Sania Jelic visita Ecuador tras vivir la experiencia de pasar dos semanas en las islas Galápagos. En Cuenca y Quito ha podido disfrutar de la riqueza cultural de las dos ciudades ecuatorianas. Sigue leyendo para descubrir sus recomendaciones en ambos lugares.
Sania en Cuenca (Ecuador). © Sania Jelic. Después de la experiencia de bucear en Galápagos, quise ver más tesoros de Ecuador pero el tiempo se me hizo corto y quedaron cosas en el tintero para el próximo viaje. El casco antiguo de la Cuenca ecuatoriana, el centro histórico de Quito y los tejidos ikat para las macanas (un tipo de paño local) son reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La gran belleza arquitectónica y la buena preservación de ese legado cultural puede llegar a abrumar. Pero vamos por partes.
Para visitar Cuenca desde Guayaquil tenía dos opciones: tomar un vuelo o ir en autobús, lo que requería unas cuatro horas por carretera y atravesando un paso de montaña. Encontrar un bus por la tarde o pasar la noche en Guayaquil, que no me apetecía por su reputación de ciudad peligrosa, me tenía agobiada… Pero tuve suerte. En el aeropuerto de salida de Galápagos comencé a hablar con una chica cuya madre la iba a recoger al aeropuerto. Se ofreció a llevarme a una parada de minibuses (más seguros) que van directos a Cuenca casi desde el mismo aeropuerto, frente al hotel Hilton. Fue perfecto. El paso montañoso es bellísimo y pude hacerme una idea de la belleza del cercano Parque Nacional Cajas.
Cuenca La ciudad ecuatoriana de Cuenca fue fundada en 1557 y está situada sobre cuatro ríos a una altura de 2.550 metros. En su historia se distinguen tres épocas: pre-inca, que duró unos 1.000 años; inca, que abarca unos 700 años; y española, cuyo gobierno duró unos 300 años. El museo Pumapungo explica la gran historia de la ciudad (conquistada y reconquistada).
A la par, en el museo Remigio Crespo Toral se explica la historia colonial y el desarrollo de la sociedad de clases. A aquella época pertenece el famoso sombrero de paja toquilla, erróneamente llamado “sombrero de Panamá”. Este nombre se debe a que cuando Winston Churchill estaba de visita en Panamá reconoció el sombrero que ya había visto y usado en Ecuador.
En la actualidad, Cuenca se encuentra en pleno desarrollo económico y turístico. Es el destino nacional número uno, posicionándose como el preferido para bodas con la brillante campaña turística “Di que Sí” gestionada por la ciudad y la oficina de turismo local. Sus 52 iglesias, la variada oferta de alojamiento y la buena gastronomía se prestan a ello. Proyectos gastronómicos como el restaurante La María son interesantes para la actualización de la gastronomía local.
Chancho en el Mercado 10 de Agosto de Cuenca. © SJ Dicho esto, merece la pena visitar el mercado local , llamado 10 de Agosto . En los comedores populares de la primera planta sirven todo tipo de comida local, incluyendo cerdo asado, o “chancho”, plato típico de la región “chanchera” (como ellos dicen). Muy sabroso. Las raciones cuestan 3,5 o 5 €, según tamaño. ¡Terminé comiendo dos raciones de 3€ porque pensaba que una de 5 € sería demasiado! Nada que envidiar al cochinillo de Segovia o de Ávila.
Un paseo por el centro En la Plaza Calderón , en el centro de la ciudad, hay una iglesia muy peculiar, la Catedral Vieja. Fue construida en 1557 con piedras de las ruinas de Tomebamba (centro administrativo del Imperio Inca norte). Su curiosa estructura merece una visita. Allí me topé con un espectáculo muy divertido: un actor profesional estaba haciendo una visita guiada de la iglesia a un grupo de escolares de unos 10 años. Contaba episodios de la Biblia como si fuese un cuento de misterio y suspense. Los niños estaban boquiabiertos y, seguramente, a partir de ahí vivirán la religión de una forma más cercana.
