La catedral de Burgos es uno de esos monumentos que hay que visitar al menos una vez en la vida. Y si es más de una vez, mejor porque tiene tantos detalles y tantos rincones donde dirigir la vista que es casi imposible captar toda su belleza en el primer recorrido. En este artículo hemos seleccionado diez elementos y espacios que son absolutamente imprescindibles para ayudarte a elaborar un itinerario por este templo que ya te aseguramos te va a dejar con la boca abierta.
Fachada lateral de la catedral de Burgos. © Susana García. Acercarse a un edificio histórico de la importancia de la catedral de Burgos, donde la historia y la arquitectura tienen el peso de muchos siglos, puede resultar apabullante. Para ello, la propia catedral dispone de una audioguía descargable en el teléfono con muchísima información que resulta muy útil. En Etheria Magazine, que sabemos que muchas veces no disponemos de todo el tiempo que nos gustaría dedicar a las visitas turísticas, hemos seleccionado 10 de los lugares de la catedral de Burgos que no puedes perderte en un recorrido por este grandioso templo católico.
Un poco de historia Las grandes catedrales castellanas han sido edificios vivos a lo largo de muchos siglos que han dado respuesta a los estilos constructivos y a las necesidades de cada momento histórico. La catedral de Burgos comenzo su historia el 21 de julio de 1221, en pleno avance cristiano sobre los territorios musulmanes, y la primera piedra se puso en la base del actual cimborrio con la idea de seguir el modelo de las catedrales francesas del momento. El templo se dedicó a Santa María la Mayor y el culto se pudo iniciar en 1234 cuando ya estaban construidos la cabecera y la nave mayor. En ese siglo XIII se añaden las naves laterales, la girola y el crucero en ese estilo gótico lleno de altura y luz.
Gótico y Renacimiento El siglo XIV trae las tres bellas portadas de la catedral (Santa María, Sarmental y Coronería) y el XV las estilizadas agujas y la maravillosa capilla de los Condestables. En el siglo XVI, cuando el gótico comienza a fundirse con el Renacimiento, llegan a la catedral muchos de sus bellos retablos y se produce un suceso que cambia la fisonomía del edificio: la noche del 3 al 4 de marzo de 1539 se hunde el cimborrio que obliga a construir uno nuevo que llena de luz la catedral.
Escultura de la Vírgen con el Niño en la capilla renacentista de La Presentación. © Susana García. Barroco y siglos XIX y XX El barroco de los siglos XVII y XVIII toma forma en las nuevas capillas que se siguen inaugurando con ese horror vacui tan característico de este periodo y, en el XIX, se sufrieron algunos daños por la Guerra de la Independencia; sobre todo en las vidrieras, cuya recuperación ha sido técnicamente imposible y se han ido sustituyendo por otras nuevas. En 1921, con motivo del VII Centenario, se trasladaron los restos de Rodrigo Díaz de Vivar y su esposa Doña Jimena, que se encuentran bajo el cimborrio. El 13 de octubre de 1984 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Qué ver en la catedral de Burgos La puerta del claustro Está justo en el lugar por donde comienza la visita. Esta puerta es el acceso al Claustro alto y fue realizada en el siglo XIII en estilo gótico francés, aunque las puertas, de Gil de Siloé, son posteriores. Merece la pena detenerse un rato a contemplar los profusos relieves tanto de las puertas, que muestran la entrada de Jesús en Jerusalén, como del tímpano donde se representa el bautismo de Cristo.
El Papamoscas Este curioso autómata del siglo XVI (renovado en 1743) se lleva todas las miradas de la catedral de Burgos, sobre todo cuando a las horas en punto abre y cierra la boca gracias a un curioso sistema de poleas. A su lado, se encuentra el Martinillo, otro autómata que se encarga de anunciar los cuartos de hora. Se ubica en la zona del trascoro, un espacio de estilo barroco donde también se pueden ver las estatuas de San Pedro y San Pablo y el lienzo flamenco de Van der Hamenque, que representa el encuentro de San Pablo y San Antón.
La Escalera Dorada Salva el desnivel de ocho metros entre la calle Fernán González y el interior de la catedral y esta escalera de doble tiro es un elemento arquitectónico precioso en el que destaca el dorado de las barandillas. Construida por Diego de Siloé con hierro forjado, está inspirada en modelos del Renacimiento italiano. Fíjate en los medallones de la parte alta, en los que se representa a San Pedro y San Pablo. Justo a sus pies se encuentra la carroza de plata realizada por Suárez a principios del siglo XX que guarda el custodio de la catedral , que sale en la procesión del Corpus Christi.
