Hacer una excursión a Tarancón para comer el “mejor chuletón del mundo” es un motivo más que justificado. Pero si, además, se añaden visitas a Segóbriga, las Caras de Buendía, Ocaña y el monasterio de Uclés, se convierte en una escapada redonda a menos de una hora de Madrid.
Panorámica aérea de Tarancón. ©Ayto. de Tarancón El origen de la “Noble Ciudad” de Tarancón se remonta a los pobladores celtíberos que se establecieron en la zona más alta de la localidad, justo donde ahora se encuentra el popular barrio de El Castillejo. Romanos, musulmanes y cristianos han dejado huella en este histórico municipio asentado entre las cuencas del Tajo y del Guadiana y que, aunque enraizado en la provincia de Cuenca , también mira hacia Toledo y La Alcarria.
Tarancón en un día Esta gran desconocida, situada a 87 km de Madrid y 84 km de Cuenca, esconde algunos tesoros esperando a ser descubiertos mientras paseamos por sus calles. Uno de ellos es el Arco de la Malena (siglo XII), antiguo punto de acceso al recinto amurallado y parada imprescindible en esta población de la Mancha Alta. Esta vetusta puerta de paso, que aparece reflejada en el escudo de las localidad desde el siglo XVIII, se encuentra hoy en día flanqueada por la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción , un templo de estilo gótico del siglo XV. También la rondan la llamada Casa de Piedra , un edificio histórico de finales del XVIII; el que fuera el palacio de los duques de Riánsares , actual sede del consistorio, y el mercado municipal construido en los años 50 con la técnica del hormigón.
No son los únicos lugares que merecen nuestra atención. Conviene visitar el Museo Casa Parada , sede de la oficina de información turística y del museo dedicado a la obra del pintor taranconero Emilio Lozano Moreno, y la iglesia de los Padres Franciscanos . Tampoco se pueden olvidar el conocido como “antiguo pósito” , una casa usada como almacén de grano donde se guardaba cereal para paliar los años de mala cosecha, o el santuario de Nuestra Señora Virgen de Riánsares , patrona del lugar, situado a 3 kilómetros de Tarancón.
© Restaurante Essentia, en Tarancón. Dónde comer en Tarancón el mejor chuletón del mundo Estaréis de acuerdo conmigo en que comer y dormir como reinas son condiciones sine qua non para que cualquier escapada resulte perfecta. Y qué mejor que tenerlo todo en un mismo lugar y poder relajarse en torno a una buena mesa sin pensar en tener que coger el coche al finalizar la velada.
Este armónico tándem lo encontramos en Essentia, un sorprendente espacio gastronómico que cuenta con dos ambientes bien diferenciados: el restaurante y el gastrobar. El chef Toño Navarro está al mando de los fogones de este establecimiento que presume de servir la “mejor carne del mundo” . Una afirmación que sostiene el jurado del World Steak Challenge , el prestigioso certamen internacional que reconoce las mejores carnes de vacuno de todo el planeta.
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Chuletón del restaurante Essentia. En Essentia el secreto está en la extraordinaria calidad de los lomos enteros de vacas finlandesas Ayrshire , criadas en libertad, madurados en sus propias cámaras frigoríficas bajo un estricto control, de humedad y temperatura, durante un periodo aproximado de 45 días. La excelencia del producto es además seña de identidad en todos los platos de su sabrosa carta. Da igual que pidáis la ensalada con tomate de temporada, los deliciosos torreznos, las croquetas, el pescado del día o cualquiera de sus carnes, sea cual sea vuestra elección la satisfacción está asegurada.
Pero lo bueno no acaba aquí, la experiencia hedonista continúa sin tener que abandonar el edificio ya que el restaurante conecta directamente con la recepción del hotel Ansares , un espléndido 4 estrellas de confortables habitaciones situado a la entrada de la ciudad.
Así, con el campamento base establecido, os proponemos una lista de escapadas muy cercanas para que el fin de semana sea redondo.
