Lugo es tierra de contrastes, náutica y marinera en la orilla cantábrica y baluarte de lo rural tierra adentro. Gallega por los cuatro costados. Si sigues nuestras recomendaciones en estas 15 visitas imprescindibles que hay que ver en Lugo no podrás dejar de hablar de esta espectacular provincia en todos tus círculos de amistades.
Torrentes do Mácara, en Palas de Rei. En esta provincia gallega, la más grande en extensión y la menos poblada, es fácil sucumbir al encanto de lo rural, de lo náutico y también de lo urbano en su capital. Como comprenderás, no ha sido sencillo elegir únicamente 15 visitas imprescindibles en Lugo pero, aunque falten muchas, son un buen aperitivo para descubrir este sensacional destino del noroeste peninsular.
El atractivo de la provincia de Lugo se debe, sobre todo, a la variedad de paisajes que alberga en su vasto territorio. Si bien toda Galicia presume de un litoral de impresión, es probablemente el de la costa lucense el que más miradas atrae. Hacia el interior son las montañas, bosques y ríos con su exuberancia los que invitan a explorar sus más bellos secretos. Sin olvidar sus pueblos que siempre ofrecen un particular encanto, ya sea monumental o con su arquitectura de piedra y ligada a los recursos de la tierra.
Lugo capital Si aún no has empezado a documentarte para tu viaje y no sabes qué ver en Lugo, prepárate para descubrir una ciudad amurallada desde la época romana que te atrapará con la magia de su casco histórico. Ajena a los flujos turísticos, Lugo contagia la tranquilidad de su ritmo urbano desde los primeros pasos por su empedrado. Cuando traspases su muralla habrás atravesado todo un Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Pero antes, bordéala a lo largo de dos kilómetros, toca sus piedras y siente la belleza milenaria de esta ciclópea construcción romana.
Una vez en el interior de su casco antiguo, busca la plaza triangular de Santa María , delimitada por imponentes edificios como el barroco palacio Episcopal y la catedral de Santa María. Esta joya de la arquitectura religiosa románica cuenta con una espectacular portada norte y con el famoso capitel de la Última Cena sobre el que asoma un tímpano con una bella talla de Cristo. Detrás de la catedral, asoma enorme la Plaza Mayor. Éste era el lugar de encuentro en el Medievo y de mercado semanal ha ido creciendo y adornándose, como muestra la notable fachada barroca de la Casa Consistorial o Pazo do Concello, hasta sus actuales dimensiones rectangulares. Hoy día, supera el centenar de metros de largo e incluso acoge una alameda. De la parte más antigua son sus soportales, bajo los mismos, en la zona conocida como el Cantón, se toma el mejor aperitivo de Lugo y también el pulso cotidiano de la capital.
Catedral de Santa María, en Lugo. No te pierdas en Lugo 1. Observa el claustro del antiguo convento de San Francisco, convertido ahora en el Museo Provincial de Lugo . Bajo sus arcos, en sus paredes, verás numerosos hallazgos arqueológicos que se remontan hasta la presencia celta. Puertas adentro, no pierdas detalle de su extraordinario fondo museístico.
2. Recorre el Parque de Rosalía , un rincón verde muy querido entre los locales, situado fuera de la muralla, y cuyo nombre recuerda a la gran escritora gallega Rosalía de Castro. Es el lugar perfecto para descansar o caminar hasta su área central en busca de una fuente y una colección de rosas. Entre sus rincones más curiosos cuenta con un mapa en relieve de la península Ibérica y un estanque donde descansan aves acuáticas. En la zona más occidental está su balcón, con una pérgola de estilo art decó ; es el mejor mirador de la ciudad hacia el río Miño.
Qué visitar en Lugo provincia Lugo cuenta con preciosos parajes que invitan siempre a volver: la comarca A Ulloa, los perfiles montañosos de Os Ancares, el tesoro etnográfico de O Courel, el fiordo gallego del Sil en la Ribeira Sacra y la ría de Ribadeo. Definitivamente, vas a sucumbir al encanto lucense.
