Con una fuente cantarina, aguas milagrosas, artísticas columnatas y groupis de su oferta termal entre la aristocracia más selecta, la ciudad de Mariánské Lázně es uno de los vértices del Triángulo Balneario Checo que mereces disfrutar. Ideal como lugar de retiro termal o como una excursión desde Praga. Vista panorámica de Nové Lázně. © Pepa García No goza de la fama termal de Karlovy Vary –ni falta que le hace– pero Mariánské Lázně ocupa un digno segundo puesto y enamora a cuantos la visitan. Esta ciudad es una de las excursiones desde Praga que fácilmente puede convertirse en un destino por sí misma. Y no sería nada nuevo, ya que este vértice del aclamado Triángulo Balneario Checo lleva recibiendo a lo más granado de la aristocracia, de la esfera social e intelectual europea desde el siglo XIX. ¿Qué es lo que atrajo tanto a Eduardo VII para acudir a esta ciudad nueve veces o a compositores como Wagner, Chopin o Strauss? Sin duda, la promesa de una mejoría en su salud. En aquellos momentos ya tenían fama los cientos de manantiales termales situados en su entorno, y de los que manaba un agua beneficiosa para los problemas del sistema digestivo, respiratorio y locomotor. A los viajeros de hoy día nos enamoran muchas más cosas, además de las terapias balnearias, así que nos hemos dado una vuelta por allí para contarte todo lo que puedes ver y hacer en Mariánské Lázně.
Aunque ha pasado el tiempo, Mariánské Lázně sigue conservando su esencia. © P.G. Índice para organizar tu viaje 1️⃣ Beber agua de una fuente termal . 2️⃣ Columnata Principal . 3️⃣ El espectáculo de la fuente cantarina . 4️⃣ Probar las obleas de vainilla. 5️⃣ Un baño romano en el hotel Nové Lázně . 6️⃣ Iglesia ortodoxa rusa de San Vladimiro . 7️⃣ Dónde comer en Mariánské Lázně . 8️⃣ Piscina Lido . 9️⃣ Visitar Kladska. 🔟 Excursiones desde Mariánské Lázně .
Mariánské Lázně, una ciudad rodeada de bosques. © Pepa García Mariánské Lázně, cómo nace una ciudad termal La historia de Mariánské Lázně como destino termal comenzó a finales del siglo XVIII, aunque ya había constancia de sus manantiales desde la época medieval. El descubrimiento de las propiedades de sus aguas no es tan romántico como el de Karlovy Vary, no hay monarca ni ciervo herido como cuenta la leyenda en aquella ciudad, sino que es mucho más racional y práctico. En este caso, el artífice del descubrimiento es Joseph Johann Nehr, un médico que residía en el cercano monasterio de Teplá, y que tras averiguar sus beneficios impulsó la construcción de una casa de baños, “La Bola de Oro”, cerca del manantial de la Cruz.
El origen de Mariánské Lázně se podría situar, por tanto, en torno a 1808 cuando se bautiza un manantial con el nombre de María, y llegan los primeros ochenta usuarios. El lugar comienza a conocerse como el Balneario de María, o lo que es lo mismo “Mariánské Lázně”. Diez años después recibe el reconocimiento oficial de balneario público y en 1866 los derechos municipales. Para afianzar su éxito sólo fue necesario, seis años después, un empujoncito más: la conexión, vía ferrocarril, con las ciudades de Cheb y Pilsen.
Eduardo VII y Francisco José I también se reunían en Mariánské Lázně. © Pepa García De manantiales rurales a arquitectura top Mariánské Lázně comenzó a despegar, y a florecer arquitectónicamente con la creación de una serie de lujosos balnearios, columnatas cubiertas con fuentes (no olvides que los beneficios de este agua se reciben fundamentalmente al ingerirla), jardines, casinos, teatros, restaurantes e, incluso, iglesias. Todo ello igual de necesario para que sus afamados visitantes se sintiesen como en casa y volviesen periódicamente, como así ocurría. De aquellos años, a finales del siglo XIX o principios del XX, en los que imperaba el estilo historicista y modernista proceden las Columnatas Principal y Carolina, los balnearios Nuevo, Central y Marjal, el Casino, la Casa de Goethe y las iglesias católica de Nuestra Señora, la ortodoxa rusa de San Vladimiro y la anglicana.
