Sus 956 kilómetros de costa la convierten en la provincia española con el litoral más extenso. Un balcón privilegiado al final de un continente donde asomarte para abarcar un destino mítico a horizonte abierto. Te contamos los 15 imprescindibles que ver en A Coruña para que no te pierdas nada de su maravillosa costa.
Torre de Hércules en A Coruña. © Susana García Donde antiguamente se acababa el mundo conocido, en A Coruña, hoy comienza un recorrido por los mejores secretos de la provincia más al noroeste de España. Nos dejamos cautivar por el poderoso influjo litoral desde 15 lugares que miran al mar y que ofrecen los mejores horizontes. Desde las adorables líneas de los paisajes litorales hasta los estrechos abrazos marítimos que la historia deja en sus pueblos y ciudades.
La ría do Baqueiro, frontera natural con la provincia de Lugo, abre itinerario hasta alcanzar el occidente en la ría de Muros y Noia, señal de que hemos llegado al extremo coruñés dando paso a las Rías Baixas. Trepamos la belleza vertiginosa de los acantilados más altos de Europa, los de la sierra da Capelada. Buscamos las historias marineras que cimientan pueblos y en sus arenales y calas recónditas sentimos el bravío Atlántico con los pies en el agua. Las rías, entregadas al mar, son reposo viajero a la vez que una invitación exploradora para descubrir sus mejores secretos. Para, al fin, alcanzar la Costa da Morte, el extremo más hermoso de un continente.
Costa de A Coruña en el Cabo Ortegal. 15 visitas imprescindibles que ver en A Coruña: Las rías gallegas hacen única la geografía costera de Galicia. Son una invitación abierta a detenerse ante sus pueblos y paisajes. En ellos buscamos sus promontorios naturales porque ofrecen panoramas espléndidos ante los que el tiempo se somete al ritmo del oleaje. El ambiente marítimo que destila cada núcleo es un poderoso imán de la Galicia más auténtica, la que respira salitre. La cita con la ciudad de A Coruña nos convence de que estamos en la urbe de la luz por su abierta fraternidad con el océano.
A Coruña, capital provincial La Torre de Hércules es una referencia inconfundible para saber que has llegado a Coruña. Es el faro más antiguo del mundo y el único de origen romano que todavía está funcionando como referencia para navegantes. También para viajeras que no quieren perderse, en el extremo de la península sobre la que se asienta la ciudad, las vistas al Atlántico que se abarcan inmensas junto a este coloso de piedra hermanado con la estatua a de Libertad.
La plaza de María Pita , corazón urbano coruñés, es el punto neurálgico para conocer la ciudad antigua y sus monumentos. Busca la escultura en honor de esta mujer que resistió la invasión inglesa frente al Ayuntamiento , el edificio más notable de tan señero espacio urbano. El encanto urbano también se refugia en la plaza de Azcárraga y, cara al mar, en el puerto deportivo donde asoman las galerías acristaladas frente a la marina. El mejor recuerdo te lo llevas recorriendo el paseo Marítimo que, a lo largo de 13 kilómetros y discurriendo junto a las playas urbanas de Orzán y Riazor, es un balcón imprescindible de horizonte abierto.
Ayuntamiento de A Coruña. © SG 📌 Imprescindible que tienes que ver en A Coruña: la Torre de Hércules . Puedes llegar en bus (líneas 3, 3A y 5). Entrada general 3 €. A su lado se halla el parque Escultórico y la Rosa de los Vientos, un monumento dedicado a los 7 pueblos celtas de los que forma parte Galicia.
📌 Dedica parte de tu tiempo coruñés a los museos científicos interactivos de A Coruña (Casa das Ciencias, Domus y Aquarium Finisterrae). Son una divertida manera de conocer el mundo en que vivimos a través de la ciencia. Todos son fascinantes por sus contenidos, pero el Domus, con su forma de vela de barco diseñada por el arquitecto japonés Arata Isozaki, nos ha encantado.
