Frigiliana es un pueblo blanco que reluce con el brillo del sol malagueño y ofrece uno de esos días redondos que tanto nos mejoran las vacaciones. Aquí te contamos cuáles son las calles, miradores y edificios que no puedes perderte si decides hacer una excursión a Frigiliana de un día. Calle del Barrio Alto de Frigiliana. © Susana García Se encuentra en la comarca de la Axarquía malagueña, muy cerca de la popular localidad costera de Nerja y de sus famosas cuevas. Por lo que una excursión a Frigiliana es imprescindible si se están pasando unos días en Málaga o incluso en Granada, de la que se encuentra a tan solo una hora en coche.
Esta villa aparece en todas las listas de los pueblos más bonitos de España y no es para menos. En su casco histórico de origen morisco con calles sinuosas e intrincadas parece que cada casa, cada puerta coloreada y cada escaparate de sus tiendas formen parte de un gran decorado para que los visitantes no puedan soltar sus cámaras de fotos.
Además, la oficina de turismo ha preparado un itinerario muy sencillo y circular para que no te pierdas ninguna visita importante, que se puede realizar de forma tranquila en una hora y media. Si tienes tiempo, camina sin prisa y alarga el recorrido, parándote en sus pequeñas tiendas y miradores. Y, por qué no, en alguno de sus bares para hacer un alto en el camino, que las cuestas lo merecen.
Pintoresca tienda del caso histórico. © SG Excursión a Frigiliana, 10 lugares de visita imprescindible Oficina de Turismo en la Casa del Apero Tras aparcar del coche en la inmediaciones del casco antiguo (hay un parking justo en la plaza de las Tres Culturas) la primera parada de tu visita tiene que ser la Oficina de Turismo. Está situada en la Casa del Apero , un bonito edificio al que se llega tras la primera cuesta que subirás en Frigiliana (y no será la última). Desde aquí, además de la información necesaria para realizar la visita (no olvides coger un mapa), también podrás contemplar unas bonitas vistas.
Fábrica de miel de caña en “El Ingenio” En el Ingenio de Nuestra Señora del Carmen se encuentra la única fábrica de miel de caña que queda en Europa y lleva funcionando desde 1630, con una receta que no ha cambiado desde 1725. Este jugo concentrado de caña de azúcar es un endulzante natural que puedes comprar a través de su web. La fábrica no se puede visitar, pero merece la pena acercarse a ver el edificio, ya que ocupa el Palacio Renacentista de los Condes de Frigiliana . Es un punto de partida perfecto para iniciar el paseo por la villa.
Uno de los adarves de Frigiliana. © SG De la calle Real a la calle Alta Desde la plaza del Ingenio, hay que enfilar la calle Real de la que sale la calle Fernando el Darra. Por aquí, tras pasear por la calle Amargura, se llega a la calle Alta, donde a la izquierda podrás ver los Reales Pósitos , un silo del siglo XVIII para el excedente de las buenas cosechas que hoy ocupan varios comercios.
En este paseo por la zona conocida popularmente como Barribarto (Barrio Alto), te aseguramos que te pararás más de veinte veces a retratar callejones, puertas de colores, detalles de las encaladas fachadas y las flores de los balcones. Presta atención a los adarves , unos pasillos que salen de estas calles a los que dan varias casas y que son muestra del urbanismo andalusí de Frigiliana. Una estampa preciosa, perfecta para dejarla retratada con tu cámara.
Vista de Frigiliana desde sus miradores. © SG Los miradores de Frigiliana Tendrás que hacer un pequeño esfuerzo de más en las ya empinadas calles de Frigiliana para subir a sus dos miradores desde la ruta que te hemos indicado antes. Están muy cerca uno del otro y se accede a ellos por el Callejón del Peñón. El esfuerzo merece la pena, ya que la vista del pueblo con el río, la campiña malagueña y el mar al fondo es impagable. Para volver, puedes hacerlo por la calle Santo Cristo, que llega a la calle Alta y enlaza con la ruta anterior.