Si en tu viaje a las visitas arquitectónicas le añades algún paseo por sus cuidados parques y una excursión a los alrededores tendrás una escapada termal perfecta como complemento a una escapada a Praga.
Uno de los bucólicos rincones de Mariánské Lázně. © Pepa García Qué ver y hacer en Mariánské Lázně Tras esta puesta en situación, sólo queda organizar el itinerario para conocer lo más interesante. Si sales desde Praga en coche, puedes llegar en unas dos horas (150 km), y si lo haces en tren , media hora más. Si te levantas temprano, es incluso una excursión factible para un solo día. A continuación te contamos en formato lista qué ver y hacer en Mariánské Lázně para que no pierdas ni un minuto más.
Columnata Principal de Mariánské Lázně. © Pepa García 1. Beber agua de una fuente termal Estás en una ciudad termal, por tanto lo primero que querrás hacer es probar las famosas aguas terapéuticas de Mariánské Lázně , procedentes de los mismos manantiales donde bebieron Mark Twain, Weber, Goethe y Edison en su día. ¡Quién sabe si parte de su genialidad se debe al agua que brota de estos manantiales! Por si te lo estás preguntando, el agua es gratuita, sólo tendrás que llevar un recipiente para recogerla o comprar la tradicional jarrita de cerámica que venden en todos los quioscos, con un asa que funciona como pajita para beber. El agua no llega a estar fría pero no está tan caliente como la de Karlovy Vary, es más fácil de ingerir aunque tiene cierto sabor salado o mineral. Las fuentes se sitúan bajo columnatas monumentales, por lo que además de los beneficios del agua disfrutarás de una bonita arquitectura. Una de las más impresionantes es la llamada Principal.
Frescos de la Columnata Principal. © Pepa García 2. Pasear por la Columnata Principal También conocida como Columnata de Maxim Gorky, esta columnata es uno de los iconos de Mariánské Lázně, y lo es por méritos propios. Esta obra neobarroca fue mandada construir en torno al año 1888 por el abad del monasterio de Teplá, siguiendo el proyecto de los arquitectos vieneses Miksch y Niedzielski. Con el paso del tiempo tuvo que ser reconstruida pero no ha perdido esplendor, conserva detalles maravillosos como los frescos del techo de ‘El hombre y el universo’ del pintor Josef Vyleťal, y relieves de bronce de Antonín Kuchař. Bajo la misma se sitúan algunas cafeterías y tiendas de recuerdos. Y al fondo, las fuentes donde coger el agua. En el mismo parque, a pocos minutos de esta columnata, se sitúa otra, la columnata Karolinina, del manantial Rodolfo, que alberga varias fuentes.
Fuente cantarina o «cantante» de Mariánské Lázně. © Pepa García 3. Asistir al espectáculo de una fuente cantarina Esta es una de las citas obligadas en Mariánské Lázně. No hay que despistarse porque existe un calendario que indica el horario de los espectáculos. Con los juegos de agua, música y luces, esta fuente ameniza el espacio. Suele funcionar cada dos horas –entre las siete de la mañana y las siete de la tarde– pero las luces sólo funcionan en las sesiones nocturnas, a las nueve y diez de la noche. El programa musical se encuentra expuesto en un panel junto a la fuente, ya que las melodías van cambiando. Es gratuito y se acumulan muchos curiosos que esperan con paciencia a esas horas en punto para disfrutar de un agradable momento junto a la Columnata Principal.
Las obleas, una tentación en la que hay que caer. © Pepa García 4. Probar las obleas «balnearias» Entre paseo y paseo, emoción y emoción, te merecerás un descanso. Te proponemos comprar unas obleas de vainilla, avellana o chocolate (Lázeňská oplatka de la marca Kolonada). Son muy típicas de las ciudades balnearias checas, e ideales para comerlas mientras paseas. Las encontrarás en tiendas situadas en las calles comerciales. Otra opción es pedir en un puesto callejero un chocolate caliente y unos Trdelník (una masa azucarada que se enrolla sobre un palo y se hace sobre brasas).