Interior de la Catedral Vieja de Cuenca. © SJ. Aunque confieso que tengo debilidad por las casas coloniales, realmente la Vieja Mansión es un muy buen ejemplo de “cosas bien hechas”. La gerente, Adriana Orellana, cuida al personal, por lo que el espacio está impecable. En la primera planta sirven desayunos con la mejor puntuación en TripAdvisor 2023 y es uno de los puntos de encuentro internacional de la ciudad.
El hotel La Cofradía tiene unas vistas espectaculares a las torres de la catedral de la Inmaculada Concepción. Esa catedral tiene una historia curiosa, ya que no se pudo completar según señalaban los planos por un error de cálculo en el diseño. Aun así, quedó bella y los torreones lucen mucho.
En la misma plaza también se encuentra la Casa de la Mujer , donde entré para conocer su labor. En este lugar tienen un impresionante catálogo de talleres de formación gratuita, desde ama de llaves hasta programadora. Atienden a más de 1.200 personas al año. La mayoría son mujeres que huyen de relaciones tóxicas y abusivas, pero también dan apoyo a miembros del colectivo LGBTIQ+. El 70% de las personas atendidas consiguen rehacer su vida y obtener independencia económica. El camino es largo.
Curiosa presencia de expatriados Lo que no me esperaba en Cuenca es el gran número de expatriados y jubilados de todo el mundo que vienen a vivir aquí debido al bajo coste de vida. Este hecho ha provocado el incremento de precios de viviendas en la ciudad para la población local. Resulta curioso observar a tantas personas mayores, claramente extranjeros, haciendo sus recados por la ciudad entre la población local, las mujeres rurales con las típicas faldas polleras, los adolescentes con sus uniformes colegiales o los trabajadores…
La catedral de la Inmaculada de Cuenca desde el Seminario de San Luis. © SJ. Un consejo que hay que tener en cuenta al llegar la noche en Cuenca es no permanecer por las calles cuando se haga de noche porque están poco transitadas. Hay algunas en el centro, cercanas a las zonas de restaurantes y bares, como la Calle Larga, que son relativamente seguras, pero por lo demás, conviene evitar salir a esas horas.
A unas 4 horas de Cuenca, cerca de Loja, se encuentra el pueblo de Vilcabamba , conocido por la longevidad de su población. Los expatriados han sustituido prácticamente a la población local y buscan en ese entorno una vida sana, bañándose en el río, practicando yoga y, en general, persiguiendo el equilibrio con la naturaleza, además de una vida social activa. En los folletos que se elaboran para ellos se ofrecen recomendaciones de inmobiliarias con todo tipo de servicios adicionales. Habrá que volver e investigar un poco el tema porque me parece incluso un fenómeno social…
La tradición tejedora del ikat Otra peculiaridad de Cuenca es el empeño en preservar la tradición tejedora de las macanas con la técnica ikat. De hecho, las autoridades regalaron al Papa Francisco, durante su visita a Ecuador, una túnica macana tejida con esta técnica. La elaboración se encargó a la tejedora Carmen Orellana , que ya había sido reconocida por la Unesco por su gran labor en la preservación de la técnica ikat y su talento para crear nuevos diseños.
Carmen Orellana, tejedora de macanas. © SJ Tuve la oportunidad de visitar a Carmen en su taller de Gualaceo y me explicó cómo fue la experiencia de elaborar tan importante pieza en un tiempo récord, perseguida por los medios de comunicación y trabajando casi 20 horas al día a escondidas. Me enseñó el proceso de tejer y me permitió probarlo. No sólo es difícil y complicado, sino también muy exigente físicamente.
