La isla de Lanzarote está llena de paisajes únicos, de esos que atrapan y te hacen querer volver una y otra vez. En este artículo te contamos qué ver en Lanzarote centrándonos en 15 lugares imprescindibles que no pueden faltar cuando visites la isla.
Paisaje de Lanzarote. Lanzarote es un lugar perfecto para unas vacaciones en cualquier momento del año. A su clima benigno de temperaturas suaves se suma un paisaje impactante que te acompaña durante toda tu estancia y convierte cualquier excursión en algo único. Aquí conviven la naturaleza más agreste marcada por el vulcanismo de la isla con las intervenciones en el paisaje que realizó César Manrique, creando espacios únicos perfectamente armonizados con el entorno. Además, bonitas playas para todos los gustos, museos y pueblos coquetos y llenos de encanto darán contenido a unas vacaciones que seguro serán inolvidables.
Paisajes únicos Lanzarote es uno de esos lugares que te llegan a través de su paisaje. Un paisaje volcánico que determina unos campos infinitos de lava y ceniza surcados por carreteras que parece que te llevan al fin del mundo. En este panorama ha sido determinante la figura del artista César Manrique con sus intervenciones arquitectónicas integradas en el entorno, creando espacios como los Jameos del Agua o el Jardín de Cactus . También hay que destacar la férrea voluntad de subsistencia de la malvasía volcánica para crear unos paisajes del vino totalmente diferentes a los que dominan en otras latitudes y unas salinas que han mantenido los usos tradicionales.
La Geria En La Geria verás uno de los viñedos más originales del mundo, que define un impactante paisaje. Aquí, cada vid crece sobre la tierra volcánica en el interior de un hoyo circular de seis metros de diámetro rodeada por un muro de piedra que la protege de los vientos alisios. La uva es la malvasía volcánica , endémica de la isla, y su vendimia es la primera de Europa ya que comienza durante el mes de julio.
Viñedos de La Geria. Existen 18 bodegas adscritas al consejo regulador y la más antigua (fundada en 1755) es la de su vino más famoso, El Grifo . Se puede visitar, alberga también un Museo del Vino y el recorrido acaba con una cata de vinos acompañados del delicioso queso local. Otra opción para poder probar los vinos con tranquilidad es apuntarse al tour de viñedos y bodegas por La Geria de Civitatis.
Los Jameos del Agua Los Jameos del Agua es una de las visitas imprescindibles en Lanzarote, una de las primeras intervenciones de César Manrique en la naturaleza de la isla. Se ubica en el interior de un tubo volcánico surgido tras la erupción del volcán La Corona y eso es precisamente lo que describe la palabra guanche “jameo”. La obra se terminó en 1977 y ocupa en realidad tres jameos: el Jameo Chico (donde está el restaurante); el Jameo Grande , donde se ubica la piscina; y el Jameo de la Cazuela , que da cabida al auditorio. En su laguna hay 77 especies endémicas entre las que destaca el cangrejo ciego, en peligro de extinción. Es un lugar perfecto para recorrer con calma y tomar algo en su agradable restaurante.
Piscina de los Jameos del Agua. Las Salinas de Janubio La sal ha sido un producto tremendamente importante a lo largo de la historia y Lanzarote fue uno de los lugares donde la industria asociada a este producto fue fundamental durante el siglo XX. De todas las salinas que tuvo la isla hoy en día quedan las Salinas de Janubio, de las que sale un producto de gran calidad. Este lugar ha creado unos paisajes que serán protagonistas de tus fotos y una biodiversidad a su alrededor muy interesante. Puedes recorrerla con la Visita guiada de las Salinas de Janubio de Civitatis.
Salinas de Janubio. Además, de la producción de sal surgió una de las costumbres más bonitas y retratadas de Lanzarote: las alfombras de sal tintada que se realizan por las calles durante la festividad el Corpus Christi.
El Jardín de Cactus Es otra de las aportaciones del genial César Manrique a su isla natal y está ubicada en una antigua cantera de rofe (la arena volcánica que se utilizan en la agricultura). Alberga unos 4.500 ejemplares entre los que se pueden encontrar más de 400 variedades. No te pierdas su molino de gofio, uno de los pocos que quedan en pie en la isla, y aprovecha para conocer la curiosa cría de la cochinilla, un insecto que se utilizaba como colorante natural para tejidos y alimentos.
El Jardín de Cactus de César Manrique. Naturaleza Cuando se visita Lanzarote lo que queda grabado en la memoria son siempre sus paisajes. Por originales, inhóspitos y a la vez bellísimos. Una especie de tierra del fin del mundo de la que no quieres marcharte. Esta imagen está determinada por la presencia del Parque Nacional de Timanfaya, pero también por otros lugares creados por el vulcanismo como el Charco de los Clicos o la Cueva de los Verdes. Y, enfrente de la costa norte, la reserva marina más grande de Europa, el archipiélago de Chinijo, con la isla de La Graciosa como protagonista, ya como la octava isla canaria.