Baño romano del hotel Nové Lázně. © Pepa García 5. Darte un baño romano en el hotel Nové Lázně Si en lugar de hacer una excursión de un día a Mariánské Lázně desde Praga, decides que merece la pena quedarte algunas noches, un buen lugar donde dormir y que rezuma historia es el hotel Nové Lázně . Es uno de esos hoteles que no tiene perfil malo, te enamora lo mires desde donde lo mires. Traspasar el umbral de su puerta es introducirse en un espacio que ya transitaron antes que nosotros filósofos, escritores y hasta algunos reyes como el británico George VII que incluso tenía su propia sala de baño privada, que se puede reservar y que mantiene su mobiliario tal cual estaba en 1905. Pasear por las instalaciones es retroceder algunos siglos atrás, con pasillos jalonados por salas de tratamientos, suntuosos salones, y un Baño romano con unas bonitas columnas donde dejarte acariciar por estas aguas mágicas y curativas.
Iglesia ortodoxa rusa de San Vladimiro. © Pepa García 6. Conocer la iglesia ortodoxa rusa de San Vladimiro En un paseo por Mariánské Lázně no sólo se descubren magníficos hoteles, galerías de arte, restaurantes y agradables cafeterías, sino que también aparecen construcciones como la llamativa iglesia ortodoxa rusa de San Vladimiro. Merece la pena acercarse para admirar su bonita fachada, con rayas rojas y blancas, y entrar a conocer su interior.
Platos del restaurante Villa Patriot. © Pepa García 7. Dónde comer bien en Mariánské Lázně Esta ciudad del Triángulo Balneario Checo cuenta con todo lo necesario para recibir a los visitantes que se acercan a disfrutar de su oferta termal. Además de buenos hoteles, también ofrece restaurantes para todos los gustos. Si quieres darte el capricho en uno gourmet puedes optar por el Villa Patriot , donde degustar platos tradicionales checos con una presentación impecable y creativa. Otra opción más informal pero igual de recomendable es Česká hospůdka , un restaurante muy agradable donde degustar comida casera y buena cerveza a precios ajustados.
Cerca de Mariánské Lázně encontrarás lagos y bosques. © Pepa García 8. Hacerte unos largos en la Piscina Lido Como una de las épocas más frecuentes para recorrer esta región es el verano, toma nota de la posibilidad de darte un baño en la piscina natural Lido , a sólo dos kilómetros de Mariánské Lázně. Además de contar con una playa de hierba y arena, dispone de todos los servicios que puedas necesitar: un quiosco para comprar la comida, merendero, duchas, botes de pedales, tumbonas y pistas deportivas.
Reserva Natural Kladská, a pocos kilómetros de Mariánské Lázně. © Pepa García 9. Recorrer los bosques de Kladska Una visita muy recomendable a sólo 9 kilómetros de Mariánské Lázně es la Reserva Natural Kladská , un espacio rodeado de bosques, con altísimos abetos y lagos, donde perderse por sus senderos o caminar por pasarelas de madera. Cuenta con paneles informativos y la ruta está perfectamente señalizada. Al caer el sol, el bosque ofrece un concierto de sonidos de la naturaleza. La experiencia es inolvidable y, con un poco de suerte, podrás ver urogallos, ciervos, zorros…
Población de Loket, una excursión ideal desde Mariánské Lázně o desde Karlovy Vary. © Pepa García 10. Excursiones desde Mariánské Lázně Si te quedas varios días en esta ciudad, aprovecha para hacer excursiones por los alrededores. En primer lugar, completa el Triángulo Balneario Checo visitando Karlovy Vary , que está a 50 km (del que ya te hemos hablado en otros artículos) y Františkovy Lázně (40 km). Pero no te quedes sólo con estas dos ciudades, a pocos kilómetros se alzan monumentos y preciosos pueblos como Loket con su bello castillo (49 km), Cheb (a 34 km), el monasterio de Teplá (17 km), y el castillo de Bečov nad Teplou (27 km) que alberga el misterioso relicario de San Mauro.
Como te habrás dado cuenta, Mariánské Lázně es mucho más que balnearios y preciosos jardines, es el punto de partida para conocer toda la región de Karlovy Vary sin tener que mover las maletas.
Terminamos este artículo con una curiosidad final: ¿Sabías que Goethe conoció en esta ciudad, en 1821, a Ulrika von Levetzow, su último amor? Le pidió la mano dos años después de coincidir con ella pero le dio calabazas. La damisela tenía sólo diecisiete años y le veía como a un padre. Algo comprensible porque Goethe ya peinaba canas, cumplía más de setenta.
(En este artículo de Babelia te cuentan la historia completa ).
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