Comarca de A Ulloa Recorrer la comarca de A Ulloa es como hacerlo por una Galicia en pequeñas proporciones. Carballedas vírgenes, montañas y ríos de orillas frondosas y salteadas de molinos de agua, modelan el paisaje del corazón geográfico de la región. Tierras señoriales con notables casas y pazos repartidos en solo tres municipios: Monterroso , Palas de Rei y Antas de Ulla .
Uno de sus rincones con más encanto, el monasterio románico de San Salvador de Vilar de Donas , se halla al pie del Camino de Santiago Francés, estamos a unos 70 kilómetros del final. Fue levantado para mujeres, pues fueron las “donas” de la familia Arias Monterroso quienes lo fundaron y habitaron. Para acceder al espectacular castillo de Pambre debes atravesar un foso y un puente. Desde la colina, donde lleva más de 600 años resistiendo con sus recios muros, regala una magnífica vista del pequeño paraíso gallego.
Palas de Rei. © Alexander Schimmeck Os Ancares A caballo de Lugo y León, Os Ancares conforma uno de los territorios gallegos con mayor identidad. Buen motivo es su aspecto montañoso de recónditos valles que supusieron un refugio inexpugnable de celtas ante el avance del Imperio Romano. También conserva con celo las tradiciones rurales alrededor de la vida pastoril. Las pallozas son su emblema. Estas son la opción arquitectónica más sabia para acoplarse a lo abrupto del paisaje sin perder un rayo solar. Apegadas a la tierra, exhiben su figura circular o alargada, un agudo tejado vegetal y paredes de piedra. Una vez localizada la primera palloza resulta imposible resistir el magnetismo de sus líneas ancestrales. Busca los mejores conjuntos de pallozas en O Cebreiro, Piornedo y Campo del Agua.
No te pierdas en Os Ancares . Las vistas desde el imponente mirador de la Torre de Doncos en As Nogais. Desde esta vieja fortaleza medieval se vigilaba el acceso a tierras gallegas y los caballeros leoneses protegían a los peregrinos compostelanos, muchos de los cuales eran mujeres.
Palloza tradicional de Lugo. Serra do Courel Visitar las aldeas de piedra, teñidas por el gris de la pizarra y prendidas de las laderas de la sierra de O Courel hasta alcanzar la orilla del río Sil, es la mejor manera de descubrir su gran patrimonio arquitectónico rural. Como demuestran las calles de pavimento empedrado de Esperante y Seceda o las pintorescas viviendas de fachadas curvas y balcones en madera de Vilamor. La bonita arquitectura popular crea auténticos conjuntos etnográficos como el de Ferramulín. De aspecto medieval, se ve aderezado con hórreos y por un bonito rincón junto al río donde hubo hasta cuatro molinos harineros.
No te pierdas A Devesa da Rogueira , un tesoro natural en plena sierra. La humedad ambiental envuelve la pendiente sobre la que se asienta un extraordinario bosque atlántico con gran diversidad de árboles como fresnos, robles, tejos, castaños, hayas, acebos y abedules. Esta exuberancia invita a recorrerlo entre riachuelos y alegres cascadas por una senda señalizada cuyo inicio se halla junto al Aula de Naturaleza de Moreda.
Aldea de Seceda, en Folgoso do Courel. Ría de Ribadeo Una de las rías más bonitas del litoral cantábrico es la que se abre en el estuario del río Eo. La ría de Ribadeo (denominada del Eo en Asturias) separa ambas comunidades autónomas y, a su vez, las conecta en una orilla común de historia compartida. Están enlazadas de una manera rápida por el puente de Los Santos, pero también por la vieja carretera nacional que circunvala la ría llegando hasta su frontera interior entre Vegadeo y Porto de Abaixo. Hasta ellas se extiende un estuario de 16 kilómetros y un paisaje cambiante al ritmo de las mareas. Un medio acuático que es un paraíso de aves gracias a la salinidad marina y a un rico sustrato depositado por las corrientes. Un lecho de sedimentos y materia orgánica que hacen la magia de la vida y de la ría.
