Sania comienza su viaje en Colombia visitando Bogotá y Medellín, las dos principales ciudades del país. Dos urbes que mantienen su etiqueta de inseguras, pero que, con precauciones y conociendo los lugares más «peligrosos», son aptas para las mujeres que viajan solas. Esta gran viajera comparte en esta nueva crónica su experiencia, sus consejos y nos narra la interesante historia de la Comuna 13 de Medellín.
Sania en el Lago Dorado, cerca de Bogotá. © Sania Jelic. No vayas ahí, es peligroso”,“no puedes viajar ahí sola”, “yo fui y no veas el miedo que pasé”, “hay mucho crimen”, “ten cuidado”… Incluso mi hijo que había estado ahí dos veces no estaba convencido de que fuera buena idea. Así que decidí viajar a Medellín y Bogotá para ver si es “realmente para tanto” y compararlo con el nivel de inseguridad que se puede llegar a sentir en otras ciudades de América Latina que ya he visitado en mi recorrido como Santiago de Chile, La Paz, Lima, Quito o Río de Janeiro. Realmente, no noté tanta diferencia real, lo que sí hay en Colombia es una psicosis de miedo.
Las zonas «peligrosas» en todas estas ciudades son claramente visibles. Es decir, percibes que has entrado en “territorio inseguro”. Eso se nota igual en las ciudades españolas, las europeas y las del resto del mundo. Y hay que reaccionar de la misma manera: con cautela, discreción y evitando el peligro obvio. Dicho esto, el viaje en Colombia me gustó y se me quedaron cosas en el tintero. El recorrido me llevó a Bogotá, Medellín, Cartagena de Indias, Santa Marta y un lugar fascinante que “encontré”, la Ciudad Perdida.
Divertida imagen de Sania frente a un grafiti en Medellín. © SJ Cómo moverte en Colombia El desplazamiento en Colombia es relativamente sencillo. Los vuelos nacionales son numerosos y baratos (a partir de 30€ el tramo). Uber no es legal , así que los conductores operan como “amigos que te llevan a algún sitio”, pero funcionan bien y este servicio se utiliza de forma habitual. No es recomendable parar un taxi sin más en la calle. Mejor que te lo pidan en una tienda, bar, etc. Los autobuses Intercity no los recomiendan, pero sí hay unas cuantas empresas que operan las rutas habituales con minivans de hasta 20 pasajeros. La diferencia es que éstos no paran por el camino ni suben otros pasajeros (que pueden tener otras intenciones, no sólo viajar). Los precios son razonables.
Una curiosidad : ¡en la autopista uno de los carriles lo usan las bicis! Por otro lado, en la misma vía circulan continuamente vehículos de asistencia en carretera, lo que me pareció fantástico (sobre todo cuando pinchamos una rueda y apareció la ayuda a los dos minutos). Prefiero verlo como un eficaz servicio de asistencia en carretera y no como un “intento de reducir crimen en autopista”. De todas formas, es útil.
Bogotá Bogotá es la tercera capital situada a más altura del mundo (de media 2.625 metros) después de La Paz y Quito. Así que ya tengo mi peculiar “trofeo” al haber visitado las tres en este viaje. Es una ciudad vibrante y moderna, de unos 8 millones de habitantes, que destaca por su fortaleza económica y capital humano (según The Economist ) y es la sexta ciudad más atractiva para la inversión extranjera de América Latina. Y todo esto se ve en la calle con edificios modernos y en el transporte urbano de los autobuses de TransMilenio .
Grafiti en Bogotá. © SJ La oferta cultural es grande y destacan el Museo Nacional y el Museo del Oro , con una colección bellísima de piezas de oro y cerámica precolombinas. Es casi obligatorio ir con tiempo para ver los vídeos en este museo, que muestran la técnica utilizada para trabajar este metal.
¿Es seguro Bogotá? La sociedad en Bogotá está dividida en estratos. Los 1 y 2 son los de menor poder adquisitivo, lo cual se refleja en la calidad de la vivienda, el nivel de inseguridad e incluso en sus facturas de energía y demás servicios públicos. Los del grupo 3 y 4 son de clase media. Y los de 5 y 6 son considerados ricos, viven en buenas zonas con buenas casas en barrios bien iluminados con seguridad. Y pueden estar separados por una acera o un parque. Hay que estar alerta para, al cruzar la calle, no salir sin darte cuenta de la zona 4 a la zona 1.