Las rías más bonitas Ría de Ortigueira Pero entre las cosas que ver en A Coruña no sólo merece la pena la capital sino que parte del protagonismo lo tiene la ría de Ortigueira . Está ubicada en las Rías Altas, donde el Cantábrico y el océano Atlántico se encuentran, escoltada por vigías costeros de excepción como el cabo Ortegal y el de Estaca de Bares (territorio más septentrional español). La ría de Ortigueira es frontera natural entre acantilados y luce bellísima desde “el banco más bonito del mundo”, así denominado por las vistas que regala de la ría sobre los acantilados de Loiba, enfrente de las casas marineras de Cariño. Las calas recónditas o el largo perfil de las playas desvelan su mejor secreto: apacibles ensenadas. Algunas son bien conocidas como la playa de Morouzos , ya que sus 2 kilómetros de longitud, frente a la isla de San Vicente, son sede del Festival Internacional do Mundo Celta . Cada verano, durante 4 días, la música folk suena mientras en el pinar aledaño acampan miles de aficionados a la música celta.
«El banco más bonito del mundo» está en Ortigueira. © Patricio Mauri Ría de Cedeira Al pie de uno de los acantilados más altos de Europa, el que la sierra da Capelada recorta hasta el cabo Ortegal, la ría de Cedeira es un calmado abrigo marino ante la fuerza del océano. La belleza serena de sus playas de A Magdalena y Vilarrube merece una parada. Al norte, el santuario de San André de Teixido al borde del agreste acantilado (en Vixía Herbeira alcanza su mayor altura de 620 metros) es donde compartir la ancestral creencia gallega de acudir una vez en la vida al lugar que, según la leyenda, marca el final de la Vía Láctea.
Santuario de San Andrés de Teixido. Ría de Ferrol La geografía de puerto natural recorta la ría donde aparece inexpugnable la ciudad de Ferrol. Con urbanismo vinculado al esplendor de la Ilustración, conserva las fortalezas que vigilaban el paso por la ría y el Arsenal, el puerto militar más grande de Europa en la época. Desde el puerto, el barrio da Magdalena con galerías acristaladas y arquitectura modernista es un recorrido luminoso por la pujanza burguesa nacida de la actividad naval e industrial. El vínculo marinero se conserva en la parte más antigua, Ferrol Vello, y entre las empedradas calles del barrio A Graña, cuyo recorrido acaba en el castillo de San Felipe con las mejores vistas de la ría. Mientras que el barrio de Canido ofrece una colorista ruta de las Meninas entre callejeras intervenciones artísticas.
Ría de Ferrol. 📌 Imprescindible que tienes que ver en A Coruña: el pueblo de Redes , en la vecina ría de Ares. Esta localidad expone su esencia marinera en las viviendas cuyos porches servían de embarcadero al borde del mar. Estrecha vinculación que también exhibe Ares en el vivo colorido de sus casas de pescadores y en el exotismo transoceánico con que los indianos dejaron impronta en las suyas.
Ría de Corcubión Al abrigo del cabo de Fisterra, la ría de Corcubión es una amplia ensenada donde comienzan las Rías Baixas. A merced del viento y entre aves marinas, llegar al faro de Fisterra es situarse al pie del abrupto roquedo entre historias de peregrinos y naufragios mientras el sol desaparece hacia poniente. Con vistas imponentes al faro de Fisterra, el Monte Facho es un legendario enclave de la cultura celta donde estuvo el altar Ara Solis para adorar al astro solar. Fue también faro prehistórico con hogueras encendidas en su cumbre para orientar la navegación.
Altar Ara Solis. 📌 Si como a nosotras te fascinan los paisajes agrestes de la Costa da Morte, sigue O Camiño dos Faros . Es otro lugar imprescindible que ver en A Coruña y discurre a lo largo de 200 kilómetros por las 8 etapas que conectan Fisterra con Malpica sin perder de vista el océano.