No te pierdas . Desde el mirador de Santa Cruz podemos abarcar la ría, mientras que el encuentro del río con la orilla marítima es visible en O Cargadoiro. Situado en Porto Estreito, es un antiguo cargadero de mineral de hierro que, desde Vilaoudriz en A Pontenova, era trasladado 32 kilómetros en tren hasta la orilla para ser transportado en barcos de gran calado que evitaban así el influjo de las mareas ría adentro.
Humedal de la Ría de Ribadeo. Bosques de Fraga da Marronda Remontando el río Eo, entre pequeños núcleos de fantasía como la aldea de San Paio, crece uno de los bosques más espectaculares de Galicia. La fraga da Marronda presume de albergar las hayas más suroccidentales del continente. Están acompañadas de viejos robles y grandes castaños principalmente que, junto a helechos y líquenes, le confieren un aspecto de cuento.
No te pierdas. El extraordinario panorama vegetal que se abarca desde la carretera LU-750. Para adentrarte en la fraga prepara el bocadillo y entrena las piernas porque es un itinerario circular de 21,30 km. Está señalizado como PR-G 145 y permite disfrutar de su inmensa belleza vegetal casi en soledad.
Fraga de Marronda, en Baleira. Camino de Santiago En un estrecho valle entre los montes de Pedrafita, a orillas del río Sarria, una de las paradas más hermosas del Camino de Santiago es el monasterio de San Julián de Samos . Austero de apariencia, no puede ocultar su arquitectura del siglo VI por lo notable de sus dimensiones. Hasta dos claustros vigilados por torreones acoge en su interior, así como magníficas huellas que aúnan ornamentación gótica, renacentista y barroca. Pero lo más curioso de este lugar –que guarda hasta retazos de su origen románico, como la portada principal– es que penetramos en uno de los monasterios habitados más antiguos del país , ya que cuenta con 1.400 años de historia. Además, si eres peregrina puedes alojarte entre sus muros.
Por un donativo de 5 € puedes apuntarte a una visita guiada que permite ver los tres pisos del claustro del Padre Benito Feijoo, el claustro gótico de las Nereidas, y los bonitos frescos de la vida y la obra de San Benito. En sus inmediaciones, apenas a 100 metros del monasterio, está la capilla del Ciprés, un tesoro de estilo mozárabe.
Monasterio de San Julián de Samos. © J.A. Gil Lourenzá, bocado galaico de la tierra Algunos de los productos estrella de Galicia, como la carne, las almejas, las verduras, los mejillones o el pulpo se acompañan de una legumbre con brillo propio, la faba de Lourenzá . Esta última se nutre de las tierras ricas y drenadas que tapizan los valles encajados de A Mariña Lucense. Su sabor tierno y cremoso al paladar se deshace en el bocado gracias a la fina piel que la envuelve. Los fabeiros o agricultores de A Mariña Lucense venden la legumbre en mercados locales, e incluso goza de fiesta propia. Cada primer fin de semana de octubre, una humilde legumbre es la protagonista de la Festa da Faba de Lourenzá .
No te pierdas. En la joya barroca gallega del monasterio de San Salvador se encuentra el Centro de Interpretación da Faba de Lourenzá . Además de la singularidad de estas habas, puedes conocer el túnel de piedra que servía a los monjes para escapar.
Monasterio de San Salvador, en Lourenzá.© Lourdes Cardenal Ribeira Sacra, el fiordo gallego El cañón que el río Sil, un lugar imprescindible que tienes que ver en la provincia de Lugo, es uno de los paisajes que más pasiones levanta entre las tierras de interior gallegas. Es un cañón extraordinario que más bien parece un fiordo por la profundidad de sus laderas montañosas. Sobre ellas asoman miradores y aldeas de trazas románicas que guardan monumentos destacables. Empezamos a recorrerlo en femenino por el monasterio de San Salvador conocido popularmente como “de las Bernardas”. Situado en Ferreira de Pantón, llama la atención porque conserva su bonita iglesia románica con decorados capiteles en su interior y una magnífica colección de juglares en sus canecillos exteriores.