Una de las respuestas de la sociedad a tanta violencia y corrupción ha sido el movimiento de “las calles hablan”. Los artistas urbanos y grafiteros salieron a la calle a plasmar los mensajes del pueblo en las paredes. Pidiendo más justicia y paz. Hay que prestar atención a ese libro abierto cuando se camina por la ciudad, o mejor aún, participar en un tour de grafiti en el centro . Suelen partir del barrio de la Candelaria.
Grafiti en el centro de Bogotá. © SJ La diferenciación de clases está presente en todo. Además de la inseguridad que se nota en la calle con un alto nivel de psicosis de violencia. “Todos” miran detrás del hombro y se ponen nerviosos cuando se escucha a alguien correr por la calle. Desde los años 80 del pasado siglo Bogotá ha sido un continuo escenario de violencia de narcotráfico, con presencia además de diversas fuerzas paramilitares ilegales. Además de la inmigración ilegal. En la actualidad las cosas han mejorado notablemente, pero tanta desigualdad social sigue favoreciendo la violencia. De noche se puede salir a alguno de los barrios “seguros”, que tienen restaurantes, etc. Pero es mejor no estar en el centro ni en la pintoresca Candelaria después del cierre de tiendas.
Excursiones desde Bogotá: Catedral de Sal Una excursión muy recomendable desde Bogotá es al cercano Parque de Sal en Zipaquirá , a unos 50 kilómetros y a 2.680 metros de altura. La Catedral de Sal está construida dentro de las minas de sal y está considerada como la Primera Maravilla de Colombia. Las minas se comenzaron a explotar en el siglo V. En el XIX se hicieron los primeros socavones y la primera catedral fue construida entre el 1950 y 1954. La actual catedral se construyó entre 1991 y 1996 según el diseño del arquitecto Roswell Garavito Pearl. Tiene 3 partes: el Vía Crucis, la cúpula y la nave central. Es un edificio impresionante.
Minas y catedral de la Sal. © SJ El lago Dorado A unos 40 kilómetros de la visita anterior se encuentra el pueblo de Guatavita , más conocido por el lago Dorado , que se supone que esconde un gran tesoro. Es sólo una leyenda, pero el lugar proporciona un bello paseo por el parque. Para llegar ahí se puede contratar un tour. Pero en la visita de la ciudad había conocido un chico brasileño que también quería ir a la catedral, y la guía nos recomendó un conductor con el que trabaja habitualmente. Así que decidimos ir solos y compartir gastos, lo cual nos salió más barato.
Ahí me di cuenta de la psicosis y de que el miedo en Colombia sí es real, ya que al decir que iba a ir en coche particular se desató el pánico y tuve que dejar el número de matrícula y el teléfono del conductor en el hotel y a conocidos y familia. Por si no regresábamos. Es una sensación extraña. A pesar del inconveniente de la inseguridad, me gustó mucho lo que vi y la ciudad, como gran urbe, da para mucho.
El Lago Dorado de Guatavita. © SJ Medellín “Buenos días, ¿cómo amaneció?” Es el saludo habitual en Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia, situada en el valle de Aburrá, capital del distrito Antioquia. Tiene 2,6 millones de habitantes, y un apodo, la “ciudad de la eterna primavera”.
Esta ciudad cuenta con una fuerte industria de textil y energética, pero es más conocida por el narcotráfico y por Pablo Escobar. Es complicado para un turista detectar y descifrar los diferentes códigos urbanos que marcan y separan los barrios y distinguen los muy peligrosos de los algo menos peligrosos. Aun así, Medellín ha mejorado mucho su nivel de violencia y está mejor que la media en Colombia, con 26 muertes violentas por cada 100.000 habitantes (datos de 2014).
Sania en el centro de Medellín. © SJ ¿Es seguro viajar a Medellín? La ciudad experimentó un fuerte crecimiento económico a partir de los años 20 del siglo pasado. Sin embargo, la crisis que comenzó en los 70 provocó un gran desempleo y esto propició el tráfico de drogas y la creación del Cartel de Medellín en 1976. El acuerdo alcanzado con EEUU de extradición de criminales colombianos desató la guerra entre el narcotráfico y el gobierno central a finales de los 80 y comienzos de los 90.