Rías de Muros y Noia Con una geografía profunda tierra adentro, marca el comienzo de las Rías Baixas. Su mejor mirador es el monte Louro. Ubicado a pie del mar con su silueta de granito y su faro, hace aún más vistosa la playa de Area Maior y la vecina laguna de Xalfas, un paraíso de aves. Callejeando por Muros , la localidad desvela ser una de las más bonitas de la costa gallega. Además de un perfecto lugar para degustar pescados y mariscos con vistas al mar. También es atractiva la localidad medieval de Noia , popularmente conocida como el puerto de Santiago o la pequeña Compostela por su cercanía a la ciudad de peregrinación.
📌No te pierdas este artículo: Camino de Santiago por la Ría de Muros-Noia, una aventura a toda vela .
Acantilados en Noia. 📌 Antes de partir busca la playa de As Furnas en Porto de Son, a ver si recuerdas alguna de las escenas que aquí rodó Amenábar en su película Mar adentro.
Pueblos bonitos de A Coruña con sabor a mar Caión Este pueblo de pasado ballenero es una escapada de la ciudad de A Coruña (apenas a 20 kilómetros). Sobre una lengua de roca se adentra en el mar señalando el comienzo de la Costa da Morte . Hacia el oeste se suceden tentadoras playas como la de Caión, la solitaria playa de la aldea de Leira o el enorme arenal del humedal de Baldaio. Una idílica laguna separada del mar por una barra arenosa con dunas que se alarga 4 kilómetros.
Malpica De su pasado ballenero a la pesca de bajura, la historia de Malpica de Bergantiños está vinculada al mar. Prueba de ello son las coloristas casetas de pescadores, la lonja para sus dos muelles y las asociaciones de rederas artesanas, cuyas artes para la flota de cerco llegan hasta Francia. El centenar de metros del acantilado del cabo de San Adrián es un privilegiado mirador del pueblo. Frente a él se divisan los tres islotes de las islas Sisargas, un importante refugio para aves marinas y migratorias donde se halla uno de los faros más antiguos de la Costa da Morte.
Playa en Malpica de Bergantiños. © Eduardo Fernández Camariñas La delicadeza de los encajes de bolillos de las palilleiras da fama a una de las villas marineras más atractivas de A Coruña. Un quehacer artesano que es puro arte como expone el museo del Encaje . Pasear por el puerto, con el ajetreo de los barcos descargando las capturas del día, abre el apetito por besugos y merluzas, apreciados berberechos o los percebes batidos por el oleaje de tan agreste litoral. Sus playas son para sentirse en el paraíso, solitarias y salvajes, como la enorme duna rampante de Monte Branco o los atardeceres desde el cabo Vilán.
Faro del cabo Vilán, en Camariñas. 📌 Imprescindible que tienes que ver en A Coruña: el faro del cabo Vilán es sede del Centro de Interpretación de naufragios, faros y señales marítimas . Señala el comienzo de la trágica ruta de los Naufragios que indica los barcos hundidos en tan peligrosa costa.
Pontedeume A mitad de camino entre Ferrol y A Coruña, el encantador pueblo de Pontedeume y su centro histórico es una parada llena de sorpresas medievales en pleno Camino Jacobeo Inglés. Resultan imponentes los 68 arcos y casi un kilómetro de longitud del puente sobre el río Eume, tanto como el rotundo torreón de los Andrade que dio esplendor a la villa. No menos llamativa es la fachada barroca de la iglesia de Santiago o el tipismo que recorta la plaza Real con el Ayuntamiento en piedra rodeado de galerías acristaladas. Aunque para coqueta preferimos la plaza de San Roque con sus blancas casas salpicadas de balcones y galerías que relumbran al sol.