Apenas a 3 kilómetros, la iglesia de San Miguel de Eiré resulta encantadora con su arquitectura granítica y una curiosa torre al frente de su nave. Es más conocida como O Mosteiro, el nombre de la aldea donde se halla, y es lo único que queda del cenobio femenino que acogió. Impresionante resulta la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño en O Saviñao asomando sobre el cañón prendida sobre la roca con su hermosa portada.
Ermita de San Martiño da Cova, en la Ribeira Sacra. © Miguel Alonso No te pierdas. Un crucero fluvial para observar el cañón que el río Sil crea a su paso por la Ribeira Sacra. Otra opción es asomarse a los numerosos miradores que desde ambas orillas ofrecen vistas desde las alturas. Nuestro favorito es el mirador de Cabo do Mundo , con la mejor perspectiva sobre un mítico meandro del río.
Pueblos más bonitos Esta selección de los pueblos más bonitos de Lugo te sorprenderá y, a buen seguro, caerás rendida a sus pies. Ya seas cultureta o playera, exploradora o deportista, estas localidades son perfectas para hacer una parada en ruta o para convertirlos en tu base viajera.
Viveiro La villa de Viveiro todavía guarda trazas de su origen medieval y ese es uno de los puntos que hemos valorado para elegirlo entre los pueblos más bonitos de Lugo . Incluso estuvo amurallada como demuestran sus puertas medievales O Valado y A Vila; la de Carlos V es la tercera y más reciente (siglo XVI) de sus antiguas puertas, también conocida como A Maior. Al traspasarlas, el casco histórico acoge las mismas viejas calles de gremios artesanos. También verás plazas en las que hacer un alto en el camino y edificios notables como sus tres iglesias, de donde salen los famosos pasos de Semana Santa . Si eres apasionada del submarinismo, estás de suerte porque la ría de Viveiro esconde bajo sus aguas, aparte de una rica diversidad natural, hasta 30 pecios hundidos durante una batalla de la guerra de la Independencia.
Después de visitar el animado puerto pesquero de Celeiro puedes hacer una ruta costera, apenas a 5 kilómetros de Vivero. Es en O Vicedo , donde se encuentra O Fuciño do Porco, una pasarela de madera sobre el acantilado en la Punta Socastro con unas vistas espectaculares del mar Cantábrico.
Para disfrutar de tan excitante recorrido entre los meses de junio y septiembre tienes que reservar la visita en la web oficial de Turismo de Viveiro.
Foz Las playas de A Mariña Lucense, como la urbana de A Rapadoira y, a continuación, Llas , con su extenso arenal, convierten a Foz en un destino vacacional del litoral lucense. Situado en un abrigo natural frente a las embestidas del mar Cantábrico, junto al estuario del río Masma, posee vocación marinera. También una basílica románica, San Martín de Mondoñedo, que fue la primera catedral consagrada en España. Entre sus tesoros patrimoniales, cuenta con un valioso retablo en piedra que, como un bajorrelieve, preside su ábside central.
No te pierdas. Junto a la playa de Arealonga, el castro de Fazouro asoma sobre una península como uno de los yacimientos arqueológicos más hermosos de la costa gallega al reunir huellas de la cultura castreña con la presencia romana.
Playa de Peizás, en el pueblo de Foz. Cervo El municipio de Cervo marca el comienzo de las Rías Altas con el estrecho vínculo de sus gentes con el mar. Entre bonitas playas, en la parroquia de San Cibrao visita el Museo del Mar para saber de su pasión por el mar y el aprovechamiento de sus recursos. Situado en la antigua escuela del pueblo comenzó con la colección de un antiguo maestro y también gracias a las aportaciones de oriundos emigrados a América. La parroquia de Cervo ostenta la capitalidad del municipio así como un bonito casco antiguo donde destaca la plaza do Souto, lugar del mercado típico de productos locales. Un dato curioso es que en Cervo, una antigua fundición se convirtió a inicios del siglo XIX en la fábrica de cerámica de Sargadelos , gracias a la abundancia de caolín de la zona. Su blanco brillante y decoración azul cobalto con motivos gallegos la han convertido en un referente de la cultura gallega con proyección mundial.