Ella comenzó a tejer con 5 años y aprendió de su padre. A sus 66 años ha elaborado incontables piezas con diseños únicos. Ahora, por suerte, ha comenzado a recopilar los diseños y a patentarlos, ya que la picaresca ha llevado a que otros le copien sus increíbles diseños y los vendan en los mercados internacionales por miles de euros. La entrevista con Carmen Orellana la tenéis en mi canal de YouTube.
Quito, el centro histórico más grande de América Estuve muy poco tiempo en Quito, ya que volaba dirección norte. Dejé las cosas en el aeropuerto y, con ayuda local, contraté un taxi de confianza , que es lo que mejor funciona. Todos me advertían de que no tomase un taxi cualquiera, sino que buscara uno de confianza, que pueden ser a veces coches particulares sin ningún tipo de insignia. Por ello, el conductor pide que el viajero se siente en el asiento de copiloto y si tropezamos con un control policial, hay que decir que “somos amigos” o parecido. Jamás hacer pensar que se trata de la contratación de un servicio comercial. Esto es economía sumergida llevada a otro nivel.
Quito es, junto con Praga, de las primeras ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 1978. Su núcleo histórico está muy bien preservado y lleno de vida. La ciudad, a casi 3.000 metros de altura, está rodeada por cuatro volcanes. Allí viven unos 2 millones de habitantes.
Cúpulas de la catedral de Quito. © SJ La basílica del Voto Nacional, la catedral metropolitana de Quito, la iglesia de San Francisco y la iglesia de la Compañía son los edificios más destacados del casco antiguo. Monumentales, grandes, bellos. Cada cual con su historia. En los alrededores hay multitud de personas vendiendo, pidiendo y acechando al turista despistado.
El centro se llena de visitantes y vendedores ambulantes los fines de semana. Aquí se vende y se encuentra de todo. Al mismo tiempo, para prevenir hurtos, en la calle hay mucha presencia policial. Al igual que en el resto de América Latina hay mucha inmigración.
El tiempo en Quito no me dio para más… Luego, mientras volaba de Cuenca a Quito, me enteré de que se había producido un terremoto de 6,4 grados cerca de Cuenca. Por poco…
Centro histórico de Quito. Ecuador da para mucho Las otras dos regiones del Ecuador que me hubiera gustado visitar son Mindo , en el valle tropical cerca de la Reserva Cotacachi. Y alguna parte amazónica. Me comentaron que las experiencias más bellas se viven en Misahualli y en Cuyabeno . Lástima no haberlo podido hacer, pero me quedo con los datos de la agencia Be Ecuador Travel (www.beecuador.travel). Conocí al dueño y me gustó su planteamiento de viajes, basado en un servicio correcto y con una propuesta original. ✅ Lo que aprendí: A confiar un poco más en mi instinto con la gente y en la evaluación de situaciones. Importante en esta parte del mundo donde no está bien visto decir que “no”, por lo que conviene saber interpretar las respuestas generalmente positivas. Ejemplo, cuando pregunto a alguien en la calle: “¿Pasa por aquí el autobús que va a xxx?” Y la respuesta de la persona es “Sí”. Según la mirada, el gesto, el lenguaje corporal y todo lo demás hay que evaluar si ese “sí”, es un “sí, de verdad el bus pasa por aquí” o “no sé señora, pero no le voy a hacer el feo de decirle que no”.
Tuve que esperar más de una vez en una parada de bus casi imaginaria hasta comprender que las respuestas son todo menos literales. Y a partir de ahí, comencé a entrever las diferentes señales y códigos. Aún me queda por aprender porque, además, cada país tiene sus peculiaridades al respecto y se diferencia en el trato hacia la mujer.
✅ Lo que no aprendí: A no dejarme llevar por mi impulso de “tengo el pelo largo y me lo quiero cortar ya” y entrar en la primera peluquería que veo. El corte actual es de Cuenca y tardaré, por lo menos, unos dos meses en recuperar algo de mi melena blanca.
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