En Galicia se podría hacer una lista infinita de lugares que visitar, desde sus ciudades históricas hasta sus frondosos bosques o preciosas playas. En este caso nos fijamos en diez bonitos pueblos de Galicia de esos que te llenan un viaje, tanto por sus preciosos cascos antiguos como por los parajes que los rodean. Diez lugares de paz donde desconectar del mundo y centrarse en lo importante.
Combarro está situado en la ría de Pontevedra. Galicia está llena de rincones «casi secretos», de esos que te asaltan en los viajes aportando una autenticidad difícil de encontrar en otros lugares de España. En este caso nos fijamos en esos pueblos tradicionales que por pequeños no dejan de ser inmensos tesoros. Serán la alegría de cualquier ruta por Galicia o, si lo prefieres, la base de un viaje en sí mismos. Apúntalos en tu lista de destinos a visitar y no renuncies a la buena vida que te aporta un pueblo gallego durante las vacaciones.
Combarro Combarro, ubicado en la ría de Pontevedra, es uno de esos pueblos de Galicia que tienen que estar en cualquier ruta por la provincia. Conocido por sus cruceiros y hórreos, hay que pasear el pueblo desde la plaza da Chousa hasta la Praia de Pinela , donde no dejarás de fotografiar los hórreos que se encuentran casi en la orilla. No te pierdas tampoco la iglesia de San Roque, del siglo XVIII, el paseo marítimo y el puerto, donde se amarran bonitos botes de pesca tradicionales.
Horreo típico de Combarro. © Susana García O Grove O Grove es conocido fundamentalmente por ser uno de los lugares de España donde se come mejor marisco . Con esta carta de presentación nada puede salir mal. No hay que perderse su puerto ni su mercado de abastos, donde también se puede degustar su producto del mar (berberechos, nécoras, percebes, bogavante, pulpo…). Además, está en un enclave perfecto unas vacaciones ya que si sitúa justo enfrente de la isla de La Toja , famosa por sus balnearios, y ofrece una posición privilegiada para disfrutar de la naturaleza pontevedresa. Es especialmente recomendable la ruta de las Pedras Negras , a través de pasarelas que bordean el mar dejando unas vistas espectaculares, y una visita a la famosa playa de La Lanzada .
Mirador en la Ruta de las Pedras Negras en O Grove. © Susana García Cambados Cambados es otro de esos pueblos gallegos llenos de personalidad, en este caso ligada al vino albariño (no hay que perderse su Fiesta del Albariño en agosto). Pero es que además es un pueblo con un casco antiguo precioso, recorrido por calles empedradas y casas tradicionales de granito. Algunas paradas obligatorias son la iglesia de Santa Mariña Dozo , del siglo XVI; la praza de Fefiñáns , el corazón de la parte antigua y un lugar inmejorable para tomar el aperitivo; y el mirador de A Pastora , en la parte alta, con unas vistas impresionantes de la ría de Arousa. Merece la pena acercarse al antiguo Pazo de Bazán, hoy Parador de Cambados , una casa solariega del siglo XVII donde se come de lujo.
Parador de Cambados. © Paradores. Allariz En el corazón de la provincia de Orense aparece Allariz, uno de los muchos tesoros que guarda el interior de Galicia y que en ocasiones pasan desapercibidos por su deslumbrante costa. Su casco antiguo medieval adoquinado queda partido por el río Arnoia, sobre el que se levanta un puente románico . Como es habitual, la Plaza Mayor concentra la vida local y es el inicio de un recorrido por la villa, que tiene como paradas clave la iglesia de San Esteban, la iglesia de Santiago, el Museo Galego do Xoguete (imprescindible si se viaja con niños) y el Parque do Arnado.
Puente Romano de Allariz. Verín Verín es un lugar precioso, uno de los pueblos más bonitos con los que te puedes encontrar en Galicia. A su patrimonio histórico-artístico le rodea una naturaleza de gran belleza, como la que caracteriza a toda la provincia de Orense, en este caso en forma de valle regado por el río Támega. La localidad está dominada por el castillo de Monterrei , el más grande de Galicia, que ofrece unas vistas increíbles y que hoy alberga un Parador Nacional. También merece la pena acercarse a la iglesia de Santa María y, por supuesto, a sus conocidas aguas termales y a los viñedos de la DO Monterrei. Y, si tienes la suerte de poder viajar a Verin durante el Carnaval, vivirás en primera persona uno de los más antiguos, auténticos y originales de España.