Faro de Punta Atalaia, en Cervo. O Cebreiro O Cebreiro es uno de los pueblos más bonitos de Lugo, quizás ayudan las vistas de Os Ancares y que sea el primero que sale al paso en el Camino de Santiago Francés al entrar en Galicia. Sus pallozas se llevan el protagonismo de su arquitectura rural y su iglesia prerrománica, Santa María la Real, considerada la más antigua de esa vía jacobea, presume de ser la más visitada de Galicia, después de la catedral de Santiago. Además, este templo fue el origen del pueblo, ya que su hospedería (aún en pie) ha dado cobijo a los peregrinos desde el año 863.
Al salir del pueblo, sube al alto de San Roque, donde se ubica el monumento al Peregrino . No importa si no estás haciendo el Camino, a buen seguro la fuerza que transmite la escultura te incentiva a iniciarlo.
Playa de las Catedrales, en Lugo. © M. Studio Ribadeo A caballo del Cantábrico y el estuario del Eo es una localidad que creció con el comercio marítimo, un ambiente que sigue marcando el ritmo de sus animadas calles, mercados semanales y plaza de Abastos. Tierra de indianos como muestran algunas de sus más bellas viviendas en el barrio de San Roque, es la cuna del surf en la orilla más septentrional de la provincia lucense y puerta de entrada galaica del Camino de Santiago del Norte. En su municipio se recorta una playa que levanta pasiones, As Catedrais (la playa de las Catedrales). Es un bellísimo arenal en el que la erosión ha creado extraordinarios arcos naturales que semejan una catedral, eso sí, lamida por las mareas. Afortunadamente, la reserva de visita ha logrado que no muriese de éxito.
Puerto de Ribadeo, en Lugo. Acércate al marinero pueblo de Rinlo , colgado sobre los acantilados litorales, para conocer su medio siglo de historia marinera mientras pruebas los mejores percebes del litoral lucense o su inolvidable arroz con bogavante.
Puerto de Rinlo, en Ribadeo. Imprescindible ir a la isla Pancha atravesando el puente que la conecta con tierra firme. Sobre su escarpada geografía verás el faro de Illa Pancha convertido en un singular alojamiento turístico.
Isla Pancha. © Juan Gomez Mondoñedo Mondoñedo, nuestra última recomendación de lugares que ver en la provincia de Lugo, es una de las primeras zonas pobladas de la región. Así lo atestiguan los numerosos castros y dólmenes que conserva en su entorno el casco viejo de Mondoñedo. Estamos en plena comarca de A Mariña Central rodeadas de un abundante y valioso patrimonio monumental. Podrás ver la Catedral que, en medio de todo su fausto arquitectónico, conserva su puerta románica originaria. Y si eres más de decoración barroca, el santuario de los Remedios es una visita imprescindible en tu recorrido urbano. De una manera u otra debes acabar a orillas del río Valiñadares donde se extiende el pintoresco barrio de Os Muiños , con numerosas pasarelas que conectan las viviendas de ambas orillas. El paso más llamativo es el puente del Pasatiempo. De origen medieval, era el acceso del Camino Real, donde el indulto que llevaba la esposa del mariscal Pedro Pardo de Cela fue demorado para que se decapitara al noble gallego en las escaleras de la catedral.
Catedral de Mondoñedo. No olvides hacer una foto junto al insigne escritor Álvaro Cunqueiro, oriundo de Mondoñedo, cuya escultura se halla en los soportales de la plaza de España mirando hacia la catedral.
*Fotos cedidas por la Diputación de Lugo y autores varios.
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