Tras la muerte de Pablo Escobar en 1993, quedaron muchas guerrillas y paramilitares violentos que siguen activos y quieren controlar el flujo de drogas y minerales a la costa caribeña. Esto ha generado un éxodo de la población del campo a la ciudad.
En los 80 se formaron asentamientos ilegales en el periférico barrio de San Javier, más conocido hoy como Comuna 13. El gobierno hizo intentos de intervención, como la Operación Orión en octubre de 2002 que provocó un número indefinido de muertes.
En la actualidad se hacen inversiones para conseguir la inclusión social y la reducción de la violencia urbana con parques, bibliotecas, centros educativos y mejora del transporte urbano. Aun así, bajo la superficie de la cotidianidad se nota tensión en el aire y una se pone automáticamente alerta. No hace falta que me digan “ten cuidado”.
Asociación de Mujeres de la Independencia Había escuchado de la Asociación de Mujeres para la Independencia (AMI) y cuando llegué a la Comuna 13 la busqué. Todos la conocen y enseguida me llevaron para allá. Hablé primero con Mery Naranjo y luego vino Socorro Mosquera. Son amigas y colaboradoras desde hace treinta años.
En este tiempo, Socorro ha estado al frente de numerosas batallas y su recorrido ha dejado mucha huella. En 2002, durante la Operación Mariscal en la Comuna 13 (enfrentamiento del poder oficial contra las guerrillas y paramilitares), Socorro salió a la calle con un pañuelo blanco gritando “¡Cese el fuego!”. Se le unieron cientos de personas para intentar frenar la violencia. Les disparaban. Luego las lideresas de AMI fueron arrestadas, amenazadas y una incluso fue asesinada. Las otras se refugiaron. Una vez establecida la Asociación, se han organizado para poder brindar ayuda, a través de casas de acogida temporales, talleres de formación y orientación hacia servicios públicos, sobre todo a las mujeres y niños, y a las víctimas de violencia y abuso en situaciones límite.
En la revista Volcánicas se puede leer un artículo que detalla la historia de estas mujeres y su trabajo.
Vista general de la Comuna 13 y raperos en sus calles. © SJ Visita a la Comuna 13 Las visitas de Medellín suelen incluir la visita a la Comuna 13. Se hacen de día, con guías de la Comuna y pasan por un recorrido predefinido. La zona que se visita es relativamente comercial, y hay, además de tiendas de ropa y souvenirs, algunas salas de exposiciones y museos con la historia de la zona. Hay músicos raperos y grupos de danza, se escucha mucha música. En principio no hay crimen aquí , ni siquiera hurtos, porque la actividad comercial depende del constante flujo de visitantes. Interesa que no tengan miedo venir. Aun así, bajo la superficie de barrio pacificado, se nota cierta tensión .
Tuve la oportunidad de visitar la parte no turística de la Comuna 13 con Socorro. Fue impresionante ver como todos la conocen y saludan, los niños corren hacia ella, las mujeres se le acercan y susurran sus preocupaciones. Nos escucha venir un hombre ciego y reconoce la voz de Socorro. Él, que antes era grande y fuerte, depende ahora totalmente de la ayuda de los vecinos. Se agarra a Socorro y ambos lloran.
Sania con Socorro Mosquera en la Comuna 13. © SJ Pasamos por la casa de Silvia. Huyó de una situación violenta con su niña de 9 años que tiene necesidades especiales. La niña no puede desenvolverse sola ni la madre la puede dejar sin. nadie en casa. Están ahorrando para comprar una nevera de segunda mano. Ojalá lo consigan y la niña pueda tener una vida medianamente agradable y segura. Entramos en otras casas y conocimos otras historias. Duras, todas ellas. Supervivencia pura. Socorro es en ese entorno como la luz de la esperanza y las personas la respetan y abren paso cuando camina. A estas alturas de la vida, Socorro vive para la comunidad , buscando constantemente maneras de obtener ayuda y hacerla llegar de la forma más directa a los más necesitados. Su fuerza es descomunal y es una firme defensora del poder de la mujer. En este link de YouTube podéis ver algunos fragmentos de mi conversación con ella.
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