La Escalera Dorada de la catedral de Burgos. © Susana García. El cimborrio y la tumba del Cid Levantar la vista en la catedral de Burgos es algo que te saldrá de forma natural, siguiendo las enormes columnas que la sustentan. Su lugar más especial es el cimborrio, que se levantó en el siglo XVI cuando se cayó el anterior y que es, probablemente, el más bello del Renacimiento español. Esta enorme linterna octogonal con su bóveda estrellada se encuentra justo encima de las tumbas del Cid Campeador , Rodrigo Díaz de Vivar, y de su esposa Doña Jimena , cuyos cuerpos llegaron a este templo en 1921 y que están ubicados en el centro del crucero.
El coro El coro de la catedral de Burgos es una enorme obra de arte en madera de nogal que, aunque parezca uniforme, refleja distintos estilos artísticos. En el dosel alto se pueden ver 59 escenas del Antiguo Testamento y en el respaldo de la sillería alta escenas del Nuevo Testamento. Otros detalles en los que fijarse son la silla arzobispal, la preciosa reja del siglo XVII, la estatua yacente del obispo Don Mauricio (una preciosa obra del siglo XIII realizada en madera y recubierta de cobre repujado) y los dos órganos, uno del siglo XVII y otro del XIX, que siguen todavía en uso.
El Retablo Mayor Es imposible no detenerse un buen rato frente al Retablo Mayor de la catedral de Burgos para tratar de asimilar todos los detalles que guarda esta gran obra de imaginería renacentista. Ubicado en el ábside de la nave central, fue realizado por los hermanos Rodrigo y Martín de la Haya a mediados del siglo XVI y está dedicado a la Virgen. Dividido en horizontal en tres cuerpos y un ático y en vertical en siete calles, destaca en esta profusión de madera tallada llena de detalles la imagen en plata de Santa María la Mayor , del siglo XV. Busca también el Ángel Custodio, en la calle interior derecha, que tiene en la mano una maqueta de la ciudad de Burgos y el Calvario que remata el retablo.
Retablo Mayor de la catedral de Burgos. © Susana García. La Capilla de los Condestables Entre todas las capillas que rodean la parte central de la catedral de Burgos la de los Condestables es sin duda una de las más bellas y de más importancia artística e histórica. Ocupa un importante lugar en la catedral, en el centro de la girola, y se realizó en el siglo XV en estilo gótico flamígero. Destacan sus tres retablos, el sepulcro de los Condestables, el cuadro de María Magdalena de Gianpetrino Rizzo y la maravillosa bóveda estrellada , la primera que se construyó en la catedral siguiendo este modelo.
Capilla de los Condestables. © Susana García. El Trasaltar La girola que rodea el altar es uno de los lugares que se llevan todas las miradas en la catedral de Burgos, tanto por la minuciosa talla como por su contenido iconográfico. Aquí, se pueden ver cinco retablos de piedra magníficamente ejecutados que relatan las últimas horas de la vida de Cristo: “La oración del huerto”, “Jesús con la cruz a cuestas”, “La Crucifixión”, “El Descendimiento” y “La Ascensión”. Están realizados en estilo gótico y renacentista y enmarcados con ornamentación tardo gótica.
La Sacristía Mayor La Sacristía Mayor fue rehecha a mediados del siglo XVIII con un recargado estilo barroco. Es un lugar donde no queda un espacio sin decorar, y tanta profusión de arte no debe distraernos ya que merece la pena fijarse en algunas de sus obras más significativas. Levanta la mirada para admirar su vistosa linterna y las pinturas que decoran toda la parte superior. Además, fíjate en las paredes para identificar los cuadros sobre la vida de la Virgen de Lucas Jordán, los espejos de Holanda y las cornucopias.
La Sacristía Mayor. © Susana García. El Claustro Bajo Recorrer el Claustro Bajo es un broche perfecto para la visita de la catedral de Burgos. Aquí se encuentra el área de interpretación de la construcción donde, a través de maquetas y paneles informativos, se explica su historia y su arquitectura. Se centra en tres momentos: la primitiva catedral románica, la catedral gótica y las construcciones que se añadieron en el Renacimiento. Además, en este bonito claustro gótico también se exponen las figuras originales de la fachada de la catedral.
El Claustro Bajo. © Susana García. Información práctica de la catedral de Burgos ¿Dónde se compran las entradas para entrar a la catedral de Burgos? Las puedes comprar en la oficina situada en la tienda de la catedral o de forma online en catedraldeburgos.es
¿Cuánto cuesta la entrada a la catedral de Burgos? La tarifa es de 9,50 Euros para adultos y 2 Euros para niños de 7 a 14 años, los menores de 6 años entran gratis. Existen diferentes opciones de entrada reducida, puedes consultarlas en la web de la catedral. Todos los martes de 16.30 a 18.30 h la visita es gratuita.
¿Cuál es el horario para las visitas en la catedral de Burgos? Del 19 de marzo al 31 de octubre de 9.30 a 18.30 h; y del 1 de noviembre al 18 de marzo de 10 a 18 horas.
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