboran platos con proximidad y amor por la tierra a base de productos de kilómetro 0, en una carta vegetariana preparada a fuego lento que impulsa la sostenibilidad de los productos del norte de Teruel.
Impresionantes Órganos de Montoro, en El Maestrazgo. Contagiarse de otros ritmos Seguimos la ruta en coche por Teruel con nuevas coordenadas y la sensación de habernos colado en una película de carretera. El paisaje cambia cuando desde Andorra-Sierra de Arcos se accede al paraje agreste de El Maestrazgo siguiendo la carretera del Silencio o The Silent Route . Es la carretera A-1702 que, en 63 kilómetros, ofrece una panorámica extraordinaria de un territorio áspero. Aquí los cultivos se apoderan de los retazos fértiles y abrigados alrededor de masías dispersas, y en ocasiones fortificadas, que defendieron la frontera del reino de Aragón. Echamos el pie a la senda para admirar los roquedos conocidos como los Órganos de Montoro o remontar el paraje fluvial que talla el río Pitarque desde su nacimiento.
Tan cautivadores como desconocidos aún son los 48 kilómetros del sendero de gran recorrido GR 199 que, siguiendo el alto río Alfambra, recorre el parque cultural de los Chopos Cabeceros . Así son conocidas las dehesas fluviales en que los chopos se plantaron para obtener madera. Lucen longevos y nudosos por las podas trasmochas que les confieren una figura inconfundible; con sus hojas doradas, se convierten en el sendero otoñal más hermoso de Teruel.
Villarluengo, una parada en la ruta en coche por Teruel. Hacerse una ‘highlander’ En el altiplano que constituye la comarca de Teruel no te dejes engañar por la apariencia humilde de sus pequeños pueblos. Basta con dar un paseo por las trazas medievales de Camarillas para sentirte highlander . Estas tierras altas, donde antaño pastaron miles de ovejas y la industria del paño y su comercio proveyó de esplendor a sus habitantes, son hoy paraíso de aves esteparias. Y un pueblo envuelto de silencio de aire romántico gracias a palacios, casas solariegas y las imponentes ruinas gótico-renacentistas de la iglesia. Los pueblos del Maestrazgo son también otro ejemplo del empeño por vivir en tierras altas. Espolones rocosos o inaccesibles muelas del paisaje son el enclave elegido para fortificarse y a la vez lucir una arquitectura civil hermanada con el agreste paisaje tales como Villarluengo , baluarte de los caballeros de la Orden de Malta.
(Izq.) Castillo, puente medieval y puerta de San Roque, en Valderrobres. (Dcha.) Escala Santa, en Cabra de Mora. Convertirse en embajadora gracias a sus alojamientos Hacer noche en Teruel conlleva el peligro de enamorarse de lugares que quitan el hipo. Así, cuando llegues a Cabra de Mora , uno de los coquetos pueblos de Gúdar-Javalambre, verás la imponente iglesia de San Miguel con un espectacular interior barroco, así como la aledaña Escala Santa , réplica de la de San Juan de Letrán. Por ella subió Jesucristo en el palacio de Poncio Pilato, por lo que si logras ascender de rodillas te granjeará la indulgencia. Después, siéntate en el patio de La Casa del Silencio , el único alojamiento boutique con cinco espigas de Teruel; una casa donde definitivamente querrás que el tiempo se detenga. Al igual que en El Gaiter , una casa con interés turístico industrial en Aguaviva que homenajea a un emprendedor comerciante con un alojamiento cautivador.
Puente medieval y puerta de San Roque, en Valderrobres. En el entramado medieval de Valderrobres, el hotel El Castell , en uno de los edificios más antiguos, no solo ofrece un bocado tradicional sino descanso con vistas al castillo. Abarcar atardeceres sobre la historia de la tierra es posible desde las habitaciones con terraza de La Parra de Aliaga , donde la vivienda del ingeniero de la mina es un confortable hotel además de mirador privilegiado del parque geológico.
Sentir la ‘mudejarmania’ Si tu primera vez viendo arte mudéjar es ante la iglesia fortaleza de Santiago en Montalbán , asomada a la altiplanicie con su hechura gótica y decoraciones mudéjares, te contagiará unas ganas irresistibles de conocer la influencia medieval que hermana el arte cristiano e islámico en la arquitectura turolense. Su magia está en la plasticidad de sus materiales humildes como el yeso, el ladrillo y las brillantes cerámicas vidriadas con esmaltes verdes y blancos que encienden su brillo bajo el sol.
Detalle de la torre mudéjar de El Salvador, en Teruel. Pero, para disfrutarlo plenamente, es inevitable que acabes en la ciudad de Teruel. El mudéjar la convirtió en Patrimonio de la Humanidad, y no hay duda de los motivos si admiras sus cuatro torres mudéjares desde todos los ángulos posibles. No por eso dejaremos de rendir tributo al amor conociendo el mausoleo de los amantes de Teruel . Y culminamos cualquier paseo por el casco antiguo en la plaza del Torico . Concentra un animado ambiente urbano a cualquier hora, bajo sus edificios modernistas y alrededor de la pequeña estatua del toro o torico con una estrella que fundamenta el legendario asentamiento de la ciudad.
Monumento al Torico, en Teruel. Más información en Turismo de Teruel .
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