Castillo de Monterrei en Verín. Betanzos En la provincia de La Coruña, Betanzos aparece como uno de esos pueblos que siempre van asociados a buenos momentos. Su casco antiguo, de origen medieval, ofrece calles perfectas para un paseo en el que asaltarán edificios como la iglesia de Santa María de Azogue, con una preciosa fachada y valiosas obras de arte religioso, y la iglesia de San Francisco, también gótica y con un delicado retablo. Como el resto de pueblos, Betanzos no puede desligarse de la naturaleza que lo rodea, que esta vez está dominada por el río Mandeo que atraviesa el pueblo, cruzado por el Puente Viejo y cuyas vistas son increíbles, y por el Parque de O Pasatempo .
Iglesia de Santa María del Azogue en Betanzos. Pontedeume El coruñés pueblo de Pontedeume se asoma al océano Atlántico en la desembocadura del río Eume, en una de esas deliciosas combinaciones de un mar anómalamente tranquilo enmarcado por el verde intenso que caracteriza a la naturaleza gallega. Ubicado en el Camino de Santiago Inglés, destaca su impresionante puente sobre el río y el castillo de los Andrade , dominado por su siempre presente torreón. Tampoco puedes perderte la Plaza Real, con el perfil del Ayuntamiento, la plaza de San Roque ni la iglesia barroca de Santiago. Muy cerca encontrarás un marco perfecto para los paseos por la naturaleza en el Parque Natural de las Fragas del Eume , un lugar mágico de robles y castaños que parece sacado de un cuento donde se encuentra el monasterio de Caaveiro.
Pontedeume. Viveiro El lucense Viveiro suele aparece en las listas de los pueblos más bonitos de España y no faltan razones. Su origen medieval se deja ver en el trazado de sus calles, que mantiene las que pertenecían a los antiguos gremios de artesanos, y en las puertas de sus murallas, como las de O Valado y A Vila. Además, son parada imprescindible la iglesia gótica de Santa María (con una torre que regala preciosas vistas) y el Castillo de los Reyes que, aunque tiene parte en ruinas, también ofrece bonitas panorámicas. En los alrededores no te pierdas la cascada del río Landro y O Vicedo, donde está O Fuciño do Porco , una pasarela de madera sobre el acantilado que demuestran el porqué de la fama de bravío del mar Cantábrico.
Viveiro. Mondoñedo Mondoñedo vertebra su vida en torno a su famosa catedral basílica de la Asunción , un impresionante ejemplo de arquitectura gótica y renacentista que alberga una notable colección de arte sacro. A partir de su plaza se expande el casco antiguo, con sus calles estrechas y su aire medieval que lleva a lugares como el Puente Romano que cruza el río Valiñadares, probablemente el lugar más fotografiado del pueblo. Si tienes tiempo de una pequeña excursión para dar un paseo, merece la pena acercarse al monasterio de San Salvador de Lourenzá , a diez kilómetros, un destacado ejemplo de arquitectura románica.
Catedral de la Asunción de Mondoñedo. Ribadeo Ribadeo, que está en la provincia de Lugo y es el último pueblo de Galicia antes de la frontera con Asturias, a la que mira de frente desde la orilla del río Eo, deja siempre un buen sabor de boca. Para un paseo por su casco antiguo lo mejor es partir de la Plaza de España y recorrer sus calles estrechas hasta descubrir lugares como la iglesia parroquial de Santa María do Campo , del siglo XIII, y el Museo Casa de Indianos , con una interesante explicación de la emigración gallega a América Latina. Pero además, Ribadeo ofrece un entorno difícil de olvidar, con rincones como el mirador de San Roque, el puente de los Santos o por la cercana ruta del río Ouro. Y, por supuesto, no puedes marcharte si visitar la famosa y espectacular playa de las Catedrales .
Edificios de la Plaza de España de Ribadeo. Más información:
Turismo de Galicia .
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