Azulejo número 3 de Frigiliana. © SG La historia en los azulejos de Frigiliana Según vas a avanzando en tu paseo por Frigiliana verás unos azulejos en algunas calles con textos y dibujos. Son doce en total y narran la historia de la resistencia de la población morisca aquí asentada en la Batalla del Peñón de Frigiliana , que en 1569 supuso la expulsión del último reducto musulmán de la Península por la intervención de Luis de Zúñiga y Requesens y sus 6.000 hombres. Merece la pena fijarse en sus textos y sus dibujos, que son una forma directa y original de plasmar esta historia.
“Hubo algunas Moras que pelearon cono esforzados varones ayudando a sus maridos, hermanos e hijos; y quando vieron el fuerte perdido, se despeñaron por las peñas más agrias, quiriendo más morir hechas pedazos, que venir en poder de Christianos. A otras no les faltó ánimos para ponerse en cobro con sus hijos en los hombros, saltando como cabras de peña en peña”.
Azulejo nº 10 de Frigiliana. Parte occidental del casco viejo En el lugar a donde llevan nuestros pasos tras recorrer la parte más alta del casco histórico aparece una escultura llamada “Tres culturas, dos escultores, un Dios”, que se instaló en 2006 en la localidad con motivo del I Festival Frigiliana Tres Culturas. Un poco más allá se ubica la sencilla y resplandeciente ermita del Ecce Homo , del siglo XVIII, conocida como la de El Santo Cristo, que es muy importante para los habitantes de Frigiliana.
Callejón del Peñón, uno de los más pintorescos de la localidad. © Fran Fernández Plaza de la Fuente Vieja La conocida como la Fuente Vieja es uno de esos detalles que suman elementos de interés en el paseo por Frigiliana. Es del siglo XVII y fue construida por Íñigo Manrique de Lara, Señor de Frigiliana y I Conde de la villa, por lo que lleva su escudo de armas. Todavía hoy permite refrescarse con sus aguas en el mismo lugar que antiguamente abastecía a los vecinos de agua potable.
Iglesia de San Antonio de Padua La iglesia de San Antonio de Padua, situada en la calle Real, es de finales del siglo XVII y fue reconstruida posteriormente en estilo renacentista. Merece la pena asomarse para ver su sencilla y blanca estructura, su coro y los retablos.
Puertas del casco histórico. © SG El Torreón Es uno de los edificios que más llaman la atención en una excursión a Frigiliana y se encuentra en la plaza conocida popularmente como “la plazuela”. Este edificio está actualmente adosado a una vivienda y se piensa que es una construcción del siglo XVIII para vigilar la costa y avisar con tiempo de los ataques piratas tan comunes en la zona. Alberga unas vasijas antiguas, una con un interesante grabado que alude a la presencia de las tres grandes religiones en Frigiliana.
Jardín Botánico de Santa Fiora A los pies del casco histórico se encuentra el Jardín Botánico de Santa Fiora, donde se encuentran representadas las plantas que han sido importantes para Frigiliana, tanto para la alimentación y los usos curativos como las que se han utilizado para la cestería, la producción de seda, calzado o perfumes. Así, este bonito rincón organizado en bancadas para salvar el desnivel del terreno permite un paseo entre olivos, tomillo, romero, palmitos, caña de azúcar o esparto .
Restaurante en Frigiliana. © SG Consejos Etheria Magazine No te preocupes por el almuerzo en Frigiliana, hay numerosos restaurantes y bares pintorescos y en la Plaza de las Tres Culturas se concentran en una gran esplanada varios locales donde comer sentado cómodamente en una terraza.
Si prefieres una visita guiada, puedes apuntarte a alguna de Civitatis: Puedes elegir entre un Free tour por Frigiliana o una visita privada .
Más información en Turismo de Frigiliana .
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