El Parque Nacional de Timanfaya Declarado Reserva de la Biosfera, el Parque Nacional de Timanfaya es uno de esos lugares difíciles de olvidar y un lugar imprescindible que ver en Lanzarote. La vista se pierde en el paisaje formado por ceniza, piedras y treinta conos volcánicos que surgieron con las erupciones del siglo XVIII. El recorrido por las llamadas Montañas del Fuego se realiza en unos autobuses que llegan al restaurante-mirador El Diablo (obra también de César Manrique). Aquí, la tierra hierve a casi trescientos grados a diez metros de profundidad y el pozo que se realizó para dejar salir el calor se ha convertido en un original horno natural. También pueden hacerse algunas rutas de senderismo como la que propone Civitatis .
Paisaje del Parque Nacional de Timanfaya. El Charco de los Clicos El Charco de los Clicos, conocido como el “lago verde”, es otro de esos paisajes de otro mundo que te encuentras en Lanzarote. Este cráter de volcán ubicado junto al mar y ocupado por una masa de agua con una alta concentración de algas que le da su característico y llamativo color es el blanco de todas las fotos. Eso sí, ten en cuenta que está prohibido el baño al encontrase en una zona protegida. Se encuentra a pocos minutos de El Golfo , una localidad pesquera reluciente por el blanco de sus casas donde merece la pena pararse a degustar un buen pescado en alguno de sus restaurantes.
El Charco de los Clicos. La Cueva de los Verdes Es uno de los lugares más mágicos de toda la isla, tanto que ha sido retratado en rodajes como Viaje al centro de la tierra y 20.000 leguas de viaje submarino . Este conjunto de cuevas surgió con la erupción del volcán La Corona, que formó un túnel de casi ocho kilómetro s de los cuales uno y medio están bajo el mar formando el llamado Túnel de la Atlántida. Podrás admirar algunos de sus jameos –como el que se utiliza como puerta de entrada– y no dejes de realizar una visita guiada que recorre un kilómetro de las cuevas y que está lleno de sorpresas.
La Cueva de los Verdes. © Jorge Fernández Salas. El Archipiélago de Chinijo Situado frente al extremo norte de la isla, para contemplarlo el mejor lugar es el famoso Mirador del Río , diseñado por César Manrique, y, como todas sus aportaciones a la isla, perfectamente integrado en el paisaje. Su isla principal, La Graciosa , es la más conocida, ya que el resto son pequeñas islas e islotes deshabitados. El conjunto forma la reserva marina más grande de la Unión Europea.
Archipiélago de Chinijo. Visitar La Graciosa siempre es una buena idea en un viaje a Lanzarote, solo tendrás que acercarte a Puerto de Órzola y coger un ferry que te llevará a Caleta del Sebo en tan solo media hora (puedes reservar con Civitatis su excursión a La Graciosa en ferry con paseo en velero o la Isla de La Graciosa por libre en ferry ). Ofrece bonitas playas (como la playa de La Francesa, la playa de las Conchas o la playa de la Cocina) y una tranquilidad difícil de encontrar en otros lugares, ya que no hay apenas carreteras ni ruidos.
Pueblos En un viaje a Lanzarote el turismo urbano no ocupará tu tiempo, pero merece la pena acercarse a dos localidades que merecen un paseo: Yaiza, en el sur, como ejemplo de la arquitectura tradicional de la isla; y la Villa de Teguise, que fue capital de la isla hasta mediados del siglo XIX y que guarda algunos rincones llenos de encanto.
Yaiza Visitar el pueblo de Yaiza, ubicado en el borde del Parque Nacional de Timanfaya, no te llevará mucho tiempo, pero no dejes de detenerte de camino en alguna excursión para contemplar de primera mano la arquitectura tradicional de casas blancas de techos planos con puertas y ventanas de colores: verdes en los pueblos de interior y azules en los costeros. El blanco inmaculado de sus casas contrasta con la tierra oscura y volcánica que lo rodea, procedente de las erupciones del siglo XVIII.
Yaiza. La Villa de Teguise Esta localidad ubicada en el norte de la isla fue capital de la isla hasta 1852 y es un agradable lugar para dar un paseo. Destacan lugares como la plaza de la Constitución con el palacio Spínola, la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe (del siglo XV, aunque su forma definitiva es del siglo XVIII) y el museo de la Piratería, ubicado en el castillo de Santa Bárbara (puedes apuntarte al Free tour por Teguise de Civitatis para no perderte nada). Si no sabes qué día ir, elige el domingo, ya que por la mañana se celebra el mercadillo más grande y animado de toda la isla: artesanía, productos ecológicos, ropa… Un lugar perfecto para llevarse un recuerdo de la isla.
Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Villa de Teguise. A un cuarto de hora en coche se encuentra Costa Teguise , uno de los lugares preferidos por los viajeros que visitan la isla para alojarse por su amplia oferta hotelera y de ocio.