Monasterio de Uclés. © Rafa Esteve/Wikimedia Excursiones desde Tarancón 1. Monasterio de Uclés, el Escorial de La Mancha (a 16 km de Tarancón) La majestuosidad de este edificio le ha valido el apelativo de “El Escorial de La Mancha” ya que en la construcción de este conjunto monumental trabajó el arquitecto Francisco de Mora, discípulo de Juan de Herrera. Ubicado sobre un altivo cerro que domina el paisaje de esta hermosa villa, los muros históricos del monasterio de Uclés se articulan en torno a un bello claustro cerrado por una arcada, de treinta y seis arcos de medio punto, en cuyo centro luce un escultural pozo de estilo barroco. Rodeando este regio patio encontramos espléndidas estancias como el refectorio del XVI decorado con un magnífico artesonado labrado en madera de pino; la sacristía plateresca; la iglesia de estilo herreriano o la impresionante escalera barroca presidida por un gran lienzo del apóstol Santiago obra de Antonio González Ruiz, pintor de cámara de Fernando VI.
📌 Además de centro espiritual y de condensar siglos de arte e historia, el monasterio de Uclés ofrece un atractivo programa de eventos y actividades culturales como concursos literarios, exposiciones, conciertos y conferencias en un enclave único.
Parque Arqueológico de Segóbriga. © Cultura JCCM 2. Segóbriga, el esplendor del Imperio Romano (a 26 km de Tarancón) Este antiguo emplazamiento romano, cuyo origen se sitúa a inicios del siglo II a. C., se encuentra situado sobre el cerro Cabeza de Griego, en la localidad conquense de Saelices. Fue una próspera ciudad gracias a la explotación y comercialización de las minas de lapis specularis , un tipo de yeso traslúcido usado a modo de cristal muy valorado en época romana. La importancia de Segóbriga fue tal que en tiempos de Augusto, poco antes del cambio de era, dejó de pagar tributo a Roma y se convirtió en municipium de ciudadanos romanos. El vetusto complejo, considerado como el conjunto arqueológico más importante de la Meseta, se puede visitar y es una actividad de lo más recomendable. El graderío del teatro es una auténtica maravilla en el que se celebran conciertos durante los meses de verano.
Plaza Mayor de Ocaña. © Oficina de Turismo Ocaña 3. Ocaña (a 45 km de Tarancón) Abandonamos la provincia de Cuenca para adentrarnos en tierras toledanas. Allí alzada sobre una llanura se encuentra Ocaña . Esta localidad perteneció durante siglos a la Orden de Santiago, desde entonces ha sido testigo de notables acontecimientos históricos. Isabel la Católica vivió allí un breve exilio antes de conocer a su futuro esposo y también fue residencia temporal de Felipe II y de Felipe el Hermoso . El patrimonio monumental que atesora refleja su ilustre pasado. La Plaza Mayor , concebida como un claustro de estructura cerrada, puede ser un buen punto de partida de un recorrido que nos llevará hasta el palacio de Cárdenas , un edificio renacentista pero con elementos góticos y mudéjares; el Museo Arqueológico en el que se exponen objetos de antiguos asentamientos de la zona pertenecientes a época prehistórica, celtibérica, romana y medieval; el Teatro Lope de Vega y enfrente del mismo la picota o rollo jurisdiccional .
Impresionante la Fuente Grande , un formidable complejo hidráulico de estilo herreriano de forma rectangular y estructurada en dos zonas: los lavaderos y la fuente propiamente dicha. Ocaña cuenta además con destacados edificios religiosos como son la iglesia de San Juan y la de Santa María o el convento de Santo Domingo , atribuido a Alonso de Covarrubias, edificado en el siglo XVI.
Ruta de las Caras de Buendía. © Yolanda Cardo 4. Ruta de las Caras de Buendía (a 71 km de Tarancón) Apenas una hora en coche tardaréis en llegar hasta este magnífico enclave de La Alcarria conquense, la conocida como Ruta de las Caras situada junto al pantano de Buendía. Se trata de un agradable paseo trufado de esculturas, talladas en las rocas del lugar, que se encuentran repartidas a lo largo de un frondoso pinar y con las aguas del pantano en el horizonte.
El origen de este peculiar museo al aire libre se debe a Eulogio Reguillo y Jorge Juan Maldonado , un reparador de fachadas y un ceramista asiduos de la zona, que un buen día decidieron esculpir figuras en las piedras dando así rienda suelta a su vena artística. Una monja, una moneda, un chamán, unas cruces templarias, vírgenes, duendes, damas o un enorme rostro de Krishna son algunos de los motivos de las pétreas figuras que decoran este hermoso entorno. Las vistas al atardecer son espectaculares, no os las perdáis.
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