Pontedeume. A 3 kilómetros, el castillo de Andrade es un baluarte estratégico para la defensa de la villa con unas magníficas vistas del pueblo y la ría de Ares. Está en el camino de las Fragas do Eume , un paraíso de bosque atlántico de robles y castaños cubiertos de líquenes y musgo. Situado en la zona más profunda del valle del Eume, en su rincón más secreto y envuelto de naturaleza conserva el monasterio de Caaveiro.
Muxía Gran parte del encanto de este pueblo de la Costa da Morte se debe al misticismo del santuario de la Virgen de la Barca. Allí los marineros invocan a su protectora y cuentan que es el lugar donde desembarcó el apóstol Santiago. Las piedras a su alrededor guardan toda la magia del momento ya que la Pedra do Timón y la Pedra dos Cadrís son consideradas el timón y la vela del barco. Hasta que se rompiera hace unos años, la Pedra da Abalar (apoyada sobre dos puntas) se movía con el peso de las personas libres de pecado.
Muxía al atardecer. 📌 Muy cerca, en el acantilado de Pedro da Boia, se halla el monumento A Ferida (la herida), levantado en homenaje a la huella negra que dejó el petrolero Prestige en 2002 al partirse en dos frente a la costa de Muxía.
Rincones secretos inolvidables Castro de Baroña En la ría de Muros y Noia, acude al atardecer a visitar el castro de Baroña, en la península de Barbanza dentro del municipio de Porto Son, ya que tendrás el sol de frente. Así no te darás cuenta de haber llegado hasta que no traspases el istmo que lo conecta con tierra. Sentirás la magia justo cuando pises las piedras milenarias de uno de los yacimientos arqueológicos más espectaculares de Galicia. Es de los más antiguos poblados castreños (2000 años) y ocupa toda la punta do Castro con su veintena de viviendas rodeadas por una muralla.
Yacimiento de Castro Baroña. Camelle En busca de las huellas litorales de la obra del transgresor artista alemán Man y su relación con el mar y la naturaleza, que impregnó el litoral con su jardín marino, llegamos al pueblo de Camelle. Aquí pasó su vida desde que llegó en 1962. Fue un alto en su ruta hacia la ría de Muros y Noia que cambió su vida pues nunca más abandonó el pueblo. En la iglesia del Espíritu Santo luce la campana del City of Agra, el barco de vapor que naufragó en 1897 frente a la costa y cuyo salvamento motivó que los marinos del pueblo fueran condecorados por la corona inglesa.
El hórreo de Carnota Afirman que el hórreo de Rianxo es el más largo del mundo. Tendrás que ir hasta la parroquia de Araño para comprobar si mide 37,05 metros. Después de él se sitúa el hórreo de Lira , de los menos visitados aunque impresionante también. Muy cerca, en Carnota, se halla el que a nosotras nos ha prendado. Una parada imprescindible en la Costa da Morte para ver esta dependencia de la iglesia sustentada sobre 22 pares de pies. Aquí se guardaban los diezmos de cereal, especialmente maíz, entregados al clero por los campesinos.
Hórreo de Carnota. Dunas de Corrubedo Hasta que no la veas no podrás imaginarte cómo es la mayor duna del noroeste peninsular . Solo con la fuerza del viento ha logrado su altura de 20 metros. Con 1 kilómetro de largo parece un auténtico tsunami de arena, pues se trata de una duna viva: es móvil y avanza cada año entre 2 y 3 centímetros. Su extraordinaria apariencia, que comenzó a formarse cuando todavía vivían los mamuts, junto a las vecinas lagunas de agua dulce de Vixán y la salada de Carregal, constituye un parque natural.
Acceso a las dunas de Corrubedo. 📌 Date un baño en alguna de sus dos playas consecutivas, tienes 3 kilómetros para perderte. De sus itinerarios y riqueza natural puedes informarte en el centro de interpretación conocido como Casa da Costa que se encuentra en O Vilar. Y para verla al completo asciende al mirador de Pedra da Ra, donde abarcarás incluso hasta las islas Cíes.
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