Museos Los museos que hemos destacado en este artículo están ligados a aquellos que quisieron a esta tierra, tanto grandes figuras como César Manrique y José Saramago, como los campesinos que la trabajaron con tesón a pesar de la dificultad que suponía cultivar en los áridos terrenos de la isla.
Casa-Museo César Manrique En Haría, en una preciosa ubicación, se encuentra la Casa-Museo César Manrique, una antigua casa de labranza en un palmeral que el artista rehabilitó en 1986 para convertirla en su vivienda hasta su muerte, en 1992. Hoy día está abierta al público y es un buen lugar para acercarse a su figura y descubrir cómo vivió y trabajó durante sus últimos años a través de sus objetos personales y en un entorno donde encontró la paz y el contacto con la naturaleza que tanto buscaba.
Casa-Museo Jorge Manrique. Casa José Saramago En el municipio de Tías se encuentra A Casa de José Saramago , una casa-museo donde acercarse a la figura y obra del Nobel portugués. Este lugar, al que él mismo llamaba “una casa hecha de libros”, fue donde pasó largas temporadas en sus últimos dieciocho años de vida. Un lugar sencillo y lleno de luz, donde la visita guiada lleva durante una hora por sus espacios cotidianos. Puedes reservar la visita en acasajosesaramago.com o en Civitatis .
En la vivienda destaca la biblioteca, llena de referencias bibliográficas y donde comenzó a escribir su obra Ensayo sobre la ceguera , y la cocina, lugar de tertulias y reuniones con sus amigos. Y en el jardín cada árbol tiene una historia, desde un membrillo plantado en honor de Antonio López hasta los olivos portugueses que le recordaban su Azinhaga natal.
Casa-Museo del Campesino Este curioso museo ubicado en una bonita vivienda tradicional se encuentra en el centro geográfico de la isla y es un lugar con el que César Manrique quiso poner en valor el esfuerzo y tesón de los campesinos de Lanzarote, que tuvieron que desarrollar su actividad en un entorno muy complejo. Esta Casa-Museo es un recorrido por la agricultura, artesanía, arquitectura y gastronomía tradicionales de la isla. Merece la pena tomar algo en su cantina y en su restaurante, y degustar así platos locales guisados con mimo. También pararse a comprar algún recuerdo en su tienda. No te pierdas tampoco la original escultura a la Fecundidad.
Casa-Museo del Campesino. Playas Ir de vacaciones a las islas Canarias y no disfrutar de la playa es imposible. Es cierto que en Lanzarote hay muchas opciones para hacer excursiones, pero alguna de sus playas son de visita obligada. Destacamos tres: Playa Blanca , turística y con todos los servicios para el ocio; Punta Papagayo , en el sur, con playas tranquilas y arena dorada; y la playa de Famara , en el norte y con un mar bravío perfecto para los deportes acuáticos.
Playa Blanca Playa Blanca es en realidad una pequeña localidad de pescadores que con el desarrollo turístico de la isla se ha convertido en sede de algunos de los mejores hoteles de Lanzarote. Es un lugar muy animado, donde se puede disfrutar de restaurantes y bares de copas. Nos gusta por su bonito paseo marítimo, el fácil acceso a sus playas y porque es un lugar perfecto para tomar como punto de partida para recorrer la isla.
Playa Blanca. © Jorge Fernández Salas. Punta del Papagayo Situada muy cerca de Playa Blanca (si no has alquilado un coche puedes ir en taxi desde cualquiera de sus hoteles), forma el conjunto de playas más impresionante de la isla. Eso sí, tendrás que pagar para acudir ya que se encuentra en el Monumento Natural de los Ajaches , un pequeño inconveniente que se compensa con lo bien cuidado que está el entorno y la tranquilidad de sus playas de poco oleaje.
Playa del Pozo en Punta Papagayo. Su playa más famosa es playa Papagayo , con forma de media luna, a la que se desciende por una escalera desde los acantilados y que ofrece una arena dorada. En lo alto, un animado chiringuito espera a la subida de las escaleras con la promesa de un delicioso mojito. Hay muchas más playas, así que, si tienes tiempo, acércate también a la playa la Cera, a playa Mujeres, a la playa del Pozo o la Caleta del Congrio (algo más apartada y perfecta para hacer nudismo). Si te apetece practicar algún deporte en estas playas, apúntate a esta excursión de Civitatis: Paddle surf y snorkel en la playa Papagayo .
Playa de Famara La playa de Famara, situada frente a la isla de La Graciosa, forma parte del Parque Natural del Archipiélago de Chinijo. Aquí, el mar bate la costa ofreciendo la posibilidad de disfrutar de deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf (Civitatis ofrece un curso de surf en la Caleta de Famara ). Pero si no eres aficionada a estos deportes no pasa nada, los paseos por el borde del mar, rodeada de un paisaje de imponentes acantilados, son únicos. En la pequeña localidad Caleta de Famara podrás hacer una parada y disfrutar del excelente pescado en alguno de sus restaurantes.
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